El fusilamiento en vi?etas de Mar¨ªa, ¡®la Jabalina¡¯, la anarquista condenada a muerte por el franquismo
Cristina Dur¨¢n y Miguel ?ngel Giner relatan en su nueva novela gr¨¢fica la vida de la miliciana culpada por delitos que no pudo cometer, tras ilustrar la tragedia del accidente del metro en Valencia, lo que les vali¨® el Premio Nacional
A Mar¨ªa P¨¦rez Lacruz la conoc¨ªan como la Jabalina. El sobrenombre le vino dado por su ¡°acentuado izquierdismo¡±, seg¨²n recoge la sentencia del consejo de guerra que la conden¨® a muerte en 1942. La miliciana republicana ten¨ªa 25 a?os cuando fue fusilada en Paterna, en el llamado ...
A Mar¨ªa P¨¦rez Lacruz la conoc¨ªan como la Jabalina. El sobrenombre le vino dado por su ¡°acentuado izquierdismo¡±, seg¨²n recoge la sentencia del consejo de guerra que la conden¨® a muerte en 1942. La miliciana republicana ten¨ªa 25 a?os cuando fue fusilada en Paterna, en el llamado pared¨®n de Espa?a, el 8 de agosto. Proced¨ªa del pueblo de Jabaloyas, en la Sierra de Albarrac¨ªn, donde era com¨²n llamar a las mujeres jabalinas y a los hombres, jabalinos. La alusi¨®n de la sentencia es, no obstante, una mentira menor en comparaci¨®n con la falsedad de los delitos que imputaron a la joven y atractiva anarquista, que se alist¨® con 19 a?os en la Columna de Hierro al poco de estallar la Guerra Civil espa?ola en 1936.
Mar¨ªa fue una asesina despiadada de curas, guardias civiles y pol¨ªticos franquistas, seg¨²n sentenci¨® la dictadura. Adem¨¢s, era una mujer peligrosa, libre, que llev¨® una vida ¡°amancebada¡±. Tuvo una hija al poco de entrar en prisi¨®n, donde pas¨® los ¨²ltimos tres a?os de su vida, que el r¨¦gimen le rob¨® nada m¨¢s nacer. Antes, le raparon la cabeza para ser objeto de escarnio entre sus vecinos del fabril Puerto de Sagunto. All¨ª hab¨ªa recalado su familia aragonesa, como otras muchas, siguiendo la ruta del tren que transportaba el hierro desde las minas de Ojos Negros, en la Sierra Menera, hasta el mar, en busca de una vida mejor al calor de la nueva Siderurgia del Mediterr¨¢neo.
¡°Fueron a por ella. Era imposible que cometiera los delitos que le imputaron porque estaba en el hospital ingresada, porque cay¨® mal herida en el frente de Teruel a los pocos d¨ªas de llegar. No hicieron caso al certificado del hospital. Les daba todo igual¡±, cometa la dibujante Cristina Dur¨¢n en su luminoso estudio. ¡°Fue la primera mujer herida en la Guerra Civil y la ¨²ltima mujer en ser fusilada en la Comunidad Valenciana por el franquismo¡±, agrega su pareja, el guionista Miguel ?ngel Giner. Ambos son los autores del c¨®mic Mar¨ªa la jabalina, que acaba de publicar la editorial Astiberri, basado en hechos reales, la mayor parte de ellos investigados por Manuel Girona y documentados en su libro Una miliciana en la Columna de Hierro. Mar¨ªa, la jabalina (Universitat de Val¨¨ncia).
La novela gr¨¢fica narra la terrible historia de una infamia, al tiempo que presenta un sucinto relato del nacimiento de un n¨²cleo urbano, uno de los ¨²ltimos ejemplos de ciudad-factor¨ªa de Espa?a, surgido a unos pocos kil¨®metros del enclave hist¨®rico, el asentamiento ¨ªbero de Arse, que fue asediado y ocupado por An¨ªbal, lo que deton¨® la segunda guerra p¨²nica entre Roma y Cartago.
