El har¨¦n pol¨ªtico
La mirada l¨²cida de F¨¢tima Mernissi y su habilidad para transitar con fluidez entre Occidente y el universo musulm¨¢n cobran especial sentido en el clima pol¨ªtico europeo actual
En un momento en el que numerosos europeos parecen inquietarse por la inmigraci¨®n y se preguntan, m¨¢s concretamente, por la compatibilidad entre los valores occidentales y musulmanes, merece la pena volver sobre el legado intelectual de la autora de El har¨¦n pol¨ªtico. El profeta y las mujeres y Premio Pr¨ªncipe de Asturias en 2003. La mirada l¨²cida de F¨¢tima Mernissi (1940-2015), su habilidad para transitar con fluidez entre Occidente y el universo musulm¨¢n, su denuncia del patriarcado en uno y otro mundo, cobran especial sentido en el clima pol¨ªtico europeo actual. A trav¨¦s de su prol¨ªfica obra, Mernissi nos invita a considerar un horizonte com¨²n de emancipaci¨®n a partir de un reconocimiento de las deficiencias culturales de ambos mundos y una reconstituci¨®n del pasado.
Mernissi comenz¨® su formaci¨®n intelectual en la escuela cor¨¢nica, se licenci¨® por la Universidad Mohamed V de Rabat y ampli¨® sus estudios en la Sorbona de Par¨ªs. Se doctor¨® en Sociolog¨ªa en la Universidad de Brandeis en Massachussetts con una tesis pionera sobre el impacto de la modernizaci¨®n en las relaciones de g¨¦nero en el mundo isl¨¢mico. En 1987, public¨® El har¨¦n pol¨ªtico, que fue inmediatamente prohibido en Marruecos. En ¨¦l indaga en las circunstancias sociopol¨ªticas que llevaron a la imposici¨®n de una r¨ªgida interpretaci¨®n patriarcal, incluso mis¨®gina, de las ense?anzas de Mahoma. Su objetivo: desmontar esta interpretaci¨®n a trav¨¦s de una relectura sociol¨®gica de la vida del profeta y las mujeres de su entorno y un minucioso desgrane de los textos isl¨¢micos originales y posteriores que narran las acciones y los dichos de Mahoma.
Mernissi argumenta que la voluntad de Mahoma de reconocer y tratar a las mujeres como iguales, tanto de palabra como en los hechos, se vio truncada r¨¢pidamente por la realidad social y pol¨ªtica de Medina en los a?os fundacionales del islam. Algunos miembros de la primera comunidad musulmana que Mahoma estableci¨® en la ciudad (los Hip¨®critas) se opon¨ªan a respetarlas como iguales y, adem¨¢s de inventar rumores sobre las esposas del profeta, las importunaban en el espacio p¨²blico. La intransigencia de sus oponentes propici¨® un clima de guerra civil que, de acuerdo con Mernissi, termin¨® por convencer a Mahoma de que era necesario que las musulmanas salieran cubiertas a la calle por su seguridad.
Desde entonces, explica la autora, una mayor¨ªa de eruditos del islam se ha esforzado por magnificar el papel del hiyab ¡ª¡±que los integristas de hoy reivindican como la esencia misma de la identidad musulmana¡±¡ª y empeque?ecer el papel de Umm Salama y Aisha, esposas de Mahoma, o borrar de la historia a Sakina, su bisnieta, que encarnaron un modelo de mujer emancipada que podr¨ªa haber sido el referente principal de las mujeres musulmanas.
Mernissi denuncia esta ¡°amnesia¡± y ¡°deformaci¨®n de la historia¡±, que hallamos en otras religiones monote¨ªstas, y nos recuerda, al mismo tiempo, que el islam es en origen una religi¨®n eminentemente pr¨¢ctica y favorecedora del di¨¢logo. Mahoma buscaba apaciguar y regular las relaciones entre las tribus ¨¢rabes. De ah¨ª la importancia de sus dichos y conversaciones, los hadices, que aportaban normas comunes en los aspectos m¨¢s cotidianos de la vida de las tribus. En el prefacio a la edici¨®n en ingl¨¦s, la autora concluye: ¡°Si los derechos de las mujeres son un problema para algunos hombres musulmanes modernos, no es ni por el Cor¨¢n, ni por el Profeta, ni por la tradici¨®n isl¨¢mica, sino simplemente porque esos derechos entran en conflicto con los intereses de una ¨¦lite masculina¡±.
No es de extra?ar que Mernissi recibiera cr¨ªticas de esta ¨¦lite, tanto por cuestionar la lectura tradicional de los textos cor¨¢nicos como por importar acr¨ªticamente categor¨ªas epistemol¨®gicas occidentales presuntamente ajenas a la experiencia isl¨¢mica. Mernissi consideraba, por su parte, que era lo ¡°suficientemente inteligente como para ser cr¨ªtica con Occidente y tomar lo que necesito y rechazar lo que es malo para m¨ª¡±. (Es notorio, por ejemplo, su cuestionamiento del ideal de belleza occidental, el cual, sosten¨ªa, excluye la posibilidad de ser guapa e inteligente a la vez y niega cualquier atractivo a las mujeres mayores).
El an¨¢lisis sociol¨®gico de Mernissi de la evoluci¨®n del islam, enfatizando su dimensi¨®n pr¨¢ctica y su larga historia de di¨¢logo intercultural, contribuye a desafiar el imaginario dominante en Europa de este sistema ¨¦tico y religioso como particularmente impermeable al cambio y la adaptaci¨®n. Su llamado a movilizar una ¡°memoria-libertad¡±, donde las mujeres son coprotagonistas del pasado como paso necesario para serlo en el presente, nos interpela a todos.
De manera provocativa, en una entrevista de 1996, Mernissi defini¨® el har¨¦n como un ¡°espacio monosexo¡±, afirmando que el Senado franc¨¦s, con menos de un 4% de mujeres entonces, era, en definitiva, un har¨¦n. Aunque hoy un tercio del Senado franc¨¦s son mujeres, no podemos sino preguntarnos qu¨¦ dir¨ªa Mernissi de la composici¨®n de las Reales Academias espa?olas, por ejemplo, y su papel en la reproducci¨®n de las ¨¦lites masculinas y el sesgo patriarcal de nuestro conocimiento del pasado.
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