Solvej Balle, una escritora atrapada en el tiempo
La escritora danesa presenta la primera de sus siete novelas sobre la historia de una librera de viejo que cae en un extra?o bucle temporal que la hace vivir siempre en una misma fecha
Le ha llevado media vida a Solvej Balle (S?nderjylland, Dinamarca, 62 a?os) acabar de plasmar sobre la p¨¢gina aquella idea que tuvo en 1987 cuando atend¨ªa un curso creaci¨®n literaria. Escribi¨® el principio de El volumen del tiempo I una d¨¦cada despu¨¦s, a finales de los noventa, y a¨²n pasaron 20 a?os m¨¢s hasta que el primero de los siete libros que han brotado de aquella ocurrencia lleg¨® en 2020 a las librer¨ªas danesas. Balle lleva tanto tiempo trabajando en la historia de una mujer, Tara Selter, que sin saber muy bien c¨®mo queda atrapada en un 18 de noviembre, despert¨¢ndose cada d¨ªa en ...
Le ha llevado media vida a Solvej Balle (S?nderjylland, Dinamarca, 62 a?os) acabar de plasmar sobre la p¨¢gina aquella idea que tuvo en 1987 cuando atend¨ªa un curso creaci¨®n literaria. Escribi¨® el principio de El volumen del tiempo I una d¨¦cada despu¨¦s, a finales de los noventa, y a¨²n pasaron 20 a?os m¨¢s hasta que el primero de los siete libros que han brotado de aquella ocurrencia lleg¨® en 2020 a las librer¨ªas danesas. Balle lleva tanto tiempo trabajando en la historia de una mujer, Tara Selter, que sin saber muy bien c¨®mo queda atrapada en un 18 de noviembre, despert¨¢ndose cada d¨ªa en esa misma fecha, que cuando empez¨® a¨²n no se hab¨ªa estrenado la ya cl¨¢sica pel¨ªcula protagonizada por Bill Murray sobre el d¨ªa de la marmota. ¡°Cuando sali¨® no quer¨ªa verla porque pensaba que hab¨ªan tomado mi idea, y cuando finalmente la vi me di cuenta que hab¨ªa all¨ª mucha documentaci¨®n que pod¨ªa servirme¡±, dice entre risas una ma?ana de noviembre en la sede de la editorial Anagrama en Barcelona, el sello que presenta la primera entrega de esta obra en espa?ol y catal¨¢n.
En las pocas fotos de ella que circulan aparece despeinada, pero hoy Balle lleva una larga melena caoba recogida en una coleta alta y cuando sonr¨ªe se le achinan los ojos tras las gafas de pasta redondas. La escritora desprende un aire ligero, risue?o y feliz. Hay algo de liberaci¨®n en la manera en que habla de su libro, aunque a¨²n est¨¢ trabajando en la ¨²ltima entrega de las novelas de Tara Selter. Lleva ese ¨²ltimo borrador en su ordenador del que no se separa. La serie es ya un fen¨®meno internacional contratado en m¨¢s de una veintena de pa¨ªses. La traducci¨®n del segundo libro saldr¨¢ en abril, y los dem¨¢s a raz¨®n de dos por a?o. La serie de El volumen del tiempo tiene algo magn¨¦tico.
La primera entrega son apenas 180 p¨¢ginas sobre ese primer a?o en el que una mujer, que vive con su pareja en Clairon-sous-Bois en Francia y se dedica a la compra venta de libros del siglo XVIII, cae en ese extra?o bucle temporal. ¡°Habl¨¦ con mi traductora al ingl¨¦s sobre c¨®mo el libro era una historia de amor y aislamiento que se preguntaba qu¨¦ es un ser humano y c¨®mo nos relacionamos unos con otros. ?Qu¨¦ es una persona? ?Qu¨¦ es una relaci¨®n con otro? Le mand¨¦ un ejemplar a principios de febrero de 2020. Cuando lo ley¨® me dijo ¡®?pero si has escrito sobre el COVID!¡±, recuerda. Ese tiempo suspendido que Balle describe con precisi¨®n y elegancia tiene un eco claro en aquel encierro pand¨¦mico. ¡°Seg¨²n va transcurriendo, el tiempo empieza a comportarse de forma extra?a¡±, afirma. No cabe m¨¢s que asentir.