La pareja de creadores valencianos se conoci¨® estudiando en la facultad de Bellas Artes. Ya entonces coincid¨ªan en su prop¨®sito de dedicarse a la novela gr¨¢fica, de hacer del c¨®mic una forma de vida. En los a?os ochenta no era nada com¨²n y menos en mujeres. Sin embargo, los dos hicieron un aterrizaje tard¨ªo en el g¨¦nero, porque, con anterioridad, trabajaron profesionalmente durante 15 a?os en la animaci¨®n y sobre todo en la ilustraci¨®n. La primera incursi¨®n conjunta en la novela gr¨¢fica se remonta a 2009 con Una posibilidad entre mil (Sins Entido), que ya recibi¨® elogios y fue ponderada como un trabajo muy personal y valiente.
Se trata de un conmovedor y duro ejercicio autobiogr¨¢fico sobre la lucha por la supervivencia de la hija de ambos, Laia, que sufri¨® una par¨¢lisis cerebral al segundo d¨ªa de nacer. ¡°Nos cost¨® mucho hacerlo, nos obligaba a recordar situaciones complicadas, lloramos, pero seguimos avanzando y al final fue una catarsis. Nos ayud¨® a reflexionar sobre el proceso de tener una hija con diversidad funcional que cambi¨® nuestra vida¡±, comenta Cristina (52 a?os). Miguel (54) la convenci¨® y empuj¨® el proyecto hacia adelante.
La segunda parte de esta catarsis, La m¨¢quina de Efr¨¦n tuvo otro tono. Tambi¨¦n se nutri¨® de las vivencias de ambos para relatar el proceso de adoptaci¨®n de Selam, una ni?a et¨ªope. Ambos c¨®mics se han publicado de manera conjunta en EE UU por Astiberri. La tercera novela gr¨¢fica que ha consolidado la trayectoria de la pareja como comiqueros se aleja de lo autobiogr¨¢fico para entrar de lleno en la cr¨®nica y la denuncia social al abordar la tragedia del accidente de Metro m¨¢s grave en la historia de Espa?a, el que tuvo lugar el 3 de julio de 2006 y caus¨® 43 muertos en Valencia. El d¨ªa 3 (Astiberri), con la periodista Laura Ballester como coautora, les vali¨® el Premio Nacional de C¨®mic en 2019.
El anuncio del galard¨®n le pill¨® a Cristina en el quir¨®fano para ser intervenida de un c¨¢ncer de mama. Meses despu¨¦s, la ilustradora se dibuj¨® recibiendo quimioterapia en la vi?eta Yo tambi¨¦n tengo c¨¢ncer. Resultaba ¡°un poco agotador explicar todos los detalles uno a uno¡±. ¡°As¨ª que os lo cuento con una ilustraci¨®n (c¨®mo no)¡±, explicaba. De manera cercana y pedag¨®gica, romp¨ªa con el estigma de mutismo que a¨²n planea sobre una enfermedad, a pesar de estar tan extendida. La dibujante planea convertir en novela gr¨¢fica su experiencia con el tratamiento que coincidi¨® gran parte con la pandemia. Aqu¨ª el c¨®mic act¨²a como una terapia, m¨¢s que como catarsis. Tomar notas, dibujar esbozos de la m¨¢quina de las resonancias o de las enfermeras, la ayud¨® a superar el trance. El car¨¢cter paciente y tranquilo de Miguel, tambi¨¦n, apostilla Cristina, que se define, por el contrario, como ¡°una polvorilla¡±. El guionista, que tambi¨¦n de manera independiente prepara un c¨®mic como dibujante, se enfrent¨® con los problemas del cuidador, en una casa donde las tareas se reparten al 50% y el trabajo es ingente con una gran dependiente. La clave de la convivencia es ¡°la comunicaci¨®n¡±; en el plano profesional, si surgen discrepancias entre ambos, la ¨²ltima palabra la tiene Miguel en el guion y Cristina, en el dibujo.
