La mejor arquitectura de 2022
Las pr¨¢cticas m¨¢s destacadas deshacen la falsa dicotom¨ªa que opon¨ªa campo y ciudad con el rescate vegetal de edificios y urbes
De construir a reconstruir. Ese es el resumen del a?o arquitect¨®nico. En su mejor versi¨®n, la arquitectura de 2022 ha profundizado en las exigencias que ya definen el urbanismo y el dise?o m¨¢s relevantes del siglo XXI. La renaturalizaci¨®n, el rescate vegetal de edificios y ciudades, constituye lo mejor del a?o. No se trata solo de adornar las urbes, sino de deshacer la falsa dicotom¨ªa que opon¨ªa naturaleza y ciudad. De entender que, incluso si vivimos en metr¨®polis, somos parte de la naturaleza. Y que, por encima de tecnolog¨ªas que nos indican cu¨¢nto va a tardar el autob¨²s o d¨®nde hay un aparcamiento vac¨ªo, tal vez necesitamos la sombra de los ¨¢rboles y el ox¨ªgeno que producen.
En Utrecht, la transformaci¨®n de una autopista en canal es parte de esa pr¨¢ctica. Ganar terreno al mar y erigir una isla artificial (Little Island, de Heatherwick Studio, en Nueva York), seguramente no. Las soluciones que se precisan a veces son peque?as ¡ª?sustituir los pl¨¢tanos tradicionales de Barcelona por tipuanas que precisan menos agua¡ª, y otras, como la de Utrecht, profundas. Que los ¨¢rboles pierdan hojas en invierno para dejar pasar el sol y que renazcan en primavera para mitigarlo no deber¨ªa ser una molestia. Es una bendici¨®n. Y, como sucede con la presencia de ni?os y ancianos, la reaparici¨®n de los jardineros en las ciudades es un signo de civismo.
Por eso, las claves arquitect¨®nicas y urban¨ªsticas del a?o no viven en compartimentos estancos, se contagian y se necesitan. Son transversales. As¨ª, esa renaturalizaci¨®n forma parte de la sostenibilidad que florece ahora no solo como una exigencia urgente y sine que non, sino tambi¨¦n, y afortunadamente, como una pr¨¢ctica cada vez m¨¢s asimilada y extendida. ?Qu¨¦ lo hace posible? El desarrollo industrial, un detalle clave para que la construcci¨®n sostenible sea viable. A los edificios pasivos se suman ya los activos ¡ªcapaces de almacenar m¨¢s energ¨ªa de la que precisan¡ª y la generalizaci¨®n de soluciones constructivas ¡ªmejores aislantes, carpinter¨ªas con puentes t¨¦rmicos, recuperaci¨®n de aguas grises y de lluvia, paneles solares accesibles¡ª y de decisiones de dise?o, como el reciclaje de materiales o la construcci¨®n con bajo mantenimiento, artesanal y a la antigua. Se trata de que la sostenibilidad constructiva pase de ser la excepci¨®n a convertirse en la regla.
A las claves que van definiendo la construcci¨®n del planeta se suman, necesariamente, las de su reconstrucci¨®n y, muchas veces, las de su correcci¨®n. Corregir es reducir el consumo energ¨¦tico o plantar ¨¢rboles que se puedan mantener. Corregir es recuperar, planificar y buscar espacios p¨²blicos de convivencia. La OMS admite que la cercan¨ªa a un parque, bosque o plaza sombreada no solo reduce el CO2, tambi¨¦n rebaja el riesgo de enfermedades mentales y f¨ªsicas en los ciudadanos. La salud, por encima de la movilidad, est¨¢ empezando a dibujar lo mejor de las ciudades.
