Pierre Pachet, la autoficci¨®n sin exhibicionismo que se adelant¨® a Emmanuel Carr¨¨re
Se publica en espan?ol ¡®Autobiografi?a de mi padre¡¯, con el que el escritor france?s renovo? el ge?nero en 1987 y abrio? camino a sus m¨¢ximos exponentes en la actualidad, de Pierre Michon a ?douard Louis
¡°Es posible que determinados hechos, si bien no quedan completamente excluidos de este relato, no figuren en el lugar que exigir¨ªa el orden cronol¨®gico. Adem¨¢s, es preciso recordar que no he emprendido la composici¨®n de una obra literaria sobre un personaje de ficci¨®n, sino un trabajo de autoan¨¢lisis o de autoscopia realizado sobre un sujeto vivo o, mejor dicho, moribundo, lo cual viene a ser lo mismo¡±. Esta reflexi¨®n de Pierre Pachet (Par¨ªs, 1937-2016), este aviso al lector de Autobiograf¨ªa de mi padre (Perif¨¦rica) recoge la esencia del prop¨®sito literario del gran renovador de la autoficci¨®n. Se trata de un libro convertido en una bomba de fragmentaci¨®n con efecto retardado, una obra publicada en 1987 cuyo rastro podemos seguir luego en la mirada de Pierre Michon, Emmanuel Carr¨¨re o Edouard Louis.
En 1984, Annie Ernaux hab¨ªa reventado el g¨¦nero con El lugar, un libro sobre su padre. Ten¨ªa 44 a?os y el efecto en su obra y en el entorno fue tal que no volver¨ªa a escribir ficci¨®n. ?Qu¨¦ quedaba por hacer? Pachet prescinde de todo lo que se hab¨ªa hecho hasta entonces en un terreno tan transitado por hombres (J. R. Ackerley, Philip Roth, Martin Amis, o Karl Ove Knausgard son algunos ejemplos notables antes y despu¨¦s) y crea un perfil autobiogr¨¢fico pero no suyo, o no solo, sino de su padre, un juego de identidades literarias y reales del que sale ileso. No queda claro a qui¨¦n corresponde la voz que narra. ?Es la de Simcha Apashevsky, m¨¦dico, jud¨ªo, intelectual, superviviente, marido, padre? ?O es la del hijo que cuenta su historia a partir de los silencios, la vocaci¨®n intelectual, el pesimismo y la frustraci¨®n del progenitor? No hay distancia y no importa. Hacia el final del libro, como hacia el final de un periplo vital, la frustraci¨®n por la enfermedad del padre, por su declive, por la imposibilidad de dar marcha atr¨¢s y recuperar el tiempo perdido fusiona ambas miradas con la del lector, quien, interpelado en lo m¨¢s ¨ªntimo, se identifica con el relato de la vida, sea quien sea el que habla. Y el padre, por arte de magia, conserva la voz m¨¢s all¨¢ de su existencia gracias a la interacci¨®n literaria del hijo.
Autobiograf¨ªa de mi padre es para Le Monde una de las 50 mejores novelas de la segunda mitad del siglo XX. Visto en perspectiva, es mucho m¨¢s que una novela. Su retrato del dolor y la p¨¦rdida, su intento de dar sentido a lo que quiz¨¢s no lo tenga, la conecta directamente con Devant ma m¨¨re (Gallimard) libro de Pachet dedicado a su madre y publicado 20 a?os despu¨¦s. Como ocurr¨ªa en la obra sobre su padre, el autor franc¨¦s nos da aqu¨ª una lecci¨®n de generosidad y literatura. El relato nos sit¨²a en el momento en que Pachet se da cuenta de que su madre padece demencia senil, su vida se apaga lentamente y el pasado invade el presente a trav¨¦s de un mon¨®logo interior que crece como gran forma de lenguaje. Pachet, sin embargo, busca entrar en ese mundo. La palabra literaria de Autobiograf¨ªa de mi padre se transforma aqu¨ª en la herramienta para acceder a una existencia que se derrumba. ¡°Hace dos a?os que asisto en directo al proceso de descomposici¨®n progresiva de la realidad para mi madre¡±, asegura pasado el ecuador del libro, como si al mirar atr¨¢s necesitara justificarse. ¡°Sin embargo¡±, contin¨²a, ¡°no puedo limitar el tema de este escrito a la cr¨®nica de una p¨¦rdida, de una p¨¦rdida que tiene lugar ante mis ojos o que m¨¢s bien constato cada vez que la visito¡±.
Una terrible casualidad
La prosa de Pachet tiene ese estilo sencillo tan dif¨ªcil de conseguir y que Laura Salas plasma con precisi¨®n en su traducci¨®n al espa?ol para Perif¨¦rica. Fronterizos con la biograf¨ªa, la autoficci¨®n y el memoir de tradici¨®n estadounidense, estos dos libros tristes y evocadores ¡ªcomo era Adieu, centrado en la enfermedad y muerte de su esposa¨C esquivan cualquier exhibicionismo, cuentan m¨¢s cuanto m¨¢s se alejan de los excesos eg¨®latras de la autoficci¨®n, errores en los que no cae ni cuando confiesa, por ejemplo, que se siente ¡°humillado¡± por el progresivo deterioro de su madre o que no entiende la deriva vital de su padre. El caudal de sensaciones que transporta Devant ma m¨¨re no desbordan nunca ciertos l¨ªmites, pero llega a su destino. ¡°Era una joven bella y ahora no s¨¦ qui¨¦n soy¡±, suelta la madre al hijo, una de las muchas bombas que caen cuando habla, y ¨¦l lo comparte y con ello no lo supera pero lo exorciza. El autor franc¨¦s cuenta con pulso c¨®mo el monstruo interior avanza en el enfermo, c¨®mo destruye el lenguaje coherente, las conexiones, c¨®mo deja, cruel, que algunos recuerdos reales salten el muro de la demencia y traigan, por ejemplo, la muerte de una hija ocurrida hace a?os al presente.
Ante el mundo en descomposici¨®n de su madre, Pachet busca a la mujer que fue incluso antes de conocer a su padre, esa estudiante lituana que se enfrenta al mundo y llega a Par¨ªs sin hablar franc¨¦s, esa mujer que deja una prometedora carrera para ser una buena esposa y madre, cumplir con lo que entonces estaba reglado; esa mujer jud¨ªa que sobrevive a la barbarie nazi que masacra a gran parte de su familia. Pero llega un punto en que no puede indagar m¨¢s y la ¨²nica testigo de aquello ya no tiene recuerdos. O los tiene pero est¨¢n maleados, forman un relato que narra otro mundo que no existe m¨¢s que para ella. Es una terrible casualidad que padre y madre perdieran la vista antes de morir. Es hermoso lo que su hijo ha hecho con su declive y muerte y con la reivindicaci¨®n de lo que fueron. Su hija Ya?l Pachet public¨® en 2019 Le peuple de mon p¨¨re (Fayard). La tradici¨®n contin¨²a.
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