Una de las grandes virtudes del c¨®mic es su capacidad de s¨ªntesis, as¨ª como la inmediatez informativa del dibujo. Ambos componentes son b¨¢sicos para armar un relato a trav¨¦s de vi?etas y dotar al g¨¦nero de una notable eficacia narrativa para contar una historia y que llegue a un p¨²blico amplio, desde una experiencia personal hasta las vicisitudes de una miliciana de la que Cristina y Miguel ?ngel no sab¨ªan nada hasta aceptar la propuesta del Ayuntamiento de Sagunto de elaborar un c¨®mic, con la condici¨®n de ser publicado en una editorial de ¨¢mbito nacional para alcanzar la mayor difusi¨®n posible.
El prop¨®sito es luchar contra el olvido. Ya no quedan apenas testimonios que recuerden c¨®mo la madre de La Jabalina, trastornada por su muerte, gritaba asesinos a los gerifaltes franquistas cuando desfilaban en las procesiones de Semana Santa, en medio de un silencio entre c¨®mplice y aterrorizado. Ni de la solidaridad del pueblo con la familia, aunque fuera despu¨¦s del fusilamiento de Mar¨ªa. Cuando la miliciana fue enterrada no hubo muestras p¨²blicas de p¨¦same. El temor a las represalias se impuso. Un a?o despu¨¦s falleci¨® Manolita, la hermana sorda de la Jabalina, la m¨¢s d¨¦bil de salud y m¨¢s inteligente de las hijas, la que escrib¨ªa las cartas que sus padres enviaban a la prisi¨®n y a la autoridades franquistas. Entonces los vecinos se volcaron, hubo condolencias y una actitud solidaria que fue interpretada tambi¨¦n como un reconocimiento de la injusticia y el dolor por la p¨¦rdida de Mar¨ªa, una joven que hab¨ªa trabajado de criada, apreciada por la gente. Algunas personas vinculadas al r¨¦gimen franquista testificaron a su favor, sin que sirviera de nada.
Los protagonistas de los c¨®mics de Cristina y Miguel ?ngel destilan coraje y dignidad. Est¨¢n dibujados con un caracter¨ªstico trazo grueso, geom¨¦trico, y en unas tonalidades que, en el caso de Mar¨ªa la Jabalina, recorren todas las gamas del gris. La novela gr¨¢fica fue un encargado con ¡°el objeto de sacar a la luz la figura de ¨²ltima mujer fusilada en Paterna con una condena falsa, una mujer represaliada, una saguntina muerta injustamente¡±, apunta el concejal saguntino de Memoria Hist¨®rica y Juventud, Guillermo Sampedro, de Esquerra Unida. En el pared¨®n de Paterna fueron fusiladas en la posguerra 2.238 personas. El c¨®mic tampoco obvia la violencia y los desmanes que hubo en el bando republicano al inicio de la contienda en el Puerto de Sagunto.
El encargo se convirti¨® tambi¨¦n en una obra personal, h¨ªbrida, por el inter¨¦s que les suscit¨® la historia. ¡°Me atrajo la historia en cuanto le¨ª el libro de Manuel Girona. Me interesa trabajar en temas que me gustar¨ªa leer, con personajes con entidad fuerte, definida, como la Jabalina y su madre, una ama de casa, vendedora de verduras que luch¨® por ella hasta el final. Hab¨ªa tambi¨¦n un antagonista claro, como El Rebollo, el miliciano que atribuy¨® a Mar¨ªa todos los delitos que le suger¨ªan, muy probablemente bajo tortura. ?l ni la conoc¨ªa. Todo indica que acab¨® tambi¨¦n fusilado¡±, explica Miguel ?ngel.
