?Por qu¨¦ ¡®Hogwarts Legacy¡¯ es el mejor videojuego de Harry Potter?
La adaptaci¨®n del mundo m¨¢gico m¨¢s famoso de las ¨²ltimas d¨¦cadas se convierte en uno de los juegos del a?o
Lo primero es lo primero: no tiene sentido que exista un juego as¨ª. No tiene sentido que, 26 a?os despu¨¦s de la publicaci¨®n del primer libro, 22 a?os despu¨¦s de la primera pel¨ªcula y tras una quincena de adaptaciones a videojuego que eran olvidables en el mejor de los casos, Warner Bros haya apostado tan fuerte por un juego basado en el mundo de Harry Potter. Y, vistos los antecedentes, es inveros¨ªmil que la cosa haya salido tan bien.
Pero Hogwarts Legacy existe y es, en pocas palabras, la experiencia total en la que cualquier fan de Harry Potter querr¨ªa perderse. Vayamos por partes. En lo narrativo, el juego es todo un acierto: ambientado unos cien a?os antes que la saga principal, la historia, enclavada en el marco de la Rebeli¨®n de los Duendes y que pivota alrededor de un tipo concreto de Magia Antigua, no desmerece a los originales. De los libros sabe coger la forma en que se mezclan la rutina colegial y la trama principal (que como siempre afecta a un lado m¨¢s oscuro del mundo m¨¢gico) y, de las pel¨ªculas, el uso inteligente de las elipsis escolares y las estaciones del a?o. Los apartados sonoros (una orquestaci¨®n digna de menci¨®n, un doblaje estupendo) y est¨¦ticos merecen los mayores elogios. Los combates son profundos, bien armados y vibrantes. Gr¨¢ficamente no es lo mejor del mercado, pero conviene recordar que saldr¨¢ para todas las plataformas, no solo para las m¨¢s potentes.
Todo se ve y respira pura esencia Harry Potter. La fidelidad al mundo m¨¢gico es total. Las clases, las casas dentro del colegio, las tramas que van uniendo a nuestro personaje (un alumno o alumna que entra en el colegio de hechicer¨ªa directamente en quinto curso) con sus paulatinos amigos. El dise?o del castillo merece un punto y aparte: todo se siente vivo, asombroso, en cada esquina (y hay cientos, el castillo es enorme) nos aguarda un misterio o un peligro. No hay quidditch, vale, pero no se puede tener todo en esta vida.
Al juego se le pueden achacar, quiz¨¢, dos fallos. Por una parte, la complejidad de una propuesta que abraza por completo su naturaleza RPG: la lista de ropajes, objetos, pociones, ingredientes y mejoras en nuestro personaje hacen de Hogwarts Legacy un juego con una profundidad notable, que puede echar para atr¨¢s a los jugadores menos experimentados. Por otra parte, su mundo abierto, hermoso y peligroso, pero en el que ciertas tareas secundarias se repiten de forma mec¨¢nica. Un mundo as¨ª ya no se sostiene tras los avances en el dise?o de la exploraci¨®n que supusieron The Legend of Zelda: Breath of the Wild (2017) y Elden Ring (2022), pero claro, este juego comenz¨® a hacerse hace ocho a?os, cuando esos dos meteoritos no hab¨ªan ca¨ªdo sobre la Tierra. Eso s¨ª, Hogwarts Legacy cuenta con un matiz en su mundo que inclina la balanza a su favor: el vuelo. Con escoba o con animal, la sensaci¨®n de libertad a¨¦rea (una vez que la alcanzamos) es enorme y el vuelo se siente como una actividad lib¨¦rrima y plena. Es una delicia volar por los enormes alrededores de Hogwarts, acercarse de noche desde el cielo a alguno de los pueblos que rodean el castillo o rozar el agua con nuestros pies a toda velocidad.
Poco m¨¢s hay que a?adir. Empapad¨ªsimo del mundo creado por J. K. Rowling, con un ramillete de personajes muy bien dibujados, con un mimo inacabable a las criaturas y lugares del mundo m¨¢gico, Hogwarts Legacy est¨¢ repleto de todo tipo de detalles que no solo certifican que el juego est¨¢ bien hecho, sino que se puede trasladar de forma satisfactoria un mundo tan complejo y concreto al medio interactivo.
El juego se sit¨²a en el foco medi¨¢tico por otro motivo. Y es que, a pesar de ser uno de los juegos m¨¢s esperados de los ¨²ltimos a?os, se ha convertido, parad¨®jicamente y a ra¨ªz de las acusaciones a J. K. Rowling de transfobia, en uno de los juegos que m¨¢s abiertamente han sufrido un boicot de¡ siempre. Algunos medios anglosajones y las redes sociales se han llenado estas semanas de declaraciones en contra del juego, la franquicia y la autora, y muchos han explicitado que, si se compra el juego, en realidad se fomentan directamente los movimientos en contra de los trans. Sobre todo desde la esfera anglosajona, se ha llegado a atacar con virulencia a medios o streamers que daban cobertura al juego.
Ese aspecto dar¨¢ mucho que hablar tambi¨¦n en los pr¨®ximos d¨ªas y semanas, aunque no es necesario visitar la Sala de las Profec¨ªas para saber que el boicot ser¨¢ un fracaso. Al final, como bien resum¨ªa el famoso streamer Alexelcapo, ¡°Nadie va a robarme la experiencia de jugar a este juego (¡) independientemente de las pol¨¦micas o de lo tr¨¢nsfoba que sea J. K. Rowling¡±. Y no se lo van a robar por un motivo muy concreto: ¡°Se lo debo a mi yo de 11 a?os que se ley¨® el libro¡±. El juego vender¨¢ millones (si no decenas de millones) de copias porque esa frase del streamer cristaliza la actitud mayoritaria alrededor del mundo, nos guste o no. Y es que la infancia de toda una generaci¨®n ha sido destilada en un juego estupendo que se convertir¨¢ en todo un fen¨®meno. As¨ª es como se hacen las buenas adaptaciones. Finite incantatem.
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