Los b¨¢rbaros en el jard¨ªn del Ed¨¦n
El Festival Iberoamericano de Teatro de C¨¢diz ha estrenado en Espa?a el cierre de una trilog¨ªa sat¨ªrica donde la compa?¨ªa chilena Bonobo habla sobre el racismo, el clasismo y la violencia. La semana pr¨®xima se representa en Temporada Alta, de Girona, y d¨ªas despu¨¦s en Madrid, en los Teatros del Canal
La Ley de Paridad del 1 de agosto de 2024 establece una presencia pareja de hombres y mujeres en los consejos de administraci¨®n de las sociedades cotizadas. Pero jam¨¢s habr¨¢ una ley que equilibre la presencia de pobres y ricos en los centros de poder. Este es uno de los asuntos que aborda tangencialmente Temis, la comedia que la compa?¨ªa chilena Bonobo ha presentado en el Festival Iberoamericano de Teatro de C¨¢diz, con la que cierra su trilog¨ªa sobre la barbarie. T¨² amar¨¢s, segunda pieza d...
La Ley de Paridad del 1 de agosto de 2024 establece una presencia pareja de hombres y mujeres en los consejos de administraci¨®n de las sociedades cotizadas. Pero jam¨¢s habr¨¢ una ley que equilibre la presencia de pobres y ricos en los centros de poder. Este es uno de los asuntos que aborda tangencialmente Temis, la comedia que la compa?¨ªa chilena Bonobo ha presentado en el Festival Iberoamericano de Teatro de C¨¢diz, con la que cierra su trilog¨ªa sobre la barbarie. T¨² amar¨¢s, segunda pieza del celebrado tr¨ªptico, habla del racismo y del clasismo con un sentido del humor oblicuo pero corrosivo. Fue la m¨¢s grata sorpresa del Festival de Oto?o de 2021. La trama giraba en torno a una civilizaci¨®n extraterrestre hostigada, venida a menos, cuyos supervivientes se refugian en la Tierra, donde son marginados con disimulo. Todo el mundo les trata con naturalidad impostada, porque les teme y siente por ellos un rechazo at¨¢vico.
Temis toma el t¨ªtulo de la diosa de la equidad y la justicia, a la que los griegos sol¨ªan representar con los ojos vendados. En la obra escrita y codirigida por Pablo Manzi, Temis es el nombre de una cooperativa a la antigua usanza, cuyo jefe acaba defraudando a sus trabajadores. Con otra mentalidad, los tres hijos del directivo fracasado fundan No¨¦, una empresa donde no pretenden la igualdad salarial sino ¡°implementar pr¨¢cticas inclusivas¡± tales como la integraci¨®n de inmigrantes, por ejemplo. Como en T¨² amar¨¢s, Manzi pone de relieve la contradicci¨®n flagrante entre lo que los protagonistas de su comedia dicen estar haciendo y lo que realmente hacen. La inesperada aparici¨®n de una hermana suya de 40 a?os, cuya existencia ignoraban todos los hermanos, abre una crisis entre ellos.
Las contradicciones de los personajes son un trasunto de las que afectan a cierta izquierda, que en lugar de atender las reivindicaciones de los trabajadores, atiende las de una pluralidad de minor¨ªas que se sienten marginadas. Mediante un recurso propio del g¨¦nero negro (la aparici¨®n de un familiar cuya existencia todos ignoraban), Manzi traslada la lucha de clases al seno familiar. La reci¨¦n llegada, criada en la miseria m¨¢s absoluta, encuentra un aliado en otro hermano que, por un desliz, fue expulsado del consejo de administraci¨®n de la empresa y trabaja como un operario m¨¢s.
En Temis, destacan el muy afinado trabajo de composici¨®n de personajes, el empe?o de su autor en poner el dedo en la llaga, la constancia de los enfrentamientos esc¨¦nicos, la elocuencia de las paradojas que se formulan y, en particular, la bravura con la que Marcela Salinas defiende el papel de Bibiana, la princesa de arrabal que viene a ponerlo todo del rev¨¦s. Su soliloquio no tiene desperdicio. En su tramo ¨²ltimo, cuando entran en escena dos personajes mitol¨®gicos, la funci¨®n se dispersa. Manzi pone las bases para un debate, pero no acaba de abrirlo. En su estreno, el p¨²blico gaditano aplaudi¨® a todo el elenco con entusiasmo.
