¡®Epistolario II (1900-1904)¡¯: el objetivo de Unamuno de irradiar desde dentro
Las cartas del fil¨®sofo ofrecen el perfil del intelectual m¨¢s poli¨¦drico: la pasi¨®n por la literatura hispanoamericana, la cr¨ªtica al catalanismo y la convicci¨®n de que la mejor forma de estar en este mundo es adentrarse en uno mismo
Hoy por hoy el gran Miguel de Unamuno (1864-1936) ofrece perfiles muy distintos: est¨¢ el Unamuno de octubre de 1936, erguido en el paraninfo de la Universidad de Salamanca y enfrent¨¢ndose al loco de Mill¨¢n-Astray en el acto de inauguraci¨®n del curso acad¨¦mico; est¨¢ el catedr¨¢tico de griego, el apasionado etim¨®logo, novelista, poeta, ensayista y articulista que piensa en el futuro de la vida espa?ola, piensa en ella una y otra vez, incansablemente, ofreciendo interpretaciones de su pasado que van desde En torno al casticismo (1895) hasta su dolido e inacabado ensayo El resentimiento tr¨¢gico de la vida, donde reflexiona sobre la furia pol¨ªtica que ha conducido a hunos y a hotros al destrozo mutuo; est¨¢ el hombre profundamente religioso, pero que, implacable en su sed de certezas y su amor a la sinceridad, se ve forzado a un continuo y agotador debate ¨ªntimo sobre sus convicciones que revisa una y otra vez; est¨¢ el hombre que se enfrenta al reinado de Alfonso XIII y a su alianza con el general Primo de Rivera y acaba, en 1924, desterrado en la isla de Fuerteventura. Podr¨ªamos seguir enumerando perfiles del intelectual m¨¢s poli¨¦drico tal vez que ha conocido la cultura espa?ola. Solo un perfil m¨¢s: el Unamuno epistol¨®grafo que, a pesar de sus muchos quehaceres diarios, de todos sus proyectos y obligaciones, se vierte en sus cartas dirigidas a un sinn¨²mero de corresponsales con los que mantiene una veta de cordialidad que parece imposible de compaginar con todos sus deberes. En todo caso, cualquiera renunciar¨ªa a la afabilidad que requiere el trato con los dem¨¢s para resolver en un par de frases r¨¢pidas las cartas de amigos, colegas y admiradores. Unamuno, por el contrario, con todos ellos se extiende, expone sus opiniones, comenta los libros recibidos y lo hace siempre con fundamento, pide noticias de sus corresponsales, aventura hip¨®tesis, especula con las etimolog¨ªas, confiesa sus debilidades y, en definitiva, se muestra un amante genuino y apasionado de la escritura epistolar, donde seg¨²n ¨¦l mismo reconoce puede dejar que sus ideas y sentimientos fluyan en libertad.
El binomio formado por Colette y Jean-Claude Rabat¨¦ es el art¨ªfice del empe?o que significa reunir, en la medida de lo posible, el conjunto de cartas escritas por Unamuno a lo largo del tiempo, superando as¨ª las varias ediciones que ya existen de su correspondencia, ediciones hechas en funci¨®n de criterios espec¨ªficos y, por tanto, limitantes de la totalidad del apasionante ser unamuniano. Y con este objetivo acaba de publicarse el segundo volumen, de los ocho previstos, que abarca cinco a?os de la vida del autor, los comprendidos entre 1900 y 1904. Un total de 391 cartas, que se suman a las 303 del volumen anterior (1880-1899).
1900-1904 es un periodo intenso de la vida de Unamuno ¡ª?pero cu¨¢l no lo fue?¡ª: es nombrado rector de la Universidad de Salamanca, escribe Amor y pedagog¨ªa (una novela en cuyo ¨¦xito y resonancia conf¨ªa demasiado, seg¨²n vemos), sigue publicando sus art¨ªculos en La Naci¨®n de Buenos Aires, muere su hijo Raimundo, su familia crece y, sobre todo, su mente bulle de ideas de una forma prodigiosa. Destacan en este volumen el inter¨¦s que muestra por la literatura hispanoamericana ¡ª?muy consciente de su potencialidad e influencia en el devenir de la cultura en lengua espa?ola¡ª; su rechazo a todo lo que viene de Francia; su decepci¨®n del catalanismo, al que dedica duras reflexiones; su pasi¨®n, decreciente, por la ciencia; la cr¨ªtica a la literatura que ¨¦l llama libresca¡ Pero si un concepto tuviera que resumir este tramo vital ser¨ªa el que da t¨ªtulo a una de sus cartas abiertas: ¡°?Adentro!¡± (1900), donde expresa lo que viene a ser la l¨ªnea de fuerza de este periodo de su vida: su convicci¨®n de que la mejor manera de estar en el mundo es la de adentrarse en uno mismo para poder irradiar. En estas cartas hallamos en definitiva al Unamuno m¨¢s puro, al hombre recio que aislado para sentirse mejor da la impresi¨®n de todo lo contrario, de escribir al aire libre, en pleno campamento, abri¨¦ndose camino entre las zozobras, las pasiones y su necesidad de ser ¨¦l mismo. Lo fue.
Epistolario II (1900-1904)
Edici¨®n de Colette Rabat¨¦ y Jean-Claude Rabat¨¦
Ediciones de la Universidad de Salamanca, 2023
1.120 p¨¢ginas. 50 euros
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