Muere a los 88 a?os Francisca Aguirre, poeta de la desolaci¨®n y la lucidez
La escritora, Premio Nacional de las Letras 2018, era considerada la m¨¢s machadiana de la generaci¨®n de los a?os cincuenta


La poeta Francisca Aguirre (Alicante, 88 a?os) ha fallecido hoy por la tarde en su domicilio madrile?o. Con ella desaparece una de las pocas autoras que se manten¨ªan en activo de la llamada ¡°otra generaci¨®n del 50¡±, es decir, la que conformaron poetas mujeres que inicialmente quedaron fuera de las antolog¨ªas de la ¨¦poca y que poco a poco fueron ocupando un espacio imprescindible en el mapa po¨¦tico del pa¨ªs.
Francisca Aguirre tuvo un reconocimiento institucional tard¨ªo aunque la cr¨ªtica hab¨ªa prestado atenci¨®n a su obra desde sus primeros libros. En los ¨²ltimos a?os ese reconocimiento se concret¨® en el Nacional de Poes¨ªa por Historia de una anatom¨ªa en 2011 y el pasado noviembre con el Premio Nacional de las Letras Espa?olas, el m¨¢ximo galard¨®n de nuestra literatura tras el Cervantes. En el fallo del jurado se destac¨® una caracter¨ªstica de su trabajo po¨¦tico que honrar¨ªa su obra y que la situaba en la zona m¨¢s arraigada y cercana a la sentimentalidad colectiva de nuestra poes¨ªa: se?al¨® que era la poeta "m¨¢s machadiana" de las integrantes de la generaci¨®n de los 50.
Aunque por a?o de nacimiento, Francisca Aguirre forma parte de la leva m¨¢s joven de una promoci¨®n en la que estuvieron integrados autores como Jos¨¦ ?ngel Valente, Francisco Brines, ?ngel Gonz¨¢lez, Jaime Gil de Biedma o Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, lo cierto es que la publicaci¨®n tard¨ªa, en 1971, de su primer libro, ?taca, cuando la obra de sus coet¨¢neos estaba ya consolidada, la situ¨® en un espacio al margen, en un lugar alejado de los c¨¢nones acad¨¦micos. Con Angelina Gatell, Julia Uceda y Mar¨ªa Beneyto, particip¨® en la consolidaci¨®n de una poes¨ªa hecha de cotidianidad y de meditaci¨®n, de precisi¨®n formal y de aliento colectivo a la que las mujeres que vivieron los a?os m¨¢s duros de la posguerra en el lugar de los vencidos aportaron altas dosis de experiencia y de lucidez. Su mirada hacia la realidad nunca fue complaciente: siempre estuvo atenta a los males colectivos y, en la estela del Machado m¨¢s esencial, el de las Soledades m¨¢s que el de Campos de Castilla, pero tambi¨¦n asimilando ecos de Miguel Hern¨¢ndez, o de Jos¨¦ Hierro, a quien le uni¨® una profunda amistad, acab¨® construyendo una obra de un alto nivel de calidad pese a los tonos conversacionales y directos que dominan en la mayor parte de sus poemas. Casada con el escritor F¨¦lix Grande ¡ªfallecido en 2014¡ª y madre de la tambi¨¦n poeta Guadalupe Grande Aguirre, Francisca Aguirre ha llevado a su poes¨ªa una experiencia vital extremadamente dura, sobre todo en los a?os posteriores a la Guerra Civil, hasta el punto de que incluso algunos poemas de sus libros m¨¢s recientes no han dejado de estar marcados por la sombra de la tr¨¢gica muerte de su padre, el pintor Lorenzo Aguirre, que fue condenado a la m¨¢xima pena y ejecutado por garrote vil en 1942.
Publicaci¨®n pausada
Francisca Aguirre, tras su primer y muy maduro poemario ?taca, con el que obtuvo el premio de poes¨ªa Leopoldo Panero de 1971, fue publicando, con un ritmo pausado pero con escasas zonas de vac¨ªo editorial o, tal y como definiera a esas etapas Jos¨¦ Hierro, ¡°per¨ªodos de estiaje¡± (los a?os ochenta), una obra s¨®lida y cargada de serenidad y hondura. En 1976 public¨® Los trescientos escalones, reeditado recientemente con un estudio de la joven poeta Marta Agudo. En 1978 apareci¨® La otra m¨²sica y en 1995 public¨® un libro, Ensayo general, en el que el soneto tiene un protagonismo central y en el que se advierte, junto a la devoci¨®n machadiana, el eco de poetas m¨¢s recientes como Blas de Otero, o el pulso cl¨¢sico de algunos autores del siglo de Oro, desde Quevedo a Lope. En 1998 publicar¨ªa Pavana del desasosiego y en el filo del nuevo siglo, en el a?o 2000, reuni¨® su poes¨ªa completa bajo el mismo t¨ªtulo que dio a libro de sonetos, Ensayo general (volumen que ha contado con una edici¨®n ampliada y pr¨¢cticamente cerrada en 2018).
El nuevo siglo ha sido especialmente generoso con la obra de Aguirre. No solo ha publicado libros memorables, sino que ha sido el tiempo de los reconocimientos de mayor alcance: Premio de la Cr¨ªtica del Pa¨ªs Valenciano por su poes¨ªa completa, aparici¨®n de su antolog¨ªa Memoria arrodillada, nuevos libros como La herida absurda (2006), Nanas para dormir desperdicios (2008), adem¨¢s del Nacional de Poes¨ªa. En los relatos Que planche Rosa Luxemburgo, y las memorias, mezcla de poes¨ªa y prosa, de Espejito, espejito, puso de relieve su dominio del texto narrativo. Sus ¨²ltimos libros de poemas han sido Los maestros cantores (2011) y Conversaciones con mi animal de compa?¨ªa (2012).
El amor, la cotidianidad, la memoria personal y la memoria colectiva, la muerte, el peso de los a?os m¨¢s sombr¨ªos del franquismo, la mirada hacia los cl¨¢sicos, desde Cervantes hasta Machado pasando por autores en apariencia lejanos a su formaci¨®n como Kafka o Borges, y una pasi¨®n permanente y casi obsesiva por la m¨²sica, todo ello amasado en una visi¨®n del poema atento a la realidad y a sus desmanes, y en una concepci¨®n rigurosa y realista del poema, han hecho de Francisca Aguirre una de nuestras poetas imprescindibles.
En noviembre de 2018, tras serle anunciado el Nacional de las Letras, aseguraba: ¡°Escribes para no andar a gritos y para no volverte loca. La poes¨ªa tranquiliza. A m¨ª me ayuda. El mundo es injusto, pero el lenguaje es inocente. El poder de las mujeres es tener la oportunidad de decir que no. Por eso es tan importante la educaci¨®n, la independencia. Queda mucho por hacer porque la desigualdad sigue siendo enorme: entre hombre y mujeres, entre ricos y pobres¡¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.