Alan Pauls: ¡°No distingo mis personajes entre h¨¦roes y antih¨¦roes¡±
La octava novela del escritor argentino plantea una relaci¨®n amorosa a distancia entre dos personas de generaciones diferentes y emponzo?ada por la tecnolog¨ªa digital
¡°?Segu¨ªs ah¨ª?¡±, preguntar¨¢ varias veces Alan Pauls (Buenos Aires, 1959) durante la entrevista, cuando lo err¨¢tico del wifi congele la pantalla de Skype y la conversaci¨®n se empantane en bucles de palabras con sonido met¨¢lico, obligando a pausar y reconectar. Los ruidos que lo digital introduce en la comunicaci¨®n, los malentendidos y el desplazamiento (¡°voy a mover esto a ver si la se?al mejora¡±, dice desde Berl¨ªn, donde vive desde 2019) ¡°est¨¢n perfectamente en synchro¡± con La mitad fantasma, que el escritor argentino acaba de publicar, mientras Literatura Random House reedita en paralelo toda su obra.
La octava novela del autor de El pasado, ganadora del Premio Herralde en 2003 y llevada al cine por H¨¦ctor Babenco, narra el encuentro de Savoy, un cincuent¨®n anacr¨®nico, inquilino perpetuo con nombre de hotel cinco estrellas, y Carla, una treinta?era ¡°muy contempor¨¢nea que no sale sin su tel¨¦fono y su computadora¡±. ?l pasa temporadas y p¨¢ginas desopilantes como intruso fugaz en las vidas de extra?os, mientras visita pisos en alquiler a los que no piensa mudarse o compra por internet cosas que no necesita y retira personalmente solo para hacer contacto con otros. Ella, libre lib¨¦rrima, trabaja como home sitter: cuida casas de desconocidos en distintos pa¨ªses y dicta clases de idiomas en l¨ªnea para ganarse el pan.
¡°La pandemia, claro, reformate¨® todo esto. Pero la c¨¦lula inicial de la novela fue la idea de una relaci¨®n amorosa a distancia entre dos personas de generaciones diferentes, un poco emponzo?ada por la tecnolog¨ªa digital, con la que ambos tienen una experiencia muy distinta¡±, cuenta Pauls, a quien no le disgustan las categor¨ªas de ¡°escritor de otro siglo y estilista¡±, que se asocian con su nombre. ¡°Para Carla todo es natural, fluido. Para Savoy, en cambio, los percances tecnol¨®gicos significar¨¢n algo en relaci¨®n con lo que est¨¢ pasando con esa mujer, con el futuro de esa relaci¨®n asim¨¦trica contada desde la perspectiva de ¨¦l, en lo que hasta el final parece un delirio suyo¡±, resume.
Cuando Carla migra hacia su pr¨®ximo destino, la tecnolog¨ªa pasa a ser pr¨®tesis del encuentro, envolviendo lo que sucede entre ellos ¡ªdel skypesex en adelante¡ª en un aura fantasmal que Savoy disecciona como el enamorado de Fragmentos de un discurso amoroso, de Roland Barthes. El pensador franc¨¦s es para Pauls magma y devoci¨®n, lo que queda expl¨ªcito en ensayos como el delicioso Trance, sobre su vida como lector, y marca de agua indeleble en sus ficciones. Un modo de mirar, de sentir y de narrar que exprimen la perplejidad, los detalles y la deriva, integrando vida, libros, cine y cultura de masas. ¡°Hoy encuentro mucho m¨¢s arte en una serie como El t¨²nel del tiempo que en las pel¨ªculas que hizo Wim Wenders despu¨¦s de El cielo sobre Berl¨ªn [traducida tambi¨¦n como Las alas del deseo]¡±, afirma.
¡°Quiero buscar complejidad en la superficie de las cosas y no en subjetividades o imaginarios ensimismados un poco autistas¡±
?Imagin¨® a Savoy como un h¨¦roe o un antih¨¦roe? ¡°Yo no distingo. Mis personajes varones son h¨¦roes de comedia, pero el humor se ejerce sobre ellos y los vuelve v¨ªctimas. Savoy es rid¨ªculo, pero tiene momentos de redenci¨®n al reflexionar sobre lo que le pasa, incluso sobre sus torpezas, su necedad o cierto tic paranoico. Sospecha para poner en marcha un pensamiento cr¨ªtico¡±. La invalidez del personaje se funda, dice, en ¡°las ruinas de una educaci¨®n que tuvo como faro el modelo de James Bond: un macho superseductor capaz de tener una relaci¨®n de desapego con todo¡±.
