Los 50 mejores discos de 2022
Los cr¨ªticos de m¨²sica de EL PA?S escogen sus ¨¢lbumes favoritos del a?o en todos los estilos
POP-ROCK INTERNACIONAL
Por fin, el a?o que nos merecemos
Por Xavi Sancho
Est¨¢ muy feo hablar mal de los que ya no est¨¢n, pero en el contexto en el que nos hallamos resulta inevitable hacerlo: musicalmente, 2021 fue una basura. Y tampoco es demasiado elegante echar por tierra a unos para ensalzar a otros, pero recordar la anemia musical del pasado a?o nos hace valorar mucho mejor lo grande que ha sido este 2022. El continuo que parec¨ªa arrancar en 2019 y 2020, que trataba sobre cuatro o cinco negociados m¨¢s o menos recurrentes en el ¨²ltimo lustro que estaban siendo llevados a su m¨¢xima excelencia, se rompi¨®. No tuvimos diva que se reinventaba, ni siquiera diva que simplemente volv¨ªa, no tuvimos otro paso hacia el revival post punk definitivo, no tuvimos ese disco de sublimaci¨®n de la m¨²sica de baile al que nos ¨ªbamos acercando, ni ese rompeg¨¦neros de la tradici¨®n de la m¨²sica negra al que nos hab¨ªan malacostumbrado. En fin, no hubo Janelle Monae, ni Taylor Swift, ni Dua Lipa, ni Beyonc¨¦, ni siquiera un cl¨¢sico entregando su testamento musical y vital. Casi todo lo que lleg¨® fue una versi¨®n pobre de la riqueza musical que nos hab¨ªan prometido. Hasta Lorde fall¨®.
Este 2022 es un asunto totalmente distinto. Para empezar, ha habido disco de Beyonc¨¦, tal vez el mejor disco que ha grabado. Renaissance es un ejercicio de poder¨ªo descomunal. Una Beyonc¨¦ que se divierte es mejor que cualquier otra Beyonc¨¦. Fue su ¨¢lbum pand¨¦mico, porque cuando uno mueve un cami¨®n tan grande como el de ella, todo va m¨¢s lento. Solo esperamos que tras este Renaissance ya nadie aparezca con un disco gestado durante el confinamiento, que una cosa es a¨²n llevar mascarilla en transporte p¨²blico y otra que nos hagan recordar ya tres a?os despu¨¦s que estuvimos encerrados haciendo pan con otro ¨¢lbum inspirado y gestado en confinamiento.
Podr¨ªa haber sido el de la diva de Houston el disco del a?o, pero unos meses m¨¢s tarde apareci¨® el segundo largo de la Sudan Archives, y su forma de meter en un mismo saco a TLC, J Dilla o Fela Kuti result¨® deslumbrante. Casi igual fue el retorno del belga Stromae, quien con su Multitude volvi¨® a presentar un c¨®ctel de africanismo, hip hop, tradici¨®n franc¨®fona y temas candentes abordados con tanta poes¨ªa como realismo. Tambi¨¦n ech¨¢bamos de menos a Kae Tempest. La inglesa volvi¨® al sonido digital y a ese hip hop de persona que le da apuro rapear que tan bien se le da. Un triunfo y un alivio. Otro triunfo fue el retorno de Spoon. Este mucho m¨¢s inesperado. La banda de Austin entreg¨® un disco brillante, que fue recibido como un cl¨¢sico y que nos recordaba que a estas alturas del siglo XXI las bandas que fueron grandes en su inicio ya casi han entrado en la liga de los cl¨¢sicos. Es muy probable que de aqu¨ª a 20 a?os pensemos de Big Thief lo mismo que ahora de Spoon o Wilco, y lo haremos gracias a que este a?o lanzaron un disco doble absolutamente apabullante que anda como un cl¨¢sico y habla como un cl¨¢sico. Esto jam¨¢s lo ser¨¢n Wet Leg, pero su ¨¦xito gracias a una propuesta tan alegre y desprejuiciada fue un soplo de aire fresco en un universo, el del rock independiente, que, a pesar de seguir lanzando grandes bandas cada a?o, sabe que es casi imposible que recupere el trono que perdi¨® el d¨ªa que se edit¨® Kid A de Radiohead y todo aquel andamiaje indie se fue al garete. En fin, que un a?o en el que lo masivo tiene la calidad de Bad Bunny o Beyonc¨¦ y lo subterr¨¢neo va desde el ruido de Soul Glo hasta el costumbrismo art rock de Yard Act no puede ser un mal a?o.
Sudan Archives
Stones Throw / Rough Trade
En su segundo largo, Britney Denise Parks deja atr¨¢s todo atisbo de timidez para abandonarse a una pantagru¨¦lica bacanal en la que cabe desde el hip hop hasta los ritmos africanos, pasando por el r¡¯n¡¯b o el pop de radiof¨®rmula noventera. Tras un debut algo an¨¦mico, en el que faltaban canciones y sobraban ganas de mostrar al mundo lo fotog¨¦nica que resultaba con un viol¨ªn colgado, Parks entrega esta magna obra que la sit¨²a justo en el espacio que ha dejado libre Janelle Mon¨¢e, ahora que parece m¨¢s interesada en perseguir su carrera cinematogr¨¢fica que en pisarle los talones a Beyonc¨¦.
Beyonc¨¦
Sony
El homenaje de la artista m¨¢s grande del siglo XXI a la m¨²sica de baile de la anterior centuria es una locura en la que se mezclan desde las bolas de espejos de la m¨²sica disco hasta los s¨®tanos sudorosos del house. La portada es un homenaje a Studio 54, pero el largo est¨¢ lejos de ser un pastiche nost¨¢lgico, gracias a la capacidad de la diva por rodearse de nuevos valores del baile no binario como Honey Dijon y de viejas glorias que nunca pasan de moda, como Grace Jones. Ideado como una larga sesi¨®n de dj, sin apenas transiciones entre cortes, Renaissance es la obra m¨¢s poderosa que jam¨¢s haya grabado la de Houston.
Stromae
Universal
A principios de este a?o, el cantante belga anunciaba su retorno tras m¨¢s de un lustro. Tras haber sido n¨²mero uno en 19 pa¨ªses, colaborado con gente como Lorde o Dua Lipa, y tambi¨¦n haber padecido un par de traspi¨¦s en sus giras africanas, Stromae estaba de vuelta. Le entrevistaron en la televisi¨®n francesa, y cuando le preguntaron sobre sus problemas de salud mental, respondi¨® cantando a capella L¡¯enfer, el primer sencillo de este majestuoso Multitude. El v¨ªdeo se viraliz¨®. Paul van Haver estaba de vuelta, y lo hac¨ªa como solo sabe hacerlo ¨¦l: con mucho ruido. Este es un trabajo expansivo en el que caben la EDM, el europop, el reguet¨®n y la chanson. Tiene un aire circense, a veces de domador de leones, a veces de funambulista ebrio. Cabalga a lomos de un ritmo de vals, y luego lo hace sobre una agresiva base de hip hop. Sin despeinarse, Stromae no se despeina. Pocos artistas gestionan tan bien el baile llorando como ¨¦l.
Wet Leg
Music as Usual
Wet Leg es lo m¨¢s parecido a un fen¨®meno de p¨²blico y cr¨ªtica que el tan denostado universo del pop independiente de guitarras ha logrado desde que el rock anglosaj¨®n perdiera el monopolio de la angustia juvenil global. Lo de Wet Leg es un post punk descacharrado en el que lo mismo caben The Raincoats que cualquier grupo de britpop con medio hit y una gira teloneando a Blur por salas medianas de Centroeuropa a mediados de los noventa. Son divertidas, agresivas, dulces y bordes. Y su ¨¢lbum de debut es un recuerdo de que la revoluci¨®n no se hace solo perreando, sino que tambi¨¦n se puede acometer lanzando vasos de cerveza al aire rodeado de gente con camisetas de The Slits que hace una semana que no se ducha.
