¡®La viajera de la noche¡¯: la vejez, instrucciones de uso
Laure Adler reflexiona en un ensayo sobre la aceptaci¨®n de la edad, sin renunciar a la propia identidad ni permitir que el mundo la cuestione
¡±He aguardado la vejez con impaciencia. Porque puede ser la manera de escapar a lo que los dem¨¢s esperan de uno¡±. Esta frase del dramaturgo sueco Lars Nor¨¦n, fallecido en 2021 antes de cumplir los 77 a?os, encabeza el libro de Laure Adler ¡°La viajera de la noche¡±. Y viene a ser, en cierto modo, toda una declaraci¨®n de intenciones. Sin negar que vejez implica declive, p¨¦rdida, la autora pasa revista en apenas 200 p¨¢ginas a lo que puede ofrecer tambi¨¦n de bueno esta estaci¨®n final de la vida. Adler se basa para ello en las experiencias de artistas, intelectuales, gente que ha destacado en la vida y tiene algo que ense?ar. ¡°Siempre somos el viejo o la vieja de alguien. M¨¢s nos vale prepararnos¡±, advierte la autora.
?Cu¨¢ndo se entra en la vejez, y, sobre todo, de qu¨¦ manera vivirla sin dejarse aniquilar por la indiferencia de la sociedad? La escritora Annie Ernaux, por ejemplo, entrevistada para el libro, le cuenta a Adler que a los 62 a?os, cuando miraba con cierto desprecio a las viejas, y hab¨ªa sopesado incluso la posibilidad de hacerse un ¡®lifting¡¯, le diagnosticaron un grave c¨¢ncer de mama. Al darse cuenta de que probablemente ya no llegar¨ªa a vieja, la vejez se convirti¨® para ella en un horizonte deseable. Las cosas le fueron bien, y ha llegado, feliz, a los 82 a?os. El pintor japon¨¦s Katsushika Hokusai, autor de espectaculares olas, fallecido en 1849 a los 88 a?os, confes¨® que tras una vida entera dibujando, no se hab¨ªa sentido satisfecho con su obra hasta los 70 a?os. ¡°A los 73 comprend¨ª la verdadera naturaleza de los p¨¢jaros, los peces, las plantas¡ A los ochenta habr¨¦ progresado mucho, habr¨¦ llegado al significado profundo de las cosas; a los cien habr¨¦ alcanzado un estadio superior, indefinible, y a los ciento diez, cada punto, cada l¨ªnea, poseer¨¢ vida propia¡±, escribi¨®. La vejez fue para ¨¦l una etapa de suprema comprensi¨®n del mundo.
Para Ernest Hemingway lo importante era seguir activo. La palabra ¡®retiro¡¯, escribe, ¡°es la m¨¢s repugnante del idioma¡±¡¡±retirarse y abandonar las ocupaciones que nos hacen ser lo que somos equivale a enviarnos a la tumba¡±. Lamentablemente, puntualiza Adler, para muchas empresas la vejez de los trabajadores empieza a los 50 a?os, porque a esa edad son candidatos seguros a la jubilaci¨®n en los casos de regulaci¨®n de empleo.
¡°?Aprendemos a envejecer?¡±, se pregunta la autora, ¡°no lo creo, pero experimentamos en nuestro interior una extra?a dial¨¦ctica. Por una parte, todo te empuja a renunciar, a dejar de hacer ruido, a ceder; pero por otra parte, te dices que no tienes por qu¨¦ abandonar el campo de juego, y puedes llegar incluso a convencerte de que la acumulaci¨®n de a?os equivale a experiencia, a perspectiva¡±. La sociedad, que ha hecho de la juventud ¡°un modelo para toda la existencia¡±, no pone las cosas f¨¢ciles a los viejos, asociados a la idea de ¡°sobrante¡± o ¡°deshecho¡±. Es cierto que el aumento exponencial de ¡®seniors¡¯ en el mundo desarrollado puede haber debilitado la estima hacia la venerable edad. En el pasado cuando llegar a viejo era excepcional, se admiraba a quienes lo consegu¨ªan. Hoy es lo habitual, aunque todo apunta a que no se mantendr¨¢ constante la curva ascendente de la esperanza de vida. Ni es deseable, reconoce con cordura Adler, la longevidad con mala salud. La autora lamenta el ¡®edadismo¡¯, la discriminaci¨®n social por razones de edad, aunque, admite, todas las edades sufren discriminaci¨®n de uno u otro tipo. Quiz¨¢s la ¨²nica br¨²jula para moverse en el territorio de la vejez sea la que nos marca el camino de la aceptaci¨®n de la edad, sin renunciar por eso a nuestra identidad, ni permitir que el mundo nos la niegue.
La viajera de la noche?
Traducci¨®n de Isabel de Miquel
Editorial Ariel, 2022
192 p¨¢ginas. 18,90 euros
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