¡®Episodios en la vida de una esclava¡¯, el ¡®yo acuso¡¯ de una pionera

Est¨¢ el margen. M¨¢s escorado cuelga su filo. Y algo m¨¢s all¨¢, asomado al abismo que engulle todo lo invisible y silenciado, refulge como una gema este testimonio tremendo: la voz de una esclava americana del siglo XIX que emerge de un mundo atroz de latigazos y abusos sexuales con un grito de rebeld¨ªa. Un alegato de dolor, denuncia e insurrecci¨®n escrito en primera persona. Un j¡¯accuse contra los verdugos y sus esbirros. Tambi¨¦n contra la hipocres¨ªa de los indiferentes y los c¨®mplices, Mitl?ufer de todos los tiempos. Una voz desde abajo ¡ª100 a?os antes de la microhistoria de Edward P. Thompson o Carlo Ginzburg¡ª capaz de componer con sus manos y su alma este monumento literario a la Libertad. Un libro de combate, profundamente humano, de cuyas p¨¢ginas resulta imposible salir igual que se entra. Afortunadamente.

Hay ni?os que a los seis a?os se enteran de que los Reyes Magos no vienen de Oriente. A los seis a?os, Harriet Jacobs (1813-1897) se enter¨® de que era esclava. Acababa de morir su madre y pronto lo har¨ªa su padre, y ella se vio en la casa de sus amos en Carolina del Norte, el sur de Estados Unidos. No la tierra rom¨¢ntica donde el sol calienta la vi?a en flor. Otro sur. El infierno del sur. Donde cuatro millones de personas viv¨ªan como esclavas. Donde esa ni?a ser¨ªa obligada a caminar descalza por la nieve, con los pies ardiendo; a ver encadenado por las calles a su hermano; a presenciar cada A?o Nuevo el alquiler en masa de esclavos; a sentir el miedo en los huesos al o¨ªr las pisadas del amo que abusaba de ella, el terror¨ªfico Doctor Flint. Obligada a escuchar historias como la de aquel esclavo carcomido por las ratas y enterrado como un perro, o la de aquella mujer que salt¨® al r¨ªo para encontrar la muerte y escapar de la tortura.

Un cat¨¢logo de crueldades puebla estos Episodios en la vida de una esclava, libro que Harriet Jacobs public¨® en 1861 (con seud¨®nimo). Lo hizo despu¨¦s de una vida en la que super¨®, luchando sin desmayo, toda adversidad. El maltrato sistem¨¢tico de su amo, el encarcelamiento de sus dos hijos, la prohibici¨®n de casarse con el hombre a quien amaba, los siete a?os que pas¨® escondida en el altillo de una caba?a ¡ªtres pies de alto, nueve pies de largo y siete pies de ancho¡ª y su posterior huida al norte en busca de la libertad. La libertad. Ese es el motor de su vida y de este relato, paradigma de la fusi¨®n de dos g¨¦neros literarios muy americanos: la novela sentimental y la narrativa esclavista.

Muchos pasajes suenan perfectos. Eso motiv¨® que durante m¨¢s de un siglo planeara una sospecha: que el libro fuera ficticio o que hubiera sido escrito por otra persona. Una investigaci¨®n disip¨® las dudas en 1981

Esta autobiograf¨ªa con mimbres de novela late con ritmo ¨¢gil y prosa di¨¢fana; pura poes¨ªa del desgarro. Un ejemplo largo: ¡°Penetramos en la celda sin hacer el m¨¢s m¨ªnimo ruido. (¡­) Se oy¨® un repiqueteo de cadenas. La luna acababa de salir y arrojaba una luz incierta que se filtraba por las rejas de la ventana. Nos arrodillamos y envolvimos las fr¨ªas manos de Benjamin entre las nuestras. Ninguno dijo nada¡±. Tres ejemplos cortos: ¡°Solo morimos una vez¡±; ¡°La libertad es m¨¢s valiosa que la vida¡±; ¡°Aunque era una de las criaturas m¨¢s d¨¦biles creadas por Dios, decid¨ª que nunca nadie me conquistar¨ªa¡±. As¨ª de perfectos suenan muchos pasajes. Eso motiv¨® que durante m¨¢s de un siglo planeara una sospecha: que el libro fuera ficticio o que hubiera sido escrito por otra persona. Sin embargo, una ardua investigaci¨®n en 1981 disip¨® las dudas: todo era cierto y todo lo hab¨ªa escrito Harriet Jacobs sobreponi¨¦ndose a tres muros: el racismo, la esclavitud y el sexismo. El margen del margen del margen.

En este libro no hay l¨¢grimas; hay nudo en la garganta y una inc¨®gnita: de d¨®nde brota tanta resistencia. De d¨®nde tanto orgullo y tanta voluntad, m¨¢s fuertes que el l¨¢tigo y f¨¦rreos como las cadenas. Lo advierte la autora desde el pr¨®logo: ¡°Lo que deseo es abrirles los ojos a las mujeres del norte para que tomen conciencia de la situaci¨®n que atraviesan en el sur dos millones de mujeres, todav¨ªa v¨ªctimas del cautiverio¡±. Es la denuncia de una intelectual a un sistema podrido. Concretamente, a esa Ley de Esclavos Fugitivos que obligaba a cualquier Estado a ayudar en la captura de los esclavos que hab¨ªan huido. Hipocres¨ªa c¨®mplice.

Mientras la sociedad neoyorquina escuchaba la voz apasionada de la soprano Jenny Lind en el Metropolitan Hall, las voces aprisionadas de millones de negros esclavos eran silenciadas y perseguidas

Estremece la naturalidad con la que conviv¨ªan la democracia y la barbarie. Mientras la sociedad neoyorquina escuchaba la voz apasionada de la soprano Jenny Lind en el Metropolitan Hall, las voces aprisionadas de millones de negros esclavos eran silenciadas y perseguidas. Esclavos hambrientos trabajando d¨ªa y noche en las plantaciones. Los gritos de las madres cuando un comerciante de esclavos les arrancaba a sus hijos de sus brazos. Muchachas violadas en un horror cotidiano. Los charcos de sangre al pie del poste de los azotes. La c¨¢rcel mental que es el miedo. Y, entre todo ello, la libertad que persigue Harriet la noche lluviosa en que emprende su fuga. Una libertad pr¨ªstina, rom¨¢ntica, ut¨®pica. Una idea que se derrumba al alcanzar los Estados Libres y descubrir el apartheid, de iure y de facto. Un eco de la esclavitud, cerco indeleble en todo el pa¨ªs.

Libertad o muerte: es la disyuntiva de Jacobs, una de las primeras autoras afroamericanas. Libertad o muerte: y de fondo, el poder de la palabra. De la palabra p¨²blica, publicada. El arma cargada de futuro. O, al menos, de denuncia del presente. En la Am¨¦rica esclavista, en el Ir¨¢n absolutista, en los m¨¢rgenes de nuestros abismos.

Episodios en la vida de una esclava

Autora: Harriet Jacobs.

Traducci¨®n: Carla Fonte.

Editorial: La Navaja Suiza, 2022.

Formato: tapa blanda (336 p¨¢ginas. 19,90 euros).

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