Big Thief
popstock!
Un disco doble cuya confecci¨®n ha sido un proceso tormentoso que casi acaba con la salud de su lideresa y con la existencia misma de la banda. Este tipo de anuncios acostumbran a ser interesantes solo cuando se leen. Cuando se escucha el resultado, normalmente uno se topa con un ¨¢lbum demasiado largo y complaciente, excesivamente introspectivo, algo que nadie se atrevi¨® a cortar porque no era cuesti¨®n de a?adir sangre al doloroso proceso de contorsionismo vital. Pero este Dragon new warm¡ del combo liderado por Adrianne Lenker es un delicioso y lograd¨ªsimo cat¨¢logo de folk y americana, una especie de Blonde on Blonde para millennials en el que no sobra ninguna canci¨®n y en el que incluso hay espacio para el sentido del humor.
Black Country New Road
Popstock!
Apenas unos d¨ªas antes de lanzar este, su segundo disco, el combo ingl¨¦s anunciaba que su l¨ªder, Isaac Wood, dejaba la banda. Jam¨¢s un mal presagio hab¨ªa sido seguido de un acontecimiento tan espectacular como este ¨¢lbum. Si antes eran una descacharrada, dislocada e inconexa propuesta de post punk para gente que cree que estudiar para un examen es de mediocres, en este disco mutan hacia una suerte de mezcla entre John Cale, Divine Comedy y Scott Walker para gente joven que hasta hace un rato cre¨ªa que no le gustaba la m¨²sica que escuchan sus padres. Solo se la ten¨ªan que explicar Black Country New Road.
Fontaines DC
PIAS
Este combo irlandes debut¨® hace tres a?os con un maravilloso largo de punk nervioso que les convirti¨® en un fen¨®meno de tama?o medio dentro del universo de la m¨²sica independiente que a¨²n se sirve de las guitarras para contar sus cosas. En este, su ya tercer ¨¢lbum, le dan un giro copernicano a su sonido y se entregan a una personal revisi¨®n del indie m¨¢s oscuro de los noventa, teniendo como principal referente a una de las bandas m¨¢s oscuras y malditas de la ¨¦poca, sus vecinos Whipping Boy. El resultado es imponente.
Kae tempest
Virgin
Despu¨¦s de The Book of Traps and Lessons, Kae Tempest pod¨ªa haber seguido acercando su obra como escritora a sus discos, como hizo en aquel largo producido por Rick Rubin. Aquel largo pecaba de excesiva aridez y sus sonidos transitaban acomplejados ante el poder de sus palabras. Este The Line Is a Curve es un asunto totalmente distinto. Kae mezcla las cadencias del recitado con su flow hiphopero cl¨¢sico, y los ritmos van desde le Uk garage hasta el electro, creando unas atm¨®sferas que resultan siempre interesantes y en ocasiones incluso bailables y tarareables. Y las palabras, bueno, nadie junta palabras como las junta la inglesa.
Bad Bunny
Rimas
El m¨¢s caribe?o de los discos de Bad Bunny le ha valido por segundo a?o consecutivo ser el artista m¨¢s escuchado en Spotify. Tal vez Un verano sin ti no parezca tanto un acontecimiento como YHLQMDLG, pero donde aquel marcaba las reglas del juego en el universo de lo que realmente importa en el mundo de la m¨²sica en esta d¨¦cada, Un verano sin ti las afianza. Grabado en Puerto Rico y con constantes gui?os a los sonidos dominicanos, Bad Bunny divide el disco en dos partes: una m¨¢s cerca del electro-pop, el reguet¨®n y casi todas las formas de moverse que han nacido en el Caribe; la otra, m¨¢s introspectiva y pol¨ªtica.
Spoon
Matador / Popstock
Entre 2002 y 2007, esta banda de Austin fue absolutamente invencible. Con un sonido a medio camino entre Gang Of Four, David Bowie y Elvis Costello, pero evitando siempre sonar revivalistas, se afianzaron como un valor refugio en plena segunda ola de indie norteamericano. Luego colapsaron, primero por querer ¡®avintagearse¡¯; luego, por querer actualizarse. Lucifer on the Sofa, su primer largo en un lustro, es, sorprendentemente, si no la mejor, una de sus mejores obras. Un breve, conciso e impecable ejercicio de b¨²squeda de grietas por las que sacar la cabeza y gritar que el rock ha muerto. A ver si a¨²n queda alguien escuchando.
POP-ROCK NACIONAL
La revoluci¨®n ¡®Motomami¡¯
Por Carlos Marcos
La m¨²sica no es una competici¨®n, pero las listas anuales s¨ª. El a?o que vio nacer Motomami no resulta un buen momento para salir a competir: te puedes esforzar mucho, pero es muy posible que pierdas. El tercer disco de Rosal¨ªa ha sido una atracci¨®n imantada desde que se hizo p¨²blico, all¨¢ por marzo. Ha tenido m¨¢s unanimidad en el ¨¢mbito internacional que en el nacional. Mientras all¨¢ colmaban al disco de alabanzas, en Espa?a ha surgido un nutrido grupo de detractores que hasta el ¨²ltimo d¨ªa de sus vidas lo van a vilipendiar. Todos est¨¢n en su derecho, por supuesto, y este encendido debate constata que Motomami no son solo sus 42 minutos de duraci¨®n. Es mucho m¨¢s: la conquista global, y (muy importante) a su manera, de una artista espa?ola como solamente Julio Iglesias lo hab¨ªa hecho antes. Julio Iglesias, otro cantante al que se mira con el gesto torcido por aqu¨ª. Fuera de la onda expansiva de Motomami ha habido otras audacias en los ¨²ltimos 12 meses. Gangster Original, del granadino Yung Beef, se encuentra entre lo mejor de 2022¡ salvo que se edit¨® en 2021. Una pena que estas listas no se publiquen en enero para incluir los trabajos del ¨²ltimo mes del a?o. 2022 ha sido un tiempo donde el rock (Robe, Fito & Fitipaldis, Vetusta Morla, Leiva¡) ha triunfado en concierto con discos de 2021 y donde la escena urbana (Bad Gyal, Gloosito, Ms Nina, Khaled), desprendida emocionalmente del concepto ¨¢lbum, se ha dedicado a lanzar sencillos. Otro de los logros de Motomami: reivindicar el disco largo entre el p¨²blico joven.
Rosal¨ªa
Sony
Vulnerable en una canci¨®n, poderosa en otra, traviesa en varias. Han pasado nueve meses de la edici¨®n de Motomami y la impresi¨®n sigue siendo la misma: Rosal¨ªa domina los estilos musicales actuales y, sobre todo, difunde estados de ¨¢nimo siempre desde la autenticidad. Incluso canciones que parec¨ªan intrascendentes all¨¢ por marzo cuando se edit¨®, como ¡®Bizcochito¡¯, han ido adquiriendo un poso seductor. Motomami es un disco amarrado ¨ªntimamente a su tiempo. Y ese es su principal riesgo: que dentro de unos a?os su fortaleza se haya limado. Pero esto es 2022, disfrut¨¦moslo y esperemos la pr¨®xima aventura de la artista catalana.
