Malos tiempos para Albert Boadella
El legendario dramaturgo y director teatral ya no encuentra el corrosivo ingenio de anta?o y se esconde tras una vacua melancol¨ªa l¨ªrica
Casi al comienzo de El Nacional (1993), de Albert Boadella, el actor Ramon Fontser¨¨ pronunciaba la famosa sentencia brechtiana: ¡°Malos tiempos para la l¨ªrica¡±. Era el acomodador de un ruinoso teatro en una ¨¦poca marcada por una depresi¨®n econ¨®mica. Y montar¨¢ Rigoletto con una troupe de vagabundos. Un reparto formado por actores y cantantes de ¨®pera, como Bego?a Alberdi (m¨¢s conocida hoy como la soprano de la pandemia). ¡°Una broma m¨¢s de Boadella: ingeniosa, divertida, simp¨¢tica, vagamente injusta¡±, escribi¨® el inolvidable Eduardo Haro Tecglen en las p¨¢ginas de EL PA?S.
El legendario dramaturgo y director teatral, que abandon¨® hace once a?os la compa?¨ªa Els Joglars, ha intensificado la m¨²sica en sus creaciones dram¨¢ticas. En Malos tiempos para la l¨ªrica vuelve a contar con un reparto limitado a cantantes, como la soprano Mar¨ªa Rey-Joly y el tenor Antoni Comas, tal como hizo en ?Y si nos enamoramos de Scarpia? (2019) y Diva (2021), pero tambi¨¦n con la colaboraci¨®n de Martina Cabanas en la dramaturgia y la direcci¨®n. La obra se estren¨® en Avil¨¦s, el pasado 10 de febrero, y llega ahora al Teatro Principal de Zaragoza.
Boadella utiliza el t¨ªtulo de Brecht, que tambi¨¦n sirvi¨® a Germ¨¢n Coppini y Golpes Bajos, para convertir la brillantez de El Nacional en una comedia pat¨¦tica y aburrida. Su autor no duda en denominarla ¡°zarzuela¡± ampar¨¢ndose en el Diccionario de la RAE. Pero el uso de la m¨²sica carece ahora de la brillantez teatral de anta?o y sus personajes son estereotipos vacuos sin el menor ingrediente de parodia.
Boadella utiliza el t¨ªtulo de Brecht para convertir la brillantez de ¡®El Nacional¡¯ en una comedia pat¨¦tica y aburrida
La obra arranca con la voz de Pili, una asistente virtual en un tecnologizado Hogar del Artista. Don Juli¨¢n, un viejo maestro de canto con alzh¨¦imer, fuma bajo su cama una p¨¢gina de la partitura de Do?a Francisquita mientras canturrea su famosa romanza: ¡°Por el humo se sabe d¨®nde est¨¢ el fuego¡±. Le visita su mejor alumna, Susana Rey, que ha triunfado en Estados Unidos, como Susan King, cantando versiones pop de romanzas de El ni?o jud¨ªo y La canci¨®n del olvido. Pero ha perdido la voz y necesita a su viejo maestro para recuperarla.
El choque generacional entre el viejo maestro y su antigua alumna est¨¢ lleno de t¨®picos. Y se ilustra con abundantes pasajes famosos de zarzuelas de Vives, Luna, Serrano, Chap¨ª y Bret¨®n cantados a capela, acompa?ados por un piano el¨¦ctrico o grabados con orquesta. Pero no hay un solo momento musical interesante. El tenor Antoni Comas no tiene que esforzarse mucho para simular una voz rota y la soprano Mar¨ªa Rey-Joly exhibe con poca fortuna sus muchas virtudes como l¨ªrica pura. Su primer destello vocal, cantando la romanza de Gloria de Los de Arag¨®n, mostr¨® cierta inconsistencia en el registro grave, aunque se luci¨® en la romanza de Rosa de El rey que rabi¨® y en Carceleras de Las hijas de Zebedeo. No obstante, a nivel teatral, su personaje resulta sobreactuado, superficial y hasta chabacano, al igual que el pat¨¦tico anciano de Comas.
El casi octogenario Boadella ya no encuentra el corrosivo ingenio de anta?o y se esconde tras una vacua melancol¨ªa l¨ªrica. Son malos tiempos, pero para ¨¦l. Y echamos de menos aquellos destellos irreverentes de El Nacional donde lleg¨® a escenificar la rocambolesca ejecuci¨®n de un cr¨ªtico teatral. En su ¨²ltima reposici¨®n, de 2011, ese cr¨ªtico se llamaba Javier ¡°Pellejo¡± y escrib¨ªa en EL PA?S. Dispare, se?or Boadella.
¡®Malos tiempos para la l¨ªrica¡¯. Espect¨¢culo de creaci¨®n, a partir de una dramaturgia de Albert Boadella y Martina Cabanas. Teatro Principal. Zaragoza. Hasta el 26 de marzo.
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