Lo nuevo de la compa?¨ªa belga Peeping Tom encalla en la decepci¨®n
¡®S 62¡ã 58¡ä, W 60¡ã 39¡ä¡ä no convence a pesar de sus buenas interpretaciones y una espectacular escenograf¨ªa
A prop¨®sito del estreno absoluto de S 62¡ã 58¡ä, W 60¡ã 39¡ä hace unos d¨ªas en Lyon, dec¨ªa Franck Chartier, su creador, que es posible que esta nueva obra decepcione porque hay poca danza. Y como una profec¨ªa autocumplida o, tal vez, como el reflejo de un artista que en el fondo sabe lo que tiene entre manos, as¨ª ha resultado. El fascinante delirio casi perpetuo de las producciones de la compa?¨ªa belga Peeping Tom, que Chartier dirige junto a Gabriela Carrizo desde hace 23 a?os, solo se vive en peque?os trazos. Y no solo por la casi ausencia de danza a pesar de la magn¨ªfica interpretaci¨®n de Chey Jurado, bailar¨ªn espa?ol incorporado para esta producci¨®n que levanta el montaje cada vez que lo protagoniza, sino por unas cuantas cosas m¨¢s. Casi todas envueltas en el tono recurrente del abundante texto que hilvana la obra y aparece, en no pocas ocasiones, emparedado por lugares comunes. La espectacular escenograf¨ªa al estilo Pepping Tom (aunque tambi¨¦n acaba agotando su significado) y las buenas interpretaciones del elenco no son suficientes para encarrilar la fascinaci¨®n que el colectivo suele causar.
El montaje, que se representa estos d¨ªas en los Teatros del Canal de Madrid, arranca con un impresionante paisaje de un velero encallado en la isla Decepci¨®n, cuyas coordenadas dan nombre a esta pieza. Un grupo de seis personas con edades que van desde la infancia a la senectud se debaten entre el recuerdo y el desamparo, el olvido y la supervivencia. Pero, sobre todo, entre la vida y la muerte, que es el eje narrativo por el que personajes y personas transitan una hora y cincuenta minutos sobrevolando traumas. Como una obra de autoficci¨®n esc¨¦nica en la que la vida de renuncias de un artista es levadura para ese tenebrismo tragic¨®mico habitual en la compa?¨ªa. Peeping Tom dentro de Peeping Tom, un voyeurismo al cuadrado para hablar de hijos muertos y padres ausentes (temas habituales del colectivo), con un intento de revisar la masculinidad t¨®xica que acaba en clich¨¦ (miembro viril mediante) y un feminismo de pancarta que naufraga por lo anecd¨®tico.
El p¨²blico, que ha agotado las entradas para todas las funciones en Madrid, ovacion¨® de pie en el estreno del jueves como suele ocurrir en casi cada espect¨¢culo que se muestra en ese teatro.
S 62¡ã 58¡¯, W 60¡ã 39¡¯
Concepto y dirección: Franck Chartier. Creación e interpretación: Marie Gyselbrecht, Chey Jurado, Lauren Langlois/Yi-Chun Liu, Sam Louwyck, Romeu Runa, Dirk Boelens, con la ayuda de Eurudike De Beul. Teatros del Canal de Madrid, hasta el 8 de octubre. Teatro Central de Sevilla, 13 y 14 de octubre. Teatre Nacional de Catalunya, del 6 al 16 de junio de 2024.
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