¡°No es cierto que saliera gorda de Am¨¦rica¡±: cuando Maria Callas contest¨® a un art¨ªculo plagado de infundios
Su ¨¢cida respuesta a la revista ¡®Time¡¯, la invitaci¨®n de Jackie Kennedy para cantar en la Casa Blanca que declin¨® o su declaraci¨®n de amor a Onassis d¨ªas antes de su ruptura forman parte de las 350 misivas recogidas junto a su autobiograf¨ªa inconclusa en un nuevo volumen que llega esta semana a las librer¨ªas
Desmentido del art¨ªculo de la revista ¡®Time¡¯ - en italiano
1. No es cierto que saliera gorda de Am¨¦rica. Aument¨¦ de peso en Grecia despu¨¦s de un tratamiento con huevos batidos y una disfunci¨®n glandular que mi madre no tuvo el valor de tratar.
2. Solo estuve un a?o en el Conservatorio Nacional, despu¨¦s me cambi¨¦ al Conservatorio de Atenas con De Hidalgo.
3. Es mentira que los odiara a todos: ?a santo de qu¨¦? No es cierto que en la escuela no me quer¨ªan, al contrario. Pura invenci¨®n.
4. Nunca estuvimos en apartamentos baratos (o sea, cheap). Pero, si fuera cierto, mi madre deber¨ªa estar avergonzada de decir tal cosa en perjuicio de nuestro nombre.
5. No es cierto que comiera queso, creo que nunca me ha gustado el queso. En cuanto a los desayunos, recuerdo que tem¨ªa desmayarse al bajar las escaleras de la casa, porque sal¨ªa por las ma?anas sin un t¨¦ ni una tostada.
6. La Tosca [en Atenas] fue puesta en escena para m¨ª desde el principio y, adem¨¢s, ensayamos durante m¨¢s de tres meses. Dino Janopulos puede dar testimonio de ello porque fue el director de la ¨®pera. As¨ª que todo es mentira, lo de la camisa rota y mi ojo hinchado, lo de la nariz ensangrentada del otro[1]. Tampoco es cierto que los cr¨ªticos hayan hablado demasiado bien. Nunca han hablado bien.
7. Solo estuve en Estados Unidos desde octubre de 1945 hasta mediados de junio de 1947, ni dos a?os siquiera; no es que haya mucha diferencia, pero por ser precisos.
8. Ya en Am¨¦rica hab¨ªa seguido una cura de adelgazamiento y hab¨ªa bajado de 100 a 80 kilos, luego en Italia baj¨¦ a los 70. Precisamente en la ¨¦poca de Turandot, Tristano y Norma[2]. Despu¨¦s de la operaci¨®n de apendicitis engord¨¦ 10 kilos y luego, sobre el 1950-1951, empec¨¦ a engordar sin raz¨®n, era la dichosa tenia la que, realmente, me creaba este inconveniente[3].
9. No es cierto que me fuera de Am¨¦rica infeliz y enfadada, cuando ten¨ªa todas las razones para ser feliz. Ten¨ªa un contrato para la temporada de ¨®pera al aire libre m¨¢s grande del mundo, la Arena de Verona ¨Cpara La Gioconda, con Serafin de director.
10. Meneghini no le pidi¨® a Serafin que preparara las ¨®peras conmigo. Fue el Maestro quien me ense?¨®, puesto que deb¨ªa hacerlas conmigo.
11. La historia de las flores alrededor de la cama es rid¨ªcula.
12. No es cierto que Meneghini me impidiera cantar porque, si ¨¦l hubiera querido, no habr¨ªa seguido cantando. Nunca tuve a ning¨²n demonio empuj¨¢ndome. Estaba en la gira y ten¨ªa que cumplir con mi deber.
13. La historia de La Scala y mi miop¨ªa es rid¨ªcula. Invenci¨®n de los habituales y pol¨¦micos periodistas a los que no les gustaba que estuviera en La Scala, y escrib¨ªan o citaban una cosa que dije de una forma para tergiversarla a su manera.
