?Qu¨¦ es el terrorismo? Teor¨ªa, pr¨¢ctica y horror de la violencia clandestina
Nuevos lanzamientos editoriales ahondan en la naturaleza del terrorismo, el dolor de las v¨ªctimas, la historia de la violencia pol¨ªtica o los atentados que marcaron ¨¦poca, como el de la calle Correo, perpetrado por ETA en 1974
Terrorismo es un t¨¦rmino complejo. M¨¢s que como una descripci¨®n de los hechos suele utilizarse como un arma arrojadiza. No existe una definici¨®n universal de terrorismo que opere en el panorama internacional. Pero, a pesar de la ambig¨¹edad en su utilizaci¨®n cotidiana, el t¨¦rmino puede resultar ¨²til para entender el mundo si se encuentra una definici¨®n precisa que evite cualquier connotaci¨®n.
Es lo que intentan los polit¨®logos Ignacio S¨¢nchez-Cuenca y Luis de la Calle en La naturaleza del terrorismo (Catarata). Un volumen que podr¨ªa servir de mascar¨®n de proa a una nutrida colecci¨®n de lanzamientos editoriales que tratan el tema desde diferentes ¨¢ngulos: la historia de la violencia pol¨ªtica, el estudio de algunos grandes atentados hist¨®ricos o la recuperaci¨®n del testimonio de las v¨ªctimas.
?Qu¨¦ es el terrorismo?
¡°Lo que distingue al terrorismo de otros tipos de violencia es que no requiere ni la ocupaci¨®n de un espacio ni operaciones de larga duraci¨®n: puede concebirse como una violencia clandestina y ef¨ªmera¡±, escriben S¨¢nchez-Cuenca y De la Calle. Es una definici¨®n sencilla, pero tiene fuertes implicaciones. Por ejemplo, grupos insurgentes con dominio territorial, como la guerrilla de las FARC, Sendero Luminoso, ISIS o Hezbollah, seg¨²n el citado criterio, no podr¨ªan ser considerados terroristas.
El terrorismo, siguiendo este modelo, al no disponer de territorio, act¨²a mediante las bombas, los tiroteos, los secuestros, y no est¨¢ capacitado para acciones militares sostenidas en el tiempo o para asediar poblaciones y conquistar terreno. Como se ha dicho repetidamente, ¡°el terrorismo es el arma de los m¨¢s d¨¦biles¡±, y suele surgir precisamente cuando se da una relaci¨®n de fuerzas muy dispareja. La definici¨®n es sencilla, pero contiene sus complejidades: a veces grupos insurgentes utilizan t¨¢cticas terroristas, como en esas ocasiones en las que Sendero Luminoso, fuerte en el campo peruano, atentaba en las calles de la capital, Lima. En otras ocasiones son los propios Estados los que caen en esas pr¨¢cticas: es el caso de los GAL espa?oles, que hostigaban a ETA en su santuario franc¨¦s. As¨ª, como terrorista nos podemos referir a un actor (un grupo terrorista) o a una acci¨®n (un atentado terrorista).
Pero en todos los casos hablamos de violencia clandestina, a base de bombas y tiroteos por sorpresa, llevados a cabo por agentes encubiertos que tratan de pasar desapercibidos, y no a un poder¨ªo territorial apareado a una milicia o guerrilla uniformada y bien armada. Otros criterios com¨²nmente utilizados para definir el terrorismo, como son el asesinato de civiles o el objetivo de atemorizar a la poblaci¨®n, no suelen ser exclusivos de los grupos clandestinos, seg¨²n han encontrado los polit¨®logos, y se encuentran tambi¨¦n en la acci¨®n de los Estados, los ej¨¦rcitos u otros grupos armados. V¨¦ase el caso de los bombardeos de Israel en Gaza. ¡°Por supuesto, existe una fuerte asociaci¨®n entre el terrorismo, por un lado, y el asesinato de civiles y la violencia coercitiva, por otro. (¡) Pero estas asociaciones distan mucho de ser perfectas y no constituyen una base s¨®lida para una conceptualizaci¨®n del fen¨®meno¡±, concluyen los autores.
Atentados que cambiaron la historia
El 13 de septiembre de 1974, hace algo m¨¢s de 50 a?os, a las 14.30, un artefacto explot¨® en la cafeter¨ªa Rolando asesinando a 13 personas e hiriendo a medio centenar. El establecimiento, situado en la madrile?a calle Correo, aleda?a a la Puerta del Sol, era muy frecuentado por polic¨ªas de la Direcci¨®n General de Seguridad, justo enfrente, conocida por albergar la tortura franquista donde hoy est¨¢ la sede de la Comunidad de Madrid. Pero la bomba mat¨® sobre todo a civiles: un panadero, un mec¨¢nico, un estudiante o una mujer que iba de compras. El ataque, el primero indiscriminado de ETA, tuvo graves consecuencias: un endurecimiento de la represi¨®n franquista, el se?alamiento del Partido Comunista como colaborador, y la escisi¨®n de ETA entre la rama militar y la pol¨ªtico-militar.
