Pierre Fatumbi Verger, el fot¨®grafo de los otros
Un libro re¨²ne las fotos in¨¦ditas del antrop¨®logo y fot¨®grafo franc¨¦s, un complejo retrato de la diversidad racial de Estados Unidos durante los a?os treinta
Naci¨® como Pierre Verger en Par¨ªs, Francia, en 1902 y muri¨® como Pierre Fatumbi Verger en Salvador, Bah¨ªa, Brasil. Ten¨ªa 93 a?os. De ¨¦l, fot¨®grafo, etn¨®logo, antrop¨®logo e investigador, se dice que vivi¨® dos vidas. En medio de dos universos distintos, entre lo moderno y lo ex¨®tico, entre el raciocinio y la m¨ªstica. As¨ª, a los treinta a?os, tras el fallecimiento de su madre, comenz¨® su andadura por el mundo, dispuesto a captar la vida tras una c¨¢mara que ensanchar¨ªa su acentuada mirada a otras culturas. A los 51 a?os, resurgi¨® con el nombre de Fatumbi (renacido), ordenado Babalao (sacerdote), padre de los secretos en el culto vud¨², en Dahomey, hoy Ben¨ªn. M¨¢s tarde, asentado en Brasil, se dedic¨®, entre otras muchas cosas, a documentar las conexiones entre la cultura negra brasile?a y ?frica, como una consecuencia inesperada de la di¨¢spora africana provocada por la esclavitud a la que fue sometida la poblaci¨®n negra.
Verger, dej¨® tras de s¨ª treinta libros y unos 62.000 negativos realizados durante un periodo de cuatro d¨¦cadas, de 1930 a 1970; un archivo fotogr¨¢fico que sobrevivi¨® a su vida de n¨®mada. Si bien, en 1991, cuatro a?os antes de su muerte, la retrospectiva que le dedic¨® el Museo de las Artes Africanas y de Ocean¨ªa de Par¨ªs redescubr¨ªa su obra en Europa y situaba su nombre entre los grandes fot¨®grafos el Siglo XX, en Estados Unidos, su figura es pr¨¢cticamente desconocida, a pesar de la invaluable documentaci¨®n de este pa¨ªs llevada a cabo por el autor durante los a?os treinta. De ah¨ª que la rotunda mirada que nos ofrece Pierre Fatumbi Verger. United States of America. 1934 & 1937, una monograf¨ªa recientemente publicada por Damiani, no solo sirva para consolidar un prestigio, sino tambi¨¦n como una afirmaci¨®n de la personalidad del autor y la profundidad de su obra. ¡°Sus retratos e im¨¢genes, en su representaci¨®n de la belleza, del trabajo, de la espiritualidad, del juego y de la memoria cultural permanecen esenciales hoy en d¨ªa¡±, escribe Deborah Willis. ¡°No se trata simplemente de fotograf¨ªas: estas ofrecen un complejo retrato de la pol¨ªtica, de la raza y de la identidad¡±.
La cubierta del libro muestra la fotograf¨ªa de un negro. El muchacho camina y mira de refil¨®n. Atento a lo que ocurre, delante y detr¨¢s. No es Harlem, est¨¢ en Manhattan. En frente se encuentra el viaducto de Park Avenue. A su lado las figuras difuminadas de unos peatones blancos. ¡°Durante todo el d¨ªa fotografi¨¦ el desorden: edificios, taxis, chicas j¨®venes, negros, alcaldes, los vagabundos, senadores, perros de lujo. Por las tardes revelo y hago copias y al d¨ªa siguiente vuelvo a fotografiar¡±, escrib¨ªa Verger. Su primer viaje a Nueva York tuvo lugar en el inverno de 1934. Llegar¨ªa acompa?ado por dos periodistas en el que fue uno de sus primeros encargos como fotoperiodista para el diario franc¨¦s Paris-Soir. De ah¨ª seguir¨¢ la ruta a Jap¨®n y China pero antes recorri¨® las calles de Manhattan, los clubs de Harlem, Washington D.C, Charleston en Carolina del Sur, Florida y Nueva Orleans. En California visit¨® el mercado mexicano, de San Francisco parti¨® hacia Jap¨®n. La segunda visita a Nueva York tuvo lugar en 1937. Regreso a Manhattan, anduvo por Harlem y conoci¨® Coney Island antes de zarpar hacia Par¨ªs.
