Creadoras de universos, pioneras de lo imposible
El volumen ¡®Mundos alternos¡¯ re¨²ne los relatos de varias escritoras norteamericanas imprescindibles para entender el desarrollo del g¨¦nero fant¨¢stico
Catherine Lucille Moore fue primero una ni?a con una imaginaci¨®n desbordante y luego una empleada de banco con el mismo exacto tipo de imaginaci¨®n. As¨ª que de d¨ªa trabajaba en el banco en cuesti¨®n ¡ªhab¨ªa nacido en 1911, en Indian¨¢polis, y la Gran Depresi¨®n la hab¨ªa apartado de la universidad: su familia necesitaba el dinero para mantenerse a flote¡ª y de noche escrib¨ªa relatos de ciencia ficci¨®n. Corr¨ªa la d¨¦cada de los treinta, el mundo era un peque?o amasijo entre guerras y la llamada pulp fiction viv¨ªa su primera y t¨ªmida edad dorada. Se tem¨ªa al futuro y se buscaba una salida que, a la vez, fuese un refugio del presente. La revista Weird Tales public¨® su primer relato en 1933. El protagonista, un capit¨¢n de nave espacial, acabar¨ªa inspirando al mism¨ªsimo Han Solo. A H. P. Lovecraft, no demasiado amigo de la ficci¨®n espacial, le encant¨® hasta el punto de escribir sobre ¨¦l. Aunque no lo firm¨® como Catherine Lucille, sino como C. L. Moore.
Aunque, como se apresura a dejar claro Lisa Yaszek, profesora de Estudios de Ciencia Ficci¨®n en el prestigioso Instituto de Tecnolog¨ªa de Georgia, no ocult¨® su nombre porque fuese mujer y en esa ¨¦poca se esperase que ¨²nicamente los hombres escribiesen g¨¦nero fant¨¢stico, sino porque no quer¨ªa que nadie en el banco supiese a qu¨¦ dedicaba sus noches. Tem¨ªa que la despidiesen, como quiz¨¢ habr¨ªa temido su futuro marido, el cl¨¢sico Henry Kuttner. Como dijo Leigh Brackett ¡ªuna de las fundadoras del w¨¦stern como g¨¦nero y guionista de Star Wars¡ª, ¡°los editores est¨¢n comprando historias¡±. No importaba qui¨¦n las escribiese, sino que fuesen buenas, como recuerda en este Mundos alternos, primer tomo de ?El futuro es mujer!, apasionante antolog¨ªa a cargo de Yaszek que re¨²ne los mejores relatos de un pu?ado de escritoras norteamericanas imprescindibles para entender la forma en que se ha desarrollado lo fant¨¢stico ah¨ª fuera a lo largo del siglo XX.
Estas autoras crearon al primer h¨¦roe negro de ciencia ficci¨®n y alien¨ªgenas que no quer¨ªan destruir la Tierra
No es ¡®Shambleau¡¯ el relato de Moore que se incluye en esta primera entrega (de tres) de tan ambicioso y necesario proyecto ¡ªel de un mapa que se?ale los lugares en los que todo empez¨® a cambiar en el g¨¦nero¡ª, sino ¡®El beso del dios negro¡¯, un oscur¨ªsimo cuento fant¨¢stico de corte medieval ¡ªcaballeros, duelos de espadas¡ª que deviene de un extra?o ¡ªaquello que se ha dado en llamar weird¡ª demoledor. ?Por qu¨¦? La protagonista, la feroz Jirel de Joiry, es casi un animal salvaje y a la vez una hermos¨ªsima mujer capaz de hundirle los dientes en el cuello al m¨¢s sanguinario espadach¨ªn con el que se cruce, dando cuenta de su bestialidad y de su insumisi¨®n. La sorpresa que genera ¡ª?se oculta bajo cota de malla¡ª puede estar gui?¨¢ndole un ojo a la sorpresa que su propia obra gener¨® en la ¨¦poca. De ella se dice que fue la primera ¡ªsin distinci¨®n hombre/mujer¡ª en dar profundidad a personajes pulp. ¡®El beso del dios negro¡¯ es de 1934.
Adem¨¢s de Moore, en Mundos alternos hay relatos de Judith Merril, Zenna Henderson, Joanna Russ, Doris Pitkin Buck, Wilmar H. Shiras y Mildred Clingerman; esto es, relatos publicados entre finales de los a?os cuarenta y finales de los sesenta por, s¨ª, las principales voces del momento. Pioneras de lo imposible, reconfiguraron roles y ensayaron modelos de conducta y relaciones de poder que de ninguna forma pod¨ªan darse en el mundo que hab¨ªa al otro lado de la p¨¢gina, sustituyendo el limitado ?y si¡? tecnol¨®gico masculino por la exploraci¨®n de otros mundos en los que todo era distinto y, sobre todo, posible. As¨ª, fueron ellas las primeras que imaginaron, por ejemplo, una batalla con alien¨ªgenas que los humanos perd¨ªan ¡ªfue Leslie F. Stone, la creadora de la primera astronauta y tambi¨¦n del primer h¨¦roe negro de la ciencia ficci¨®n¡ª y a alien¨ªgenas no monstruosos que no quer¨ªan destruir ni saquear la Tierra.
Como dej¨® dicho Judith Merril ¡ª?de quien puede leerse el cl¨¢sico ¡®Que solo una madre¡¯, un escalofriante relato de aparente cotidianidad: ¨¦rase una vez un mundo en extremo contaminado nuclearmente y el beb¨¦ mutante y parlante de la protagonista¡ª, ¡°virtualmente, la literatura de g¨¦nero era el ¨²nico veh¨ªculo de disidencia pol¨ªtica¡±. Se refer¨ªa a su ¨¦poca, a la Guerra Fr¨ªa. Pero cuando se es el otro, cuando no se ostenta el poder, cuando no se dirige ¡ªo se protagoniza¡ª en el mundo en el que se vive, la ¨¦poca es lo de menos. Joanna Russ ¡ªde la que aqu¨ª se incluye ¡®Salvaje¡¯, la historia de Alyx, una rebelde solitaria que lleva desde ni?a enfrent¨¢ndose al poder en una sociedad desarticulada y tenebrosamente m¨¢gica¡ª coloc¨® a la mujer en el centro, batallando por la atenci¨®n merecida, en la explosi¨®n de la tercera ola feminista, convirti¨¦ndose en figura fundamental de la misma.
Como bien apunta Yaszek, y es m¨¢s que evidente en relatos como el de Doris Pitkin Buck ¡ª'El nacimiento de un jardinero¡¯, o la manera en que un matrimonio deprimente puede entrelazar sus mentes sin otro fin que el de salir del asfixiante agujero de lo esperable¡ª, las escritoras de g¨¦nero crearon una nueva especie de ficci¨®n que no utiliz¨® lo posible para fabular sobre las amenazas de lo tecnol¨®gico, la deshumanizaci¨®n o el miedo al otro (imperialmente), sino para imaginarse universos en los que su existencia era otra, expandida, superior, justa, y, como dijo Alice Mary Norton ¡ªautora que firm¨® a menudo como Andre Norton¡ª, preguntarse por qu¨¦ el ser humano act¨²a como act¨²a. Su regreso ahora, y de esta forma, juntas, es un peque?o milagro.
Mundos alternos?
Traducci¨®n de Falsos Amigos
Almad¨ªa, 2022
232 p¨¢ginas. 21,95 euros
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