Visionarios de un futuro insostenible: la m¨²sica de The Velvet Underground vaticin¨® nuestro desafinado presente
En la primera biograf¨ªa en castellano del grupo neoyorquino, Rafa Cervera hace una minuciosa aproximaci¨®n a la banda y muestra inter¨¦s por el destino posterior de sus miembros
Lou Reed y los Velvet vieron en lo que nos hemos convertido hoy¡±, postula el fil¨®sofo Massimo Palma en su reciente ensayo The Velvet Underground: Le son de l¡¯exc¨¨s (publicado en franc¨¦s por ?ditions de la Variation). ¡°Aunque representaron los m¨¢rgenes de su ¨¦poca, se han convertido en nuestros m¨¢s perfectos contempor¨¢neos¡±. Quiz¨¢s promovida por el documental que Todd Haynes les dedic¨® en 2021, esta idea de influencia a largo plazo, que redime a la banda neoyorquina de su nada sorprendente fracaso inicial, ha florecido en los ¨²ltimos tiempos. Los Velvet sucumbieron al desinter¨¦s del p¨²blico de los sesenta, azorado por un v¨¦rtigo de drogas lis¨¦rgicas, amor libre y contracultura. Hoy parece que aquella m¨²sica chirriante o sosegada y las transgresoras letras que nos espejaban en las sucias calles vaticinasen este discordante presente nuestro.
En aquel primer ¨¢lbum de 1967, The Velvet Underground & Nico, supervisado y vestido con un desconcertante pl¨¢tano por un Andy Warhol que los anim¨® a no censurarse jam¨¢s, ya estaban algunas de las realidades actuales: los populismos de esos pol¨ªticos que gritan m¨¢s que piensan, la epidemia de opi¨¢ceos farmac¨¦uticos que azota a Estados Unidos, el modo en que el capitalismo margina a los m¨¢s d¨¦biles, la relatividad moral y la alienaci¨®n normalizadas por el multiverso, la asimilaci¨®n social de las reivindicaciones LGTBI.
Que en su d¨ªa estas canciones c¨ªclicamente prof¨¦ticas, pues desde los setenta han nutrido al punk-rock, el indie pop o el noise, fuesen incomprendidas, tiene su explicaci¨®n en lo que Sterling Morrison, guitarrista y alma en la sombra del grupo, me dijo en 1985: ¡°Quiz¨¢s nuestra principal contribuci¨®n fue que, incluso operando en los m¨¢rgenes, fuimos capaces de afectar los puntos m¨¢s remotos. Cualquier cosa perif¨¦rica tarda m¨¢s tiempo en causar un efecto en la corriente principal¡±. Hace ahora un a?o de la publicaci¨®n internacional de mi antolog¨ªa de entrevistas con todos los miembros del grupo y sus allegados. Titulada Linger On: The Velvet Underground. Legend, Truth, Interviews (Ecstatic Peace Library), intentaba corregir el desmesurado enfoque en el eje Lou Reed/John Cale dando voz a todos los implicados y contando la historia completa, no ¨²nicamente la circunscrita a su breve existencia entre 1965 y 1970. En su rese?a del libro, Peter Stanfield se?alaba: ¡°Toda esta productividad analizada aqu¨ª sugiere que la leyenda est¨¢ haciendo algo m¨¢s que balbucear: es la historia la que se est¨¢ desvaneciendo¡±.
La avalancha de obras sobre los autores de Sister Ray podr¨ªa deberse a ese desvanecimiento cuando se cumplen 10 a?os de la muerte de Reed. La oferta es amplia e incluye una novela gr¨¢fica del neoyorquino Koren Shadmi, All Tomorrow¡¯s Parties: The Velvet Underground Story (Humanoids), donde finalmente los Velvet mutan en los Archies, conjunto que solo exist¨ªa en dibujos animados. En el otro extremo, un sesudo estudio a publicarse en 2024, The Velvet Underground: What Goes On (Bloomsbury Academic), ?re¨²ne a una docena de docentes universitarios que ahondan, desde varias disciplinas, en todas sus facetas: art¨ªsticas, sociol¨®gicas, sexuales, audiovisuales, literarias.
Las ventas, sin embargo, se las llevar¨¢ el sinverg¨¹enza Loaded: The Life (and Afterlife) of The Velvet Underground (White Rabbit Books), de Dylan Jones, veterano periodista de tendencias londinense que hoy dirige el gratuito Evening Standard. Confunde Jones lo que se conoce por historia oral con el recorta y pega de citas ajenas sin acreditar, conversaciones banales con figuras de su propio c¨ªrculo y apuntes personales que subrayen la cronolog¨ªa y las grabaciones de la banda. Predominan las an¨¦cdotas escabrosas, los comportamientos excesivos, en 400 p¨¢ginas que parecen editadas por un torpe algoritmo.