14. La Scala no me ofreci¨® nada hasta la desgracia de la Tebaldi en el teatro. Me pidieron que siguiera con Aida, pero me negu¨¦ porque no aparec¨ªa en los carteles. Es al a?o siguiente cuando me contrataron para la apertura de temporada con I Vespri.
15. La Tebaldi nunca ha sido una v¨ªctima m¨ªa, quiz¨¢ sea al contrario.
16. No es cierto que viva en el conflicto, los odio. Saberse defender y salir victoriosa no es una falta sino algo bueno, pero no significa que me gusten las batallas.
17. Es cierto que mi madre me pidi¨® dinero en ese momento y es cierto que me negu¨¦ a d¨¢rselo porque hac¨ªa dos meses que le hab¨ªa pagado (ella estaba conmigo en M¨¦xico a costa m¨ªa, por supuesto) unos mil d¨®lares al estado por mi viaje de regreso de Grecia y por el dinero que me prest¨® el estado que, naturalmente, se lo pas¨¦ a mi madre para los gastos de la casa y adem¨¢s le hab¨ªa comprado un abrigo ? de piel de vis¨®n (como puede confirmar el peletero Hans de M¨¦xico). Tambi¨¦n le hab¨ªa dado mil d¨®lares para sus gastos personales con la promesa de que le durar¨ªan un a?o ¨C?ya que no ten¨ªa necesidad de dinero porque estaba con mi padre y hab¨ªa ahorrado unos 1.500 o 2.000 d¨®lares!¨C. Sal¨ª de M¨¦xico limpia de dinero porque tambi¨¦n tuve que pagarle a mi padrino los 750 d¨®lares que me hab¨ªa prestado para el viaje de mi madre de Grecia a Am¨¦rica. Y en ese momento no era rica. ?Todo lo contrario! No quer¨ªa cargar en exceso a mi marido porque, quien tenga sensibilidad comprender¨¢ que, en el primer a?o de matrimonio, uno se averg¨¹enza de pedir dinero constantemente. Despu¨¦s quiso divorciarse de mi padre y fue entonces cuando me enfad¨¦. A esa edad uno no se divorcia. Y, para colmo, escribi¨® unas cartas muy ofensivas a Battista.
18. No es cierto que yo eliminara a Serafin de los discos. Es absurdo acusarme a m¨ª de tal cosa.
19. Nunca he dicho frases como ¡°entiendo el odio y respeto la venganza¡±, u otras. Son frases rid¨ªculas y ni siquiera se ajustan a mi forma de expresarme. Podr¨ªa decir, y hasta me pueden citar, que detesto la venganza o a los que la ponen en pr¨¢ctica y no entiendo en absoluto el odio. Me citaron en una frase que no tiene sentido y cuya traducci¨®n ser¨ªa: ¡°Entiendo el odio. Yo respeto la venganza. Tienes que defenderte. Tienes que ser muy fuerte, muy muy fuerte. Y lo que te forma es luchar¡±. Esta frase no tiene ning¨²n sentido.
20. No es cierto que me guste salir sola a recibir los aplausos. Muchas veces he enviado a mis compa?eros a recibir solos los aplausos sin tener derecho a ello, por ejemplo:
1. Di Stefano en la primera representaci¨®n de Lucia en La Scala.
2. Infantino en la Lucia de Venecia.
3. Del Monaco en su ¨²ltima Andrea Ch¨¦nier en La Scala.
?Puede preguntarle a estos y que se atrevan a negarlo!
21. No es cierto que me hago todos esos masajes con las cremas y los aceites, etc., ni estupideces de ese g¨¦nero, ?puede dar fe de ello Elisabetta en Nueva York y Dora Bruschi aqu¨ª!
22. ?No es cierto que nunca lavo mis guantes blancos de La Traviata!
23. No es cierto que mi marido haya gastado una fortuna en mi carrera profesional. Naturalmente, se gast¨® dinero en comprarme ropa y joyas, pero no te haces famosa con el dinero de tu marido.
