Dr¨¢cula, pr¨ªncipe de las tinieblas y rey del pop

Poco se deb¨ªa imaginar el te¨®logo Augustin Calmet que la obra por la que se m¨¢s se le recordar¨ªa ser¨ªa su Tratado de los vampiros (1749), una ingente recopilaci¨®n de episodios de supuestas apariciones de muertos regresados de sus tumbas que el monje trataba de desacreditar, aunque lo que parad¨®jicamente consigui¨® fue fundar una nueva mitolog¨ªa. Calmet compil¨® las leyendas sobre los no muertos, bautiz¨® el fen¨®meno y dio as¨ª carta de naturaleza a una supercher¨ªa que hasta entonces se confund¨ªa en la tradici¨®n oral con otras como la de los hombres lobo. Si, como cuenta Noel Ceballos en El pensamiento conspiranoico (Arpa), la Iglesia cat¨®lica cre¨® el mito de los Illuminati al conseguir que la organizaci¨®n fuera proscrita en 1785, fue tambi¨¦n la Iglesia la que en ese mismo Siglo de las Luces alumbr¨® el mito del vampiro. Sin el fundacional libro de Calmet no habr¨ªan llegado luego El vampiro, de Polidori; Carmilla, de Sheridan Le Fanu, ni la novela que en 1897 sublim¨® la leyenda y se convirti¨® en la medida de todos los colmillos.

Mucho ha llovido desde Calmet. E incluso desde ese Dr¨¢cula de Bram Stoker que sigue siendo el alfa y el omega de los chupasangres. Y si han bastado 60 a?os para resignificar a James Bond d¨¢ndole en muchos aspectos la vuelta como a un calcet¨ªn, ?c¨®mo no iba a cambiar semejante abominaci¨®n m¨¢s que centenaria? De todas esas metamorfosis experimentadas por el no muerto por obra y gracia de la cultura popular da cuenta David Remart¨ªnez (Zaragoza, 50 a?os) en Una historia pop de los vampiros (Arpa), elocuentemente subtitulado C¨®mo el vampiro se ha convertido en un sue?o de placer y felicidad que te encuentras por todas partes. Que hoy es omnipresente lo prueba sin ir m¨¢s lejos este libro, que se suma a El vampiro. Una nueva historia (Desperta Ferro), repaso geneal¨®gico que Nick Groom firm¨® en 2018 y se public¨® en Espa?a el a?o pasado, y a Vampiros. La evoluci¨®n del mito, la suculenta exposici¨®n de la Fundaci¨®n La Caixa y la Cinemat¨¨que fran?aise inaugurada en 2020 que ha pasado por los Caixaforum de Madrid, Barcelona, Zaragoza y Sevilla.

Para Remart¨ªnez, al vampiro cl¨¢sico, ¡°un producto del cristianismo, la Ilustraci¨®n y el Romanticismo¡±, lo defin¨ªan cuatro caracter¨ªsticas: ¡°la muerte, como alegor¨ªa; la sangre, como adicci¨®n; el temor a Dios, como moral, y la masculinidad, como virtud¡±, mientras que ¡°el vampiro contempor¨¢neo, por contra, despliega juventud, placer, amor y feminidad; sus opuestos felices, nacidos del ate¨ªsmo, la democracia y el pop¡±. Para trazar ese recorrido en el que el vampiro ha pasado de amenaza a ser como cualquiera de nosotros, el escritor, cual moderno Calmet, recopila docenas de apariciones de tan peculiar especie en libros, pel¨ªculas, series, juegos de rol, c¨®mics, videojuegos y hasta helados. El vampiro, concluye el compilador, ¡°incorpora los miedos de cada generaci¨®n¡±; hay uno para cada tiempo y lugar, y si hoy es ¡°una figura cotidiana que encaja en cualquier contexto¡± es porque el mundo, de los desmanes financieros a la corrupci¨®n pol¨ªtica o el auge de los neofascismos, ¡°se ha vuelto vamp¨ªrico¡±.

Si han bastado 60 a?os para resignificar a James Bond d¨¢ndole la vuelta como a un calcet¨ªn, ?c¨®mo no iba a cambiar semejante abominaci¨®n m¨¢s que centenaria?