El Festival de C¨¢diz es, desde hace 39 a?os, la gran puerta de entrada en Espa?a del teatro americano en lengua castellana. Tambi¨¦n la recia coproducci¨®n boliviano suiza Palmasola, un pueblo prisi¨®n se merece viajar a otras comunidades aut¨®nomas, aunque no tenga bolos por el momento. Interpretado por cuatro actores que se despliegan por el Baluarte de La Candelaria como si fueran 40, Palmasola recrea con verdad encomiable las condiciones de vida en una colonia penitenciaria de Santa Cruz de la Sierra en la que se hacinan 6.000 personas, el 40% de la poblaci¨®n carcelaria de Bolivia. Tres actores de ese pa¨ªs y uno suizo, a cu¨¢l mejor, muestran c¨®mo los presos m¨¢s fuertes y con mayor hacienda extorsionan a otros presos, les cobran su protecci¨®n o les hacen pagar un alquiler por el metro y medio cuadrado donde duermen.
La compa?¨ªa Klara Theaterproduktionen ha elaborado sobre el terreno un trabajo de campo admirable, duro, de una violencia medida, que invita al p¨²blico a desplazarse de ac¨¢ para all¨¢, desde la rampa situada frente al acceso del recinto amurallado hasta el gran patio donde acontece la poderosa secuencia final. El montaje dirigido por Christoph Frick imanta a los espectadores por el compromiso emocional de sus int¨¦rpretes, por la racionalidad con la que se han documentado y el modo en el que integran en la acci¨®n todos los recovecos del baluarte. Buena parte del p¨²blico anduvimos tirando algunas fotos del recorrido con la misma libertad de movimiento e id¨¦ntica presencia de ¨¢nimo que si hubi¨¦ramos estado en un concierto. Un aplauso intenso y sostenido premi¨® al fant¨¢stico elenco.
Tambi¨¦n el Julio C¨¦sar que la Companhia do Chapit? present¨® en el Teatro de la T¨ªa Norica es una obra pol¨ªtica, pero divertida hasta la m¨¦dula. En sus proleg¨®menos, impresiona la manera en la que Jorge Cruz encarna a Espartaco y a todos los esclavos que le escuchan: es el orador y la multitud, todos a la vez. Que nadie espere encontrar ni un ¨¢pice de la obra hom¨®nima de Shakespeare en esta creaci¨®n colectiva. Julio C¨¦sar muestra sin idealizaci¨®n alguna la irresistible ascensi¨®n de un tipo sibilino, cruel, amante del poder sobre todas las cosas: un joven que se las ingenia para dejar caer sus ideas de forma que los que tiene por encima crean que se les han ocurrido a ellos.
Tan solo con su gesto y su palabra los tres prodigiosos int¨¦rpretes de Chapit? materializan sobre el escenario las legiones de C¨¦sar, la caballer¨ªa de Pompeyo, una nube de flechas disparadas por sus arqueros, dos trenes de mercanc¨ªas y uno de pasajeros¡ Tendido en el suelo, Jorge Cruz interpreta acrob¨¢ticamente el cauce y las aguas del Rubic¨®n. Pedro Diogo y ¨¦l podr¨ªan ser un Don Quijote y un Sancho inimitables, pero tambi¨¦n el P¨¢jaro Loco y Chilly Willy.
Esta funci¨®n de Chapit? es un cruce impensable entre el espacio vac¨ªo de Peter Brook y las pantomimas de Marcel Marceau. Por todo atrezzo, los actores usan tres guantes largos plateados, una flauta de afilador, un bigote postizo que se van pasando entre ellos para interpretar a los galos y un rollo de tela que sacan en la escena final para producir un efecto c¨®mico profuso y brillante, en el que se citan los desenlaces tr¨¢gicos del Cenizas de Brecht del Odin Teatret y del inmarcesible Flowers de Lindsay Kemp.
