Entre el flamenco y el ¡®ramen¡¯
A pocos d¨ªas de la inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio, las abundantes novedades literarias sobre Jap¨®n que se editan en Espa?a reflejan la fascinaci¨®n mutua que existe entre los dos pa¨ªses
¡°Como no conoc¨ªan los caminos hac¨ªan el viaje perdi¨¦ndose y volvi¨¦ndose a orientar¡±. Esta cita de los Ise Monogatari (Cantares de Ise), una recopilaci¨®n de relatos cortos del siglo X, aparece en las primeras p¨¢ginas del libro Cuadernos perdidos de Jap¨®n (Candaya), de Patricia Almarcegui, y puede servir para resumir alguna de las sensaciones que produce viajar por el pa¨ªs asi¨¢tico: una extra?a mezcla de estar siempre perdido y, a la vez, encontrarse siempre en el lugar adecuado. Desde hace tiempo, mucho antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio, Jap¨®n ocupa un espacio cada vez m¨¢s importante en el mundo literario espa?ol, que va m¨¢s all¨¢ del trabajo que editoriales como Satori, Impedimenta o Tusquets llevan a?os haciendo para acercar la literatura japonesa al lector hispano.
No se trata de una moda pasajera, sino de una tendencia que refleja el inter¨¦s hacia una sociedad y un pa¨ªs mucho m¨¢s cercanos de lo que pueda parecer, como prueba la fascinaci¨®n japonesa por el flamenco y la espa?ola por el ramen (la sopa caliente de fideos que es un guisote casi tan cal¨®rico como una fabada) o el manga, el c¨®mic japon¨¦s. De hecho, Un tablao en otro mundo (Alianza Editorial), del periodista David L¨®pez Canales, relata la historia de las troupes de flamenco que comenzaron a viajar a Jap¨®n en los a?os cincuenta, entre los que figuraban Chiquito de la Calzada y Pepe Habichuela. ¡°Se preguntaba alucinado c¨®mo pod¨ªa ser eso¡±, narra L¨®pez Canales sobre Habichuela. ¡°Hab¨ªa tardado 40 horas en llegar a un pa¨ªs donde se estaban peleando por el flamenco m¨¢s que en Espa?a¡±. El guitarrista cuenta que, durante aquel viaje de un a?o en plenos a?os sesenta, no prob¨® el ¡°chuchi¡±. ¡°Y ahora me encanta, me cago en la madre que me pari¨®¡±, exclama al periodista. El lamento de Habichuela refleja como el pescado crudo con arroz ha pasado de ser algo ex¨®tico, cuando no incomestible, a convertirse en una exquisitez totalmente aceptada, un indicio m¨¢s del paulatino acercamiento entre los dos mundos.
¡°El acierto de Jap¨®n es encontrar la belleza en lo corriente y normal¡±, escribe Almarcegui en su heterodoxo y estupendo libro de viajes, cuya lectura se complementa perfectamente con el m¨¢s ortodoxo, e igualmente instructivo, Historias de Jap¨®n (Pen¨ªnsula), del veterano Xavier Moret. Almarcegui, autora de obras como El sentido del viaje o Una viajera en Asia Central, mezcla los aforismos con notas de sus cuadernos, reflexiones personales, observaciones, datos y hasta el itinerario que sigui¨®, que puede resultar muy ¨²til para alguien que planee viajar por primera vez. ¡°La cultura japonesa se caracteriza porque atiende a la fragilidad del mundo cambiante, se entrega a ¨¦l y se identifica con la hermosura variable del universo¡±, explica la autora para definir la fascinaci¨®n nipona por lo ef¨ªmero.
Moret, un periodista y escritor que desde finales de los a?os noventa se ha dedicado a la literatura de viajes, con algunos libros ya cl¨¢sicos como Am¨¦rica, Am¨¦rica, ofrece en Historias de Jap¨®n un ensayo mucho m¨¢s convencional. Y esta definici¨®n es un elogio: he estado dos veces en este pa¨ªs y me hubiese encantado llevar en la maleta un libro como el suyo, claro, lleno de datos, f¨¢cil de leer, divertido, cargado de consejos y sugerencias. La extensa bibliograf¨ªa refleja el enorme trabajo que hay detr¨¢s de cada uno de sus recorridos. ¡°Del mismo modo que llegar a Tokio supone una conmoci¨®n para el viajero, marcharse tambi¨¦n resulta dif¨ªcil¡±, explica Moret en una frase que se puede aplicar a todo el pa¨ªs.
