¡®Coralina, la serventa amorosa¡¯: la criada es la m¨¢s lista de todos
Oriol Broggi dirige este divertimento ligero, sustentado sobre una puesta en escena sencill¨ªsima donde todo est¨¢ al servicio del texto, servido con oficio y gracia por un reparto estupendo
Las obras de Carlo Goldoni son frescas y predecibles como un gazpacho. El dramaturgo veneciano supo trasladar la Commedia dell¡¯Arte de las plazas a los teatros, conservando sus personajes arquet¨ªpicos para hablar de los grandes temas: el poder y el amor. Los criados de sus obras son siempre los personajes m¨¢s avispados, ya que conocen en profundidad los c¨®digos de sus se?ores y, al mismo tiempo, son maestros en el arte de la supervivencia. Amantes bobos, viejos avaros, enga?os y malentendidos conviven con alegr¨ªa encarnados por unos personajes que no llevan m¨¢scara, a medio camino entre el t¨ªtere y el payaso.
Oriol Broggi dirige Coralina, la serventa amorosa: un divertimento ligero, sustentado sobre una puesta en escena sencill¨ªsima (un poco troppo) donde todo est¨¢ al servicio del texto, servido con oficio y gracia por un reparto estupendo. Es una alegr¨ªa ver a Mireia Aixal¨¤ en el papel protagonista, aun cuando hablamos de un espect¨¢culo muy coral. Ya no le pod¨ªamos dar m¨¢s premios como mejor actriz secundaria a una int¨¦rprete que siempre consigue que todo parezca muy f¨¢cil. Celebramos igualmente el regreso de Rosa G¨¤miz a las tablas: su aparici¨®n en escena promete todo lo que nos ofrecer¨¢ a continuaci¨®n. Es decir, un recital de comedia bien interpretada y de texto perfectamente dicho. Tambi¨¦n es una agradable sorpresa ver c¨®mo Clara de Ram¨®n consigue sacar partido a sus pocas escenas (como hac¨ªa en Tots eren fills meus), demostrando que domina muy bien el timing de la comedia.
Los hombres de la funci¨®n son m¨¢s simplones, como siempre sucede en las obras de Goldoni, y basculan entre el retrato amoroso de Xavier Boada como el viejo Ottavio y la sobreactuaci¨®n efectista de Jaume Vi?as como Lelio. Hay un cierto desajuste de tono entre el reparto, que seguramente se equilibrar¨¢ cuando el espect¨¢culo est¨¦ m¨¢s rodado. Joan Arqu¨¦ Sol¨¤ podr¨ªa servir de modelo: su Arlecchino se encuentra en el punto justo, clown sin nariz roja que domina la comedia sin forzar ni una frase ni un gesto. Ireneu Tranis como criado c¨®mplice y enamorado (con bigote de Marcello Mastroianni) o Sergi Torrecilla como el melifluo Florindo completan un reparto feliz, que imaginamos se lo pasa bomba en escena.
Una petici¨®n final, se?or Broggi: las sillas de la Biblioteca son un suplicio durante dos horas y cuarto. Nuestros traseros reclaman m¨¢s comodidad para poder disfrutar de la funci¨®n. Ellos tambi¨¦n merecen ser felices.
¡®Coralina, la serventa amorosa¡¯. Texto: Carlo Goldoni. Direcci¨®n: Oriol Broggi. Biblioteca de Catalunya. Barcelona. Hasta el 28 de julio.
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