Cuando la localizaci¨®n de una serie se convierte en el pr¨®ximo destino
La pintura y la literatura han dado paso a las pel¨ªculas y otras producciones como prescriptoras de viajes. Los espectadores se han convertido en potenciales turistas, y las oficinas de turismo trabajan para aprovechar el tir¨®n de las grandes producciones
A d¨®nde te vas de viaje y qu¨¦ serie est¨¢s viendo son dos de las preguntas que m¨¢s formulamos. La segunda nunca se la hicieron a Vincent van Gogh; a la primera le hubiera gustado responder que a Jap¨®n, pa¨ªs en el que algunos artistas locales realizaban unas xilograf¨ªas muy populares en el siglo XIX y que se denominaban ukiyo-e. Estampas de las que el pintor holand¨¦s y otros impresionistas de la ¨¦poca estaban enamorados por su luz, los paisajes y la t¨¦cnica con las que estaban hechas. El puente ?hashi en Atake bajo un chubasco repentino, de Utagawa Hiroshige, se convirti¨® en una fuente de inspiraci¨®n en Occidente y en una prescriptora de viajes. Las pel¨ªculas y las series no han hecho nada que no hicieran primero la pintura y la literatura.
Antes de que las pantallas invadieran nuestras vidas, los lectores de Benito P¨¦rez Gald¨®s, James Joyce, Frank Kafka y Fernando Pessoa recorrieron y recorren a trav¨¦s de sus libros las calles de Madrid, Dubl¨ªn, Praga y Lisboa, respectivamente. Ciudades a las que dotaron de elocuencia. Ese tipo de viajes hoy los inspiran las producciones de HBO, Movistar Plus+, Netflix y otras plataformas audiovisuales.
A trav¨¦s de sus series y pel¨ªculas, los espectadores descubren realidades desconocidas de lugares conocidos, adem¨¢s de sitios de los que no sab¨ªan casi nada. El Baltimore de The Wire, la Nueva Orleans de Treme, la Edimburgo de Trainspotting, el Bath de Los Bridgerton, la Birmingham de Peaky Blinders, la isla de El Hierro en la serie del mismo nombre, las marismas del Guadalquivir en La isla m¨ªnima, el anime japon¨¦s, las telenovelas turcas y colombianas, las pel¨ªculas surcoreanas y los thrillers n¨®rdicos hacen que los espectadores se conviertan en potenciales turistas al despertarles curiosidad por conocer los sitios en los que se han grabado dichas producciones.
La sinergia que se da entre las series, pel¨ªculas y sus localizaciones beneficia al turismo. De esta manera hay destinos que suman un motivo m¨¢s por el que ser visitados y otros que se posicionan en el circuito tur¨ªstico gracias a su aparici¨®n en la pantalla. Es decir, que un espectador extranjero vea contenido espa?ol y grabado en Espa?a, como La casa de papel, aumenta su inter¨¦s hacia la cultura y el deseo de querer visitar el pa¨ªs. ¡°Estas producciones ponen ciudades, pueblos y parajes en el mapa tur¨ªstico y suponen un desarrollo econ¨®mico posrodaje de un turismo m¨¢s all¨¢ del sol y playa¡±, afirma Francisco Jos¨¦ Pradana, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicaci¨®n de la Universidad Europea.
Un turismo al alza, como evidencia que esta edici¨®n de Fitur vuelva a apostar por Fitur Screen, el espacio coorganizado por Spain Film Commission e Ifema Madrid, con la colaboraci¨®n de Netflix, destinado al turismo cinematogr¨¢fico y donde se analizan los nuevos enclaves de ocio del turismo de pantalla y la influencia del cine y las series en la cultura de los viajes.
Turismo de pantalla
Los ¨¦xitos de taquilla pueden ser campa?as de promoci¨®n de las localizaciones de los destinos en los que se han grabado. Este fen¨®meno, conocido como turismo de pantalla, es anterior a la aparici¨®n de las mencionadas plataformas audiovisuales, cuando la industria cinematogr¨¢fica y la tur¨ªstica no se daban la mano. Siempre ha habido pel¨ªculas que a uno le impulsaban a viajar: las de James Bond, en las que el agente 007 da una sibarita vuelta al mundo; y la de Cocodrilo Dundee, que hizo que en Australia se disparase el n¨²mero de visas de turistas internacionales en un 40% de 1984 a 1992, seg¨²n datos de Cultural Affinity and Screen Tourism, estudio de la Organizaci¨®n Mundial del Turismo en colaboraci¨®n con Netflix. Mochileros viajando por Tailandia nunca han faltado, como tampoco le faltan playas de ensue?o. La de Maya Bay, en la isla de Phi Phi Leh, se convirti¨® en un fen¨®meno de masas por haber sido en la que se rod¨® la pel¨ªcula La playa. Tanta gente iba a verla, unas 5.000 personas al d¨ªa, que la tuvieron que cerrar durante un tiempo para salvar y repoblar el arenal y sus arrecifes de coral.
