La Regenta no es est¨²pida
La versi¨®n teatral de la novela de Clar¨ªn adaptada por Eduardo Gal¨¢n y dirigida por Helena Pimenta reduce a la protagonista al estereotipo de mujer hist¨¦rica y bobalicona
Ana Ozores, Emma Bovary, Anna Karenina. Son nombres asociados al arquetipo de mujer que sucumbe a las emociones, nerviosa, hist¨¦rica. Pero si han pasado a la historia de la literatura es gracias a que no son puros clich¨¦s, sino personajes de gran profundidad psicol¨®gica. V¨ªctimas de la hipocres¨ªa burguesa, presas del romanticismo novelesco como v¨ªa de escape. Pero no pusil¨¢nimes ni est¨²pidas. Reducirlas al estereotipo las convierte en bobaliconas.
La versi¨®n teatral de La Regenta adaptada por Eduardo Gal¨¢n y dirigida por Helena Pimenta hace justamente eso. La novela cumbre de Clar¨ªn es un tocho de mil p¨¢ginas y Gal¨¢n ha tenido que meterle mucha tijera para comprimirla en hora y media de funci¨®n, pero la ha cortado de tal manera que la ha dejado en los huesos. Una mera sucesi¨®n de hechos sin desarrollo de personajes. La tortura interior de Ana Ozores, los desgarros emocionales que explican sus crisis nerviosas, sus reflexiones sobre el mundo: nada est¨¢. De modo que solo vemos a la bobalicona. No se trata de hacer una lectura feminista, no hay nada de eso en Clar¨ªn ni falta que le hace. Basta con respetar el rico universo interior de la protagonista para no subrayar precisamente los aspectos que perpet¨²an el topicazo de la mujer enajenada, enamoradiza e hist¨¦rica. ?Acaso a alguien se le ocurre pensar que El Quijote es un hist¨¦rico o un bobo?
Los dem¨¢s personajes tampoco salen bien parados. Despojado de deseo y sin rastro del tormento que le produce enamorarse de Ana Ozores, el cura Ferm¨ªn de Pas parece simplemente un tipo err¨¢tico: a veces pura ambici¨®n, otras veces solo un pobre hombre cautivo de la codicia de su madre. El depredador ?lvaro Mes¨ªa es un tenorio sin pasi¨®n. El resto son peones al servicio de la narraci¨®n y muestrario de esa sociedad provinciana tan bien diseccionada en la novela y aqu¨ª apenas intuida.
La composici¨®n de los personajes en escena agrava los defectos de la adaptaci¨®n. Amputados los pasajes que definen sus personalidades, los actores no pueden m¨¢s que construir caracteres planos. La Ana Ozores de Ana Ruiz es una muchacha infantilizada y victimista. El Ferm¨ªn de Pas de ?lex Gadea ni siente ni padece. Y cuesta creer que el ?lvaro Mes¨ªa de Jacobo Dicenta pueda conquistar a una mujer.
La puesta en escena de Helena Pimenta ni quita ni pone. Es una propuesta plana y sin riesgo. Da la sensaci¨®n de que el ¨²nico objetivo de esta producci¨®n es marcarse la haza?a de adaptar La Regenta al teatro. Sin m¨¢s intenci¨®n. Entonces, ?para qu¨¦?
La Regenta
Texto: Leopoldo Alas, Clarín. Adaptación: Eduardo Galán. Reparto: Ana Ruiz, Álex Gadea, Joaquín Notario, Jacobo Dicenta, Pepa Pedroche, Francesc Galcerán, Lucía Serrano, Alejandro Arestegui. Teatro Fernán Gómez. Madrid. Hasta el 3 de marzo.
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