Los mapas mentales de David Byrne
El m¨²sico dibuj¨® durante a?os diagramas que le ayudaron a comprender sus v¨ªnculos con el mundo. Los reuni¨® en un libro bajo el t¨ªtulo de ¡®Arboretum¡¯, que este lunes llega a las librer¨ªas. ¡®Babelia¡¯ adelanta algunos de ellos
Siguiendo el modelo de los arboretos o colecciones de ¨¢rboles para su estudio, el artista multidisciplinar David Byrne ha reunido los diagramas que ha dibujado a lo largo de a?os. Mediante los mismos, busca comprender y visualizar las relaciones que se establecen entre distintos conceptos, estableciendo unas taxonom¨ªas que revelan sentidos nuevos all¨ª donde pod¨ªa haber cristalizado la convenci¨®n. Las relaciones humanas, las corrientes art¨ªsticas, los vegetales, las religiones, las ideolog¨ªas o los animales se ven iluminados bajo la luz nueva, distribuidos por el papel en forma de ¨¢rbol, cintas de Moebius, ra¨ªces o discos solares. En algunas ocasiones, Byrne acompa?a las ilustraciones con breves textos aclaratorios.
Al margen de su obra como m¨²sico, tanto como miembro de la banda Talking Heads o en solitario, Byrne es autor de una decena de libros en los que ha investigado en el urbanismo, la m¨²sica, la sociolog¨ªa o la tecnolog¨ªa. Arboretum, que Sexto Piso publica este lunes con traducci¨®n de Oihane Iglesias Teller¨ªa, nos ofrece un atisbo a la mente de Byrne y a su manera de trabajar. ¡®Babelia¡¯ adelanta algunas de sus p¨¢ginas en exclusiva.
?Qu¨¦ son estos dibujos?
?Por qu¨¦ los hice?
?Ser¨¢n interesantes para alguien m¨¢s?
?Servir¨¢n de algo?
?Tienen por qu¨¦ ser ¨²tiles?
Bien, creo que son muchas cosas: falsa ciencia, escritura autom¨¢tica, autoan¨¢lisis, s¨¢tira y, quiz¨¢, hasta un intento serio de encontrar conexiones donde no se cre¨ªa que las hubiera. Adem¨¢s de ser una excusa para dibujar diagramas y figuras de plantas.
Estos dibujos comenzaron hace unos cuantos a?os como instrucciones para m¨ª mismo en un peque?o cuaderno: ?Dibuja un ¨¢rbol evolutivo del placer?, o: ?Dibuja un diagrama de Venn sobre relaciones?, por ejemplo. ?rdenes a m¨ª mismo para realizar mapas mentales de territorios imaginarios, que se acumularon durante unos cuantos a?os hasta que el impulso se agot¨®. Quiz¨¢ era una suerte de terapia personal que permit¨ªa a mi mano ?decir? lo que la voz no pod¨ªa.
L¨®gica irracional. He o¨ªdo que as¨ª llaman a la aplicaci¨®n del rigor y la forma de la l¨®gica cient¨ªfica a premisas irracionales. Proceder cuidadosa y deliberadamente, desde el sinsentido, sin inmutarse, para a menudo llegar a un nuevo tipo de sentido.
Pero ?c¨®mo puede el sinsentido emerger como sentido? No importa cu¨¢n enrevesado o retorcido sea, siempre ser¨¢ sinsentido. ?O no?
Siento que, hasta cierto punto, las ¨¢reas de pensamiento racional de nuestro cerebro son motores de superracionalizaci¨®n.
Creo que muchas premisas cient¨ªficas y racionales son, para empezar, irracionales, que el objeto de muchas investigaciones cient¨ªficas y acad¨¦micas no es, en el fondo, sino la justificaci¨®n elaborada del deseo, el prejuicio, el capricho y la gloria. Siento que, hasta cierto punto, las ¨¢reas de pensamiento racional de nuestro cerebro son motores de superracionalizaci¨®n. Nos ofrecen los medios y las excusas para nuestros impulsos m¨¢s animales. Nos permiten justificarlos primero ante nosotros mismos y luego ante los dem¨¢s. ?La esperanza de que surgir¨¢ una soluci¨®n matem¨¢tica ¨²nica [como explicaci¨®n de la naturaleza] est¨¢ tan basada en la fe como el dise?o inteligente?, dice Leonard Susskind, inventor de la teor¨ªa de cuerdas.
?sta no parece ser una perspectiva muy optimista sobre la inteligencia, pero incluso visto con cinismo, el resultado de a?os de actividad cerebral ha producido mucha belleza, placer y, en fin, cosas magn¨ªficas.
Hoy, yendo en tren con mi hija, vimos en mi ordenador port¨¢til un documental de naturaleza que mostraba criaturas abisales capturadas en la oscuridad del oc¨¦ano gracias al resplandor de los sumergibles. Algunas de ellas nunca hab¨ªan sido avistadas, antes, y ni siquiera cab¨ªa pensar en la posibilidad de su existencia. Entes que arrojan fuegos artificiales a tiempo retardado, cosas que viven all¨¢ donde la vida se cre¨ªa imposible, ?lagos? submarinos, un pez sobre una especie de tallo marino. Mi hija y yo estuvimos de acuerdo en que si la c¨¢mara no los hubiera grabado, nos habr¨ªan parecido seres absurdos, imaginarios e incre¨ªbles.
