¡®The Last of Us¡¯ y la caducidad de las obras de arte
La llegada al mercado del ¨²ltimo t¨ªtulo de Naughty Dog plantea la cuesti¨®n de la perdurabilidad en el mundo de los videojuegos
La gente suele quejarse del abuso de secuelas y precuelas en el ¨¢mbito literario y cinematogr¨¢fico (en el caso del cine, adem¨¢s, remakes y reboots). Lo cierto es que la gente suele quejarse con raz¨®n, pues muchas de estas estrategias responden a planteamientos no tanto narrativos como comerciales. ?Para qu¨¦ devanarse los sesos buscando nuevas historias o personajes que pueden no conectar con el p¨²blico si podemos reutilizar historias o personajes que ya lo han hecho? La eficiencia econ¨®mica acaba muchas veces en pereza creativa: si algo funciona, expl¨®talo hasta que el pozo se quede seco.
En el caso de los videojuegos esto tambi¨¦n pasa, pero el medio interactivo tiene una particularidad que funciona como justificaci¨®n: los videojuegos son iterativos, es decir, las secuelas no s¨®lo expanden la historia del juego original, sino que refinan las mec¨¢nicas jugables. En plata: en la cuarta parte de un videojuego de coches se conducir¨¢ mejor que en la primera, y en la quita parte de un juego de lucha se pelear¨¢ mejor que en el original, porque gran parte de la gracia de todo esto consiste en ir introduciendo mejoras que perfeccionen la experiencia del usuario.
Hoy llega al mercado el remake de uno de los juegos m¨¢s importantes de la ¨²ltima d¨¦cada: The Last of Us, juego de acci¨®n posapocal¨ªptica que en 2013 consigui¨® que toda la comunidad de jugadores se enamorara del mundo zombificado y aterrador que propon¨ªa la obra y de los personajes que poblaban ese mundo, con el maduro Joel y la joven Ellie a la cabeza (un escenario y unos personajes, por cierto, que el a?o que viene ser¨¢n todav¨ªa m¨¢s conocidos gracias a la serie basada en el juego que est¨¢ desarrollando HBO).
Hay remakes y remakes. Y es evidente que hay un sentido puramente comercial para este movimiento: este remake de The Last of Us solo est¨¢ disponible para la PlayStation 5, una consola cuyas ventas fueron torpedeadas por la escasez de chips a nivel mundial, que acaba de anunciar un aumento de precio y muchos de cuyos grandes juegos pueden jugarse tambi¨¦n en la PlayStation 4. Es pues una buena excusa para hacerse con la ¨²ltima m¨¢quina de Sony. Pero en cuanto al juego en s¨ª, lo cierto es que el nuevo mejora los gr¨¢ficos del original, pero aparte de eso no introduce ninguna mejora jugable con respecto al de 2013. Es decir: nueva piel para el mismo esqueleto mec¨¢nico y narrativo. Entonces, la gran pregunta es: ?tiene sentido este remake?
El apartado art¨ªstico de los videojuegos puede jugar a ser rupturista y con mucha personalidad, s¨ª: hay inolvidables juegos en dos dimensiones, otros cuya fuerza visual se basa en los dibujos animados o en el estilo cartoon, y hay juegos pretendidamente poligonales cuyo apartado art¨ªstico jam¨¢s caducar¨¢. Pero cada vez m¨¢s los gr¨¢ficos van apostando por el hiperrealismo (el hiperrealismo al que se puede aspirar cuando sale determinado juego), y esa es una apuesta arriesgada sencillamente porque la tecnolog¨ªa avanza a pasos agigantados: un juego visualmente espectacular hoy puede quedar obsoleto el a?o que viene, o casi.
Pero m¨¢s all¨¢ de eso, conviene tener algo claro: el juego original sali¨® en 2013, hace casi una d¨¦cada; mucho tiempo en el terreno digital. Entre la PlayStation 3 para la que sali¨® y el presente median dos generaciones de consolas y un mundo en cuanto a calidad gr¨¢fica. En el mundo de los videojuegos hay obras que supusieron un parteaguas en, por ejemplo, 1998, pero que hoy son directamente inc¨®modas de jugar y espantan a muchos de los potenciales jugadores que estar¨ªan dispuestos a acercarse a ellas.
Cada medio art¨ªstico tiene sus particularidades, y en el de los videojuegos la caducidad ¡ªla obsolescencia jugable o t¨¦cnica¡ª es un mal que acecha a la vuelta de la esquina. En ese sentido un remake como el de The Last of Us cobra pleno sentido no como novedad comercial, sino como fondo de armario. Ah¨ª se quedar¨¢ para quien quiera acercarse cuando toque. Cuando el cat¨¢logo de novedades se vaya quedando tambi¨¦n obsoleto ah¨ª estar¨¢ este remake, esperando a quien se acerque para ofrecerle una experiencia de primer nivel en lo jugable y, en lo narrativo, una historia capaz de tocar la fibra de cualquiera. Y si no, solo hay que esperar a que salga la serie: Joel y Ellie llegan (o vuelven) para quedarse mucho tiempo en el imaginario colectivo. Se lo han ganado por derecho propio.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.