Contrapunto a dos voces
Ram¨®n Andr¨¦s plantea un extenso mon¨®logo con visos de ensayo en el que sigue la pista, a menudo borrosa, de Josquin des Prez, uno de los grandes compositores del Renacimiento y una figura de ribetes casi legendarios
El 23 de diciembre de 2019, hace poco m¨¢s de dos a?os, Ram¨®n Andr¨¦s comenz¨® a redactar en su retiro de Elizondo un cuaderno, o un diario, en el que fue apuntando hasta el 29 de diciembre del a?o siguiente, con irregular constancia, sus reflexiones sobre Josquin des Prez, de quien se conmemor¨® en agosto de 2021 el quinto centenario de su muerte. Fue sin duda la presencia de esta efem¨¦ride en el horizonte, tambi¨¦n en los a menudo brumosos del Valle de Baztan que ¨¦l frecuenta en sus paseos, la que alent¨® una suerte de convivencia mental entre ambos, pues aunque fuera alumbrando sus cavilaciones, o sus enso?aciones, como un paseante solitario en la estela de Rousseau, tal como lo muestra la fotograf¨ªa de cubierta del libro en que Acantilado acaba de convertir aquel cuaderno dom¨¦stico, no es dif¨ªcil imaginar a Josquin a su lado o, como mucho, a escasa distancia de su colega, porque Ram¨®n Andr¨¦s, am¨¦n de muchos otros oficios, es tambi¨¦n m¨²sico. De lo contrario, jam¨¢s habr¨ªa podido escribir un libro como este.
Lo han precedido muchos otros y su avasalladora Filosof¨ªa y consuelo de la m¨²sica, por ejemplo, obtuvo en 2021 el Premio Nacional de Ensayo. Ram¨®n Andr¨¦s ha explorado registros muy diferentes: desde, bajo apariencia de lexic¨®grafo, dar forma a un casi inabarcable Diccionario de m¨²sica, mitolog¨ªa, magia y religi¨®n hasta encerrarse con un solo madrigal, Lamento della ninfa, de Monteverdi, a fin de exprimirnos todo su jugo, pasando por un examen minucioso de la biblioteca de Bach en pos de pistas sobre el ser humano que no nos revela su m¨²sica, una inmersi¨®n en la ¡°m¨²sica, pintura y ciencia en tiempos de Vermeer y Spinoza¡± o, en busca del manantial primigenio, una exploraci¨®n del ¡°nacimiento de la m¨²sica en la cultura¡±. A modo de contrapeso, este fil¨®sofo y poeta ha escrito tambi¨¦n ¡°m¨ªsticamente¡± sobre el silencio, donde no hay lugar para la m¨²sica, del mismo modo que se ha interesado por el suicidio, una forma de ausencia voluntaria de vida, y su colecci¨®n de ensayos Pensar y no caer se cierra con dos cap¨ªtulos relacionados con sendas obras de dos creadores h¨²ngaros, Gy?rgy Ligeti y B¨¦la Tarr, titulados significativamente ¡®La muerte¡¯ y ¡®Nada¡¯.
La b¨®veda y las voces, que se acompa?a de un subt¨ªtulo de inequ¨ªvocas resonancias proustianas, Por el camino de Josquin, se adentra en terrenos diferentes y, por su condici¨®n de cuaderno de bit¨¢cora, es generoso en el uso de la primera persona. No se trata, en ning¨²n caso, de una ¨¢rida aproximaci¨®n musicol¨®gica al compositor francoflamenco, pero quien no supiera nada sobre ¨¦l terminar¨¢ la lectura del libro teniendo una idea cabal de sus logros y, sobre todo, de su posici¨®n preeminente en la historia de la m¨²sica occidental y de por qu¨¦ ya muchos de sus contempor¨¢neos lo calificaron de princeps musicorum. Ram¨®n Andr¨¦s conoce, y cita en la bibliograf¨ªa final, muchos de los principales escritos acad¨¦micos sobre Josquin de los ¨²ltimos a?os, aunque no se refiere expl¨ªcitamente al art¨ªculo que oblig¨® a reescribir buena parte de su biograf¨ªa, ¡°Iudochus de Picardia and Jossequin Lebloitte dit Desprez: The Names of the Singer(s)¡±, que Lora Matthews y Paul Merkley publicaron en The Journal of Musicology en 1998. Ambos demostraron que el cantante ¡°Josquin¡± en activo en la catedral de Mil¨¢n de 1459 a 1472 y en la corte de los Sforza hasta diez a?os m¨¢s tarde era otra persona diferente del famoso ¡°Josquin des Prez¡± (o Desprez, como prefiere escribir Andr¨¦s, porque las fuentes presentan su identidad nombrada de mil maneras diferentes), y que muri¨® en 1498, m¨¢s de dos d¨¦cadas antes que el famoso compositor. Las sospechas ven¨ªan ya de atr¨¢s, cuando Pamela Starr mostr¨® que tradicionalmente se hab¨ªa fechado la llegada de Josquin a la capilla papal con tres a?os de antelaci¨®n, porque el ¡°Jo. de Pratis¡± de los documentos no era tampoco ¨¦l, sino ¡°Johannes de Pratis¡±, esto es, Johannes Stockem. Un goteo de nuevas revelaciones se tradujo en que los doce a?os que Josquin habr¨ªa pasado en Roma seg¨²n la historiograf¨ªa tradicional se vieron reducidos de golpe a tan solo cinco.