24. No es cierto que dijera esa frase con la que concluye el art¨ªculo y que es la que digo despu¨¦s de (y esta la habr¨¦ dicho): "La gente querr¨ªa verme caer alguna vez". Pero esta que sigue no la he dicho: "Bueno, no puedo y no caer¨¦. Nunca dar¨¦ satisfacci¨®n a mis enemigos". Estas son mis palabras alteradas y retorcidas para hacerme parecer presuntuosa y segura de m¨ª misma. En cambio, soy pesimista por naturaleza.
[1]?El art¨ªculo afirma que tuvo una pelea f¨ªsica con sus compa?eros para obtener el papel.
[2]?En el 1949.
[3]?Sin saberlo, hab¨ªa contra¨ªdo un par¨¢sito intestinal, posiblemente por haber comido carne cruda. Una vez curada perdi¨® mucho peso.
A Jacqueline Kennedy ¨C en ingl¨¦s
Mil¨¢n, 21 de julio de 1963
Mi querida Madame Kennedy,
Me encantar¨ªa cantar para ustedes en la cena de Estado en honor del emperador Haile Selassie de Etiop¨ªa el primero de octubre, pero me temo que en ese periodo estar¨¦ ocupada con grabaciones. Por lo tanto, si pudiera enviarme otras fechas, estar¨¦ m¨¢s que feliz de considerarlas.
En cuanto al acompa?amiento, ?no ser¨ªa maravilloso que Leonard Bernstein me acompa?ara al piano o con una peque?a orquesta? Lo conozco muy bien y los dos nos admiramos. Naturalmente, esto es solo una sugerencia, y estoy segura de que estos detalles se pueden resolver m¨¢s adelante.
Les agradezco que hayan pensado en m¨ª y, especialmente siendo norteamericana, le aseguro que ser¨ªa m¨¢s que feliz y me sentir¨ªa profundamente honrada de cantar en la Casa Blanca.
Les doy las gracias a usted y al presidente por su admiraci¨®n, lo que me conmueve profundamente, y ans¨ªo conocerla, ya que el a?o pasado en el Madison Square Garden[1] no estuvo presente.
Con mis mejores deseos,
Atentamente,
Maria Callas
[1]?Para el cumplea?os de J. F. Kennedy en el que hab¨ªa cantado un aria de Carmen.
A Arist¨®teles Onassis ¨C en ingl¨¦s
Par¨ªs, 30 de enero de 1968
Aristo, mi amor,
S¨¦ que este es un peque?o regalo de cumplea?os, pero debo decirte que, despu¨¦s de 8 a?os y medio, con todo lo que hemos pasado, estoy feliz de decirte, desde lo m¨¢s profundo de mi coraz¨®n, que estoy orgullosa de ti. Te amo en cuerpo y alma. Y solo deseo que t¨² sientas lo mismo.
Me siento privilegiada de haber alcanzado el nivel m¨¢s alto en una carrera dif¨ªcil y de haber sido bendecida por Dios por haberte encontrado a ti, que tambi¨¦n has pasado por el infierno, has alcanzado las alturas y ahora estamos juntos.
Intenta o, por favor, haz que estemos unidos siempre, porque tengo necesidad de tu amor y tu respeto. Soy demasiado orgullosa para admitirlo, pero s¨¦ que eres mi aliento, mi mente, mi orgullo y mi ternura. Si pudieras ver mis sentimientos por ti, te sentir¨ªas el hombre m¨¢s fuerte y rico del mundo. Esta no es la carta de una ni?a. Es la de una mujer herida, cansada, que te da los sentimientos m¨¢s frescos y juveniles que jam¨¢s haya sentido. Nunca olvides eso y s¨¦ siempre tan tierno conmigo como en estos d¨ªas y me har¨¢s la Reina del mundo ¨Cmi amor¨C, necesito cari?o y ternura.
Soy tuya, haz lo que quieras conmigo.
Tu alma gemela
Maria
¡®Maria Callas. Cartas y memorias¡¯. Edici¨®n a cargo de Tom Volf. Akal, 2022. 528 p¨¢ginas. 25 euros.
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