Mientras Savoy (des)espera (por)que Carla regrese, el autor de El factor Borges explora en 316 p¨¢ginas algunas de las persistencias que iluminan su obra: ¡°Sin distancia no hay relaci¨®n posible¡±, afirma. ¡°Me interesa interrogar la intimidad, su l¨®gica, sus desperfectos, en las relaciones sociales, familiares, amorosas. Siempre me gusta m¨¢s lo que no funciona que lo que s¨ª¡±.
Hay, sin embargo, un cambio, algo nuevo se insin¨²a en este libro. ¡°Quiero salir del mundo mental en el que trabaj¨¦ hasta ahora. Romper esa membrana y ver qu¨¦ hay afuera, buscar complejidad en la superficie de las cosas y no en subjetividades o imaginarios ensimismados, un poco autistas, que se convirtieron en mi expertise. La ficci¨®n que estoy escribiendo va por ah¨ª y me entusiasma. Hasta ahora se llama, muy a lo Henry James, El fondo del asunto y es una intriga en el mundo de los bi¨®grafos, que siempre tienen algo de esp¨ªas, de agentes dobles, de impostores¡±.
¡°Por ahora no vuelvo. Me cans¨¦ de que la Argentina se nos impusiera a los argentinos de una manera desp¨®tica¡±
Escritor cl¨¢sico y cr¨ªtico vanguardista (¡°mi estrategia consiste en contrabandear problemas que tienen cierta audacia dentro de registros m¨¢s tradicionales¡±), de origen alem¨¢n aunque no habla el idioma (su padre naci¨® en Berl¨ªn), Pauls tiene un proyecto sobre esas ra¨ªces. ¡°Quiero rastrear la presencia de mi apellido en la ciudad hoy. Cuando digo salir, quiz¨¢ hablo tambi¨¦n de salir del mundo con el que yo no tuve mucho que ver hasta la trilog¨ªa en la que, a trav¨¦s del llanto, el pelo y el dinero, en diagonal, novel¨¦ los a?os setenta de la Argentina [Historia del llanto, Historia del pelo e Historia del dinero]¡±.
Pauls lleg¨® a Berl¨ªn en 2019 con su esposa, la dramaturga Lola Arias, y Remo, el peque?o hijo de ambos, becado por Alemania, y se encerr¨® a escribir. De esa temporada inicial conserva fotos de monopatines y bicicletas de los que se alquilan mediante aplicaciones, que a¨²n lo sobrecogen. ¡°La imagen de un medio de transporte individual suelto, tirado, abandonado, me transmit¨ªa algo casi apocal¨ªptico: artefactos hu¨¦rfanos de la gente que los manej¨®, como si la persona se hubiera volatilizado, dejando solo ese rastro. Un lado B del Primer Mundo que no s¨¦ si me parec¨ªa muy atractivo. Cuando la pandemia lleg¨® la asoci¨¦ con esa inquietud¡±.
?Volver¨¢ a vivir en Buenos Aires o ser¨¢ uno de los tantos escritores ¡ªCort¨¢zar (del que hoy se siente lejos), Puig (protagonista de uno de sus l¨²cidos ensayos), Saer (savia de su prosa), Piglia (a quien reconoce como maestro)¡¡ª que eligieron tomar distancia? ¡°Por ahora no vuelvo. Me cans¨¦ de que la Argentina se nos impusiera a los argentinos de una manera desp¨®tica, extorsiva. La novela tematiza la fuga: Savoy deja ese mundito privado en el que est¨¢ c¨®modamente instalado y viaja a Alemania en busca de Carla de una manera un poco suicida, la de alguien mayor que hace la experiencia de desarraigarse. Mientras escrib¨ªa no extra?¨¦; despu¨¦s lleg¨® la pandemia. Ahora quiero disfrutar la ciudad que esta situaci¨®n invisibiliz¨®. Hoy vivo en el pa¨ªs pandemia. Me debo Berl¨ªn¡±.
¡®La mitad fantasma¡¯. Alan Pauls. Literatura Random House, 2021. 320 p¨¢ginas. 18,90 euros.
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