Chimamanda descubre la palabra nunca
La escritora nigeriana publica en espa?ol las notas salvajes y urgentes que le provoc¨® la inesperada p¨¦rdida de su padre en junio de 2020
Chimamanda Ngozi Adichie (Abba, Nigeria, 43 a?os) habl¨® con su padre, James Nwoye Adichie, el 9 de junio de 2020 por videollamada y por ¨²ltima vez. Al d¨ªa siguiente estaba muerto. La c¨¦lebre escritora colaps¨®. Se arranc¨® la ropa, se arroj¨® al suelo, sinti¨® incredulidad, rabia y dolor. Fin de la infancia.
Sobre el duelo es un peque?o texto escrito con urgencia y pasmo, cuando la raz¨®n se tambalea porque no logra articular un discurso que facilite la digesti¨®n de la p¨¦rdida. Desde la escuela sabemos que la vida es finita, pero ignoramos la dimensi¨®n infinita del dolor que causar¨¢ comprobarlo. Chimamanda se descubre insegura e inmadura. Nunca hab¨ªa afrontado una amputaci¨®n tan cercana y colosal (a la altura de la escritura de sus notas ignora que en menos de un a?o sufrir¨¢ otra de similar impacto, al perder a su madre, Grace Ifeoma Adichie). Se revuelve contra un mundo que sigue adelante, ajeno a su devastaci¨®n, y se asusta ante el nihilismo que vislumbra en la ra¨ªz de su pena. Se culpa tambi¨¦n por lo que no hizo, pensando que podr¨ªa haber cambiado el curso de las cosas, una de las muchas trampas que tiende la desesperaci¨®n.
James Nwoye Adichie fue el primer catedr¨¢tico de Estad¨ªstica de Nigeria. Sus hijos viven ahora repartidos por todo el mundo (Nigeria, Reino Unido, Estados Unidos) y hacen cumbres cada domingo por Zoom. En 2015, un grupo de hombres compinchados con su ch¨®fer le secuestraron. Durante tres d¨ªas permaneci¨® encerrado en el maletero de un coche en el bosque y solo le liberaron cuando uno de sus hijos deposit¨® una bolsa con el dinero bajo un ¨¢rbol. El secuestro se hab¨ªa cocinado al calor de la fama de Chimamanda, que llevaba a?os encadenando ¨¦xitos y premios literarios con obras como Americanah, Medio sol amarillo o La flor p¨²rpura. Despu¨¦s de quedar en libertad, James Nwoye le cont¨® a su hija que los captores pronunciaban mal su nombre, ¡°as¨ª que tuve que corregirles¡±. Aquellos d¨ªas de 2015 asomaron a la escritora al precipicio de la p¨¦rdida, pero el episodio tuvo una resoluci¨®n feliz. En junio de 2020, cuando ninguno de los hijos tem¨ªa por la vida del padre, un fallo renal le caus¨® la muerte en el hospital.
El texto de Chimamanda se public¨® originalmente en The New Yorker, en septiembre de 2020, apenas tres meses despu¨¦s del fallecimiento. Son apuntes casi a vuelapluma sobre las sensaciones m¨¢s perturbadoras y hegem¨®nicas del duelo. Cada luto es irrepetible, pero casi siempre, tambi¨¦n en este, se repiten progresivas fases que empiezan en la incredulidad y finalizan en la aceptaci¨®n. El af¨¢n de complacer a quien no est¨¢ ya para ser complacido se apodera de la mujer combativa, que se convirti¨® en una lectura casi obligada del feminismo tras una charla TED. La rendici¨®n llega cuando ya no sirve de nada para exteriorizar el amor. Si hay literatura en la p¨¦rdida, la de la nigeriana est¨¢ hecha con la palpitaci¨®n de las v¨ªsceras.
La escritora se hunde en la palabra nunca. Hay tics, expresiones o posturas ligados a individuos. Con la muerte desaparecen tambi¨¦n signos de una identidad a ¨¦l asociados. Chimamanda ten¨ªa una risa particular cuando estaba con su padre, que le brotaba incluso cuando ¨¦l dec¨ªa cosas nada graciosas. ¡°Una risa que nunca volver¨¦ a re¨ªr. Nunca ha llegado para quedarse¡±.
Sobre el duelo?
Literatura Random House, 2021
112 p¨¢ginas. 6,56 euros
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.