Una historia espa?ola a ritmo de tango
Tras el ¨¦xito de ¡®El encargo¡¯, Javier Melero repasa en ¡®Cambalache¡¯ 50 a?os de pol¨ªtica como abogado de varios de sus protagonistas
Nadie hab¨ªa derrocado a Franco, m¨¢s all¨¢ de los biquinis de las suecas y las pel¨ªculas de Alfredo Landa, y nadie deb¨ªa sentirse demasiado orgulloso de que tan solo su decrepitud hubiera posibilitado el cambio (¡) Los espa?oles se fueron a dormir franquistas y se despertaron dem¨®cratas de toda la vida¡±. No es un peligroso neofascista el autor de esta descripci¨®n, tan sarc¨¢stica como real, de los albores de la transici¨®n pol¨ªtica. La firma Javier Melero, abogado de los independentistas catalanes condenados por sedici¨®n y de otros de id¨¦ntica ideolog¨ªa, a comenzar por la familia Pujol.
Su imagen salt¨® a la fama gracias a la retransmisi¨®n del juicio del proc¨¦s y a su manera de entender el oficio de abogado. Lejos de mostrarse como un forofo nacionalista, al estilo de algunos de sus colegas tan temerosos de enfadar a sus clientes, argument¨® su defensa con estrictos t¨¦rminos jur¨ªdicos, en una demostraci¨®n de profesionalidad y respeto al tribunal. Sobre aquellas jornadas ya escribi¨® un libro (El encargo), plagado de an¨¦cdotas, en el que los cap¨ªtulos se titulaban con canciones m¨ªticas de la historia del rock and roll. Result¨® para ¨¦l una experiencia tan feliz que ha vuelto a repetirla, redactando ahora una especie de autoficci¨®n, aunque m¨¢s parece una autobiograf¨ªa a secas. Ya no es el rock sino el tango el ritmo utilizado, hasta en la cubierta, para dar nombre a los diversos trancos del escrito, con algunas fugas hacia el jazz y no pocas menciones a la filmograf¨ªa cl¨¢sica. Detalles reveladores de una sensibilidad muy a la moda entre los progres de los a?os ochenta.
El libro es desde luego un divertimento, pero no solo eso. Abunda en la narraci¨®n personal y honesta de alguien enamorado de su pa¨ªs, pese a ser testigo de lo poco acomodaticia que es su clase pol¨ªtica a las exigencias de la democracia liberal. Precisamente como un liberal de los pies a la cabeza es como Melero se retrata a s¨ª mismo y hay que reconocerle el m¨¦rito de haber defendido ese perfil en un ambiente tan corrosivo y provinciano como el del nacionalismo catal¨¢n. De paso hace un retrato m¨¢s que irreverente de la sociedad catalana, aunque tiene la habilidad de ironizar sin agredir, y pronuncia un elogio del madrile?ismo, tan desmesurado en ocasiones que bien podr¨ªa competir con el imaginario de Ayuso.
Penalista de prestigio, le toc¨® participar, con desigual fortuna, en no pocos sonados juicios contra pol¨ªticos y empresarios corruptos. Sobre los encausados esboza apuntes interesantes, que no llegan a ser retratos. Los nombres de Javier de la Rosa, Millet, Villarejo y hasta el Peque?o Nicol¨¢s salpican aqu¨ª y all¨¢ el relato de sus vivencias profesionales. Aunque iba para banquero decidi¨® hacerse abogado tras una temporada trabajando en las prisiones de la Generalitat. Aprendi¨® de su contacto con p¨ªcaros y delincuentes de mayor altura los c¨®digos de comportamiento que rigen el mundo del hampa. De la narraci¨®n se desprende que eso le ayud¨® a comprender cu¨¢n similares son a los que manejan los atracadores del erario p¨²blico en sus m¨¢s variadas formas. Y uno llega a la conclusi¨®n de que durante su etapa carcelaria asumi¨® sin matices la recomendaci¨®n, atribuida a Concepci¨®n Arenal, que invita a odiar el delito y compadecer al delincuente. M¨¢s que compadecerlo, Melero parece dispuesto incluso a apapacharlo, convencido como est¨¢ de la presunci¨®n de inocencia que protege a todo acusado. Por lo mismo siempre le pareci¨® inoportuno que algunos de sus clientes hicieran confesi¨®n de sus delitos en ruedas de prensa en vez de en la sala de audiencias.
Escrito con una prosa desenfadada y f¨¢cil, que para s¨ª quisieran muchos periodistas, pespuntea su propio retrato a base de describir decenas de encuentros er¨®ticos de desigual naturaleza. Si todos son fieles a su memoria hist¨®rica, habr¨¢ que felicitarle por sus muchos ¨¦xitos. Verdad o ficci¨®n, ese menudeo de tr¨¢fico galante ayuda a comprender casi mejor que otra cosa el sentimiento de liberaci¨®n personal que los nacidos en los a?os cuarenta y cincuenta experimentamos tras la muerte del dictador. Melero pertenece a una generaci¨®n que vivi¨® el nacimiento de la democracia como una fiesta inacabable pese a las muchas y graves amenazas que se cern¨ªan sobre ella. Aquella liberaci¨®n sexual de la mujer, impulsada por la invenci¨®n de la p¨ªldora anticonceptiva y los mentados biquinis n¨®rdicos, ten¨ªa muy poco que ver con el Me Too de nuestros d¨ªas, y no ser¨ªa de extra?ar que le lluevan al autor algunas diatribas del feminismo en boga. Pero los devaneos que describe retratan muy bien la realidad social de lo que parec¨ªa el triunfo del amor libre. Hasta que el sida rompi¨® ese sue?o revolucionario.
Cualquiera que est¨¦ interesado por la historia reciente de Espa?a disfrutar¨¢ con la lectura de este libro del que es dif¨ªcil disentir salvo en un punto: los restaurantes Horcher, Jockey y Zalaca¨ªn nunca fueron ¡°el s¨ªmbolo de una Espa?a integrada en la Uni¨®n Europea¡±, sino la imagen del franquismo en su devenir hist¨®rico. El primero estuvo ligado a la etapa de colaboraci¨®n con Hitler y Mussolini. Los otros dos, ya desaparecidos, representaron el desarrollismo de los sesenta y la nueva burgues¨ªa de la dictadura. Por lo dem¨¢s, he disfrutado mucho con esta lectura, tan instructiva como relajante gracias a la capacidad que Javier Melero tiene para re¨ªrse hasta de su sombra. Yo de momento prefiero hacerlo solo de la de Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n, cuya Oda a la paella ¨¦l recupera para bien definir los caracteres de nuestro patri¨®tico arroz: ¡°Concentraci¨®n de glorias donde nada se deja. / Compromiso de Caspe entre el pollo y la almeja¡±.
Al parecer el verso gana much¨ªsimo ¡°si se recita en plena euforia et¨ªlica¡±. Hay cosas que resisten a cualquier revoluci¨®n.
Cambalache
Autor: Javier Melero.
Editorial: Ariel, 2021.
Formato: 351 p¨¢ginas. 19,90 euros.
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