¡®El mal de la monta?a¡¯: Vivir para contarlo en Instagram
La obra teatral del argentino Santiago Loza distrae como un paseo por las redes sociales
El espacio en el que se desarrolla El mal de la monta?a, obra del argentino Santiago Loza estrenada el jueves en el Teatro Espa?ol de Madrid, se presenta deliberadamente ambiguo. Dos muros con desconchones y llenos de humedades, suelo de gres trasnochado, ventanas sin cristales, un vano sin puerta, follajes de plantas artificiales de fondo y dos sof¨¢s hinchables. Intuimos que es una especie de no lugar metaf¨®rico. La primera escena confirma esa primera impresi¨®n: asistimos al ruidoso inflado autom¨¢tico de los sof¨¢s sin que nadie los active. Despu¨¦s, tres amigos treinta?eros berrean canciones de desamor en un karaoke imaginario y luego uno de ellos le cuenta a otro c¨®mo ha roto con su novia: un paseo de noche, lluvia fina, bonitas palabras de despedida¡ Habr¨ªa sido id¨ªlico si un mendigo no se hubiera puesto a orinar delante de ellos. Y eso es lo que realmente le duele: el mendigo no encaja en el relato.
A partir de ah¨ª, todo lo que viene despu¨¦s son narraciones de cosas que les pasan, piensan o sienten los tres amigos, a los que a mitad de funci¨®n se les suma una mujer tambi¨¦n treinta?era que parece ser la exnovia de la primera historia, aunque podr¨ªa ser la exnovia de cualquiera. Hablan continuamente, pero no hay di¨¢logo. Es una sucesi¨®n de mon¨®logos porque lo ¨²nico que les interesa es contarse a s¨ª mismos: el relato es lo que da sentido a sus vidas. Aunque en ning¨²n momento lo menciona el texto ni lo sugiere la puesta en escena, nos damos cuenta de que ese no lugar en el que los protagonistas se encuentran para no conversar es una acertada met¨¢fora de las redes sociales. Y como ocurre con las redes sociales, el montaje tiene gracia a ratos y distrae con su retah¨ªla de an¨¦cdotas, ocurrencias, comentarios, im¨¢genes y canciones, pero no nos lleva a ninguna parte. Hay parlamentos que se hacen largos, otros demasiado cortos y algunos resultan extempor¨¢neos. Los personajes no est¨¢n definidos (se entiende que deliberadamente porque as¨ª se muestran las personas en el mundo virtual) y el tema del desamor que recorre de fondo la obra queda diluido.
La puesta en escena dirigida por Francesco Carril y Fernando Delgado-Hierro, que tambi¨¦n forman parte del reparto junto con Luis Sorolla y ?ngela Boix, saca el mejor jugo al texto. El espect¨¢culo consigue enganchar en las situaciones c¨®micas sobre todo porque los actores se manejan con soltura en ese registro y llevan al paroxismo la obsesi¨®n de sus personajes por ser escuchados. Y tambi¨¦n su nulo inter¨¦s por escuchar a los dem¨¢s. Los cuatro exploran con expresividad la crisis existencial de los protagonistas y muestran con eficacia c¨®mo algunos de sus sue?os se van desinflando con la llegada a la madurez. Igual que lo hacen al final de la funci¨®n los sof¨¢s hinchables del escenario.
¡®El mal de la monta?a¡¯, obra teatral del argentino Santiago Loza, distrae como un paseo por las redes sociales
Texto: Santiago Loza. Dirección: Francesco Carril y Fernando Delgado-Hierro. Reparto: Ángela Boix, Francesco Carril, Fernando Delgado-Hierro y Luis Sorolla. Teatro Español. Madrid. Hasta el 3 de abril.
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