Guitarricadelafuente
Sony
Todo comienza con un hilo de voz que asume: ¡°Tengo m¨¢s de lo que te pido¡±. Desde ese momento uno se sumerge en el mundo on¨ªrico de este valenciano de 25 a?os llamado ?lvaro Lafuente. Con su voz desvalida, Guitarricadelafuente ha creado una disco de debut asombroso, extra?o, capaz de viajar a la m¨²sica tradicional, pero sin imposturas, de forma natural y con sonoridades actuales. Tiene la misma capacidad de oxigenar el alma que desprend¨ªa Antonio Vega. Cantera nunca se acaba porque cuando llegas al final no quieres volver a la vulgaridad cotidiana y comienzas de nuevo: ¡°Tengo m¨¢s de lo que te pido¡±.
Rub¨¦n Pozo
Sony
Rub¨¦n Pozo ya no llena pabellones como en los tiempos de Pereza. No, su m¨²sica en solitario se disfruta mejor en locales reducidos donde ocurren cosas imprevistas, maravillosas, de verdad. Vampiro es su cuarto disco, donde el m¨²sico escribe mejor que nunca sobre lo que es la vida: ese d¨ªa que te levantas con todo patas arriba y llega la noche y el panorama luce m¨¢s o menos bien. Hay canciones en este disco con hechuras de cl¨¢sicas: ¡®Tras la tormenta¡¯ es una de ellas.
Ede
Infarto Producciones
Lejos de las centellas que inundan la m¨²sica actual, aqu¨ª est¨¢ una joven madrile?a de 24 a?os que apuesta por la pausa, la poes¨ªa de altos vuelos y la emoci¨®n por encima de todo. Lucero es su primer trabajo, un disco de sonidos actuales con peque?as incursiones en la m¨²sica tradicional (o espiritual, que es un poco lo mismo). ¡°Me dicen que est¨¦ tranquila, pero que sea valiente. / Despu¨¦s de todas las piedras que me cosieron al vientre. / Siguen pensando que sonr¨ªo cuando les ense?o los dientes¡±. As¨ª de bien escribe y lo canta esta joya del nuevo pop espa?ol.
Natos y Waor
Autoeditado
La banda sonora de los barrios, de todos, no solo de los del extrarradio. Y de ah¨ª a llenar pabellones en el centro de las ciudades. Todo conseguido sin asonar por los grandes medios. As¨ª se crean los proyectos que resisten. Este es el camino del d¨²o madrile?o de raperos que, manteniendo su discurso guerrero, ampl¨ªa el radio de acci¨®n musical: adem¨¢s de rap picotean del soul, el rock (colabora Kutxi Romero, de Marea) o la electr¨®nica festiva. Brillantes en las letras y vers¨¢tiles en las m¨²sicas, aqu¨ª tenemos el trabajo del a?o en eso que se llama m¨²sica urbana.
HIP HOP, ¡®R&B¡¯ Y ELECTR?NICA
El poder del rap y el cuerpo como tesis
Por Beatriz G. Aranda
Verdaderamente, han sido ellas las que, este 2022, han devuelto el poder ideol¨®gico al rap con la lucha sociopol¨ªtica que recae en el cuerpo como tesis. Hablamos de los notables discos de Megan Thee Stallion, Sampa the Great, Doja Cat y Shygirl. Adem¨¢s, con el nihilismo del drill y sus ritmos secos conquistando la escena hip hop, hay que destacar dos lanzamientos por el estilo ¨²nico de sus art¨ªfices y sus sofisticadas y desprejuiciadas bases musicales. Por un lado, Kendrick Lamar, mapeando la sensibilidad americanas del siglo XXI. Por el otro, EarthGang, d¨²o que triunfa rascando del trap y ofreciendo una visi¨®n de la m¨²sica negra de hoy. Al igual que Ojerime, Gabriels o Yaya Bey, que fabrican sofisticadas producciones donde g¨®spel, funk, rhythm and blues y blues se enmara?an y complementan. En la electr¨®nica, las pistas de baile se llenaron del trance de los noventa (hasta Orbital sac¨® disco) y el ambient sigue dando buenas noticias con Rom¨¦o Poirier, Sofie Birch y William Basinski. Y aunque el Reino Unido ya no sea el epicentro de la innovaci¨®n (pensemos en el colectivo Nyege Nyege o el sonido Gqom de Sud¨¢frica), para comprender el baile-futuro hay que mirar sellos como Nervous Horizon, con un recopilatorio que cuenta c¨®mo el deconstructed club dominar¨¢ la escena por su esencia inclusiva, apocal¨ªptica y digital. Y mientras eso llega, nada mejor que darle al play a la colaboraci¨®n de TSVI con Loraine James, el EP de los Two Shell y lo nuevo del proyecto paralelo de Caribou, Daphni.
Kendrick Lamar
Aftermath
Tras estar fuera de la industria cinco a?os, el regreso del ganador del premio Pulitzer en 2018 con la secuela del magn¨ªfico DAMN (2017) no decepciona. La genialidad l¨ªrica ¡ª We Cry Together deber¨ªa escucharse cada vez que una pareja se divorcia¡ª, su t¨¦cnica a la hora de rapear y la experimentaci¨®n sonora que compacta cada tema permite conocer un poco mejor, en particular, a uno de los artistas m¨¢s significativos de la ¨²ltima d¨¦cada y, en general, confirmar que el arte, para serlo, es siempre la lucha del creador consigo mismo.
Shygirl
Because Music
Con inteligencia para ahondar en los sonidos de los a?os noventa y adem¨¢s de una est¨¦tica poderosa e inolvidable, hay dos razones por las que Shygirl est¨¢ rozando el ¨¦xito mundial. Una, la capacidad de su m¨²sica, a medio camino entre el hip hop y el baile, para adaptarse a diferentes p¨²blicos y escenas. Lo mismo su nombre encaja en un festival de vanguardia que triunfa como parte del cartel de uno masivo. Dos, las colaboraciones. De Sega Bodega a Caroline Polachek, pasando por Mura Masa, Slowthai, Arca o Danny L Harle, la del sur de Londres sabe enriquecer su concepto (voz sensual, letras venenosas) para dar forma a un proyecto con much¨ªsima personalidad.
William Basinsky & Janek Schaefer
Temporary Residence
Despu¨¦s de ocho a?os investigando conjuntamente en archivos sonoros grabados en cintas, estos dos m¨²sicos de vanguardia vinculados a la escena ambient, ofrec¨ªan este a?o el resultado: cinco temas en 42 minutos sobre c¨®mo el tiempo, detenido, tambi¨¦n puede hacernos viajar y divagar. Con la templanza de acordes de piano de sonido limpio y brillante insertados en pasajes sonoros circulares, uno tiene la sensaci¨®n de estar meditando sobre el significado de vivir. Ah¨ª es nada.
Gabriels
Parlophone
Habiendo lanzado sus primeras canciones solamente hace un a?o, la carrera de este tr¨ªo estadounidense-brit¨¢nico es, verdaderamente, mete¨®rica. Ya bendecidos por Elton John, en 2022 publican el que es la primera parte de un disco doble ¡ªla segunda est¨¢ prevista para 2023¡ª, tan s¨®lido como emocionante. Con la calidad vocal excepcional de Jacob Lusk como primera capa, Angels & Queens ofrece m¨²sica atemporal, tan exuberante como c¨¢lida.
Daphni
Jialong
No hay mucha pretensi¨®n en el tercer disco que saca Dan Snaith de Caribou en su proyecto paralelo m¨¢s que satisfacer la curiosidad de quienes no tienen cosa mejor que entretenerse. Y es eso precisamente lo que convierte estas 14 canciones en un infeccioso ecosistema de hedonismo y placer, que m¨¢s que un disco parece la espont¨¢nea sesi¨®n de un dj al que le gustan los ritmos pisteros y la espontaneidad de mantener los loops todo lo que el momento pida. Sencillo, fresco y, sin quererlo, uno de los discos de electr¨®nica del a?o.