Loaded presenta dos problemas mayores. Uno, la perspectiva brit¨¢nica, condescendiente ante el universo neoyorquino de la Factory, como si no supiesen discernir entre el atrayente brillo de ese Manhattan donde las estrellas estaban a pie de calle, y el burbujeante, colorido Swinging London. Y dos, invita al coloquio a segundones que comparten sus vivencias al descubrir los discos de la banda o acudir a los conciertos de Reed, Cale y Nico en solitario. Qu¨¦ relevancia tendr¨¢n los recuerdos del guitarrista de Adam & The Ants o el teclista de Duran Duran cuando son similares a los del lector. A mitad de recorrido, todo se diluye en chascarrillos sobre Warhol y opiniones de Courtney Love o Bono.
No comete ese error Rafa Cervera en la ¨²ltima novedad editorial sobre la banda, The Velvet Underground, etc. El grupo que pervirti¨® la m¨²sica rock (Libros C¨²pula). Aunque el subt¨ªtulo no sea afortunado, estamos ante el primer recuento en castellano, exhaustivo aunque no abrumador, de una historia que deb¨ªa ser contada por alguien que no solo obtuvo ense?anzas vitales de esta m¨²sica, tambi¨¦n conoci¨® a los cuatro componentes originales. Cervera ha observado en tiempo real la materializaci¨®n de lo que los Velvet anunciaron, quiz¨¢s sin saberlo ellos mismos, ese presente de interesadas ambig¨¹edades y angustiosa confusi¨®n. Y lo va narrando con rigor y comprensi¨®n, acreditando puntillosamente sus fuentes, manteniendo el equilibrio coral. El pr¨®logo de Ana Curra aporta una perspectiva aut¨®ctona que el lector agradecer¨¢.
¡°The Velvet Underground pertenecen a una ¨¦poca de eclosi¨®n art¨ªstica y pol¨ªtica¡±, escribe Cervera. ¡°Fueron disidentes que inspiraron disidencias. Debido a su relaci¨®n con Warhol, son tambi¨¦n fotograf¨ªa, cine, moda. Dejaron su marca durante una era ¡ªla de la hegemon¨ªa de la m¨²sica pop de ra¨ªz anglosajona¡ª que ahora est¨¢ llegando a su fin, y eso refuerza todav¨ªa m¨¢s su importancia hist¨®rica¡±. Podr¨ªa discutirse que Blondie y Talking Heads sean los herederos directos ¡ªJoy Division o Sonic Youth tendr¨ªan una mayor vinculaci¨®n musical¡ª, pero a Cervera no le interesa el rock¡¯n¡¯roll genuino, cuya pen¨²ltima expresi¨®n estar¨ªa en los Velvet, sino el pop en su acepci¨®n m¨¢s culta. No debe seguir confundi¨¦ndose a Warhol, crucial promotor a quien Reed despidi¨® en 1968, con la banda que nos leg¨® Heroin, Venus in Furs, White Light/White Heat, Candy Says, Ocean o Sweet Jane. Cervera lo evita con ¨ªntima pasi¨®n, una minuciosa aproximaci¨®n anal¨ªtica y el inter¨¦s por las trayectorias posteriores de los protagonistas. Pero parece subyugado por el peso del relato, lo que en parte recorta su vuelo literario.
¡°Los cr¨ªticos no pueden vislumbrar el futuro, solo encarar lo que ocurre hoy y a lo mejor revisitar el pasado; el arte del futuro siempre lo profetizan los artistas¡±, dijo David Bowie, primer pros¨¦lito de los Velvet sin cuya obcecaci¨®n no estar¨ªamos hablando de ellos. ¡°Pod¨ªan decirnos lo buenos que eran los Beatles, pero yo pensaba en los Velvet. Son los artistas quienes crean la cultura, no los cr¨ªticos¡±. Ten¨ªa Bowie toda la raz¨®n. Pero cuando la historia se desvanece, libros como The Velvet Underground, etc. ¡ªdesde ya obra de referencia y esclarecedora lectura¡ª ayudan a retrasar ese inevitable deterioro. Las fiestas del ma?ana est¨¢n quedando atr¨¢s.
¡®The Velvet Underground, etc. El grupo que pervirti¨® la m¨²sica rock¡¯. Rafa Cervera. Libros C¨²pula. 432 p¨¢ginas. 23,90 euros.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.