En un bizarro efecto reflejo, como la protagonista de sus libros, la escritora qued¨® atrapada en este proyecto. Primero pens¨® que ser¨ªa un relato, luego que ocupar¨ªa dos vol¨²menes, de ah¨ª pas¨® a cuatro y al final entendi¨® que ser¨ªa una heptalog¨ªa. Han transcurrido 37 a?os, Balle ha publicado una novela y un libro de relatos, ha editado una revista literaria, colaborado en el gui¨®n para una novela radiof¨®nica, sac¨® un libro de poemas. Pas¨® de ser estudiante de creaci¨®n literaria a matricularse en 1989 en filosof¨ªa, unos estudios que concluy¨® en 2018. ¡°Creo que estos libros me empujaron a ello¡±, comenta, antes de a?adir que esa licenciatura ha corrido en paralelo a la novela. Al fin y al cabo, la reflexi¨®n filos¨®fica sobrevuela El volumen del tiempo I. La extra?eza que habita Tara Selter tiene por momentos algo del Gregor Samsa de Kafka, pero Balle habla de Samuel Beckett y su Esperando a Godot como la referencia m¨¢s directa. ¡°El teatro del absurdo me han influido mucho, esa persona sentada en un cubo de basura¡±, explica.
Su personaje describe ruidos y va armando su rutina en torno a esos casi imperceptibles ritmos cotidianos: solo ella se da cuenta de la imparable repetici¨®n del mismo d¨ªa, un agujero que empieza en un viaje de trabajo en Par¨ªs y que nada detiene. ?Es una historia de fantasmas? ¡°M¨¢s de monstruos, aunque lo que pensaba es que ten¨ªa que inventar mi propio g¨¦nero y, por eso, est¨¢ escrito como un diario. Por supuesto, nadie inventa nada, robas todo lo que puedes a manos llenas¡±, confiesa divertida. ¡°Tard¨¦ mucho en entender c¨®mo contar esta historia, el modernismo narrativo me ayud¨®¡±.
Balle habla de diseccionar hasta quedarse solo ¡°con el esqueleto y los huesos desnudos¡±. Su escrititura, en efecto, es esquem¨¢tica. ¡°Me interesa el mundo desnudo, sin demasiado pasado¡±, apunta. ¡°En mi primera novela que publiqu¨¦ antes de escribir esto, una mujer constru¨ªa un nuevo mundo en una isla desierta, y el libro de relatos los personajes viv¨ªan en sus burbujas. Bastante solipsista, supongo. Viven en sus propias burbujas, como si necesitaran entender sus vidas. Pero esos libros empezaban con personajes, y con este proyecto fue una idea. Este tipo de ficci¨®n especulativa no estaba muy bien visto en los ochenta, no se consideraba serio¡±, explica y menciona a Borges, y al Ulises de Joyce que transcurre en un solo d¨ªa y que todo el mundo parec¨ªa haber le¨ªdo cuando ella cay¨® por la librer¨ªa de Par¨ªs Shakespeare & Co. Tambi¨¦n habla de Doris Lessing y sus Experimentos sirianos.
Muchas cosas en la vida de Balle han ido al lento comp¨¢s de estas novelas y han acabado por adoptar su forma, cosas tan impredecibles como el huerto de la casa en la isla donde se traslad¨® poco despu¨¦s de que naciera su hijo, y donde vive desde hace m¨¢s de 20 a?os. ¡°Vinieron unos estudiantes y al explicarles este proyecto habl¨¦ de mi jard¨ªn, y los siete cercos, porque cada uno est¨¢ relacionado con uno de los libros¡±, cuenta divertida. ¡°Mi abuelo era jardinero, tuvo seis hijos y mi madre no era muy aficionada a los huertos. Yo lo intento, aunque se me estropean las alcachofas¡±, dice. Su personaje, Tara, tambi¨¦n tiene un huerto en su casa, aunque con puerros y acelgas que guardan cierta importancia en la trama. Cuando ella intenta comprender el agujero temporal en el que ha ca¨ªdo construye gr¨¢ficos y diagramas que cuelga en las paredes de un cuarto de su casa, ?tambi¨¦n Balle trabaj¨® as¨ª? ¡°S¨ª, as¨ª. Fui ocupando distintos cuartos de mi casa. Hay algo muy f¨ªsico en la manera en que me volqu¨¦ en estas novelas, llegu¨¦ a llenar paredes enteras con fotograf¨ªas tomadas por exploradores urbanos que visitan luagres abandonados y toman im¨¢genes¡±.
Si Tara segu¨ªa atascada en la historia de ese repetitivo 18 de noviembre y se iba haciendo mayor, la autora tambi¨¦n, y tambi¨¦n buscaba la salida. En una residencia para escritores daneses en Italia crey¨® tocar fondo. Tir¨® todas las notas y escritos que ten¨ªa del proyecto. ¡°Recog¨ªan la basura una vez a la semana y recuerdo estar en la cama escuchando como sub¨ªa el cami¨®n por la carretera y pensar: ¡®ya est¨¢¡±, dice. ¡°El cami¨®n se lo llev¨® y entonces comprend¨ª que pod¨ªa volver a escribir la novela, porque estaba atrapada en ella¡±.
El volumen del tiempo I
Traduccion al castellano de Victoria Alonso
Traducci¨®n al catal¨¢n de Mar¨ªa Rosich
184 p¨¢ginas. 19 euros