Emilio Lled¨®: ¡°No es verdad que el hombre sea un lobo para el hombre¡±
El fil¨®sofo regresa en ¡®Identidad y amistad¡¯, su ensayo m¨¢s reciente, a algunos de los temas que vertebran su obra: la educaci¨®n, el lenguaje, la justicia. Aupado en la atalaya de sus 94 a?os, el sabio contin¨²a oteando el futuro
Pocos intelectuales como el fil¨®sofo Emilio Lled¨® (Sevilla, 1927) se ci?en con justeza al concepto de sabio. Desde la atalaya de sus 94 a?os, con una existencia llena de recuerdos y ausencias, Lled¨® sigue mirando al futuro y reflexionando sobre la vida. Autor de numerosos ensayos, premiado con el Nacional de las Letras y el Princesa de Asturias de Humanidades, miembro de la Real Academia Espa?ola, se sigue presentando ante todo como un profesor, oficio que ejerci¨® primero como catedr¨¢tico de instituto y luego en varias universidades espa?olas y alemanas.
Su ¨²ltimo libro, Identidad y amistad. Palabras para un mundo posible (Taurus, que ha recuperado gran parte de sus ensayos), recoge muchos de los grandes temas de su obra: la importancia de la educaci¨®n, la necesidad de conocer el verdadero sentido de las palabras y la b¨²squeda de una sociedad m¨¢s justa. Acaba con una frase que puede resumir su pensamiento: ¡°Estoy cansado ¡ªdec¨ªa el fil¨®sofo¡ª de pensar sobre palabras como el bien o la justicia, ense?adme de una vez a realizarlas¡±. Lled¨® puede seguir rebel¨¢ndose ante los defectos del mundo en el que vive, pero no se rinde ante la posibilidad de cambiarlo. Esta entrevista tuvo lugar esta semana en el domicilio madrile?o del pensador.
Pregunta.??Cree que hemos perdido el concepto original de pol¨ªtica como concordia, una definici¨®n que proven¨ªa de la antigua Grecia y que reproduce en su libro, la pol¨ªtica como el arte de buscar la concordia? ?Estamos ahora mismo en todo lo contrario?
Respuesta.?Una de las cosas que me llamaron siempre la atenci¨®n cuando estudiaba y por las que me met¨ª a fondo en el estudio de las palabras como polis fue que en su origen alimentaban la solidaridad, la comunicaci¨®n y la convivencia. Ese fue el origen de la polis: se basaba en la idea plat¨®nica y aristot¨¦lica de que no nos bastamos, de que necesitamos a los otros, que estamos obligados a convivir. Y tenemos que lograr una fluidez mental que haga posible esa convivencia. Ese fue uno de los principios que alimentaron la creaci¨®n de la polis, el reconocimiento de que el ser humano no era suficiente ¨¦l mismo y que necesitaba a los otros.
¡°A veces me entra una tristeza enorme por lo que pasa, parece que no progresamos¡±
P.??Y nos hemos olvidado de ese principio?
R.?A veces me entra una tristeza enorme por lo que pasa, parece que no progresamos. Despu¨¦s de tantos siglos de eso que se llama la cultura europea, desde la Il¨ªada y la Odisea, en lugar de convivir, estamos yendo hacia atr¨¢s. Se me ha ocurrido un sustantivo: el desg¨¦nero humano, parece mentira que a estas alturas nuestra degeneraci¨®n est¨¦ contradiciendo lo que es realmente la vida de los seres humanos, el g¨¦nero humano que se construye a trav¨¦s del lenguaje, de la inteligencia, de la philia, de la relaci¨®n con los otros, de la b¨²squeda de la concordia. Y no soy pesimista, quiero seguir siendo optimista. Despu¨¦s de tantos siglos, en los que ha habido tanto progreso cultural, tanto arte, tanta belleza, tanta literatura, tantos libros, tanto pensamiento, tantos ideales, que de repente haya explosiones de irrealidad, de insolidaridad y de degeneraci¨®n. Creo que eso tiene que combatirse con educaci¨®n, con libertad.
P.??Educar solo puede ser educar en ser libres?
R.?Por eso es tan importante la educaci¨®n. Si se meten en la cabeza de los ni?os grumos mentales, ya no les dejan crecer en libertad. Son grumos que no creen en la sugerencia de la lectura como mi viejo profesor de la Rep¨²blica. Lo he contado muchas veces. Cog¨ªamos nuestra pluma o nuestro lapicero y escrib¨ªamos sugerencias de la lectura de unas p¨¢ginas de El Quijote. Eso me parece la educaci¨®n de la libertad. Me obsesiona el tema de la educaci¨®n. En este libro est¨¢n recogidas mis preocupaciones de much¨ªsimos a?os.
P.?Tambi¨¦n sostiene que educar es poner en duda lo que se ense?a. ?Educar es ense?ar en la contestaci¨®n, en la duda?