Llevaba la Rolleiflex. A¨²n no hab¨ªa reafirmado su estilo como fot¨®grafo pero ya se advert¨ªa su dominio t¨¦cnico, su precisi¨®n, y al mismo tiempo su heterodoxia. Una mirada repleta de empat¨ªa y de alma en busca de la cruda expresi¨®n del sujeto. Pasaba mucho tiempo mirando, alerta a los detalles, al caminar de la gente, a su vestimenta, a la expresi¨®n de los cuerpos y los recovecos de su intimidad. ¡°Lo que me llam¨® la atenci¨®n de su obra fue la calidad, la sensibilidad expresada y el tema representado¡±, cuenta el impulsor de la publicaci¨®n, Javier Escudero Rodr¨ªguez, durante una videoconferencia desde Brasil. Tras a?os de investigaci¨®n, ha sido el responsable de llevar a cabo la edici¨®n de las 150 im¨¢genes que componen el libro, de entre m¨¢s de 1.110 negativos. ¡°Verger no solo sab¨ªa mirar, tambi¨¦n sab¨ªa sonre¨ªr y agradecer cuando fotografiaba¡±, asegura. ¡°La mayor¨ªa de las im¨¢genes son in¨¦ditas y aunque incluye alg¨²n paisaje urbano y rural su excepcionalidad recae en el paisaje humano, en una visi¨®n m¨¢s amplia y diversa de los Estados Unidos de aquellos a?os compuesta por personas de diversos or¨ªgenes: negros, asi¨¢ticos y pescadores italianos. Abre una nueva puerta a la representaci¨®n de la gente no blanca de ese tiempo. Gente que curiosamente no suele aparecer en las im¨¢genes de la Depresi¨®n en Am¨¦rica¡±.
La obra se sit¨²a como un claro precedente al boom de la fotograf¨ªa social que llev¨® a la creaci¨®n de la famosa Farm Security Administration (Administraci¨®n para la Seguridad Agraria) puesta en marcha por Roy E. Stryker. Con el fin de documentar la forma en la que la pol¨ªtica del New Deal estaba transformado la sociedad americana, sumida en una terrible depresi¨®n econ¨®mica, el fot¨®grafo y economista contrat¨® a una serie de fot¨®grafos entre los que se encontraban Dorothea Lange, Walker Evans, y Margaret Bourke-White. ¡°A la hora de seleccionar las fotograf¨ªas, Stryker sol¨ªa hacer predominar la imagen de los blancos. Exist¨ªa claramente una exclusi¨®n¡±, advierte Escudero. Sin embargo, en la obra de Verger, no existe una conciencia pol¨ªtica, una intenci¨®n de mejorar la sociedad. Nunca se afili¨® a ning¨²n movimiento pol¨ªtico, ni tampoco fotogr¨¢fico. La mayor¨ªa de las im¨¢genes fueron tomadas en el contexto de la vida diaria, sin ninguna pretensi¨®n de denuncia. ¡°Adem¨¢s, claramente se caracterizan por su prop¨®sito de presentar al sujeto fotografiado como una persona digna de admiraci¨®n, incluso, quiz¨¢s, de deseo¡±, advierte Alex Baradel, responsable del archivo fotogr¨¢fico de la Fundaci¨®n Pierre Verger en uno de los textos que incluye el libro. ¡°Estas im¨¢genes fueron tomadas por su propio valor intr¨ªnseco. Su falta de cualquier intenci¨®n art¨ªstica, dogm¨¢tica o comercial las hace m¨¢s poderosas¡±.
¡°Verger replante¨® la narrativa visual de la vida negra de ese momento¡±, observa Willis. Recorri¨® Harlem en invierno y en verano, donde vemos a las parejas bailando en los salones, a las mujeres conversando pl¨¢cidamente a la salida de la iglesia, y a los ni?os paseando a sus perros. En Charleston captura la imagen de una mujer de mirada infinitamente triste y aterrada apoyada en un edificio colonialista. En Nueva Orleans un hombre carga con un saco buscando un futuro donde no lo hay, en clara referencia a la esclavitud. Las fotograf¨ªas de Verger ¡°tienen la habilidad de conmemorar una historia compleja¡±, destaca Willis, ¡°al mismo tiempo que crean una visi¨®n de comunidad alentadora y compasiva¡±.
¡®Pierre Fatumbi Verger. United States of America. 1934 & 1937¡ä. Javier Escudero Rodr¨ªguez. Damiani. 160 p¨¢ginas. 55 euros.
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