Carlo Ginzburg: "Yo no hago historia para mis colegas, sino para la otra gente"
El escritor italiano presenta en Espa?a su libro "El queso y los gusanos"
La historia de un molinero del siglo XVI conocido por Menocchio, a quien proces¨® la Inquisici¨®n por sus particulares ideas sobre la creaci¨®n del mundo, conmovi¨® entonces a la Europa culta. El libro que sobre esta historia ha escrito Carlo Ginzburg, un joven historiador italiano, tambi¨¦n ha conmovido los medios profesionales y pol¨ªticos de su pa¨ªs. La traducci¨®n espa?ola de El queso y los gusanos, que as¨ª se titula el libro de Ginzburg, acaba de aparecer en Espa?a, publicado por Muchnik, y para presentarlo vino Carlo Ginzburg a Madrid.En sus declaraciones, el historiador italiano afirm¨® que ¨¦l no escribe para sus colegas, ?sino para la otra gente?.
Proceso de la Inquisici¨®n
Profesor en Bolonia, Carlo Ginzburg explica el origen de este trabajo, cuando ?estudiando sectas de brujas para mi libro I Benandanti, aparecido en 1966, sobre brujer¨ªa y cultos agrarios en los siglos XVI y XVII, encontr¨® en el archivo de Udine, cercano a Venecia, un mont¨®n de documentos en que nadie hab¨ªa trabajado hasta entonces. Entre ellos estaba el proceso doble y completo que la Inquisici¨®n hab¨ªa llevado adelante contra Domenico Scandella, Menocchio, y en ¨¦l aparec¨ªa su manera curiosa de ver el mundo: Scandella pensaba que el mundo hab¨ªa nacido de la putrefacci¨®n, que Dios mismo ven¨ªa del caos, y para explicar todo esto hablaba de que el mundo es como un queso que gira habitado por los gusanos... Yo intent¨¦ escribir un discurso sobre este molinero, sobre lo que pensaba, sobre sus deseos muy precisos: Menocchio quer¨ªa convencer a sus vecinos, compartir con ellos sus ideas sobre la sociedad, la religi¨®n, etc¨¦tera?. Esto le vali¨® dos procesos y dos condenas. Tras la segunda fue muerto por la Inquisici¨®n.Los escritos de Carlo Girizburg, a quien se sit¨²a en la l¨ªnea de la revista Annales y del seminario parisiense de Le Goff, suscitaron en Italia fuertes pol¨¦micas. Especialmente el ensayo sobre metodolog¨ªa de la historia, que ¨¦l titula Spie. Radici di un paradigma indiciario -cuya traducci¨®n aproximada ser¨ªa Esp¨ªa (y al mismo tiempo, alarma). Ra¨ªces de un paradigma investigativo-, motiv¨® una discusi¨®n en que intervinieron a favor gente como Italo Calvino y Toni Negri. ?Creo?, dice Carlo Ginzburg, ?que el terreno en el que se mueve, el de las sombras de lo m¨¢s escondido por la historia, el de las culturas orales y los ritos agrarios, el de los silencios de Menocchio o la tergiversaci¨®n que hace de sus lecturas, la reconstrucci¨®n misma de su biblioteca, es, por definici¨®n el terreno propio del historiador?.
Rigor filos¨®fico
?Yo no estoy interesado en escribir para mis colegas, sino para la otra gente?, sigue diciendo. ?Pero esto no impide que yo sea un verdadero historiador en sentido de absolutamente riguroso, si prefieres, muy filol¨®gico, muy cient¨ªfico. Despu¨¦s de la investigaci¨®n, naturalmente, vendr¨¢ el problema del discurso. Hay historiadores que escriben bien y los hay que escriben mal, y escribir bien entre los historiadores suele ser sin¨®nimo de muy ret¨®rico... Yo no he metido notas a pie de p¨¢gina, sino al final del texto, para facilitar una lectura a los no especialistas, pero ah¨ª est¨¢ el trabajo con todo rigor. Y he hecho una narraci¨®n, pero no he inventado nada. Por ejemplo, la segunda sentencia fue firmada por el molinero como un viejo. Contar esto se puede considerar literario, pero antes de escribirlo yo hab¨ªa comparado las dos firmas, separadas por quince a?os, y la segunda presentaba una letra notablemente temblorosa y envejecida. Mi m¨¦todo?, dice, ?se basa en Morelli, el historiador del arte que descubri¨® un m¨¦todo para diferenciar las pinturas originales de las copias, en Freud, que hab¨ªa le¨ªdo a Morelli, y en Sherlock Holmes?.
Materialismo religioso
Por fin, sobre su personaje, Carlo Ginzburg dice que le ha interesado mucho ?su materialismo religioso. Entendiendo, claro, que hab¨ªa los dos lados: un discurso b¨¢sicamente materialista y tambi¨¦n religioso. Domenico Scandella fue perseguido, juzgado y matado como ateo, pero la acusaci¨®n de ate¨ªsmo es siempre muy ambigua y muy cargada. Es la acusaci¨®n que acab¨® con S¨®crates, con Spinoza. El Menocchio niega de alguna manera al dios creador, pero ese materialismo est¨¢ pre?ado de religi¨®n en el sentido de solidaridad. Seg¨²n se desprende de sus declaraciones, cree en Dios, pero niega que haya creado el mundo. A partir de ¨¦l yo he querido, sobre todo, ver la cultura de su tiempo. Hay que tener en cuenta. que Menocehio vivi¨® en su pueblo, normalmente, sin problemas, discutiendo con sus conciudadanos, hasta que un cura le denunci¨® al Santo Oficio. Hasta entonces, en algo deb¨ªan ser compartidas sus creencias, porque Domenico Seandella vivi¨® tranquilamente, como un ciudadano normal, y sus paisanos le aceptaron sin problemas, con tolerancia y con cierta complicidad por lo menos?.Para terminar, Carlo Ginzburg define sus propios sentimientos sobre este personaje. ?En realidad?, dice, parafraseando a Picasso, ?yo no busqu¨¦, encontr¨¦. El proceso me sali¨® al paso y me fue fascinando. Para empezar, era un hombre corriente que no hab¨ªa escrito una sola palabra, que s¨ª hab¨ªa le¨ªdo, pero que no era ning¨²n... Fil¨®sofo en el sentido normal. A medida que le estudiaba, mis sentimientos se volv¨ªan contradictorios: unas veces me admiraba la tenacidad con que se defend¨ªa y la pasi¨®n con que discut¨ªa. Otras veces me preguntaba si Menocchio era representativo de algo..., el problema de la relevancia hist¨®rica, Efectivamente, escribir un libro sobre un personaje que no ha escrito una sola palabra es, como poco, atrevido?.
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