Consumidores de sexo, migrantes en la frontera y sucesos sin morbo: la fotograf¨ªa pol¨ªtica de Cristina de Middel
Una exposici¨®n en Madrid re¨²ne los proyectos en los que la presidenta de la agencia Magnum da r¨¦plica a la cobertura de la actualidad que suele ofrecer la prensa
La Sala Canal Isabel II se ha convertido en estos ¨²ltimos d¨ªas en una especie de rotativa de peri¨®dico. A lo largo y ancho de sus cinco plantas, entre pilares y b¨®vedas, el variado juego de perspectivas que ofrece el antiguo dep¨®sito de agua ha resultado de lo m¨¢s apropiado para dar sentido y dinamizar la propuesta que presenta Cristina de Middel (Alicante, 1975): Cartas al director. Un recorrido a trav¨¦s del cual la fot¨®grafa, que se inici¨® en el fotoperiodismo, da r¨¦plica a la prensa, a la manera tradicional de documentar algunos de los temas que a diario ocupan las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, con el fin de explorar ¨¢ngulos in¨¦ditos. Relatos visuales donde la pr¨¢ctica documental se mezcla con la conceptual, los hechos con las alegor¨ªas, dando paso a nuevas formas de conocimiento y entendimiento.
Comisariada por Sem¨ªramis Gonz¨¢lez, la exposici¨®n abarca tanto trabajos pasado como nuevos y destaca el lado menos fantasioso y m¨¢s pol¨ªtico de la fot¨®grafa. Un componente que, por otra parte, nunca ha dejado de estar presente en la trayectoria de la autora, quien en 2017 recibi¨® el Premio Nacional de Fotograf¨ªa y pas¨® a formar parte de la legendaria agencia Magnum, la cual preside desde hace un a?o.
La sala se presenta como un sistema jer¨¢rquico, dentro de la cual el despacho del director se sit¨²a en lo m¨¢s alto. Por debajo, encontraremos aquello que podr¨ªa servir de material para crear una noticia hasta llegar a la planta baja, donde se encuentra el quiosco; una instalaci¨®n que re¨²ne todas las publicaciones de la autora, en formato peri¨®dico. Nada m¨¢s entrar (o como colof¨®n final del recorrido) al visitante se le ofrece la posibilidad de confeccionar su propio diario. De transformar las publicaciones que encuentra a su disposici¨®n y redactar aquellas noticias que le gustar¨ªa leer. Mientras, unos r¨®tulos luminosos reproducen una secuencia de titulares descabellados. Encabezados que la fot¨®grafa ha ido recopilando desde hace a?os, sacados de la prensa diaria. ¡°El titular est¨¢ hecho para llamar la atenci¨®n. Sacado de su contexto, puede convertirse en algo totalmente absurdo¡±, se?ala De Middel durante una videoconferencia. ¡°Este planteamiento inicial tiene que ver con la conclusi¨®n a la que me gustar¨ªa que llegue el espectador mientras ve la exposici¨®n: un peri¨®dico por s¨ª solo no puede explicar lo que est¨¢ ocurriendo en el mundo. Uno debe buscar m¨¢s informaci¨®n, contrastar diferentes opiniones, y no quedarse solo con lo que cuenta la prensa¡±.
En la primera planta, dos proyectos dedicados a la prostituci¨®n dialogan entre s¨ª. En Gentlemen¡¯s Club (2015-2023), De Middel se enfrenta a la cara menos divulgada del negocio, su clientela. Para ello la autora pag¨® a 100 hombres a cambio de que accedieran a ser retratados y relataran los motivos que los convert¨ªan en consumidores de sexo. En general, la muestra prescinde de cualquier ¨¦nfasis en el preciosismo de las im¨¢genes ?o en la calidad de la impresi¨®n, centrando el foco m¨¢s en lo que dice la fotograf¨ªa en s¨ª misma que en esta como objeto. De ah¨ª que gran parte de las im¨¢genes hayan sido reproducidas sobre soportes que uno se podr¨ªa encontrar en una redacci¨®n. Gentlemen¡¯s Club se presenta a modo de fichas que invitan al espectador a intervenir, cogi¨¦ndolas en el orden que quiera. Con el fin de tratar el tema como un fen¨®meno universal, el proyecto abarca diez pa¨ªses que reflejan distintas moralidades y costumbres. ¡°En India es donde la situaci¨®n es m¨¢s triste y m¨¢s grave¡±, asegura la fot¨®grafa. ¡°La mujer queda dibujada como una herramienta para satisfacer al hombre. Se prescinde de toda reflexi¨®n acerca de sus derechos. En Par¨ªs, donde pagar por sexo est¨¢ penado, el relato es mucho m¨¢s elaborado y justificado. En Los ?ngeles, donde la ley se ejerce de forma muy estricta, contact¨¦ con una asociaci¨®n de adictos al sexo y tuve que optar por hacer fotos de los coches que utilizan en sus encuentros. En Lagos, las prostitutas bien podr¨ªan equiparase a una botella de champ¨¢n. Y en M¨¦xico ,opt¨¦ por centrarme en los clientes de prostitutas transexuales, de forma que el nivel de secretismo se duplic¨®¡±.