REEDICIONES
¡°Es un negocio sucio¡±
Por Diego A. Manrique
¡°Est¨¢n quemando los discos que hab¨ªa en el almac¨¦n/ menudo disgusto, eso no se puede hacer¡±. As¨ª cantaban Los Nikis en Negocios sucios, su impugnaci¨®n de la industria discogr¨¢fica, all¨¢ por 1982. Y vuelve a tener sentido. Muchas compa?¨ªas simplifican sus actividades (y sus plantillas), atentas esencialmente a los ingresos del streaming y la gesti¨®n de las licencias de reproducci¨®n en publicidad y audiovisuales.
En verdad, no renuncian a vender su m¨²sica en soportes f¨ªsicos, preferiblemente de gama alta. Eso explica el desplazamiento del foco desde el CD al vinilo, convertido no por casualidad en el formato de moda. Han aprendido que cualquier LP con cierto prestigio puede ahora ser relanzado en cajas que, rutinariamente, pueden llevar desde cuatro discos (por ejemplo, Animal Magic, de los Blow Monkey) a seis (Yoshimi Battles the Pink Robots, de The Flaming Lips). El engordamiento se produce sumando maquetas, singles, remezclas, entrevistas, directos, remasters.
Hablamos, claro, de pa¨ªses donde se cuida el legado cultural. En Espa?a, alargando la idea de Los Nikis, a veces se vaciaban los almacenes cuando cambiaba la propiedad de los sellos. Con frecuencia, hasta se eliminaban los archivos de papel¡ que inclu¨ªan fotos y contratos. Pero esa es una historia (de terror) para otra ocasi¨®n.
Charles Stepney
Everlasting
Muerto prematuramente con 45 a?os, Charles Stepney es un desconocido hombre clave de la m¨²sica de Chicago: arreglador, compositor y/o productor de los discos m¨¢s at¨ªpicos del sello Chess, desde las fantas¨ªas de Rotary Connection al jazz de Ramsey Lewis, pasando por las aventuras ¡°psicod¨¦licas¡± de Howlin¡¯ Wolf o Muddy Waters. Ahora descubrimos sus maquetas caseras, hechas con caja de ritmos y un formidable dominio de los teclados. No estaban destinadas a los o¨ªdos del p¨²blico pero sugieren un Stevie Wonder de un universo paralelo.
Varios
Sony
David El Indio, de Vetusta Morla, y el periodista Jos¨¦ Manuel G¨®mez Gufi han confeccionado una panor¨¢mica de las bandas sonoras del cine quinqui, m¨¢s algunas m¨²sicas coet¨¢neas, con preponderancia de las producciones del gran Jos¨¦ Luis de Carlos. As¨ª encontramos bajo el mismo tejado a Los Chichos, Los Chorbos y Los Chunguitos. Artistas que iban por libre: la ¨²ltima vez que vimos a Los Chunguitos estaban cantando ¡°Me quedo contigo¡± ?a Macarena Olona! Disponible en CD sencillo, LP doble y, uh, casete.
Tom Petty & The Heartbreakers
Warner
El resumen de 20 conciertos en el Fillmore Auditorium de San Francisco, un (logrado) intento de reconectar con sus ra¨ªces como banda de club, tocando canciones ajenas y ¡ªclaro¡ª sus grandes ¨¦xitos. Convertidos en una especie de jam band, evitaron osificarse y prolongaron su vida ¨²til veinte a?os m¨¢s. Se palpa el subid¨®n de tocar ante un p¨²blico tolerante, con invitados de lujo (Roger McGuinn, John Lee Hooker). Editado en versi¨®n concentrada de 33 canciones o ampliada de 58, tanto en vinilo como en CD.
Varios
Strut
John Sinclair ha pasado a la historia como uno de los m¨¢s delirantes profetas de la contracultura de los sesenta, el fundador de ?los Panteras Blancos! Aparte, junto a su labor literaria, fue un activista del jazz. Se descubre ahora que almacenaba abundantes cintas de directos protagonizados por jazzmen como Bennie Maupin, Stanley Cowell, Donald Byrd etc. Son sesiones audaces, a veces conectadas con los experimentos de sus vecinos de Motown Records. Otra inesperada sorpresa: a pesar de no ser grabaciones profesionales, suenan potentes.
Michael Jackson
Legacy
Tras su descomunal impacto, Thiller qued¨® en nuestro recuerdo como una obra p¨¦trea; no ¨¦ramos plenamente conscientes del trabajo previo, aunque a lo largo de los a?os gotearon algunas grabaciones de la ¨¦poca. En este doble, junto al disco original, se juntan 10 cortes en su momento desechados, tanto temas acabados como maquetas muy cuidadas. Vienen firmados por Rod Temperton o el propio Michael. Atenci¨®n: su b¨²squeda de material le llev¨® hasta un instrumental tecno de la Yellow Magic Orchestra, al que Michael puso letra.
JAZZ
Obras capitales de m¨²sicos veteranos
Por Yahv¨¦ M. de la Cavada
Aunque ha sido un buen a?o discogr¨¢fico para la m¨²sica improvisada, lo m¨¢s relevante ha sido la definitiva vuelta a los escenarios tras las limitaciones que impuso la pandemia. Lo que en 2021 era luz al final del t¨²nel, en 2022 ha sido regreso rotundo y ox¨ªgeno para los jazzistas, que, quiz¨¢ m¨¢s que otros creadores, necesitan el directo para dar sentido a su m¨²sica.
Junto a obras capitales publicadas por veteranos como Wadada Leo Smith, Tim Berne, Enrico Rava y Fred Hersch, Rob Mazurek o Myra Melford, numerosos artistas j¨®venes siguen creando m¨²sica que define el jazz en el siglo XXI, desde figuras dominantes como Mary Halvorson o Tyshawn Sorey, que no publican nada que no sea esencial, a m¨²sicos extraordinarios como Jacob Garchik, Kaja Draksler, Kirk Knuffke, Immanuel Wilkins, Eve Risser, Susana Santos Silva, Gard Nilssen o Rodrigo Amado, entre otros. Todos ayudan a cubrir el vac¨ªo dejado por Jaimie Branch, una de las figuras m¨¢s relevantes del jazz contempor¨¢neo, cuya prematura e inesperada muerte fue el golpe m¨¢s duro que recibi¨® el g¨¦nero este a?o.
Espa?a no se queda atr¨¢s: mucha m¨²sica memorable publicada, con dos aut¨¦nticos hitos del jazz nacional reciente, SAAM de Marta S¨¢nchez y Zaid¨ªn de Liba Villavecchia, y nombres como Perico Sambeat, Abe R¨¢bade, Gonzalo del Val o Juan Saiz, que con Atlantis, Bot¨¢nica, Tornaviaje y Pindio II, respectivamente, firman algunos de los mejores discos del a?o.
Paralelamente, las grabaciones hist¨®ricas siguen siendo parte importante del mercado y han aportado m¨²sica in¨¦dita que ocasionalmente va mucho m¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota, como los tesoros desenterrados de Charles Mingus, Ahmad Jamal y Albert Ayler.
Wadada Leo Smith
TUM
La culminaci¨®n de la monumental celebraci¨®n por el 80 cumplea?os de Wadada Leo Smith publicada por TUM Records desde 2021 (un total de 23 ced¨¦s repartidos en cinco cajas y un ¨¢lbum) lleg¨® con dos cajas aparecidas simult¨¢neamente: una reun¨ªa siete ced¨¦s con composiciones para cuarteto de cuerda, y la otra, quiz¨¢ la mejor de toda la serie, se compone de cinco discos a d¨²o en los que el trompetista y compositor toca frente a frente con bateristas muy diferentes, todos ellos viejos amigos: Pheeroan akLaff, Andrew Cyrille, Han Bennink y Jack DeJohnette. La profundidad y la pureza de la m¨²sica en Emerald Duets es fascinante, y en estas grabaciones encontramos parte de la m¨²sica m¨¢s bella jam¨¢s registrada en este formato.