De modo que si el Nosferatu (1922) de Murnau era un poema l¨²gubre para la Europa a¨²n doliente tras quedar sembrada de cad¨¢veres en la Gran Guerra, los j¨®venes del siglo XXI, castigados la Gran Recesi¨®n y por la falta de perspectivas, abrazan a los vampiros adolescentes de la ultraconservadora saga Crep¨²sculo (2005-2009) de Stephanie Meyer y sus adaptaciones f¨ªlmicas (2008-2012), no muertos entregados a una juventud y una belleza banales y eternas porque a lo que temen es a la madurez. A ese futuro que su p¨²blico percibe incierto como poco.

Remart¨ªnez se?ala como el primer vampiro pop al conde Draco, aquella caricatura de trapo de Bela Lugosi que desde los a?os setenta ense?a a los ni?os a contar desde su castillo en Barrio S¨¦samo, ¡°un icono descontextualizado que, en lugar de dar miedo, apetec¨ªa abrazar, por divertido y tierno¡±. Y si la bestia puede reconfigurarse en personaje infantil, tambi¨¦n puede, pese al sangrante machismo de sus or¨ªgenes, incorporar rasgos feministas. Remart¨ªnez dedica buena parte del libro a rastrear esa evoluci¨®n, cuyo momento fundacional sit¨²a tambi¨¦n en los setenta, en la parad¨®jica Vampirella, hero¨ªna de c¨®mic creada por el astuto Forrest J. Ackerman como una voluptuosa chupasangres de buen coraz¨®n apenas ataviada con un imposible microba?ador rojo sangre dise?ado por Triana Robbins, feminista militante, ¡°como s¨ªmbolo de empoderamiento¡±, cuenta Remart¨ªnez, que se?ala ah¨ª ese mismo cortocircuito del feminismo que medio siglo despu¨¦s sigue coleando en el yate de C. Tangana.

Lo que no se?ala el libro es otro cortocircuito, sustancial, en el discurso de la progresiva feminizaci¨®n de las representaciones del mito: hay excepciones, como La condesa sangrienta, el libro que Alejandra Pizarnik dedic¨® en 1965 a la condesa B¨¢thory ¡ªa la que se atribuyen 650 muertes y que inspir¨® Carmilla¡ª, o la pel¨ªcula Una chica vuelve a casa sola de noche (Ana Lily Amirpour, 2014), con una vampira con chador como peculiar justiciera urbana; pero el grueso de ficciones vamp¨ªricas en las que asoma una nueva sensibilidad para con las mujeres, de Vampirella al Dr¨¢cula (1992) de Francis Ford Coppola; de los fen¨®menos televisivos Buffy, la cazavampiros (Joss Whedon, 1997-2003) o True Blood (Alan Ball, 2008-2014) a Solo los amantes sobreviven (Jim Jarmusch, 2013) o la delirante animaci¨®n Hora de aventuras (Pendleton Ward, 2010-2018), han sido dibujadas, escritas, filmadas por hombres.

Las metamorfosis del no muerto siguen, y sin s¨ªntomas de agotamiento. Ah¨ª est¨¢ la espeluzante Misa de medianoche, de Mike Flanagan, tan reciente (se estren¨® este septiembre) que no ha entrado en el libro, y en la que la idea, recogida en este, de que la mitolog¨ªa vamp¨ªrica se forj¨® a partir de la teolog¨ªa cristiana se lleva a las ¨²ltimas consecuencias. Pero Remart¨ªnez concluye su recorrido con otra miniserie de Netflix, Dr¨¢cula (2020), creada por Steven Moffat y Mark Gattis ¡ªque ya reformularon para el siglo XXI al m¨¢s famoso detective de la literatura en Sherlock (2010-2017)¡ª y en la que el pr¨ªncipe de las tinieblas se humaniza definitivamente al aceptar que su motor es ni m¨¢s ni menos que el miedo a la muerte. ?O acaso hay algo m¨¢s humano que eso?

Una historia pop de los vampiros

Autor: David Remart¨ªnez.
Editorial: Arpa, 2021.
Formato: 280 p¨¢ginas, 19,90 euros.

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