¡®Vania x Vania¡¯: borrachera de teatro feliz
Pablo Rem¨®n sacude la cartelera con una doble versi¨®n del cl¨¢sico de Ch¨¦jov llamada a convertirse en la obra del a?o
Empecemos por el concepto. El dramaturgo y director Pablo Rem¨®n ha montado dos versiones distintas del T¨ªo Vania de Ch¨¦jov que se representan una detr¨¢s de otra con un ¨²nico reparto. El p¨²blico puede ver solo una o las dos en sesi¨®n doble o d¨ªas diferentes. Me dir¨¢n: ?qu¨¦ necesidad hay de meterse entre pecho y espalda dos veces seguidas la misma obra con los mismos actores? ?Y nada menos que un ch¨¦jov con toda su densidad rusa! Ninguna necesidad, evidentemente. Pero les advierto: los espectadores que asistimos al estreno de ambas piezas este jueves en Madrid nos hubi¨¦ramos quedado a una tercera. Agotados despu¨¦s de casi cuatro horas, pero tocando el cielo como borrachos felices.
Es excitante que un creador plantee retos de este tipo. Propuestas audaces y con ambici¨®n art¨ªstica. ?Claro que cuatro horas de Ch¨¦jov a las seis de la tarde parecen el Everest! Pero benditos sean quienes se atreven a sacudir la cartelera y nos invitan a salir del letargo. Hay que mojarse. Artistas y espectadores. Uno de los ch¨¦jovs m¨¢s aclamados internacionalmente en los ¨²ltimos a?os es el que estren¨® la brasile?a Christiane Jatahy en R¨ªo de Janeiro en 2014. Se present¨® ese mismo a?o en el festival Temporada Alta de Girona y en 2018 en los Teatros del Canal de Madrid. Jatahy mont¨® tambi¨¦n dos versiones de una misma obra, en este caso Las tres hermanas, que se desarrollaban simult¨¢neamente: mientras la mitad del p¨²blico asist¨ªa a su representaci¨®n sobre el escenario, la otra mitad ve¨ªa la filmaci¨®n en directo de esa funci¨®n en una sala contigua. Despu¨¦s la funci¨®n volv¨ªa a empezar y los espectadores se intercambiaban. Quienes vimos aquello no lo hemos podido olvidar.
Seis de la tarde, primer round. Sobre las tablas solo hay seis sillas y as¨ª seguir¨¢ el resto de la funci¨®n. Es una puesta en escena abstracta y minimalista. Rem¨®n elimina personajes secundarios (aunque algunas de sus frases las rescata en boca de otros) y peina los di¨¢logos con precisi¨®n de cirujano. Les quita ret¨®rica, mete morcillas y actualiza el lenguaje, pero la mayor parte de lo que se dice en escena sali¨® de la pluma de Ch¨¦jov. Ese es el milagro: que una obra de 1899 suene como si hubiera sido escrita el mes pasado sin perder su esencia. De hecho, Rem¨®n aqu¨ª lo apuesta todo a la palabra. Apenas tres instantes subrayados con luces o m¨²sica y precisamente por eso muy eficaces. ?Momentazo el de las flores cayendo! Tampoco permite que los actores se enreden en psicologismos stanislavskianos ¡ª?cu¨¢ntos ch¨¦jovs se nos han hecho eternos por eso!¡ª porque los personajes se construyen a partir de lo que dicen. Por eso hay tanta verdad en ellos. Sin solemnidades ni grandilocuencias. Casi todo el tiempo sentados. Con humor, iron¨ªa, dolor, amor. Tal vez en alguna escena al borde del sarcasmo, ¨²nica pega. Y el p¨²blico riendo, vibrando, siempre en posici¨®n expectante. Otro milagro trat¨¢ndose de Ch¨¦jov. Es una joya esta funci¨®n.
Ocho y media de la tarde, segundo round. El escenario est¨¢ dividido en dos mitades. A la izquierda, el jard¨ªn de una dacha en ¨¦poca de Ch¨¦jov. A la derecha, el porche de un cortijo actual en un pueblo manchego con una mesa y sillas de pl¨¢stico, dos hamacas con sombrilla y una neverita para las cervezas. Si la versi¨®n anterior est¨¢ bastante pegada al T¨ªo Vania original, esta se despendola hacia la comedia y pasa de la dacha al cortijo y del siglo XIX al XXI con un desparpajo fascinante. Hay mucha reescritura, pero tambi¨¦n di¨¢logos y frases que hemos escuchado en la funci¨®n de las seis. ?Y no vean c¨®mo reverbera eso! El Vania manchego es otro pero a la vez es el mismo que vive en la dacha y que aquel que hemos conocido dos horas antes. Y llega un momento en que los personajes de ayer rompen la pared espacial para relacionarse con los de hoy y el tiempo desaparece. Y todo sucede all¨ª y aqu¨ª, antes y ahora. Uf.
Otro aliciente es ver a los actores interpretar los mismos personajes de maneras diferentes. ?Y qu¨¦ actores! Javier C¨¢mara despliega sus m¨²ltiples registros para regalarnos un Vania infinito. El ?strov de Israel Elejalde es una piedra que se rompe por dentro. En la Elena de Marta Nieto confluyen todas las mujeres hastiadas por matrimonios absurdos. La Sonia de Marina Salas es una herida. Manuela Paso, dura y tierna. Y Juan Codina, ?madre m¨ªa!: es ¨²nico.
No queda espacio para ahondar en la obra de Ch¨¦jov, pero a estas alturas no les voy a descubrir nada sobre T¨ªo Vania. Pero esta chaladura de Pablo Rem¨®n demuestra que se puede seguir excavando. Y responde con un ¡°s¨ª¡± rotundo a la pregunta del principio: ?esto es necesario? Lo resume el personaje de Elena cuando se desata la gran bronca en casa de Vania y en medio de la confusi¨®n ella grita: ¡°?Un piano, por favor! ?Un piano!¡±. Pues claro que el arte es necesario.
P. D. S¨¦ lo que se est¨¢n preguntando: si hay que elegir, ?cu¨¢l de las dos? Vayan a las dos. Pero si van solo a la segunda, refresquen antes el texto de Ch¨¦jov, la disfrutar¨¢n m¨¢s. Otro aviso: las entradas est¨¢n volando.
Vania x Vania
Texto y dirección: Pablo Remón. Con Javier Cámara, Juan Codina, Israel Elejalde, Marta Nieto, Manuela Paso y Marina Salas. Naves del Español en Matadero. Madrid. Hasta el 7 de abril.
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