¡®Astro Bot¡¯, un peque?o milagro en equilibrio
La obra de Team Asobi irrumpe como un juego mec¨¢nicamente excelente y como un digno candidato a juego del a?o
El cr¨ªtico de cine Alejandro G. Calvo dej¨® para la posteridad una frase sobre su cobertura del reciente festival de Venecia. Termin¨® su comentario sobre The Brutalist, la pel¨ªcula a concurso que m¨¢s le hab¨ªa embelesado, reconociendo que son experiencias como el visionado de esa pel¨ªcula las que hab¨ªan guiado su vida profesional, alimentando sus sue?os de cr¨ªtico en perpetua b¨²squeda de la maravilla. ¡°Por pel¨ªculas as¨ª me dedico a esto¡±, sentenci¨®.
El acontecimiento interactivo de estas semanas es Astro Bot. No cabe duda de ello. El juego, exclusivo para PS5, es una de esas raras maravillas que nos recuerdan cu¨¢l es el camino correcto. Desarrollado por el muy creativo Team Asobi, el juego de plataformas encapsula todas las virtudes del videojuego como medio, al hacer de la interactividad su raz¨®n de existir y de las mec¨¢nicas su pilar m¨¢s fundamental.
Es un juego de plataformas pr¨¢cticamente perfecto. La historia nos atrapa como un cuento, y cada uno de los mundos que visitamos encapsula el mayor refinamiento que se haya visto sobre la mec¨¢nica concreta que el juego quiere explotar en ese punto: saltos, puzles tridimensionales, los poderes especiales (desde absorber agua como una esponja a ralentizar el tiempo pasando por hacerse peque?o ¡ªun poder que por si solo ya dar¨ªa para un juego de Ant Man propio¡ª)¡ todo rema en la misma direcci¨®n, haciendo que las piezas conceptuales del juego encajen milim¨¦tricamente.
Punto y aparte merece el comentario sobre el mando con el que se juega. El DualSense es una herramienta extraordinaria. Es, sin duda, el mejor mando jam¨¢s creado para una videoconsola, pero hasta ahora su potencial no hab¨ªa sido exprimido. Parece un mando del siglo XXIV y as¨ª hab¨ªa sido tratado hasta ahora: como si mand¨¢ramos un piano moderno al siglo IX y la m¨²sica que crearan con ¨¦l no fuera capaz de sacarle todo el partido. Ahora, por fin alguien ha enmendado el error. Astro Bot no solo usa el mando, sino que se fusiona con ¨¦l: los sonidos que crea, la dureza variable de los gatillos, la vibraci¨®n org¨¢nica, la posibilidad de soplar para esparcir elementos¡ la experiencia de Astro Bot es indisociable de un mando en el que ¡ªbaste este ejemplo¡ª sientes en tus manos el chapoteo cuando Astro camina sobre un charco.
No todo es perfecto en el juego. Lo que en abstracto es maravilla, en concreto merece al menos dos reproches: Por un lado, el expolio mec¨¢nico de otros juegos (el juego tiene un sabor a LittleBigPlanet, pero sobre todo tiene bastante de Mario Odissey y mucho de Mario Galaxy) es a calz¨®n quitado. Por otro, la omnipresente imaginer¨ªa de Sony (los personajes, los homenajes a juegos exclusivos, el hecho de que nuestras naves sean literalmente un mando de PS5 y una PS5 averiada¡) es tan agresiva que uno no puede quitarse de la cabeza la idea de que a veces est¨¢ jugando con un producto corporativo, con un anuncio, m¨¢s que con un juego. Son sombras que ensombrecen, pero que no oscurecen al juego, si uno es capaz de abstraerse a la hora de jugar a este candidato claro a mejor juego del a?o.
Ya, ya, se abusa mucho de eso de ¡°mejor juego del a?o¡±. Los Game Awards, el omnipresente t¨ªtulo de GOTY (game of the year, juego del a?o)... se comprende que, para el profano, el excesivo protagonismo de este t¨¦rmino haga pensar que la competencia es un marco mental que empapa toda la cosmovisi¨®n de los videojuegos, y no solo a los estrictamente competitivos (eSports, multijugadores...). Pero no es eso, no es eso. El videojuego es un medio iterativo, en el que a veces se dan saltos evolutivos conceptuales. Es decir: lo importante no es solo ¡°ganar¡± sino dejar huella; ser influyente en los juegos que est¨¢n por venir. El s¨ªmil no ser¨ªa tanto decir que este poema es mejor que aquel, sino entender que aquel inventa una nueva m¨¦trica, y que esa m¨¦trica enriquece el ecosistema de una manera de la que poemas futuros podr¨¢n beneficiarse. Eso, en esencia, es Astro Bot: una nueva m¨¦trica, un nuevo tipo de poema. Larga vida a los videojuegos que, como este y robando la frase de G. Calvo, hacen que queramos dedicarnos a esto.
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