Manuel Girona, exalcalde socialista de Sagunto y estudioso de la historia de la ciudad, ha sido clave en la recuperaci¨®n de personaje a trav¨¦s de su libro Una miliciana en la Columna de Hierro. Mar¨ªa, la jabalina, desde su publicaci¨®n en 2006. ¡°Ten¨ªa inter¨¦s por la posguerra en mi pueblo, por los consejos de guerra y revis¨¦ 193 expedientes de saguntinos. Eran terribles, le¨ªas unas barbaridades, sin ninguna comprobaci¨®n, ni defensa... Me puse malo, la verdad, y pens¨¦ en dejarlo. Pero entre ellos, me llam¨® la atenci¨®n la Jabalina, para unas personas un monstruo, una asesina; para otros, una buena chica. Incluso la mujer de uno de sus principales acusadores franquistas, Ces¨¢reo Larrabeiti, que luego se fue a la Divisi¨®n Azul, y era maestra, testimoni¨® en contra de lo que dijo su marido¡±, comenta. ¡°El presidente del tribunal [Federico Leygorri] era un coronel de la nobleza que no ten¨ªa ni idea de leyes, ni cumpl¨ªa el c¨®digo militar, ni nada. Fue un atropello, y no solo con esta pobre chica¡±.
El principal valor del libro, en el que se basa el c¨®mic, es que se dedica a rebatir las acusaciones contra la miliciana con pruebas, sostiene el que fuera el primer presidente de la Diputaci¨®n de Valencia tras la dictadura. Girona indag¨® en todos los archivos posibles, recab¨® testimonios orales y constat¨® la imposibilidad de que cometiera los cr¨ªmenes que le imputaron porque estuvo ingresada durante cuatro meses en el Hospital Provincial de Valencia, sin capacidad de moverse. ¡°Todo era mentira. A los delatores les dec¨ªan lo que ten¨ªan que decir. En fin, todo muy triste¡±, se lamenta.
Recuperaci¨®n del personaje
Ahora, Girona muestra su satisfacci¨®n por que la Jabalina y su libro revivan de nuevo gracias al c¨®mic. No es un personaje muy conocido fuera de los c¨ªrculos anarquistas y del ¨¢mbito saguntino. Sin embargo, el pueblo no ha dejado de promover su caso, como pone de manifiesto la iniciativa municipal del c¨®mic, las charlas programadas o las numerosas representaciones teatrales de la obra Mar¨ªa la Jabalina, de la Companyia de Teatre Hongaresa, nacida en Sagunto.
El proyecto teatral surgi¨® cuando la poeta Paca Aguirre le pidi¨® a la dramaturga Lola P¨¦rez, ¡°porte?a¡± (del Puerto de Sagunto), que contara una historia verdadera de mujeres de los a?os 30 para un congreso. Tras leer el libro de Girona, P¨¦rez present¨® un proyecto de dramaturgia que desemboc¨® en un obra que lleva represent¨¢ndose 16 a?os. Se ha visto en diversas ciudades espa?olas y en una gira por Argentina. ¡°Se cre¨® el mito de la bruja sanguinaria que se com¨ªa a los hombres. Era muy guapa y muy deseada. Y muy libre y eso el r¨¦gimen no lo pod¨ªa tolerar. Y as¨ª fusil¨® a una joven que no hab¨ªa hecho nada¡±, se?ala la dramaturga. Algunas familiares de L¨®pez recordaban aquellas procesiones en que la madre de Mar¨ªa gritaba asesinos y los ni?os la persegu¨ªan.
Tambi¨¦n la psiquiatra Rosana Corral-M¨¢rquez, abord¨® el personaje en Si me llegas a olvidar (Editorial Vers¨¢til, 2013), una biograf¨ªa novelada de la Jabalina. ¡°Hubo gente que me pidi¨® una segunda parte sobre su hija robada¡±, comenta la escritora. Ella experiment¨® un ¡°flechazo¡± con el personaje y su ¡°tremenda historia¡± cuando Girona empez¨® a hablarle de su investigaci¨®n que comparti¨®. ¡°Es un personaje moderno, libre, que defiende un ideal, merece que tenga m¨¢s repercusi¨®n¡±, a?ade.
Una repercusi¨®n que ahora est¨¢ en manos de la novela gr¨¢fica de Cristina y Miguel ?ngel, para quienes el c¨®mic es una catarsis, una terapia, una forma de vida.
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