Una ¡®Bernarda Alba¡¯ a medio camino
Alfredo Sanzol celebra su cuarto aniversario al frente del CDN con un montaje del drama lorquiano muy atractivo pl¨¢sticamente pero en el que los lenguajes literario, visual y sonoro no est¨¢n en armon¨ªa
Durante sus cuatro a?os reci¨¦n cumplidos al frente del Centro Dram¨¢tico Nacional, Alfredo Sanzol ha estrenado sobre todo autores espa?oles actuales. Respecto al repertorio cl¨¢sico y contempor¨¢neo, el CDN ha producido dos shakespeares, un valle-incl¨¢n y un par de lorcas, a los que hay que sumar ahora La casa de Bernarda Alba, dirigida por el propio Sanzol. Es un cambio frente a la etapa de Ernesto Caballero, en la que se mantuvo cierto equilibrio entre el acervo literario y las obras de nuevo cu?o. Por aquel entonces se echaba en falta mayor presencia de lo nuevo: ahora se extra?a la revisi¨®n de los grandes cl¨¢sicos. Por algo esta relectura del drama postrero de Lorca viene agotando las entradas a diario.
El director navarro ha querido ambientar la pieza en nuestros d¨ªas mediante una escenograf¨ªa di¨¢fana, donde aparecen apenas unas sillas de una archiconocida multinacional del mueble. Es un espacio simb¨®lico, que servir¨ªa perfectamente para escenificar Casa de mu?ecas. En su interior, la matriarca y sus hijas representan una historia circular, destinada a repetirse. Sin embargo, el sonido proveniente del exterior (cantos de siega, el rumor de los hombres que pretenden linchar a una joven parricida¡) nos devuelve a la primera mitad del siglo XX. Tambi¨¦n el luto riguroso de los personajes, que en Espa?a hoy no se guarda, desdice a la escenograf¨ªa: no queda claro si la acci¨®n transcurre ahora o anta?o. En un montaje memorable de Casa de mu?ecas, Thomas Ostermeier dispuso que Nora, en lugar de disfrazarse de napolitana, como Ibsen propone, se disfrazara de Lara Croft, para que no cupiese duda de en qu¨¦ siglo transcurre la acci¨®n.
El reparto tiene en general una prosodia urbana que no rima con la banda sonora ni con el car¨¢cter rural del texto
Al proteger a sus hijas del destino adverso que acecha a las j¨®venes impulsivas, Bernarda se erige en guardiana de un orden social injusto, persistente hoy. Lorca teje su trama en torno a la represi¨®n del deseo femenino, pero el tema principal de su obra es de orden econ¨®mico. Enamorado de Adela, la benjamina, Pepe el Romano se promete con Angustias, 15 a?os mayor que ¨¦l, porque, hija del primer marido de Bernarda, es la ¨²nica de las hermanas con patrimonio propio. Bernarda, a su vez, espanta al pretendiente de Martirio porque proviene de una clase social inferior. Nadie en La casa de Bernarda Alba da un paso sin sopesar cuidadosamente sus repercusiones econ¨®micas. Ah¨ª reside la actualidad de la obra, pues el prometido ascensor social, que apenas funcion¨® unos a?os, sigue averiado.
El reparto de esta funci¨®n tiene en general una prosodia, una elocuci¨®n y una entonaci¨®n urbanas, que no riman con su banda sonora (cantos populares, ladridos de canes¡) ni con el car¨¢cter rural del texto. Tampoco la decisi¨®n de iluminar la escena con luz fr¨ªa, casi g¨¦lida en la escena final, casa con el tono de la escritura ni con el ardor de las cinco fraternales coprotagonistas. Ane Gabarain compone una Poncia vigorosa y precisa, aunque no tan exacta como la criada interpretada por Inma Nieto. La Bernarda de Ana Wagener, concisa, pulida y educada, nada tel¨²rica, en la escena final se enra¨ªza y resulta tajante cual estaca reci¨¦n clavada en una linde de sus tierras. La buena planta y el encanto natural de Ana L¨®pez Arnaiz no se corresponden con el papel de Angustias, la hermana ¡°vieja y enfermiza¡±. A Esther Bellver, cuya edad es similar a la de la int¨¦rprete de Bernarda, se le encomienda el papel de abuela, lo cual le induce a ponerse en un registro interpretativo que ser¨ªa m¨¢s adecuado para La Bernarda es calva, divertida versi¨®n par¨®dica de Magda Puyo. Formidables, la energ¨ªa y el arranque de la Adela de Claudia Gal¨¢n durante el desenlace.
¡®La casa de Bernarda Alba¡¯. Texto: Garc¨ªa Lorca. Direcci¨®n: Alfredo Sanzol. Madrid. Teatro Mar¨ªa Guerrero, hasta el 31 de marzo.
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