Mdou Moctar: m¨²sica como un enorme campo de dunas

¡°As¨ª es como acaba el mundo / no con un estallido sino con un quejido¡±. Esta sentencia de T. S. Eliot, de su poema Los hombres huecos, parece escrita para el cierre de Funeral For Justice, el s¨¦ptimo y reciente disco del m¨²sico tuareg Mdou Moctar. ¡®Modern Slaves¡¯, la pieza en cuesti¨®n, trata de c¨®mo el mundo tiende a ser selectivo con los seres humanos. Dir¨ªase que es una pieza que el cantante y guitarrista de N¨ªger llevaba impresa en la memoria, pues su t¨ªtulo se corresponde con una frase pronunciada por ¨¦l hace cinco a?os en una entrevista con el peri¨®dico The Guardian. Casi ac¨²stica, con las percusiones muy presentes y el texto sonando como una letan¨ªa, ¡®Modern Slaves¡¯ es un canto hermoso a la libertad que discurre sinuoso y envolvente. Es el ep¨ªlogo a un ¨¢lbum que comienza como los fuegos del infierno, con la composici¨®n que le da nombre, con una guitarra hiriente, bases rotundas y voces agitadoras, transportando el blues de las arenas a los pedregosos caminos de un rock hiriente. Todo un recordatorio para los dirigentes que desangran ?frica y, m¨¢s concretamente, N¨ªger: ¡°Recupera el control de tus pa¨ªses, ricos en recursos, y deja de dormir¡±.

El nigerino es la voz de la conciencia de su pa¨ªs. Canta en tamasheq y su m¨²sica participa del ¡®blues¡¯, el rock y los sonidos tradicionales

Mdou Moctar es la voz de la conciencia de su pa¨ªs y del pueblo tuareg. Canta en tamasheq (a la necesidad de preservar esa lengua dedica la canci¨®n ¡®Inmouhar¡¯) y le acompa?an en la aventura el baterista Souleymane Ibrahim, el bajista Ahmoudou Madassane y el productor y bajista estadounidense Mike Coltum. Su banda se sit¨²a en esa taxonom¨ªa algo imprecisa conocida como blues del desierto, junto a grupos e int¨¦rpretes como Tinariwen, Bombino, Tamikrest, Tartik e Imarhan, por citar solo unos cuantos. Su m¨²sica, como la de sus colegas, participa del blues, del rock y de las m¨²sicas tradicionales del norte de ?frica, y es circular, responsorial y coral, pero, sin perder esas cualidades, escora cada vez m¨¢s hacia un rock de guitarras encendidas que pasan sin soluci¨®n de continuidad del ritmo cafre a la melod¨ªa bals¨¢mica. Mdou suele decir, para responder a los habituales titulares de prensa, que no es ni Jimi Hendrix, ni un resucitado Eddie Van Halen con su t¨¦cnica tapping: ¡°Lo que realmente me importa son los mensajes que podemos transmitir, tal como salen de nuestros corazones¡±.

En Funeral For Justice no escasean esos avisos, pues es un rotundo artefacto anticolonialista: ¡®Oh, Francia¡¯, una de las composiciones m¨¢s brillantes, en¨¦rgicas y expl¨ªcitas en la conjugaci¨®n de estilos, es una andanada contra el pa¨ªs galo, cuyos militares abandonaron N¨ªger en diciembre del a?o pasado: ¡°Las acciones de Francia est¨¢n frecuentemente disfrazadas de crueldad / Estamos mejor sin su turbulenta relaci¨®n¡±. ¡®Sousoume Tamacheq¡¯, atravesada toda ella por una tormenta guitarrera, pero elocuente en sus ra¨ªces africanas, recuerda la precaria situaci¨®n de los tuaregs, residentes en N¨ªger, Mal¨ª y Argelia: ¡°Oprimidos en los tres / Adem¨¢s de la falta de unidad, la ignorancia es el tercer problema¡±.

Entre estallidos y lamentos, la m¨²sica de Mdou Moctar es como un enorme campo de dunas. El desierto avanza.

Mdou Moctar

Funeral For Justice?
Matador / Popstock!

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