Un peque?o fen¨®meno editorial se ha generado en torno a este crimen. En Dinamita, tuercas y mentiras (El atentado de la cafeter¨ªa Rolando) (Tecnos) los historiadores Gaizka Fern¨¢ndez y Ana Escauriaza ofrecen un relato exhaustivo del atentado recuperando la memoria de las v¨ªctimas que no recibieron indemnizaci¨®n ni atenci¨®n en aquel momento. En El huevo de la serpiente (El nido de ETA en Madrid) (Betagarri Liburuak), Eduardo S¨¢nchez Gatell, entonces un joven antifranquista bien relacionado y fascinado por el mundillo intelectual antifranquista que apoyaba a la banda en la capital, ofrece un relato personal del suceso por el que pas¨® 16 meses preso hasta que el tribunal decidi¨® inhibirse.
Precisamente en Operaci¨®n Caperucita. El Comit¨¦ Karl Marx y el atentado de la calle del Correo (Akal) el periodista Xuan C¨¢ndano ahonda en ese apoyo del que gozaba ETA en la capital, proveniente de grupos de intelectuales de izquierda, como era el caso de la pareja formada por Eva Forest y el c¨¦lebre dramaturgo Alfonso Sastre, miembros del llamado Comit¨¦ de Solidaridad Karl Marx, que colaboraron no solo en el atentado de Correo, sino tambi¨¦n en el asesinato de Carrero Blanco. Sobre estos atentados se generaron numerosas teor¨ªas de la conspiraci¨®n que implicaban a la CIA estadounidense o los servicios secretos del propio r¨¦gimen franquista.
¡°Lo que s¨ª sabemos es que en los dos atentados la persona decisiva fue Eva Forest, sin la que no se hubieran producido¡±, escribe C¨¢ndano. Forest tuvo la idea de atentar contra Carrero y, animada por el ¨¦xito de la operaci¨®n, propuso el atentado de la cafeter¨ªa Rolando. ¡°El magnicidio lo organiz¨® una mujer, una comunista radical, fichada por la polic¨ªa como todos los componentes del grupo antifascista que lideraba, en conexi¨®n con ETA, que envi¨® a Madrid a decenas de militantes para ejecutar un golpe que le supuso un enorme ¨¦xito y gran prestigio en los sectores del antifranquismo. No hubo m¨¢s conspiraci¨®n que la de Eva Forest¡±.
Diez a?os despu¨¦s del de la calle Correo otro atentado hist¨®rico retumb¨® en otras latitudes. Una explosi¨®n destru¨ªa una parte del Gran Hotel de Brighton, el 12 de octubre de 1984, tratando de asesinar a Margaret Thatcher, entonces primera ministra brit¨¢nica, durante una convenci¨®n del partido tory. Hubo cinco muertos, decenas de heridos, aunque la Dama de Hierro, que estaba preparando su discurso, hizo honor a su nombre y sali¨® ilesa y por su propio pie. El atentado se hab¨ªa concebido como una venganza por la postura pasiva del Gobierno brit¨¢nico ante las huelgas de hambre de los presos del IRA en 1981, que reclamaban el estatus de prisioneros pol¨ªticos. Diez huelguistas hab¨ªan muerto, entre ellos el c¨¦lebre Bobby Sands.
Los hechos se narran en Habr¨¢ fuego. Margaret Thatcher, el IRA y dos minutos que cambiaron la historia (Ariel), de Rory Carroll, donde, con una prosa de thriller detectivesco que atrapa al lector, narra la historia del conflicto de Irlanda desde sus or¨ªgenes, la independencia del pa¨ªs y el resurgimiento de los Troubles en Irlanda del Norte, la etapa de violencia sucedida entre 1968 y 1998. En el libro se encuentran detallados perfiles de personajes como Thatcher o el hist¨®rico l¨ªder del Sinn F¨¦in, Gerry Adams, las citadas huelgas de hambre de los presos del IRA, que presionaban esparciendo sus heces por las paredes de sus celdas, la enconada violencia callejera entre republicanos y unionistas en los barrios de Belfast, el arduo trabajo de los artificieros brit¨¢nicos desactivando los explosivos norirlandeses en Londres, adem¨¢s de la peripecia del hombre que coloc¨® la bomba en Brighton, el terrorista Patrick Magee, que, septuagenario, sigue defendiendo aquel atentado como un acto leg¨ªtimo de guerra. ¡°Con una Margaret Thatcher tan polarizadora en muerte como en vida, y con el Sinn F¨¦in (el que fuera brazo pol¨ªtico del IRA) renacido como un respetable partido de Gobierno, la conspiraci¨®n del IRA para matar a su mayor enemigo est¨¢ en riesgo de convertirse en un mito. Es de vital importancia recordar lo que sucedi¨® realmente¡±, escribe Carroll.