El a?o pasado se publicaron en castellano dos estupendos c¨®mics de viajes, Otro Jap¨®n (Norma), de Jorge Arranz, y El viaje (Lumen), de Agustina Guerrero, que reflejan hasta qu¨¦ punto un recorrido por Jap¨®n tiene siempre algo de viaje inici¨¢tico, del que resulta casi imposible salir indemne. Carmen Mart¨ªn Gaite siempre dec¨ªa que, en una buena novela, los personajes ten¨ªan que experimentar cambios a lo largo de la narraci¨®n. Lo mismo podr¨ªa decirse de un gran viaje: el que llega nunca puede ser el mismo que el que regresa y, en ese sentido, Jap¨®n garantiza una experiencia vital que va m¨¢s all¨¢ del turismo. El ¨²ltimo libro de Adolfo Garc¨ªa Ortega, La luz que cae, refleja una de esas experiencias. El escritor, que hab¨ªa prologado El imperio de los signos de Roland Barthes, cl¨¢sico entre los cl¨¢sicos de la fascinaci¨®n por Jap¨®n, descubre (o inventa, porque las fronteras entre la realidad y la ficci¨®n apenas existen en su libro) durante un viaje la figura de Hiroshi Kindaichi, un hereje sinto¨ªsta sobre el que construye una obra original, en la que la apabullante visi¨®n del monte Fuji se mezcla con una inmersi¨®n intelectual (y moral) en el pensamiento heterodoxo. ¡°El Fuji conmociona a quien se deja conmocionar por ¨¦l¡±, escribe Garc¨ªa Ortega.
Una visi¨®n especialmente original del pa¨ªs la ofrece Naoko Abe en El hombre que salv¨® los cerezos (Anagrama). Esta periodista japonesa afincada en Londres desde hace dos d¨¦cadas relata la historia de un jardinero ingl¨¦s, Collingwood Ingram, fascinado por los cerezos japoneses, que gracias a un viaje en 1926 logr¨® salvar muchas especies que desaparecieron durante la Segunda Guerra Mundial. El libro tambi¨¦n constituye un relato de la historia del pa¨ªs, as¨ª como de la propia familia de la autora y una lecci¨®n de hasta qu¨¦ punto cualquier cosa puede ser manipulada por un r¨¦gimen totalitario: el imperialismo japon¨¦s convirti¨® los cerezos, s¨ªmbolo de paz, en el emblema de los Kamikazes y de la muerte por el emperador.
En las cenizas de aquel periodo que destruy¨® el pa¨ªs arranca Tokio Redux: 72, la tercera parte de la trilog¨ªa de Tokio del escritor brit¨¢nico David Peace, asentado en la capital japonesa. Sus violentos relatos se mezclan con la descripci¨®n de la posguerra, cuando el pa¨ªs se encontraba arrasado y pr¨¢cticamente tuvo que reconstruirse desde cero. As¨ª naci¨® aquella mezcla entre lo viejo y lo nuevo, entre el caos y el orden, mientras la sociedad fue capaz de reconstruir templos y jardines, f¨¢bricas y barrios, y de devolver la paz a las flores de los cerezos. ¡°La clave de la poes¨ªa japonesa es la nostalgia del pasado¡±; ¡°Jap¨®n es una sensibilidad. Las palabras crean sensaciones¡±, escribe Almarcegui. Todos estos libros ofrecen miradas diferentes sobre un pa¨ªs infinito, pero se mueven entre la nostalgia y la sensibilidad. Demuestran que, como el Par¨ªs de Enrique Vila-Matas, Jap¨®n tampoco se acaba nunca.
Lecturas
Cuadernos perdidos de Jap¨®n
Patricia Almarcegui
Candaya, 2021. 123 p¨¢ginas. 15 euros.
El hombre que salv¨® los cerezos
Naoko Abe
Traducci¨®n de Juan Manuel Salmer¨®n Arjona
Anagrama, 2021. 435 p¨¢ginas. 21,90 euros.
Historias de Jap¨®n
Xavier Moret
Pen¨ªnsula, 2021. 350 p¨¢ginas. 18,90 euros.
La luz que cae
Adolfo Garc¨ªa Ortega
Galaxia Gutenberg, 2021. 233 p¨¢ginas. 21,00 euros.
Tokio Redux: 72
David Peace
Traducci¨®n de Ignacio G¨®mez Calvo
Hoja de Lata, 2021. 464 p¨¢ginas. 24,90 euros.
Un tablao en otro mundo
David L¨®pez Canales
Alianza editorial, 2021. 240 p¨¢ginas. 15,20 euros.
Otro Jap¨®n
Jorge Arranz
Norma, 2020. 190 p¨¢ginas. 29,50 euros.
El viaje
Agustina Guerrero
Lumen, 2020. 232 p¨¢ginas. 18,90 euros.
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