Una distop¨ªa transformadora
Emiliano Monge vuelve a estirar los l¨ªmites de su literatura en ¡®Tejer la oscuridad¡¯, una pesadilla de futuro pr¨®ximo en la que el lenguaje juega un papel esencial
Conviene realizar un aviso antes de adentrarse en el universo literario de Emiliano Monge: olv¨ªdense de comodidades y lugares comunes. Con un pu?ado de novelas y un par de libros de cuentos, el escritor mexicano ha construido un mundo propio puesto a prueba con cada envite, libro a libro. Despu¨¦s de la sobrecogedora Las tierras arrasadas (2015), de lo mejor que le ha pasado al g¨¦nero negro en su m¨¢s amplia acepci¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada, estir¨® los l¨ªmites de su narrativa con No contar todo (2019), su particular viaje a la novela de no ficci¨®n y la introspecci¨®n familiar. Tejer la oscuridad (Literatura Random House, como el resto de su obra aqu¨ª citada) es otro giro radical, ahora por el camino de la distop¨ªa, tan frecuentado en los ¨²ltimos a?os.
La premisa de la historia es la siguiente: estamos en 2029 y el mundo, merced al cambio clim¨¢tico, vive un apocalipsis, se fr¨ªe, los oc¨¦anos se secan, la poblaci¨®n ha mutado para duplicarse y se ha desatado una guerra entre los originales y las copias. Hasta ah¨ª, lo m¨¢s o menos convencional, el compartimento estanco del que el autor mexicano huye con agilidad.
?Qu¨¦ pasar¨ªa si todo quedara en manos de aquellos a quienes hemos negado el futuro? Monge (M¨¦xico, 43 a?os) coloca en el centro de la narraci¨®n a unos ni?os de un hospicio que no se duplicaron, cuya unicidad es la esperanza de la humanidad. No esperen, sin embargo, teor¨ªas descabelladas, cient¨ªficos locos o conspiraciones. Monge se fija en ellos y los utiliza como parte significativa de los cerca de 80 narradores que acoge una novela en la que el lenguaje se convierte en otro personaje. No esperen, tampoco, alardes excesivos, florituras. Las diferencias entre los narradores son peque?as, sencillas. De otra manera habr¨ªa sido una locura innecesaria porque todos forman parte de un tejido narrativo m¨¢s amplio, de una b¨²squeda de la oscuridad, de una vuelta al pasado de la mano de una voz literaria construida para ello. En su huida, en su regreso al nomadismo, los ni?os naturalizan la violencia, se alejan de la luz, adoptan ritos, luchan, aman, odian e inventan religiones. Y lo cuentan todo: en sus libros, en las piedras que dejan por el camino, en los tejidos que trabajan, en los tatuajes que llenan su cuerpo. En los momentos m¨¢s aterradores, el lector se siente como si estuviera en medio de un grupo de cazadores exterminadores similar a aquellos de los que hu¨ªan el padre e hijo protagonistas de La carretera de Cormac McCarthy.
Cada apuesta por algo nuevo obliga a Monge a reinventarse, pero siempre con ciertas herramientas ya manejadas en otras ocasiones y con una condici¨®n: no adscribirse a ning¨²n g¨¦nero, aunque coquetee con varios. Esta narraci¨®n m¨¢s oral se emparenta, por ejemplo, con la voz de Estela, inolvidable jefa de la banda de secuestradores de Las tierras arrasadas. Aqu¨ª, a veces, la violencia es tambi¨¦n una amenaza difusa, un peligro latente como en algunos relatos de La superficie m¨¢s honda (2017). Aqu¨ª, por ¨²ltimo, como en toda la literatura de Monge encontramos lealtad, soledad y seres que buscan un sentido a su realidad mientras sobreviven en condiciones extremas.
Emiliano Monge ha lanzado un hilo que conecta esta novela sobre el fin de un mundo y el inicio de otro con su narrativa anterior y la proyecta al futuro. No todos los lectores encontrar¨¢n acomodo, algunos se rendir¨¢n, otros creer¨¢n que este bocado no es para ellos, pero quienes sigan adelante ver¨¢n que esta apuesta tiene un coste, s¨ª, pero merece la pena.
Tejer la oscuridad
Autor: Emiliano Monge.
Editorial: Literatura Random House, 2021.
Formato: 248 p¨¢ginas. 17,90 euros.
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