El problema de los cuerpos
¡®Furia¡¯, de la mexicana Clyo Mendoza, forma parte de una extensa serie de t¨ªtulos cuyos autores observan la corporeidad como un espacio de cruce entre el sujeto y la sociedad
Me gustar¨ªa que fueras una mujer, L¨¢zaro¡±, le dice Juan, y aventura: ¡°As¨ª yo ser¨ªa un hombre normal¡±. No hay nada normal en el mundo de Furia, sin embargo: en ¨¦l, la violencia se inscribe al tiempo que el deseo en cuerpos que se penetran, se arrastran, se hinchan en embarazos imposibles, se desfondan en el dolor, segregan l¨ªquidos, envejecen, regresan sobre las planchas met¨¢licas de las morgues, expresan una animalidad que atraviesa el tiempo y el espacio. ...
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Me gustar¨ªa que fueras una mujer, L¨¢zaro¡±, le dice Juan, y aventura: ¡°As¨ª yo ser¨ªa un hombre normal¡±. No hay nada normal en el mundo de Furia, sin embargo: en ¨¦l, la violencia se inscribe al tiempo que el deseo en cuerpos que se penetran, se arrastran, se hinchan en embarazos imposibles, se desfondan en el dolor, segregan l¨ªquidos, envejecen, regresan sobre las planchas met¨¢licas de las morgues, expresan una animalidad que atraviesa el tiempo y el espacio. Clyo Mendoza (Oaxaca, 1993) narra en su primera novela la historia de los hijos de Vicente Barrera, el vendedor de hilos que abandona a su familia y seduce mujeres que a menudo todav¨ªa son ni?as. Sara, C¨¢stula, Salvador y Mar¨ªa, Juan y Lorenzo habitan el tiempo circular y el paisaje del mito, en cuyo marco no importa si estamos en San Luis o en Sonora y si la guerra de los amantes es la revoluci¨®n mexicana o la as¨ª llamada ¡°contra el narco¡±; lo que importa es que, en ese tiempo y en ese paisaje, el sexo siempre es poder y el deseo es maldici¨®n; sobre el fondo de un desierto que engulle personas y devuelve cad¨¢veres, los personajes est¨¢n condenados, y no s¨®lo por la ¡°ponzo?a en los ojos¡± del vendedor de hilos transformado en perro.
El problema de los cuerpos es que hablan y que lo que nos dicen nunca es tranquilizador ni ofrece consuelo. Furia es parte de una extensa serie de libros cuyos autores, respondiendo a inquietudes contempor¨¢neas muy extendidas y al body turn en los estudios culturales que ha llevado a un reconocimiento cada vez mayor del cuerpo como espacio de cruce entre el sujeto y la sociedad, como lugar significante y provisto de significado, narran c¨®mo ¨¦ste dice all¨ª donde quien lo habita es obligado a callar: a obras de Guadalupe Nettel como El hu¨¦sped (2006), P¨¦talos (2008), El cuerpo en que nac¨ª (2011) y La hija ¨²nica (2020); Los cuerpos del verano (2012), de Mart¨ªn Felipe Castagnet; El trabajo de los ojos (2019), de Mercedes Halfon; La lecci¨®n de anatom¨ªa (2008 y 2014) y Clav¨ªcula (2017), de Marta Sanz, y otros textos (omitidos por razones de espacio aqu¨ª), incluso algunos del irregular ¡°g¨®tico latinoamericano¡±, se suman estas semanas, adem¨¢s de Furia, otros libros en los que el cuerpo desem?pe?a un papel preponderante, como Le?a menuda, de Marta Barrio; El sonido de las olas, de Margarita Garc¨ªa Robayo; Som-hi!, de In¨¦s Marc¨®, y Tres truenos y La gota en la piedra, de las argentinas Marina Closs y Mercedes ?lvarez.
