La sombra de las luces
Jos¨¦ Luis G¨®mez Urd¨¢?ez demuestra en ¡®V¨ªctimas del absolutismo¡¯ que el poder ilustrado del siglo XVIII mantuvo sus tics desp¨®ticos
El subt¨ªtulo ¡ªParadojas del poder en la Espa?a del siglo XVIII¡ª precede como explicaci¨®n al t¨ªtulo en este libro heterodoxo que ha elaborado Jos¨¦ Luis G¨®mez Urd¨¢?ez. As¨ª como el sue?o de la raz¨®n produc¨ªa en Goya monstruos, la concepci¨®n parad¨®jica del poder por los absolutistas ilustrados, con la preservaci¨®n del orden como primer objetivo, necesariamente deb¨ªa tener un coste para quienes lo amenazaran. Fuese un mendigo que incumpl¨ªa el deber del trabajo, fuese un reformador que trataba de escapar al muro que Inquisici¨®n y poder real levantaron contra toda audacia.
Vaya por delante que la heterodoxia no implica en modo alguno ausencia de rigor. El historiador riojano prescinde, por ejemplo, de las citas a pie de p¨¢gina, lo cual no impide que el lector pueda seguir las lecturas de archivo, incluso sin menci¨®n expresa, debajo de la superficie del relato. A G¨®mez Urd¨¢?ez no le gusta improvisar en sus interpretaciones, con frecuencia hechas contra corriente respecto de la historiograf¨ªa dominante.
No hay en sus p¨¢ginas, y este es un rasgo innovador, canto alguno a la figura de Carlos III, sacralizado como portador de la antorcha de las Luces desde el elogio pronunciado por Jovellanos d¨ªas antes de su muerte. En su estudio monogr¨¢fico sobre el proceso de Olavide, Urd¨¢?ez hab¨ªa probado ya que el rey no permaneci¨® al margen, sino que lo favoreci¨®. ¡°El siglo de la Ilustraci¨®n¡±, advierte, ¡°es tambi¨¦n el siglo de la autoridad y nada lo expresaba mejor que la cuerda tirante, una met¨¢fora que usaba Floridablanca para referirse a lo conveniente que resultaba para disuadir a pobres o presos tener siempre un ahorcado en la picota, o su cabeza en una jaula colgando de la puerta de una ciudad¡±.
Las luces se apagaban cuando el estricto mantenimiento del orden lo requer¨ªa, en episodios tales como el aval dado por el Colegio de Abogados de Madrid a la publicaci¨®n de la defensa de la tortura del Padre Castro, en contra del ¡°papel peri¨®dico¡± El Censor, cuyos editores acabaron pagando su posici¨®n ilustrada.
G¨®mez Urd¨¢?ez nos muestra una Espa?a muy distante de la entregada a las disputas entre los reformadores, alentados por el rey, y la propaganda y las amenazas de los frailes opuestos a la filosof¨ªa, como el Padre C¨¢diz: ¡°Era una sociedad castigada, que conviv¨ªa con el castigo, el correctivo y el escarmiento, con el mandar y el obedecer¡±. Y esa dureza se aplicaba incluso a quienes sirvieron con lealtad al rey: bajo Carlos IV especialmente, la p¨¦rdida del poder por un ministro pod¨ªa llevar al destierro y a la prisi¨®n (Floridablanca, Aranda, Urquijo, Jovellanos). Ellos a su vez practicaron la represi¨®n de forma cruenta, incluso en episodios de menor importancia. El castigo arbitrario no solo fue patrimonio de la Inquisici¨®n.
En el v¨¦rtice del poder, la profunda religiosidad de Carlos III respald¨® esa actitud defensiva, agudizada desde el mot¨ªn de Esquilache. El rey era la clave de b¨®veda del sistema, y ganarse la confianza regia, el recurso de sus ministros para ejercer el gobierno efectivo: ¡°El rey lo daba todo y lo quitaba todo¡±. Buena parte del libro de G¨®mez Urd¨¢?ez se consagra al relato de la lucha pol¨ªtica, con una especial intensidad en las seis primeras d¨¦cadas del siglo. Menos apretada es la etapa final, en torno al ¡°inclasificable Godoy¡±. En cualquier caso, es necesario destacar el relato de un historiador que, a la habitual confrontaci¨®n entre luces y sombras del XVIII, opone la imagen veraz de que las sombras formaban inseparable parte de las luces.
V¨ªctimas del absolutismo
Pr¨®logo: Carlos Mart¨ªnez Shaw
Editorial: Punto de Vista, 2020
Formato: R¨²stica. 392 p¨¢ginas. 25 euros.
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