As¨ª que, extrapolando de la Madre Naturaleza, si se puede dibujar una relaci¨®n, es posible que exista. El mundo sigue abri¨¦ndose, mostr¨¢ndose, y, justo cuando esperamos que se cierre ¨Ccomo si fuera una caja razonable y sellada¨C, nos revela algo completamente asombroso. De hecho, el resultado de la ciencia, y posiblemente su aspiraci¨®n no reconocida, sea llegar a saber cu¨¢nto es lo que no sabemos, m¨¢s que describir lo que creemos conocer. Al fin y al cabo, probablemente no estemos seguros de saber siquiera lo que creemos conocer. Si podemos hacernos una idea de lo que no sabemos, al menos no incurriremos en la arrogancia de pensar que sabemos algo sobre ello. La tarea de la ciencia es cartografiar nuestra ignorancia.
Contenido humano
Los ni?os peque?os est¨¢n hechos de lombrices, caracoles y colas de perritos, seg¨²n una canci¨®n de cuna. Siguiendo esta deconstrucci¨®n metaf¨®rica de los ni?os, podemos preguntarnos: ?de qu¨¦ est¨¢n hechos los abuelos, los t¨ªos y las sobrinas?
Inspiraci¨®n f¨ªsica
La psicolog¨ªa, la cura a partir del habla, la lingu?¨ªstica y la sem¨¢ntica son como perros hurgando y olfateando su propio v¨®mito. Aunque puede que haya algunas joyas por ah¨ª, nunca se sabe. Lo que s¨ª es seguro es que al menos sabr¨¢s qu¨¦ comiste. Y puedes determinar qu¨¦ no volver¨¢s a comer jam¨¢s.
Rizoma vertical
Los patrones del rizoma ¨Ccomo los del bamb¨²¨C permiten a un sistema de ra¨ªces sostener muchas plantas. A diferencia de aquellas que convergen hacia un tallo o tronco, en este sistema rizom¨¢tico las ra¨ªces son m¨¢s como una red subterr¨¢nea invisible cuyas se?ales visibles pueden manifestarse en numerosos lugares. Una vez que una red ha comenzado a expandirse, es dif¨ªcil decir d¨®nde comenz¨®. Como las plantas, nuestras vidas tienen un comienzo y un final, pero tambi¨¦n podemos verlas como parte de una red de informaci¨®n m¨¢s grande, donde el material gen¨¦tico y el ADN son los elementos de continuidad. Entendidas as¨ª, nuestras vidas son como plantas que saltan a la vista, que emergen aqu¨ª y all¨¢ como manifestaciones de la red secreta que es la esfera gen¨¦tica, un patr¨®n rizom¨¢tico invisible. La desaparici¨®n de cuerpos individuales de la red de la que provienen es irrelevante.
Las artes esc¨¦nicas
Todo negocio es un show, de una forma o de otra. Incluso los banqueros, que no destacan por sus espectaculares actuaciones, ?interpretan? el papel de banquero. Se visten y act¨²an en consonancia con el personaje. Cada carrera requiere de una indumentaria adecuada, y toda profesi¨®n se desenvuelve de acuerdo con nociones prescritas sobre la manera en que cada ?personaje? debe comportarse. La mayor¨ªa de las personas s¨®lo desempe?an unos cuantos papeles a lo largo de su vida, pero un actor talentoso podr¨¢ representar docenas.
El origen de las especies
Cada parte del mundo est¨¢ representada en otra parte del mundo. Abundan los paralelismos y las equivalencias. Las variadas criaturas del mar, hechas de gelatina, escamas y conchas, son parte de nuestros recuerdos biol¨®gicos arcaicos: alguna vez todos fuimos as¨ª, y el mundo que hemos creado es, en cierto modo, la reconstrucci¨®n de esa memoria profunda.
Sentidos morales de Hutcheson
El te¨®logo y fil¨®sofo escoc¨¦s del siglo XVIII cre¨ªa que entre la percepci¨®n de la belleza y la solidez de la moralidad exist¨ªa una ¨ªntima conexi¨®n. Cuantas m¨¢s cosas bellas veamos, mejores personas seremos. Incluso estableci¨® una jerarqu¨ªa de la belleza y los preceptos morales correspondientes. ?Imaginad la clase de divinas criaturas morales que ser¨ªan los vigilantes de los museos! ?stas son sus categor¨ªas, en orden ascendente. En un esfuerzo por hacer mi propia contribuci¨®n, he colocado los entornos y ocupaciones adecuados al lado de sus categor¨ªas.
Arboretum
Traductora: Oihane Iglesias Teller¨ªa
Editorial: Sexto Piso, 2021
Formato: Carton¨¦. 206 p¨¢ginas. 24,90 euros
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