El acceso a la disciplina de personas de diversas culturas y clases sociales ha llevado la arquitectura a un nuevo lugar
Pero seguramente es el acceso a la profesi¨®n de arquitecto de personas procedentes de muy diversas culturas y clases sociales lo que ha llevado la arquitectura a donde ni los profesionales ni el mercado ni la pol¨ªtica se preocuparon antes de llevarla. No se trata solo de construir en ?frica atendiendo al genius loci y al clima del lugar, en vez de imponer el modelo occidental que ha globalizado (y ahogado) al mundo. Se trata tambi¨¦n de construir para todos en Par¨ªs y en Barcelona. Se trata de poder seguir viviendo en las ciudades donde crecimos o decidimos quedarnos. Lo que da esperanza en este mundo de mercado salvaje, obsolescencia programada y gentrificaci¨®n desbordada es que las tendencias urban¨ªsticas son cada vez m¨¢s transversales y que van abandonando la dicotom¨ªa reduccionista de oponer lo industrial a lo artesano o lo tecnol¨®gico a lo natural. As¨ª, lo sostenible puede renaturalizar, y la iniciativa pol¨ªtica, en manos de profesionales o de asociaciones ciudadanas, puede dar nueva vida a edificios antiguos, definir con cooperativas de viviendas otras formas de habitar o proteger espacios naturales.
En ese marco y con ese bagaje destacan tanto radicales intervenciones urbanas que transforman autopistas en canales como inmuebles que desaparecen en un segundo plano (?SANAA en su Sydney Modern Project) para unirse a lo que lleg¨® antes que ellos. Lo ha hecho David Chipperfield en Venecia, llevando nueva vida a las Procuratie Vecchie de la plaza de San Marcos. Por fin, los edificios a la derecha de la bas¨ªlica son ya, adem¨¢s de un marco para la plaza, un espacio accesible para oficinas. El reto de aceptar que una ciudad es un lugar en perpetua transformaci¨®n sin necesidad de destruir ni de momificar la historia lo han asumido los dos estudios citados. Pero tambi¨¦n quienes apilan espacios fabriles o siembran en sus fachadas una piel vegetal para que la arquitectura y quienes la habitamos podamos seguir respirando.
Los cinco mejores proyectos del a?o
Catharijnesingel, en Utrecht (Pa¨ªses Bajos)
OKRA
Un espacio p¨²blico se gana, se planifica o se recupera. Ese ha sido el caso del canal Catharijnesingel en Utrecht, del estudio OKRA, vencedor del Premio Europeo del Espacio P¨²blico Urbano por transformar una autopista en un canal saneado como lugar de ocio ciudadano y v¨ªa de transporte. Este parque urbano de 1,1 kil¨®metros suma 40.000 m3 al canal y reconstruye un ecosistema.
Jakob Factory, en Ciudad Ho Chi Minh (Vietnam)
G8A Architects y Rollimarchini Architekten
Lejos de seguir los modelos fabriles que se extienden en el territorio, la sede de la productora de cables de acero inoxidable Jakob es un inmueble envuelto en una malla permeable y flexible que utiliza la vegetaci¨®n como una segunda piel que se adapta al clima tropical del lugar aliment¨¢ndose de la lluvia y filtrando el sol. El proyecto ilustra la renaturalizaci¨®n de la arquitectura, casi lo contrario del maquillaje verde propio de los jardines verticales, con un alt¨ªsimo coste en mantenimiento y consumo de agua.
Centro de Vida Comunitaria, en Barcelona
Haz Arquitectura
Este proyecto concentra las asociaciones del barrio en un inmueble levantado en seco con un sistema de paneles y techos de madera contralaminada que hace que el material constructivo sea tambi¨¦n el acabado. El sistema de ventilaci¨®n aprovecha la inercia del terreno y se oculta en ¨¦l. Con tubos de aire limpio enterrados bajo la ladera, el aire llega caliente en invierno y fresco en verano.
Sydney Modern Project
SANAA
La ampliaci¨®n del Museo Nacional de Arte de la ciudad australiana no compite con los iconos de la urbe, sino que se pone a sus pies. Se convierte en un z¨®calo blanco y evanescente para dejar pasar la luz, la vegetaci¨®n y a los ciudadanos.
Cooperativa La Borda, en Barcelona
Lacol
El estudio barcelon¨¦s, m¨¢s interesado en ser rompedor en lo social que en lo est¨¦tico, ha conseguido el Premio Europeo Mies van der Rohe emergente levantando otra manera de habitar con esta cooperativa de vivienda autogestionada y no especulativa en el barrio barcelon¨¦s de Can Batll¨®. Y abre as¨ª una v¨ªa de esperanza que lleva la realidad a lo mejor del sue?o arquitect¨®nico.
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