En el nuevo relato, Josquin estuvo al servicio al menos de cuatro reyes y dos papas, su supuestamente larga estancia italiana (en Mil¨¢n y Roma) ha dejado de ser tal y ahora se sabe mucho m¨¢s sobre su vinculaci¨®n con Cambrai, Aix-en-Provence, Par¨ªs y Viena, aunque siempre con Francia y los Pa¨ªses Bajos como su principal centro de operaciones. Hay incluso un posible viaje a Espa?a con la corte borgo?ona de Felipe el Hermoso, que Ram¨®n Andr¨¦s menciona muy pronto y glosa con generosidad, aunque no haya salido a¨²n a la luz ninguna prueba incontrovertible de que as¨ª fuera. Tambi¨¦n cita la famosa carta del cantor Gian d¡¯Artiganova dirigida al duque Ercole d¡¯Este en septiembre de 1502, en la que le recomienda que contrate a Heinrich Isaac por ser m¨¢s fiable y sociable con sus compa?eros, aunque admite que ¡°Josquin compone meglio¡±, si bien solo cuando le place, no cuando se le pide que lo haga: los genios nunca fueron f¨¢ciles.
Las vidas del autor y de su compa?ero de paseos y reflexiones se entremezclan y, poco despu¨¦s de comenzado el cuaderno, hace su aparici¨®n un tercer invitado: ¡°Mi cabeza va hacia delante y hacia atr¨¢s en el tiempo, convivo con Josquin y los contagios de coronavirus, el ayer y el ahora apretados en un pu?o. Este ir y venir me desmadeja, no estamos acostumbrados a escaparnos de nuestra dimensi¨®n temporal¡±. El libro es un constante asomar y ocultarse hilos, de los que Ram¨®n Andr¨¦s ¡ªun pol¨ªgrafo nato¡ª jam¨¢s deja de tirar, por m¨¢s que lo lleven, a saltos, y sin br¨²jula ni planes previos, a recuerdos, lecturas de cabecera o, una y otra vez, al remanso de la vida errante y la m¨²sica preternatural de Josquin, porque en el fondo del libro late ese mismo contrapunto a dos voces, punctum contra punctum, que el compositor francoflamenco llev¨® a un grado de perfecci¨®n que solo lograr¨ªa emular, siglos despu¨¦s, Johann Sebastian Bach.
En la pen¨²ltima p¨¢gina, Ram¨®n Andr¨¦s se traslada al 27 de agosto de 1521, fecha de la muerte de Josquin en su retiro de Cond¨¦-sur-l¡¯Escaut, para despedir a su ¡ªya para entonces¡ª amigo y confidente con estas palabras: ¡°Yace el m¨¢s solitario de los solitarios, el que ha entendido, en su plenitud, la palabra lejan¨ªa¡±. Por si alguien dudara a estas alturas de que, m¨¢s que el mon¨®logo que aparentaba ser en un principio, este libro, aquel antiguo cuaderno, es m¨¢s bien un di¨¢logo a dos voces ¡ªmuda y sonora¡ª, el ¨²ltimo p¨¢rrafo reserva un paralelismo entre el tiempo que ¡°har¨¢ joven¡± a uno y ¡°deshar¨¢ como la hoja seca y volandera¡± al otro. ?Qui¨¦n es qui¨¦n?
La b¨®veda y las voces. Por el camino de Josquin
Autor: Ram¨®n Andr¨¦s.
Editorial: Acantilado, 2022.
Formato: tapa blanda (384 p¨¢ginas, 25 euros).
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