De Tres truenos, Marta Sanz afirmaba recientemente en este peri¨®dico que su tema es c¨®mo ¡°los cuerpos transgreden las leyes impuestas a los cuerpos¡±. La novela de Closs (Arist¨®bulo del Valle, Misiones, 1990) tiene como personajes a tres mujeres de or¨ªgenes y tiempos distintos, una aborigen mby¨¢ guaran¨ª que se ve obligada a hacer frente a la violaci¨®n y la maternidad forzosa y el estigma, una joven alemana que huye de Europa a comienzos del siglo XX y una estudiante de artes que est¨¢ descubriendo su sexualidad, las tres rebel¨¢ndose contra las miradas condenatorias sobre ellas en soliloquios que tienen la potencia de una descarga el¨¦ctrica. Los tres mon¨®logos son de distinta intensidad, y el m¨¢s logrado es tal vez el primero, que circula en la ¨®rbita de Era tan oscuro el monte, de Natalia Rodr¨ªguez Sim¨®n (2019); Ni?a y basurero, de Grimanesa Lazaro (2021), y Eisejuaz, de Sara Gallardo.
Y luego est¨¢ La gota en la piedra, que podr¨ªa parecer un libro muy distinto a los anteriores, pero no lo es tanto: al igual que en ellos, aqu¨ª el cuerpo es zona de articulaci¨®n y de conflicto; en este caso, a ra¨ªz de la p¨¦rdida de un miembro. ¡°Doblemente presa de la falta, sin mano y sin marido¡±, Sof¨ªa, la protagonista, sue?a que ¡°ten¨ªa un cuerpo bello, y de cada uno de mis poros sal¨ªa una flor [¡] y la flor ma?s grande, la ma?s impactante, sal¨ªa en el lugar de la mano que no tengo¡±. ¡°Uno no repara en la enorme cantidad de cosas que hace la mano izquierda hasta que deja de tenerla¡±, dice; hay algo de paso de comedia en todo esto (los personajes tienen nombres absurdos, la protagonista ordena a su amante que no se quede en su ¡°pocilga¡± ¡°solo porque no tengo mano¡±, su madre dice que no le gusta la primavera porque ¡°los florecimientos son enga?osos¡±, etc¨¦tera), pero la novela da un vuelco sorprendente cuando irrumpe la voz de Birkin, el cirujano que opera a Sof¨ªa y despu¨¦s se convierte en su amante; Birkin ha pasado alg¨²n tiempo en ?frica escapando de la muerte de Luc¨ªa, all¨ª se enamor¨® de una nativa y perdi¨® un hijo, que lo dej¨® inmerso en un dolor que s¨®lo consigui¨® anestesiar con la sumisi¨®n y el abuso y la huida. Birkin es un personaje complejo, y no todo lo que le sucede resulta veros¨ªmil, pero s¨ª es plausible su dolor, que es una forma de p¨¦rdida distinta a la de Sof¨ªa, pero no menos importante.
Mercedes ?lvarez (Tandil, 1979) se mueve entre la ligereza y la gravedad. De manera expl¨ªcita en La gota en la piedra, impl¨ªcitamente en Furia y en Tres truenos, de lo que el cuerpo habla en estos libros es de una falta; pero, si ¨¦sta es accidental en la novela de ?lvarez, en las de Maldonado y Closs (considerablemente m¨¢s l¨ªricas, y expl¨ªcitas en una denuncia que las conecta con Cometierra, de Dolores Reyes, otra novela que integra esta serie) es el producto de las muchas formas en que la violencia se inscribe en las vidas de los despose¨ªdos, en Am¨¦rica Latina y en cualquier otro sitio: su omnipresencia es paralizadora, su silencio es aquel con el que se recibe lo que es considerado el estado natural de las cosas, pero el cuerpo, que Camila Sosa Villada defini¨® en Las malas (2020) como nuestra ¨²nica y verdadera ¡°patria¡±, habla y por fin comienza a ser escuchado. Valdr¨ªa la pena volver sobre la pol¨¦mica entre Michael Sandel y John Rawls para comprender la importancia de esto. Para ?lvarez, ¡°el gran secreto que encierra este mundo¡± es que ¡°la gente tiene tanto miedo del cuerpo como del lenguaje¡±.
Furia
Autor: Clyo Mendoza.
Editorial: Sigilo y Almad¨ªa, 2021.
Formato: tapa blanda (256 p¨¢ginas, 18 euros).
Tres truenos?
Autor: Marina Closs.
Editorial: Tr¨¢nsito, 2021.
Formato: tapa blanda (160 p¨¢ginas, 15,50 euros).
La gota en la piedra?
Autor: Mercedes ?lvarez.
Editorial: Mardulce, 2021.
Formato: tapa blanda (120 p¨¢ginas).
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