R.?Va con la naturaleza humana. La primera l¨ªnea de la Metaf¨ªsica de Arist¨®teles dice que todos los seres humanos tienden por naturaleza a entender. Si caen en una escuela que les paraliza, que les impida esa posibilidad de apertura que tienen los ni?os por naturaleza, esa curiosidad natural se machaca. Educar debe consistir en coordinar esa necesidad de saber, que por naturaleza est¨¢ en el origen del pensamiento humano.
P.?Ha dicho que nuestra cultura nace con la Il¨ªada, concretamente con el momento en que Pr¨ªamo visita a Aquiles para reclamarle el cad¨¢ver de su hijo y dos enemigos se reconcilian y acaban llorando juntos.
R.?Aquiles ha matado a su hijo, pero acaban entendi¨¦ndose, admir¨¢ndose. Eso est¨¢ supuestamente escrito, porque no estaba escrito, hace 27 siglos. El verso fue una manera de sostener la oralidad, la palabra viva, la palabra que se esfuma.
P.??Cree que es una lecci¨®n que sigue presente?
R.?Ser¨ªa muy importante que no lo olvid¨¢ramos nunca. Pero al mismo tiempo que cada uno cediese algo de sus supuestos prejuicios, que es una palabra tambi¨¦n importante. Te meten unos cuantos prejuicios, unas cuantas ideas, unos cuantos conceptos aglutinados sobre experiencias falsas o sobre ideolog¨ªas o sobre intereses, eso no produce nada. La ignorancia es el origen de la violencia y de la falsificaci¨®n del mundo.
Premiado con el Princesa de Asturias de Humanidades, a¨²n se presenta como profesor
P.?Entonces, ?quien manipula la educaci¨®n puede manipular una sociedad?
R.?Sin la menor duda. Por eso, hay grupos intelectuales y religiosos que m¨¢s o menos conscientemente intentan dominar la educaci¨®n, porque es dominar su futuro, sobre todo si es un futuro de insensatos, de indecentes, de gente a la que solo le interesa el dominio econ¨®mico, aunque se arruine la mente. La influencia de esos intereses econ¨®micos es un problema muy grave de nuestro tiempo porque no est¨¢n sustentados en la libertad, la solidaridad y en abrir el horizonte de la realidad hacia unos cuantos ideales. El origen de la filosof¨ªa griega fue porque quisieron saber cu¨¢l era el sustento de la vida. Unos dec¨ªan que era el aire, el fuego, el agua, la tierra. Y es verdad. Pero con el tiempo, cuando la filosof¨ªa fue progresando y el pensamiento humano enriqueci¨¦ndose, cuando se empieza a dialogar como hace Plat¨®n, van a surgir otros conceptos: el bien, la verdad, la justicia, la belleza.
P.?En su libro sobre Epicuro recuerda a menudo la importancia que ten¨ªa la naturaleza para este pensador helen¨ªstico. ?Cree que es una filosof¨ªa que intuye el ecologismo, lo importante que la naturaleza es para nosotros, que destruir ese jard¨ªn es destruirnos a nosotros mismos?
R.?Esa relaci¨®n con la naturaleza se fue olvidando y es una de las grandes cosas de Epicuro: descubrir que la naturaleza somos, que eso que est¨¢ ah¨ª fuera somos, es nosotros. Nosotros no solo estamos en la naturaleza, sino que somos naturaleza. Lo que pasa es que hemos tenido la suerte de crear la cultura, aunque a veces no se nota. Todo ese mundo de cultura lo ha creado tambi¨¦n el ser humano. Y en estos momentos de crisis tenemos que pensar en ello. Por eso son tan importantes las humanidades, porque nos humanizan a todos. Esa defensa hay que hacerla constantemente. Me parece inconcebible que se quiera quitar la filosof¨ªa del bachillerato, aunque una filosof¨ªa cuajada en peque?os grumos no tiene sentido. Pero el pensamiento filos¨®fico, con profesores que sepan abrir la inteligencia de los muchachos, me parece prodigioso que se pueda mantener. Todos los hombres, dice un texto de Arist¨®teles, buscan por naturaleza el saber y el bien. Lo malo es que a veces se busca no el bien, sino lo que nos parece bien. Esa es una idea importante.
P.?Ha citado dos veces la importancia que tuvieron en su vida los a?os de ni?ez en la Rep¨²blica. ?Cree que la Espa?a de ahora ha recuperado esos valores que fueron tan importantes?
