Hanif Kureishi, la escritura como exoesqueleto
Nueve meses despu¨¦s del accidente que da?¨® su m¨¦dula espinal, el escritor mantiene el contacto con sus lectores en su blog
Han pasado nueve meses desde que el escritor ingl¨¦s Hanif Kureishi sufri¨® un accidente que da?¨® su m¨¦dula espinal. El 26 de diciembre se cay¨® en una calle de Roma, donde pasaba las vacaciones. Acababa de cumplir 68 a?os. Cuando se despert¨® hab¨ªa perdido la movilidad de todo su cuerpo. Le ingresaron en un hospital de Roma donde permaneci¨® hasta que en junio le trasladaron a otro hospital en Londres. Kureishi, autor de ...
Han pasado nueve meses desde que el escritor ingl¨¦s Hanif Kureishi sufri¨® un accidente que da?¨® su m¨¦dula espinal. El 26 de diciembre se cay¨® en una calle de Roma, donde pasaba las vacaciones. Acababa de cumplir 68 a?os. Cuando se despert¨® hab¨ªa perdido la movilidad de todo su cuerpo. Le ingresaron en un hospital de Roma donde permaneci¨® hasta que en junio le trasladaron a otro hospital en Londres. Kureishi, autor de Mi hermosa lavander¨ªa y El buda de los suburbios, entre otros libros, no sabe si alguna vez podr¨¢ volver a caminar o a sujetar un bol¨ªgrafo. Desde enero escribe un blog, feroz en su honestidad, que siguen un alto n¨²mero de lectores: 72.000 en Twitter, 16.000 en la plataforma de pago Substack. Est¨¢ previsto que esos textos aparezcan reunidos en un libro, Shattered, el pr¨®ximo a?o.
Decir que ¡°escribe¡± sobre ello es una forma de hablar. Dado que no puede utilizar sus manos, dicta a su pareja y a sus dos hijos. El accidente ha cambiado su vida, tambi¨¦n su escritura, ya no es un trabajo solitario que se desarrolla entre las yemas del autor y el papel o la pantalla del ordenador, sino una tarea colectiva: narrar en alto, escuchar y corregir antes de que lo contado pase a papel. Escribir en el aire.
El tono de sus textos ha ido variando: desde la energ¨ªa y la determinaci¨®n iniciales al des¨¢nimo y la amargura al comprobar que es probable que no se recupere. Aun as¨ª, no ha dejado de escribir desde la cama del hospital. Lo que le sucedi¨®, dice en su blog, era ¡°una piedra tan pesada y s¨®lida que no pod¨ªa tragarla ni escupirla. (¡) Ten¨ªa que encontrar una manera para sobrevivir¡±. Kureishi, cuyos brazos y piernas permanecen ajenos a su voluntad, ha convertido la escritura en una herramienta de supervivencia, un instrumento para dar sentido al sinsentido. Un sofisticado exoesqueleto.
Pero ?qu¨¦ sentido puede dar la escritura a semejante cat¨¢strofe? El deseo de no quedarse solo en medio de las repentinas tinieblas. Esa es la raz¨®n de ser de Kureishi, su voz literaria: ¡°La idea de reconocimiento, de mutua comprensi¨®n ¡ªuna especie de espejo¡ª, es en parte la raz¨®n por la que escribo este blog y en parte la raz¨®n por la que empec¨¦ a escribir (¡). Aunque creo que las historias son en esencia entretenimiento, no las considero una clase de diversi¨®n superior, sino un intento de comunicar algo esencial sobre el sufrimiento¡±.
El accidente ha cambiado su vida y su escritura, ya no es un trabajo solitario, sino una tarea colectiva: narrar en alto, escuchar y corregir antes de que lo contado pase a papel¡±.
Sus textos no dejan a nadie impasible. No solo habla de su situaci¨®n f¨ªsica y de su estado an¨ªmico, habla asimismo sobre qu¨¦ significa la escritura, sobre la familia, la sexualidad, la pornograf¨ªa, el amor, las drogas, el miedo al futuro, las sesiones con su psicoanalista¡ El objetivo de escribir, afirma, no es hacer terapia, sino entretener a los lectores. Leerlo es conmovedor, incluso cuando su blog es ¨¢rido. Sus palabras han generado una intensa correspondencia con numerosas personas que le cuentan sus accidentes, sus experiencias, su deseo de convertirse en escritores.
Siempre se llega virgen al dolor de la vida, dec¨ªa Marguerite Yourcenar. El asombro, que forma parte de la virginidad, es la materia con la que trabaja un escritor. Durante los primeros meses, Kureishi intent¨® comprender c¨®mo funcionaba el universo alternativo en el que hab¨ªa ingresado a la fuerza. El mundo se hab¨ªa convertido en un hospital y en su blog empezaron a aparecer un m¨¦dico que, pianista frustrado, le consultaba sus dudas sobre si hab¨ªa elegido el camino correcto; la enfermera con quien rebautiz¨® su ano como Ruta 66 por la frecuencia de los enemas; la amistad con dos compa?eros de hospital: Miss S y el Maestro¡ Contar parec¨ªa alimentar la esperanza de que la devastaci¨®n ser¨ªa temporal. Paralizado de la noche a la ma?ana, Kureishi hablaba de lo sucedido con inteligencia, y su humor, como la anestesia que precede el pinchazo del mosquito, hac¨ªa liviano lo grave.
A medida que pasaban los meses y la esperanza de recuperaci¨®n se volv¨ªa m¨¢s tenue, los textos se fueron haciendo m¨¢s oscuros, m¨¢s amargos. Tambi¨¦n m¨¢s vulnerables. ¡°Lo que a¨²n me desespera es la idea de que no puedo caminar hasta la entrada de mi casa, abrir la puerta y regresar a mi vieja vida: tumbarme en el sof¨¢ con una copa de vino y la Premier League. Me parece terriblemente cruel no poder hacer algo tan simple¡±. Kureishi transmit¨ªa su dolor f¨ªsico, emocional, ps¨ªquico al hablar de su cuerpo desconectado, de su ser roto, hecho a?icos. Shattered.
A finales de junio, volvi¨® a Londres. Desde all¨ª mantiene vivo su blog, ¡°una raz¨®n para seguir adelante¡±, dice en uno de sus ¨²ltimos textos. ¡°Este terrible accidente destroz¨® mi visi¨®n del mundo y me ha obligado a rehacerla. Veremos qu¨¦ sucede y c¨®mo responde mi imaginaci¨®n¡±. Su padre le bautiz¨® Hanif como homenaje al jugador paquistan¨ª Hanif Mohammed, famoso por su capacidad de concentraci¨®n. ?l la ha heredado. Sus palabras, como un exoesqueleto, se mueven por ¨¦l. ¡°Tal vez la escritura sea, a su manera, tan necesaria como la enfermer¨ªa, ya que nosotros los escritores cuidamos del alma humana en su dif¨ªcil viaje por este mundo imposible¡±. Siempre termina sus textos con un Your loving writer. La escritura, bajo sus m¨²ltiples m¨¢scaras, es eso: amor.
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