Sergio Ram¨ªrez: matar como Rask¨®lnikov y perseguir sue?os como don Quijote
¡®El caballo dorado¡¯ es, sin ninguna duda, la forma m¨¢s generosa de Sergio Ram¨ªrez de convertir el exilio en belleza
Sergio Ram¨ªrez nos ha acostumbrado a una alta literatura con fuerte sabor centroamericano, con un humor y un dominio del lenguaje al servicio de argumentos que han mezclado la historia en may¨²sculas con las verg¨¹enzas humanas, el vigor de sus personajes con la mezquindad, las causas m¨¢s ambiciosas con la realidad m¨¢s prosaica. Tambi¨¦n ha sabido salir de esa esfera y sembrar universos ¨²nicos, como hizo en Sara. Su nueva entrega, El caballo dorado, (en Alfaguara, como el resto de su obra) cabalga precisamente entre esas dos capacidades, las de lo ajeno y lo propio: dibuja una vieja Europa que se tambalea en la decadencia del Imperio Austroh¨²ngaro y la recorre hasta llevarnos a su Nicaragua sentimental. Fusiona y borda as¨ª Ram¨ªrez dos universos no solo geogr¨¢ficos, sino literarios: a ratos es un Dostoievski latinoamericano en acci¨®n, a ratos un Cervantes centroeuropeo entretenido en los C¨¢rpatos. Sus asesinos matan como Rask¨®lnikov y persiguen sue?os como El Quijote y Sancho. Nos vamos a re¨ªr un rato.
Hay en su novela pa?uelos anudados, lacayos, sellos imperiales, sombreros elegantes con p¨¢jaros disecados, castillos que vivieron tiempos mejores y princesas que no deber¨ªan perder la virginidad de cualquier manera, pero que la pierden. En el pecado est¨¢ el mal, para nuestra fortuna, porque la dama cojita y de rancio abolengo que va li¨¢ndose con personajes poco recomendables al ritmo de sus andanzas nos va a llevar desde los C¨¢rpatos a Managua pasando por Par¨ªs, Brest o Estambul.
Uno de esos personajes, el hombre con el que emprende el viaje, es un peluquero ¡°de barba abierta en dos alas¡± que ha cre¨ªdo inventar un carrusel que quiere llevar por el mundo con fortuna bastante desigual, por no decir nula. Ese tiovivo y, especialmente, el caballo dorado que destaca sobre las dem¨¢s figuras, nos ir¨¢ conduciendo junto a Sergio Ram¨ªrez, exiliado en Espa?a por la persecuci¨®n de la dictadura de Nicaragua, hacia su lugar natal. Este libro no deja de ser, de alguna manera, su forma de regresar.
¡ª¡°Tal vez en ese pa¨ªs de Nicaragua haya un ducado libre, conveniente a sus ambiciones, Monsieur¡±¡ª dice la princesa a su amante de turno cual Quijote ofreciendo una ¨ªnsula a su Sancho.
¡ª¡°All¨ª lo que hay son salvajes sin ley ni raz¨®n, madame¡±¡ª le avisa el secuaz.
No importar¨¢ la advertencia. All¨¢ nos vamos con la princesa y el carrusel. Y por el camino conoceremos a una malvada institutriz, al supuesto hijo del archiduque Fernando Maximiliano de Habsburgo, emperador de M¨¦xico, al empresario chocolatero Henry Menier o al dictador Jos¨¦ Santos Zelaya. Un combo de personajes reales al servicio de la imaginaci¨®n del autor.
El estilo es, por otro lado, prodigioso. Adem¨¢s de atraparnos en aventuras quijotescas con las mejores herramientas del cuento, el relato de aventuras y otro sinf¨ªn de recursos teatrales, burocr¨¢ticos o period¨ªsticos, aplica en ocasiones un camino de ida y vuelta de enorme valor narrativo: el trampantojo, la ilusi¨®n, llevarnos a donde parece que debemos ir para despu¨¦s dar marcha atr¨¢s, corregir lo ocurrido y, en un visto y no visto, situarnos en otro lugar que ha transformado el argumento. La suma de esa combinaci¨®n de prestidigitaci¨®n y sarcasmo nos acompa?ar¨¢ todo el camino.
Ram¨ªrez, nacido en Masatepe, Nicaragua, en 1942 y Premio Cervantes en 2017, ha salido aqu¨ª de su universo personal (Margarita, est¨¢ linda la mar; Adi¨®s muchachos), tambi¨¦n de su trayectoria polic¨ªaca protagonizada por el inspector Morales y nos ha dado un h¨ªbrido entre lo europeo y lo americano, la imaginaci¨®n y las riendas pegadas a la realidad. El caballo dorado es, sin ninguna duda, su forma m¨¢s generosa de convertir el exilio en belleza.
El caballo dorado
Alfaguara, 2024
424 p¨¢ginas,21,90 euros
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