Mary Halvorson
Nonesuch
Dos ¨¢lbumes en uno que funcionan de forma independiente (as¨ª se han publicado en ced¨¦ y plataformas), pero que adquieren m¨¢s sentido escuchados en conjunto (as¨ª se ha publicado en vinilo). Halvorson se supera a s¨ª misma apoyada por dos nuevas formaciones: un sexteto junto a viejos y nuevos colaboradores (Adam O¡¯Farrill, Jacob Garchik, Patricia Brennan, Nick Dunston y Tomas Fujiwara) y el cuarteto de cuerda Mivos Quartet. Punto de inflexi¨®n en la carrera de Halvorson, ambos discos suenan como la culminaci¨®n de su trabajo hasta ahora y como una nueva y deslumbrante direcci¨®n, no solo como compositora, sino tambi¨¦n como guitarrista. Nadie en el mundo suena como ella.
Kirk Knuffke Trio
TAO Forms
Knuffke es uno de esos m¨²sicos que destacan m¨¢s por su presencia en bandas de otros que por su propia m¨²sica, injustamente desconocida. Lo cierto es que hay muy pocos trompetistas en la escena actual tan s¨®lidos, vers¨¢tiles y brillantes como ¨¦l, y este extraordinario disco junto a los veteranos Matthew Shipp y Michael Bisio es un hito en su carrera. Todo en el ¨¢lbum es redondo: el sonido generado por el grupo, el equilibrio entre libertad y control, y la conexi¨®n de tres personalidades muy marcadas creando colectivamente en perfecta sinton¨ªa.
Tim Berne / Gregg Belisle-Chi
Intakt
El primero de dos ¨¢lbumes a d¨²o publicados por Tim Berne en 2022 tiene algo muy especial. El otro, One More, Please, junto al pianista Matt Mitchell, es tan bueno como Mars, pero el encuentro con el guitarrista canadiense Gregg Belisle-Chi tiene algo de naturalidad extrema, de m¨²sica interpretada con una complicidad fuera de serie. Las composiciones de Berne fluyen con precisi¨®n milim¨¦trica y, al mismo tiempo, el di¨¢logo de saxo alto y guitarra suena relajado, sin la m¨¢s m¨ªnima tensi¨®n. Las cualidades t¨ªmbricas e interpretativas del d¨²o son ¨²nicas, y el disco, perfecto.
Gard Nilssen Acoustic Unity
ECM
El de Nilssen es, junto a Punkt.Vrt.Plastik, uno de los grupos m¨¢s excitantes de la escena europea. El contrabajista Petter Eldh milita en ambos, de la misma forma en que Nilssen est¨¢ presente en varias formaciones que han dado forma al jazz europeo contempor¨¢neo, pero Acoustic Unity es m¨¢s que el encuentro de tres m¨²sicos afines. Con su ¨²ltimo ¨¢lbum el grupo alcanza la talla de los grandes: han forjado una identidad en la que todos son esenciales, y su m¨²sica, de aspecto tradicional en una primera escucha, es m¨¢s fresca y moderna que la de la mayor¨ªa.
M?SICAS DEL MUNDO
Turbulencias en la torre de Babel
Por Javier Losilla
Justo el a?o en el que Khaled, rey que fue de aquella m¨²sica que entusiasm¨® a la juventud argelina en los ochenta y conquist¨® el mundo una d¨¦cada m¨¢s tarde, ha editado nuevo ¨¢lbum tras a?os de silencio discogr¨¢fico, la Unesco incluye el ra? en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y del norte de ?frica (donde Imarhan, la banda de Tamanrasset) marca el tono de la nueva m¨²sica tuareg, al oeste del continente: Costa de Marfil ha celebrado en 2022 el veinte aniversario del nacimiento del coup¨¦ decal¨¦, ritmo bailongo que surgi¨® en la di¨¢spora, se nutri¨® del zouglou local y del soukous congole?o y tuvo en DJ Arafat (fallecido en 2019) uno de sus creadores m¨¢s brillantes. Por cierto: Rokia Kon¨¦, Pamela Badjo, Linda Ayukupa, y Star Feminine Band destacan en el universo de la negritud. En ?frica y Asia, como se ha podido comprobar en Rabat durante la reciente sexta edici¨®n de la feria-festival Visa For Music, se vive una nueva fase de reinvenci¨®n de la psicodelia. Grupos como El Khat, Al-Qasar y Monsieur Domani, y cantantes como Liraz son paradigmas notables. El podio sonoro de Am¨¦rica latina en el a?o que se va lo han ocupado int¨¦rpretes como Natalia Lafourcade, Ibeyi, Adrian Quesada, iLe, Lucrecia Dalt, Tulipa Ruiz y Silvana Estrada, y en el europeo se han inscrito nombres como los del inclasificable Stromae y, aunque con acento africano, Montparnasse Musique. En las espa?as, Guitarricadelafuente se suma a un plantel de artistas que tienen un pie en la ra¨ªz y otro en las puntas. La Babel de las m¨²sicas del mundo, vaya. Y se han ido Pablo Milan¨¦s, Gal Costa y el salsero rom¨¢ntico Lalo Rodr¨ªguez.
Natalia Lafourcade
Sony
A Natalia Lafourcade, que recre¨® como pocas el repertorio de Agust¨ªn Lara, se puede aplicar sin pudor, poni¨¦ndolo en femenino, lo que el pol¨ªgrafo Carlos Monsiv¨¢is escribi¨® sobre el compositor de ¡®Solamente una vez¡¯: ¡°Felizmente antigua y anacr¨®nicamente audaz¡±. En su primer disco con canciones propias desde que public¨® en 2015 Hasta la ra¨ªz, despliega un mapa emocional trazado con dolor, ausencias, temores y despedidas, pero tambi¨¦n con b¨¢lsamo y celebraci¨®n. Ad¨¢n Jodorowsky firma una producci¨®n brillante en un ¨¢lbum que tiene el sabor de viejos clubes de humo y nostalgia. Los pianos marcan una atractiva decadencia, y las guitarras apuran el sonido hasta zonas fronterizas.
Al-Qasar
Glitterbeat
El franco-americano Thomas Attar Bellier creo Al-Qasar en el culturalmente complejo barrio parisino de Barb¨¦s, de ah¨ª que no sorprenda que la banda la formen m¨²sicos de varias nacionalidades. Su vigorosa apuesta sonora recoge vibraciones orientales, trance norteafricano y psicodelia global. Arabian fuzz, llama Al-Qasar a su guiso musical, haciendo referencia al efecto setentero de distorsi¨®n fuzz box. Lee Ranaldo (Sonic Youth) y Jello Biafra (Dead Kennedys), que recita al poeta revolucionario egipcio Ahmed Fouad Negm, colaboran en este primer disco del grupo, que cuenta tambi¨¦n con el laudista argelino Mehdi Haddab (Speed Caravan) y las cantantes Hend Elrawy, de El Cairo, y Alsarah, sudanesa residente en Estados Unidos. Who Are We? Es un explosivo ep¨ªtome de folclore moderno; de folclore del siglo XXI.
