Nuevo Macba: por ahora, solo buenas intenciones
Con el pulso propio de una bienal, la reordenaci¨®n de la colecci¨®n del museo no pasa de insinuar lenguajes de diversidad contra la universalidad

Colecci¨®n, como canon, se ha convertido en una palabra casi religiosa. Genera inquietud, ansiedad, hacia el pasado y hacia el porvenir. No tanto en el espectador, que en principio se contenta con ver un conjunto de obras colocadas en hermandad compartida, intensas como una acci¨®n de Chris Burden, alegres como un tobog¨¢n de Carsten H?ller. En realidad, es el director de museo, y nadie m¨¢s, quien al hacer su eleg¨ªa ¡ªun ensayo de observaci¨®n social en un condensador social¡ª se ¡°expone¡± mientras intenta rellenar los huecos en el conocimiento que el p¨²blico tiene de los patrones culturales.
Pero la vida es corta. Tenemos poco tiempo y los recursos son escasos. Las personas que sobreviven a nuestro d¨ªa a d¨ªa de manera hermosa y deciden con fervor entrar en un museo no quieren asistir solo a una exposici¨®n llena de ocurrencias, cuando no es provocadora o antiautoritaria. Esto es algo pesad¨ªsimo, incluso para el estudiante neomarxista m¨¢s apasionado. Desean poder ver una historia que las transforme y no una colecci¨®n de piezas a grandes rasgos did¨¢ctica o entretenida, combinadas como un juego infantil, algo que una vez que abandonen el museo tendr¨¢n que dejar atr¨¢s, como todo lo que es infantil. Una colecci¨®n es un conmutador para diferentes p¨²blicos, sean j¨®venes o adultos, turistas o locales, y su notoriedad vendr¨¢ de que pueda ser identificada con un determinado contexto y tiempo, que los comisarios hayan sabido articular algo ¨²nico e irrepetible. Dicho de otra manera, que la selecci¨®n de obras, sencillamente modernas o con sus discursos emancipadores, alteren ese plan preconcebido de salvaci¨®n del arte. Algunos museos lo han logrado, contados han sabido mantenerlo. La volatilidad en los despachos de direcci¨®n ya no es una rareza, sino una condici¨®n, una musa m¨¢s dentro de estos panteones. La experiencia de visitar la colecci¨®n de un museo se est¨¢ pareciendo, cada vez m¨¢s, a la de pasear por una bienal. ?Triunfante ?conversi¨®n?
La nueva directora, Elvira Dyangani Ose, prometi¨® ilusionar y sacarnos de la mediocridad. Por ahora, no lo ha logrado
Ocurre en el Museu d¡¯Art Contemporani de Barcelona, donde desde hace m¨¢s de un a?o se esperaba lo que se ofrec¨ªa como audaz proyecto de su directora, Elvira Dyangani Ose. Entr¨® en el edificio blanco de Richard Meier como un hurac¨¢n, prometi¨® ilusionar, ¡°hacernos volar¡± (?as¨ª!), arrancarnos de los infiernos de la mediocridad ¡ªla expresi¨®n no es suya, pero as¨ª nos parecieron los ¨²ltimos largos ocho a?os del Macba¡ª hacia otras tierras de supervivencia po¨¦tica. De momento, no lo ha logrado.
Lo m¨¢s coherente de esta nueva propuesta de colecci¨®n es su t¨ªtulo, Intenci¨®n po¨¦tica, porque todo en ella es intenci¨®n, y s¨ª, claro, hay poes¨ªa. Tomado de las lecturas del autor antillano ?douard Glissant, el ep¨ªgrafe hace referencia a las ¡°po¨¦ticas de relaci¨®n¡± en la ciudad mestiza, criolla, donde se entreveran la psicoterapia, la etnograf¨ªa y la emancipaci¨®n pol¨ªtica. Diversidad contra universalidad. Totalizaci¨®n contra totalitarismo. Po¨¦tica de fracturas, de c¨¢ntaros rotos que piden el relevo para volver a la tierra.