R.?En algunas cosas, s¨ª. Me sorprend¨ªa y me emocionaba que, en la ¨¦poca de la Rep¨²blica, desde 1931 hasta 1936, se intentasen crear m¨¢s de 10.000 escuelas. Hab¨ªan intuido que eso era el origen de la vida y de la cultura. No podemos vivir solos, sino en compa?¨ªa con los otros, y eso tiene que fluir a trav¨¦s del r¨ªo de la solidaridad y de la amistad. Decir eso con la guerra de Ucrania parece una utop¨ªa, pero hay que mantener esos ideales. Si no, no merece la pena vivir. No es verdad que el ser humano sea un lobo para el hombre. Nosotros nos lobificamos, valga la expresi¨®n. Pero el principio del amor es mucho m¨¢s importante que el del odio y de la enemistad. Eso es lo que ha creado la vida y la cultura, porque nos hace salir de esa miseria que ser¨ªa la idea de que el hombre es un lobo para el hombre. Es verdad que existen la violencia y las armas, no hay que olvidarlo, pero el principio de la vida es el amor, la philia, la solidaridad. Lo otro es un esquema de muerte y negatividad.
P.?Uno de los pocos momentos de su libro en que parece realmente enfadado es cuando habla del nacionalismo ?Es realmente algo que le irrita tanto?
R.?Esa ¨²ltima parte es m¨¢s agresiva, pero creo realmente que tengo raz¨®n. Los principios del ego¨ªsmo, que son el prejuicio a la alteridad, el prejuicio racial, el prejuicio de que somos superiores a otros¡ No somos superiores. Ah¨ª me he metido un poco en pol¨ªtica y he resumido cosas que ten¨ªa pensadas. Eso del nacionalismo no lo entiendo, tal y como me lo dan a entender. Estoy orgulloso de mi lengua, pero eso me lleva a querer comunicar, como los alemanes que est¨¢n orgullosos de Goethe. La idea de que somos mejores que otros es negativa. Hay que luchar por ser mejor, pero todos como conjunto. El nacionalismo no tiene por qu¨¦ ser un mal, a no ser que te creas superior al otro, porque eso crea los fascismos de cualquier tipo.
¡°El principio del amor es mucho m¨¢s importante que el del odio y de la enemistad¡±
P.??Cree que la palabra identidad que aparece en el t¨ªtulo de su libro ha sido muy mal interpretada, como algo excluyente?
R.?Un principio que est¨¢ en los or¨ªgenes de la filosof¨ªa es con¨®cete a ti mismo. Hay un concepto en la filosof¨ªa moderna, concretamente en Kant, que es el sujeto transcendental, que me parece maravilloso. Se trata del conocimiento libre, l¨²cido, lleno de luz, de uno mismo, y eso es lo que quieres transmitir a los dem¨¢s. Eso es lo que crea la polis, lo que crea la sociedad, lo que crea la cultura¡
P.?Este libro retoma un tema que se encuentra en el coraz¨®n de su obra: intentar entender el origen de las palabras como una forma de comprendernos mejor. ?Eso es algo que le ha preocupado siempre? ?Podemos decir que las palabras tienen una cierta sabidur¨ªa?
R.?Nunca ha habido tantas posibilidades de comunicaci¨®n como hoy: la radio, la televisi¨®n, los m¨®viles, los libros, el lenguaje¡ Pero nunca ha estado el hombre tan silencioso como hoy. Esas posibilidades de comunicaci¨®n hacen que resbalemos sobre las palabras, que sean como la superficie helada de un lago. Hablamos, las utilizamos, pero patinamos sobre las palabras. Dentro est¨¢ el agua, debajo de esa superficie helada por la que circulamos ahora m¨¢s que nunca, pero es parad¨®jicamente absurdo que resbalemos y que no busquemos la vida del lenguaje, la historia del lenguaje. Eso es lo que he intentado hacer. Ha sido una obsesi¨®n m¨ªa desde mi tesis doctoral. Hay que educar a los ni?os a pensar en el lenguaje, en el sentido de lo que dicen.
P.?Otra palabra muy importante para usted es la memoria. ?Sin memoria no puede haber seres humanos?
R.?Por supuesto. La memoria es la esencia de la vida intelectual, de lo que hemos sido, al igual que mi cuerpo tiene la memoria de sus cicatrices. La memoria conserva la experiencia de la vida personal y de la vida intelectual y de la convivencia, a trav¨¦s de los libros, de la informaci¨®n y de la cultura.
P.??Deber¨ªan tener las sociedades tambi¨¦n una memoria? ?Qu¨¦ piensa cuando escucha a alguien decir que el franquismo no fue una dictadura?
R.?Durante la Guerra Civil, en Madrid, recuerdo de ni?o acompa?ar al cuartel a mi padre, al parque de artiller¨ªa de la calle de Atocha. Y dando un paseo por Madrid vi un cartel que no he olvidado nunca. Pon¨ªa: ¡°Madrid ser¨¢ la tumba del fascismo. No pasar¨¢n¡±. Ten¨ªa 9 o 10 a?os. Pero pasaron y siguen pasando. Los mismos intereses que combatieron la Rep¨²blica siguen de alguna manera pasando. Aunque es verdad que estamos en democracia y que existen muchas m¨¢s posibilidades, siguen pasando.
¡®Identidad y amistad. Palabras para un mundo posible¡¯. Emilio Lled¨®. Taurus, 2022. 192 p¨¢ginas. 17,95 euros.
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