Oumou Sangar¨¦
World Circuit
Tras el ¨¢lbum Mogoya, un artefacto de bajos y guitarras poderosos, electr¨®nica y psicodelia que tuvo posteriormente un par de versiones, Sangar¨¦, la gran hechicera de la m¨²sica wassoulou, ha editado este a?o Timbuktu, todo un tributo a la regi¨®n de su pa¨ªs del mismo nombre, y donde vuelve de nuevo a rebelarse contra las guerras, los matrimonios ama?ados, la opresi¨®n de las mujeres, el sufrimiento de los ni?os y otros males vergonzosamente perennes. Y para poner todo eso en solfa ha elegido, con gran despliegue instrumental, un lenguaje musical algo menos radical que el de Mogoya, pero de claro y premeditado sonido contempor¨¢neo.
Monpartnasse Musique
Real World X
El productor franco-argelino Nadjib Ben Bella y el DJ sudafricano Aero Manyelo forman Montparnasse Musique, quien con Archeology ha inaugurado Real World X, el nuevo sello de Peter Gabriel. En ¨¦l, el d¨²o traza una sinuosa l¨ªnea r¨ªtmica que une el Magreb con Johannesburgo, recorrido que tiene parada especial en Congo. Miembros de Konono N?1, Kasai Allstars y Mbongwana Star, entre otros, participan en este viaje que va m¨¢s all¨¢ de la chatarrer¨ªa sonora armada en las calles de Kinshasa, en un cruce de lenguajes musicales org¨¢nicos y sint¨¦ticos que dialogan y construyen una gozosa y excitante Babel panafricana.
Silvana Estrada
Glassnote Records
Dice la mexicana Silvana Estrada que Marchita, su segundo ¨¢lbum, ¡°es un viaje al interior para comprender la tristeza¡±. Y habr¨¢ que convenir que esa traves¨ªa ¨ªntima es, sin duda, un hermoso ejercicio de comprensi¨®n. De comprensi¨®n, reitero, no asunci¨®n de la pesadumbre. As¨ª, no estamos ante un disco de aflicci¨®n sino de tr¨¢nsito emocional, una propuesta delicada, minimalista en ocasiones, pero de una fuerza musical extraordinaria. Silvana despliega la profundidad (no el desgarro) de Chavela Vargas, y la calidez rotunda de Mercedes sosa. Toca el cuatro venezolano, que enreda con cuerdas cl¨¢sicas con ecos de jazz. No en vano, su debut con Lo sagrado lo hizo en compa?¨ªa del guitarrista Charlie Hunter.
EXPERIMENTAL
Di¨¢logos cruzados
Por ?lex S¨¢nchez
Si esta lista de discos destacados de 2022 en el campo de las m¨²sicas libres tomara la forma de una serie de conversaciones inventadas, la primera palabra la podr¨ªan tener Bj?rk (Fossora) y Lucrecia Dalt (?Ay!) con un di¨¢logo sobre geopol¨ªtica desde la ¨®ptica del pop experimental de exquisita factura. La Monte Young (Trio for Strings), Terry Jennings, Charles Curtis y, de nuevo, La Monte Young (Piece for Cello and Saxophone) y Sara Davachi (Two Sisters) debatir¨ªan sobre minimalismo duro, sin concesiones: las tres son escuchas en las que tiempo y sonido podr¨ªan hasta confundirse. M¨¢s cercano al esp¨ªritu del rock, en una frecuencia m¨¢s accesible, se situar¨ªa el coloquio entre Oren Ambarchi (Shebang) y Bitchin Bajas (Bajascillators). Will Guthrie al frente del ensemble Nist-Nah (Elders), Dewa Alit liderando la formaci¨®n Gamelan Salukat (Chasing the Phantom), Valentina Magaletti (Rotta) y Alvin Curran (Drumming Up Trouble) conversar¨ªan desde sus respectivas visiones del pasado, el presente y el futuro de la percusi¨®n en un sentido amplio de los instrumentos que la conforman, mientras que Bill Orcutt (Music for Four Guitars), Marisa Anderson (Still, Here) y el recopilatorio nacional Manos Ocultas har¨ªan lo propio pero con la guitarra como protagonista. Jazz, soul y hip-hop estar¨ªan presentes en la charla entre billy woods (Aethiopes), Moor Mother (Jazz Codes), Jeff Parker (Mondays at the Enfield Tennis Academy) y Mary Halvorson (Amaryllis & Belladona). Y al final, Alison Cotton (The Portrait You Painted of Me), Laura Cannell (Antiphony of the Trees), Tom¨¢s de Perrate (Tres golpes) y Carc¨¢scara (II) comentar¨ªan el estado de las cosas en esa habitaci¨®n, tan propia, que da cabida a m¨²sica tradicional y experimentaci¨®n sonora.
Terry Jennings, Charles Curtis
Saltern
Pese al t¨ªtulo de la pieza no suena saxo alguno en esta composici¨®n de Terry Jennings rescatada y repensada por La Monte Young para cello solo y entonaci¨®n pura (o just intonation). Charles Curtis, conocedor como pocos de un ampl¨ªsimo repertorio para cello y especialista en m¨²sica contempor¨¢nea, interpreta con profundo conocimiento una m¨²sica rica en texturas, m¨ªnimos cambios de din¨¢mica y compleja harmon¨ªa.
Bill Orcutt
Palilalia
Catorce nuevas composiciones originales de alrededor de los tres minutos de duraci¨®n cada una. Todas ellas interpretadas en cuatro capas de guitarras el¨¦ctricas por el propio Orcutt. El que fuera miembro fundador de los inclasificables Harry Pussy all¨¢ por principios de los a?os noventa elabora un complejo pero accesible ejercicio de estilo alrededor del minimalismo (la repetici¨®n de melod¨ªas y motivos articula el disco) como eje casi ¨¦tico y vuelve a dar cuenta de su amplitud de miras en lo est¨¦tico: suenan aqu¨ª con la misma naturalidad cortes alrededor del blues, el country, de filiaci¨®n punk o cercanos a la m¨²sica contempor¨¢nea.
Dewa Alit & Gamelan Salukat
Black Truffle
Dos cortes de alrededor de 15 minutos conforman el segundo disco para Black Truffle de Dewa Alit y su ensemble Gamelan Salukat. Alit es uno de los referentes de la nueva composici¨®n para el complejo y fascinante mundo del gamel¨¢n (grupo variable de instrumentos ¡ªprincipalmente¡ª de percusi¨®n de origen indonesio que suele interpretarse en ceremonias religiosas o civiles en el pa¨ªs asi¨¢tico). La ecuaci¨®n entre tradici¨®n y modernidad se resuelve aqu¨ª en una ritual¨ªstica combinaci¨®n de complejas texturas y ritmos, tonos y microtonos de bell¨ªsima escucha.
Moor Mother
Anti-
Articula Camae Ayewa (nombre real de Moor Mother) en su ¨²ltimo disco un intrincado discurso alrededor del jazz como g¨¦nero musical y m¨¢s all¨¢: la propia palabra y sus connotaciones, sus implicaciones pol¨ªticas e hist¨®ricas a lo largo de sus m¨¢s de cien a?os de historia, su validez su relaci¨®n con otras m¨²sicas afines (como el blues o el hip-hop, principalmente); jazz y conciencia de clase, de g¨¦nero (no musical), del color de piel. Jazz Codes es un extra?o y evocador collage en el que la palabra hablada, el jazz tradicional y el de vanguardia y la m¨²sica experimental de corte m¨¢s radical resultan en un extraordinario trabajo de s¨ªntesis hist¨®rico-musical de fin¨ªsima factura.
Lucrecia Dalt
Rvng Intl.
Entre la ciencia ficci¨®n, la reflexi¨®n geopol¨ªtica (y m¨¢s all¨¢) sobre los or¨ªgenes, el territorio y la identidad cultural, Lucrecia Dalt firma un ¨¢lbum de gran carga conceptual en el que el varias m¨²sicas de ra¨ªz Latinoamericana (bolero, son) y el jazz establecen intrincados y bellos v¨ªnculos con la electr¨®nica de corte experimental (se dir¨ªa que hasta de bajo presupuesto, pero esto es claramente una decisi¨®n est¨¦tica en este caso), las grabaciones de campo y los c¨®digos cl¨¢sicos de la canci¨®n de autora. Extra?o, inclasificable y profundamente personal.