En la pr¨¢ctica, lo que hay son 127 piezas y 88 libros de artista, repartidos en tres secciones, ¡°moradas m¨²ltiples¡± (Glissant) que insin¨²an nuevos lenguajes (sonoro-silencio), tiempos (microrrelatos) y espacios (lugares participatorios). Hay que aclarar que no todos los trabajos forman parte de la colecci¨®n permanente. Si bien la mayor¨ªa son adquisiciones recientes (muchas de ellas, de artistas j¨®venes), otros son pr¨¦stamos de particulares, galer¨ªas o dep¨®sitos institucionales (Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona) y la Fundaci¨®n Macba. Otra imagen , esta vez grosera, que encuentra la instituci¨®n para representar el ¡°mestizaje¡± desde dentro.
Lo antiheroico es el ¡°medio¡± escogido para afirmar la honestidad de esta selecci¨®n, as¨ª que poco hay que embista nuestra mirada y s¨ª un manto de asociaciones formales/conceptuales (las piezas de Mar Arza, Tres y Valc¨¢rcel Medina) y un culto a lo desabrido que ocupa demasiados metros cuadrados de salas. El ritmo del recorrido obliga a aceptar que estamos en una de esas muestras que tienen la disciplina de las bienales, poco aliento, gracia por momentos y lucidez en unas cuantas obras elegidas para una anotaci¨®n.
La mayor¨ªa de las obras expuestas son compras recientes, pero tambi¨¦n hay dep¨®sitos institucionales y pr¨¦stamos de galer¨ªas
Josep Maria Mestres Quadreny, con sus ¡°c¨ªrculos de sonidos audibles¡±, partituras y acciones teatrales (a?os sesenta y setenta), es un autor mallarmeano capaz de alterar cualquier sintaxis de colecci¨®n posible. Sin aparente cr¨ªtica pol¨ªtica, sus conciertos situacionistas en las calles y museos son totales, oper¨ªsticos, la munici¨®n con la que se carga la mejor poes¨ªa. M¨¢s escalofr¨ªos placenteros en la pel¨ªcula de los ingleses Otolith Group sobre Etel Adnan, pintora y poeta francolibanesa reconocida muy tard¨ªamente (fallecida, como Quadreny, en 2021). En ella vemos a la artista de espaldas, en su apartamento parisiense, mientras lee fragmentos de su poema ¨¦pico Sea and Fog (2012), donde constata el movimiento del oc¨¦ano y la imparable mutaci¨®n de la materia, perfectamente transmutables en sus pinturas de paisajes de enorme poder crom¨¢tico que cuelgan en las salas (pr¨¦stamo de la galer¨ªa Lelong), que ella misma resumi¨® as¨ª: ¡°Podr¨ªa pensarse que el amor a la naturaleza es inofensivo, pero ning¨²n amor lo es. Puede comprometer la totalidad de la existencia, y, en realidad, lo hace¡±. Resonante es tambi¨¦n el v¨ªdeo del brasile?o Jonathas de Andrade Jogos dirigidos (2019 (pr¨¦stamo de Galleria Continua) y la pel¨ªcula Modellen (1968), del dan¨¦s Palle Nielsen, a la que se suma el material documental de aquel experimento que convirti¨® el Moderna Museet de Suecia en un parque infantil. Su director, Pontus Hult¨¦n, hab¨ªa accedido con la condici¨®n de que Nielsen asumiese la responsabilidad del coste de la organizaci¨®n. En la nota de prensa del proyecto se le¨ªa: ¡°El juego es la exposici¨®n y se convertir¨¢ en el tipo de sociedad que quieren los ni?os, ellos explicar¨¢n tanto de su mundo que se convertir¨¢n en un modelo para nosotros¡±.
Volvemos a saltar en parques y museos, pero aquellos modellen son hoy monumentos muy diferentes en contra de su voluntad.
¡®Intenci¨®n po¨¦tica¡¯. Macba. Barcelona. Hasta mediados de 2024.
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