Con el turismo de pantalla asentado se sucedieron nuevos hitos. La trilog¨ªa de El se?or de los anillos aument¨® en un 40% las visitas anuales a Nueva Zelanda entre 2000 y 2006, y entre 2011 y 2013 la saga de Harry Potter hizo que aumentaran en un 230% el n¨²mero de visitantes a los sitios de Gran Breta?a en los que se rodaron las pel¨ªculas. En Birmigham es donde se desarrolla la serie inglesa Peaky Blinders. Un ¨¦xito de audiencia que se tradujo en un r¨¦cord de visitantes nacionales e internacionales en 2018 a dicha ciudad: 42,8 millones de turistas, de los que 355.000 tambi¨¦n visitaron el Museo al aire libre de Black Country en Dudley, su principal set de grabaci¨®n. Entre 2011 y 2019 se emitieron las ocho temporadas de Juego de tronos, grabadas en Irlanda del Norte, Croacia, Malta, Islandia y Espa?a. En cada una de sus localizaciones, el n¨²mero de visitantes aument¨® considerablemente, incluso despu¨¦s de la finalizaci¨®n de la ficci¨®n.
Convertirse en un destino de rodaje requiere una serie de requisitos que hagan de im¨¢n para atraer a las grandes producciones: buenas localizaciones, profesionales del sector e incentivos fiscales. En Espa?a, donde se cumplen dichos requisitos, el ¨®rgano que trata todas estas cuestiones es la Spain Film Commission y sus 39 socios presentes en todas las comunidades aut¨®nomas. Por eso no es extra?o que Espa?a sea un hub de Netflix.
Detr¨¢s de esas visitas a las localizaciones hay un trabajo desarrollado por las oficinas de turismo de los respectivos destinos, antes y despu¨¦s de los rodajes. ¡°Cuando una serie o pel¨ªcula de relevancia se graba en Irlanda, como Juego de tronos, aprovechamos la oportunidad para hacer la conexi¨®n con el destino¡±, cuenta Soraya Gabriel, ejecutiva de Relaciones P¨²blicas de la Oficina de Turismo de Irlanda en Espa?a. Lo que se traduce en la creaci¨®n de recorridos tem¨¢ticos urbanos y en l¨ªnea, una promoci¨®n activa en redes sociales, grabaci¨®n de piezas audiovisuales protagonizadas por las actrices, actores, directores y guionistas, tanto de las series como de las pel¨ªculas, en las que hablan de las mismas y de su experiencia en el destino. La estrategia promocional de Irlanda con esta serie concluy¨® en febrero de 2022 con la inauguraci¨®n del Game of Thrones Studio Tour, una atracci¨®n ubicada en los estudios donde se filmaron algunas de sus escenas en la localidad de Banbridge.
Ciudades convertidas en personajes
Una cosa es rodar una pel¨ªcula o una serie en una localizaci¨®n concreta por cuestiones de producci¨®n (econ¨®micas y log¨ªsticas) y otra porque dicha localizaci¨®n es innegociable al ser un personaje m¨¢s de la historia. Lost in Translation, para un occidental, no tiene sentido si no transcurre en Tokio. Las de pel¨ªculas de Woody Allen no se conciben fuera de Nueva York, salvo beneficiosas excepciones. El director neoyorquino retrata Manhattan y a la clase alta que la habita. Del mismo modo que Wong Kar-wai rueda en Hong Kong, ciudad estado que para el director chino es m¨¢s un estado emocional que un lugar geogr¨¢fico, y a donde emigr¨® a los cinco a?os desde Sh¨¢nghai junto a su madre. Algo similar ocurre con los filmes de Pedro Almod¨®var, quien las rueda en Madrid y pueblos manchegos para contar historias de mujeres y minor¨ªas que incomodan a ciertas mayor¨ªas.
Pel¨ªculas y series que nos despiertan el deseo de viajar adonde se grabaron. Viajes que arrancan a partir de una emoci¨®n transmitida desde una pantalla.
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