FLAMENCO
Vuelta a la guitarra flamenca, las palmas y el caj¨®n
Por Ferm¨ªn Lobat¨®n
Lo que no hace mucho se se?alaba como tendencia se ha consolidado como una realidad incuestionable: cada vez son m¨¢s los flamencos ¡ªcantaores, guitarristas y artistas del baile y de la danza¡ª que hacen uso de recursos de la m¨²sica electr¨®nica en la presentaci¨®n de sus trabajos, ya sean grabaciones o espect¨¢culos. Tanto es as¨ª que no ser¨ªa osado afirmar que las producciones de cante (o de baile) con guitarra y palmas comienzan a escasear, en discos y circuitos. Es el signo de los tiempos y, dentro de esta l¨ªnea, ha brillado el trabajo de Roc¨ªo M¨¢rquez y Bronquio, mientras que, a la contra, Rosario La Tremendita, una pionera, regres¨® a los or¨ªgenes recreando su anterior grabaci¨®n acompa?ada de guitarras flamencas, palmas y caj¨®n.
M¨¢s all¨¢ de la electr¨®nica, encontramos proyectos tan sobresalientes como el ¨²ltimo disco de Perrate o el espect¨¢culo de David Lagos, Cantes del silencio. Ambos cantaores buscan nuevas sonoridades con originales instrumentaciones en el acompa?amiento. El flamenco y su escala andaluza contin¨²an inspirando creaciones que trascienden el g¨¦nero para incorporar otros acentos y culturas. Ser¨ªan los casos del guitarrista Josemi Carmona, que, en tr¨ªo con Javier Colina y Bandolero, pone aire flamenco a un repertorio cosmopolita, o de Jorge Pardo, que llena su jazz de flamenco o viceversa. Tambi¨¦n queda, adem¨¢s, espacio para la escucha sosegada y los sonidos naturales, como los que ha ofrecido el guitarrista Alejandro Hurtado, rescatando el repertorio de Ram¨®n Montoya y Manolo de Huelva, o el pianista Dorantes con su disco de piano solo, en el que parte de la tradici¨®n para realizar un fenomenal ejercicio de improvisaci¨®n.
Perrate
(El Volc¨¢n / Lovemonk)
Los tintes de negritud que tiene Perrate en su garganta, un metal de sonoridades densas y arcaicas, se antojan id¨®neos para un viaje a formas musicales antiguas (siglo XVII), preflamencas: la l¨²dica chacona, la inquietante fol¨ªa o la socarrona j¨¢cara, cortes en los que luce sus registros m¨¢s graves con una instrumentaci¨®n tan original como contundente. Estilos flamencos tambi¨¦n antiguos (romance, seguiriya y sole¨¢), adem¨¢s de las burlonas buler¨ªas, interpretados de forma can¨®nica, tambi¨¦n encuentran espacio en una reveladora y sorprendente grabaci¨®n producida por Ra¨¹l Refree con la direcci¨®n art¨ªstica de Pedro G. Romero.
Dorantes
(Flamenco Scultura)
De la ¨¦pica dominante de su anterior grabaci¨®n, La roda del viento, el pianista, en su s¨¦ptima grabaci¨®n en solitario, vira a la desnudez del piano solo que, de forma inevitable, se llena de un envolvente lirismo. Dos elementos entran en juego: la memoria como inspiraci¨®n y la improvisaci¨®n como m¨¦todo. En la base, la m¨²sica de estilos flamencos tan reconocibles como integrados en una aspiraci¨®n superior: la comunicaci¨®n de experiencias vitales expresadas con el lenguaje de sole¨¢ y buler¨ªa, seguiriya, alegr¨ªas, tangos, ronde?a y grana¨ªna. Sobre sus estructuras mel¨®dicas, Dorantes elabora un discurso lleno de intimismo.
Roc¨ªo M¨¢rquez & Bronquio
(Universal)
Dos artistas, provenientes de muy distintas disciplinas ¡ªcante flamenco y m¨²sica electr¨®nica¡ª, deciden aventurarse en un viaje com¨²n de exploraci¨®n y descubrimiento. En el trayecto se han debido encontrar de forma feliz, dada la redondez que ofrecen los resultados. Una amplia relaci¨®n de estilos flamencos, insertados en un universo el¨¦ctrico que los envuelve, los distorsiona o descompone en partes que se integran en un todo fluido y coherente a la escucha, por m¨¢s que las diferentes paradas en la ruta deparen un sinf¨ªn de cambios en ritmos y registros. Los textos son parte indispensable para la comprensi¨®n del discurso.
Jorge Pardo
(Karonte)
La energ¨ªa del flautista y saxofonista parece inasible al agotamiento. La proliferaci¨®n de proyectos y colaboraciones no resta fuerza a su m¨²sica que, con un discurso jazz¨ªstico, le puede conectar con m¨²sicos de la escena de Brooklin, donde se grabaron las bases de los temas, o con otros de distintas culturas musicales. Adem¨¢s de la r¨ªtmica, el imprescindible acento flamenco viene aportado por unos guitarristas tan diversos como personales. Bajo la batuta de Pardo, cinco composiciones tan maduras como frescas. Las sesiones de grabaci¨®n formaron parte del imprescindible documental Trance, que sobre el m¨²sico dirigi¨® el director Emilio Belmonte.
Josemi Carmona, Javier Colina, Bandolero
(Universal)
La asociaci¨®n del guitarrista Josemi Carmona con el contrabajista Javier Colina y el percusionista Bandolero se asemeja a la de un tr¨ªo de jazz estable, dado lo equilibrado de sus producciones. Jazz¨ªstico es el tratamiento que dan a las composiciones o versiones de su repertorio, pero la intenci¨®n y el aire no pueden ser m¨¢s que flamencos. La tercera grabaci¨®n del grupo arranca con unos fandangos, para ir a?adiendo un cancionero muy cosmopolita, que incluye lo mismo a Mancini que a Corea o a autores brasile?os. La cantante Rozal¨¦n abrocha la grabaci¨®n versionando el ¡®Juramento¡¯ de Rosa Passos.
CL?SICA
Fuego, Pasi¨®n y Wolfgang Rihm
Por Luis Gago
Reci¨¦n abiertos los regalos de Reyes, el a?o tuvo un arranque musical fulgurante, con dos recitales sobresalientes de la soprano Lise Davidsen (y el lujo a?adido de Leif Ove Andsnes al piano) y Yevgueni Kissin en Madrid. En marzo llegar¨ªa, con d¨¦cadas de retraso, el estreno en Espa?a de El ¨¢ngel de fuego de Prok¨®fiev, con una producci¨®n desasosegante del mejor Calixto Bieito (que patinar¨ªa, sin embargo, poco despu¨¦s con Trist¨¢n e Isolda en Viena) y una gran direcci¨®n musical de Gustavo Gimeno, nombrado poco despu¨¦s, por lo all¨ª demostrado y por largos merecimientos propios, el sucesor de Ivor Bolton como director musical del Teatro Real. Fuera de Espa?a, Barrie Kosky mostr¨® en M¨²nich que vida y muerte son casi indistinguibles en esa enga?osa f¨¢bula animal que es La zorrita astuta de Jan¨¢?ek, mientras que Romeo Castellucci escenific¨® un largo ritual de desenterramiento colectivo en Aix-en-Provence con la m¨²sica de la Sinfon¨ªa ¡°Resurrecci¨®n¡± de Mahler. En la Markplatz de Leipzig, un cantante, una teclista y un percusionista cargaron sobre sus hombros con todo el peso musical y dram¨¢tico de la Pasi¨®n seg¨²n San Juan de Bach, operando una catarsis colectiva en la que los asistentes cantaban los corales y beb¨ªan cerveza casi al mismo tiempo. Un cielo doloroso se roz¨® en Salzburgo con una asfixiante interpretaci¨®n de Jakob Lenz que su autor, Wolfgang Rihm, sigui¨® semiescondido en su silla de ruedas. Pocas veces ha sido un compositor tan intensa, sincera y emotivamente aplaudido: un genio vivo. Para cerrar el c¨ªrculo, Lise Davidsen acaba de encarnar a la desdichada Giorgetta en el excelente Trittico de Puccini con que ha despedido el a?o el Liceo de Barcelona.