A trav¨¦s de las luchas de Craso, C¨¦sar y Pompeyo, la troupe portuguesa alerta sobre los conflictos de intereses y sobre la convergencia del poder econ¨®mico con el poder pol¨ªtico: sobre la ausencia, en definitiva, de una separaci¨®n de poderes efectiva. En realidad, Chapit? nos sit¨²a en un pasado remoto para hablarnos del presente. Por ejemplo, el cerco que C¨¦sar les hace a los hombres de Vercing¨¦torix para rendirlos por hambre evoca el estado de sitio en el que el ej¨¦rcito de Israel mantiene a la poblaci¨®n de Gaza. Mientras tanto, la cocinera le quita alguna hoja a los laureles de C¨¦sar, para ali?ar un guiso: Susana Nunes, su int¨¦rprete, es una actriz proteica, a la que resulta imposible dejar de mirar ni un momento.
A pesar de lo bien medido que est¨¢ este montaje, sus int¨¦rpretes se conducen con gran libertad. Por ejemplo, cuando las tropas de C¨¦sar ponen rumbo a Roma, a un espectador se le cay¨® un m¨®vil que percuti¨® estrepitosamente contra el suelo de la platea y Pedro Diogo, que ten¨ªa la palabra, improvis¨® por boca del futuro dictador: ¡°?Epaa¡ Roma est¨¢ ca¨®tica!¡±. El p¨²blico, que abarrotaba el Teatro de la T¨ªa Norica, salud¨® el final del espect¨¢culo en pie y le dedic¨® una ovaci¨®n cerrada a esta compa?¨ªa tan arraigada en Espa?a: sus pr¨®ximas actuaciones figuran a pie de p¨¢gina.
Siguiendo con el FIT, tambi¨¦n vali¨® la pena El tiempo del hijo, un solo donde David Montero invoca a su madre, una sencilla ama de casa fallecida hace nueve meses, para darle una despedida digna. Padec¨ªa alzheimer. En un altarcito, David le pone los guantes que usaba para fregar, su pa?o de cocina y un pedazo de bizcocho de chocolate hecho seg¨²n una receta suya. Tambi¨¦n le canta una saeta. ¡°Yo que nunca me acuerdo de los cumplea?os de nadie, me aprend¨ª el suyo cuando a ella se le olvid¨® (¡) y me aprend¨ª su DNI cuando muri¨®¡±. Produce mucha ternura lo que Montero cuenta, pues nos trae el eco de otras tragedias que pueden parecernos personales cuando las vivimos en primera persona, pero que en realidad son universales. Con buen o¨ªdo, el actor entona varias canciones cuyas letras vienen a cuento, como el Edipo rey de Def con Dos. Por ello, apenas se entiende que cierre su espect¨¢culo cantando sobre una grabaci¨®n con la voz de Pepe Marchena.
La 39 edici¨®n del Festival Iberoamericano de Teatro de C¨¢diz, que concluye este fin de semana, es de transici¨®n. La ha dirigido una comisi¨®n gestora nombrada en febrero de este a?o, despu¨¦s de que el Patronato de Festival cesara a Isla Aguilar, su anterior directora, por discrepancias con su l¨ªnea de programaci¨®n. El nuevo director saldr¨¢ pr¨®ximamente de un concurso en el que, tras la primera criba, hay diez finalistas. Sea quien fuere el elegido, ser¨ªa interesante que trasladara alguno de los espect¨¢culos al aire libre al otro extremo de la ciudad, a la barriada de La Paz o a los barrios de Loreto y de Puntales, donde hay rincones tan id¨®neos para hacer teatro y circo de calle como puedan serlo las plazas del casco hist¨®rico.
Temis
Dramaturgia: Pablo Manzi. Dirección: Andreína Olivari y Pablo Manzi.
Intérpretes: Marcela Salinas, Carlos Donoso, Paulina Giglio, Guilherme Sepúlveda, Cristián Carvajal y Pablo.
Girona. Teatre de Salt, 27 de octubre. Madrid. Teatros del Canal, del 31 de octubre al 3 de noviembre.
Julio C¨¦sar
Creación colectiva. Dirección: José C. García y Cláudia Nóvoa
Ponferrada. Teatro Bérgidum, 8 de noviembre. Toledo. Teatro Rojas, 9 de noviembre. Las Palmas de Gran Canaria. Teatro Cuyás, 1 de febrero de 2025