En contraposici¨®n, Vida y milagros de Paula P. (2009) se plantea como un espacio dom¨¦stico. Centrado en la experiencia de una prostituta, con qui¨¦n la fot¨®grafa logr¨® establecer un estrecho v¨ªnculo, aborda el tema desde un ¨¢ngulo m¨¢s ¨ªntimo. ¡°Con frecuencia, a la hora de tratar la prostituci¨®n la prensa aplica el enfoque del delito, el vicio o el morbo. Pocas veces se mira desde el punto de vista emocional o psicol¨®gico¡±, advierte la autora.
En el desierto de Sonora, cerca de la frontera de California con M¨¦xico ,se encuentra un lugar llamado Felicity. Es all¨ª donde una asociaci¨®n de ge¨®grafos franceses, as¨ª como el mismo estado , sit¨²a el centro del mundo. Felicity es a su vez paso de migrantes, que cruzan la frontera de forma ilegal. All¨ª se desarrolla Journey to the Center (2021), una serie cuyo simbolismo se inspira en la novela de Julio Verne, Viaje al centro de la Tierra. Desplegado en la segunda planta, De Middel plantea el periplo de la emigraci¨®n con la dimensi¨®n de una misi¨®n memorable o una gesta mitol¨®gica. Un paisaje imposible compuesto de fragmentos rotos. ¡°He introducido todos los ingredientes que he ido probando a lo largo de mi carrera. Desde las cosas m¨¢s fantasiosas al reportaje escrito, objetos dejados atr¨¢s por los protagonistas y distintos tipos de material de archivo. Una mezcla que da pie a muchas emociones encontradas. A no saber si los protagonistas realmente son buenos o malos¡±, destaca la fot¨®grafa. Emociones que despistan al tiempo que abren caminos que invitan a una reflexi¨®n m¨¢s profunda del tema.
The Kabuler, el proyecto, publicado en formato revista, en el cual la fot¨®grafa junto con su compa?ero de Magnum, Lorenzo Meloni, desmitifica Afganist¨¢n, ocupa la quinta planta. Se podr¨ªa haber planteado un despliegue m¨¢s cl¨¢sico sobre la belleza del lugar, pero con el fin de respetar el formato original, las ampliaciones de p¨¢gina ocupan el espacio de forma din¨¢mica. Ello permite al espectador pasar de una secci¨®n o otra, revisitando, mediante una mirada muy poco usual y sin dejar de lado el humor, las narrativas que rodean a la sociedad afgana .
Al llegar al despacho del director la mezcla de sonidos procedentes de distintas emisoras de radio hacen referencia al ruido informativo. A una cacofon¨ªa que se repite y hace ininteligible el relato. Sobre la mesa se amontonan cientos de cartas frente a una butaca vac¨ªa , ¡°el sill¨®n de un solo se?or que va a decidir el proceso de edici¨®n. Lo que el p¨²blico debe leer¡±, advierte De Middel . ¡°La cuesti¨®n se debate entre optar por seguir el criterio de otros o mantenerse despierto, consciente del trabajo que uno deber¨ªa hacer como audiencia¡±.
¡®Cristina de Middel. Cartas al director¡¯. Sala Canal Isabel II. Madrid. Hasta el 14 de enero.
¡®Cristina de Middel. Cartas al director¡¯. This Book is True. 120 p¨¢ginas. 35 euros.
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