Robert Schumann. 'Sinfon¨ªas'
Deutsche Grammophon, 4862958
Daniel Barenboim estaba llamado a ser uno de los grandes protagonistas del a?o musical cl¨¢sico: por la conclusi¨®n en primavera de la trilog¨ªa oper¨ªstica de Mozart y Da Ponte, con el estreno de Don Giovanni, y por nada menos que un nuevo Anillo del nibelungo de Wagner en la Staatsoper berlinesa, a cuyo frente lleva ya tres d¨¦cadas doradas. En noviembre llegar¨ªan las celebraciones de su octog¨¦simo cumplea?os. Pero un grav¨ªsimo problema de salud, justo despu¨¦s de las representaciones mozartianas de abril, ha trastocado todos los planes y est¨¢ por ver si Barenboim, retirado desde hace meses de los escenarios, podr¨¢ despedir el a?o dirigiendo la Novena de Beethoven, como es su intenci¨®n. Es ya la tercera vez que lleva al disco las Sinfon¨ªas de Schumann y esta integral, grabada con una Staatskapelle de Berl¨ªn en estado de gracia en el oto?o de 2021, es, sencillamente, la mejor de la historia. All¨ª donde tantos se han estrellado, ¨¦l erige cuatro versiones insuperadas y, probablemente, insuperables.
Matthew Locke, 'Psyche'
Harmonia Mundi, HMM 905325.26
¡°La largamente esperada ¨®pera de Psyche ha aparecido con todos sus ornamentos: nuevas escenas, nuevas m¨¢quinas, nuevos vestidos, nuevas danzas francesas; esta ¨®pera se ha representado de manera espl¨¦ndida, especialmente en los decorados, cuyo coste ha ascendido a m¨¢s de 800 libras. Se ha interpretado durante cerca de ocho d¨ªas sin interrupci¨®n¡±: con estas palabras describi¨® John Downes la producci¨®n de Psyche, de John Locke, en el Dorset Garden Theatre de Londres en febrero de 1675. De aquella combinaci¨®n de textos hablados, m¨²sica, danza y espectaculares efectos esc¨¦nicos, S¨¦bastien Dauc¨¦ recrea ahora los n¨²meros instrumentales y vocales conservados y lo hace con su talento natural para la concertaci¨®n fresca, ¨¢gil, espont¨¢nea, y para imprimir unidad y sentido narrativo a un conjunto de n¨²meros musicales por regla general muy breves. Su Ensemble Correspondances y una larga lista de excelentes solistas vocales resucitan esta peque?a joya desconocida en torno al mito eterno de Eros y Psique.
Igor Stravinski, 'El p¨¢jaro de fuego'. 'Apolo y las musas'
Harmonia Mundi, HMM 905303
Ha sido el a?o de Gustavo Gimeno: acaba de renovar su contrato al frente de la Sinf¨®nica de Toronto hasta 2030 y su debut en el Teatro Real con la producci¨®n m¨¢s redonda e impactante de la temporada (El ¨¢ngel de fuego de Prok¨®fiev) lo llev¨® en volandas hasta su direcci¨®n musical, que ocupar¨¢ de facto a partir de 2025. Ser¨¢ justo entonces cuando abandone la titularidad de otra gran orquesta, la Filarm¨®nica de Luxemburgo, con la que ha grabado dos ballets muy diferentes de Stravinski: el rus¨®filo y transgresor El p¨¢jaro de fuego y el helen¨®filo y clasicista Apolo y las musas. El talento de Gimeno para perfilar n¨ªtidamente ritmos, dibujar colores y ordenar planos sonoros se traduce en dos versiones necesariamente antag¨®nicas de m¨²sicas a su vez inconciliables del compositor de las mil caras. Una grabaci¨®n de enorme transparencia en el Gran Auditorio de la Philharmonie de Luxemburgo ayuda a resaltar una lectura que huye de lo f¨¢cil y externo para primar los peque?os detalles otras veces inaudibles.
Hildegard von Bingen, 'Cantos sacros'
Signum, SIGCD717
¡°Una pobre y peque?a forma femenina¡± o ¡°una pluma movida por el h¨¢lito de Dios¡±: as¨ª se defini¨® en sendas cartas Hildegard von Bingen, la menor de diez hermanos que fue entregada por sus padres nobles como oblata a un monasterio benedictino a los ocho a?os y cuya vida se desarrollar¨ªa ya siempre dentro de muros eclesi¨¢sticos, gran parte de ella en el convento de Rupertsberg, fundado por ella misma en 1150. Cinco textos en honor de diversos santos, tres concebidos como loas a la Virgen y uno relativo al Esp¨ªritu Santo se revisten con sus propias melod¨ªas, largas y sinuosas, todo ello vertido en solitario por la voz desnuda y por momentos sobrenatural de Grace Davidson, que prescinde por completo de otros cantantes o instrumentistas sin temer a la monoton¨ªa. El programa ¡ªuna serie de himnos y secuencias¡ª es casi id¨¦ntico al que grab¨® Gothic Voices hace cuarenta a?os, pero Davidson propone un encuentro ¨ªntimo y a solas, sin testigos, entre el oyente y la gran m¨ªstica medieval. Una hora fuera de este mundo.
Olivier Messiaen, 'Vingt Regards sur l¡¯Enfant-J¨¦sus'
Erato 9029 61966-6
Los buenos aficionados lo saben, aunque ¨¦l siempre se ha mantenido al margen del furor medi¨¢tico: el franc¨¦s Bertrand Chamayou es uno de los m¨¢s grandes pianistas actuales. Admirador de la m¨²sica de su compatriota Olivier Messiaen desde su infancia, el a?o pasado decidi¨® encerrarse a desentra?ar y grabar, sin nadie a su alrededor, una de sus obras m¨¢s extremas, las Veinte miradas sobre el Ni?o Jes¨²s, que es mucho m¨¢s de lo que parece desprenderse de su t¨ªtulo: una epopeya iluminada por una fe exuberante y desmedida. Chamayou, que este pasado verano ha tocado la parte de piano de la Sinfon¨ªa Turangal?la como solo los superdotados pueden hacerlo, encabeza quiz¨¢s una tercera v¨ªa de aproximaci¨®n al compositor tras las que representan su mujer, musa y primera int¨¦rprete (Yvonne Loriod) o sus disc¨ªpulos directos (con Pierre-Laurent Aimard como adalid de todos ellos). A modo de alfa y omega, Chamayou ha optado por enmarcar las veinte miradas con breves homenajes a Messiaen compuestos por Anthony Cheung, T¨ru Takemitsu y Tristan Murail, a modo de p¨®rtico, y Gy?rgy Kurt¨¢g (¡humble regard sur Olivier Messiaen¡) y Jonathan Harvey como ep¨ªlogo. De principio a fin, y al margen de creencias, un aut¨¦ntico deslumbramiento.
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