El dolor de las v¨ªctimas
Un par de noveades editoriales recogen tambi¨¦n el testimonio de las v¨ªctimas. Es el caso de Salir de la noche (Libros del Asteroide, 2023), del periodista Mario Calabresi, que fue director del diario La Reppublica y de La Stampa, cuyo padre, el comisario Luigi Calabresi, fue asesinado en 1972 por miembros de la extrema izquierda italiana (fueron condenados integrantes del grupo Lotta Continua), acusado de la muerte de Giuseppe Pinelli tras caer desde una ventana de su comisaria. El caso, por cierto, inspir¨® la obra del nobel Dar¨ªo Fo Muerte accidental de un anarquista. Otro producto cultural relacionado con las Brigadas Rojas y los a?os de plomo en Italia vio la luz en fechas similares: la serie Exterior noche, de Marco Bellocchio, un libro que relataba las enrevesadas circunstancias alrededor del asesinato del primer ministro Aldo Moro, que conmocion¨® al pa¨ªs en 1978. ¡°Los terroristas tratan de convertir a las personas en s¨ªmbolos, tratan de despejarlas de su humanidad. Es m¨¢s f¨¢cil matar un s¨ªmbolo que a una persona. Pero los periodistas tenemos la obligaci¨®n de devolver su humanidad a esas personas¡±, dec¨ªa Calabresi con motivo de la publicaci¨®n del libro.
Hubo ni?os en el Pa¨ªs Vasco de los a?os 80 que crecieron rodeados de disturbios, cargas policiales y disparos al aire. En Eso que llamabas para¨ªso (Libros del KO, 2023), Ricardo Casas y Francisco Uzcanga reflexionan a cuatro manos sobre la violencia que rode¨® su infancia, sobre todo el asesinato en 1984 del padre del primero, el l¨ªder socialista Enrique Casas, a manos de los Comandos Aut¨®nomos Anticapitalistas, un grupo vinculado con ETA, aunque con un ideario m¨¢s relacionado con la lucha de clases que con el nacionalismo. Un d¨ªa de mal tiempo en San Sebasti¨¢n, dos hombres ataviados como obreros llamaron a la puerta de Casas y le descerrajaron trece tiros. Su hijo Ricardo, que ten¨ªa 17 a?os, estaba en domicilio estudiando para la Selectividad y no quiso ver el cuerpo de su padre ensangrentado. ¡°Yo olvido, pero no perdono: no se puede perdonar lo imperdonable¡±, dijo Casas a este peri¨®dico.
Las lecciones de la historia
¡°La calificaci¨®n de terrorista siempre se ha asignado seg¨²n las circunstancias y los intereses en juego¡±, escribe Francesco Benigno, que tambi¨¦n se?ala que una encuesta realizada en 1988 a 200 expertos arroj¨® 109 definiciones diferentes del t¨¦rmino. En Ensayo hist¨®rico sobre la violencia pol¨ªtica. El rostro ambiguo del terrorismo (C¨¢tedra, 2023), Benigno hace un recorrido hist¨®rico, no tanto del terrorismo en s¨ª mismo, como de los discursos lo rodean, tratando de detectar la existencia de algo as¨ª como ¡°una tradici¨®n cultural basada en el uso pol¨ªtico del terrorismo¡±. Del terror de la Revoluci¨®n Francesa al terrorismo islamista internacional, pasando por los revolucionarios rusos del XIX, los anarquistas de la propaganda por los hechos o los a?os de plomo de la segunda mitad del siglo XX.
Se ha dicho que el terrorismo es un ¡°crimen especial¡±, que su esencia radica en la matanza de civiles o en la voluntad de atemorizar a terceros. O que, en realidad, la diferencia con otros tipos de violencia estriba en estar basado en el fundamentalismo. Pero son caracterizaciones que no acaban de convencer al historiador que, como tal, trata de hallar las claves en la Historia. De ese recorrido lleno de dolor y destrucci¨®n, muchas veces envuelto en la ¨¦pica del h¨¦roe o el m¨¢rtir que se sacrifica por una causa (que ahora se difunde por internet), extrae el autor algunas caracter¨ªsticas comunes. A saber: la naturaleza secreta y conspirativa del grupo terrorista, su impredicibilidad, tanto en los objetivos como en las acciones, y el car¨¢cter simb¨®lico: ¡°El atentado terrorista es la construcci¨®n de un acontecimiento pol¨ªtico de alto contenido simb¨®lico, capaz de representar bruscamente una lucha absoluta entre el bien y el mal¡±, concluye Benigno.
Lista de lecturas
La naturaleza del terrorismo
Ignacio Sánchez-Cuenca y Luis de la Calle
Catarata, 2024
304 páginas. 20 euros
Dinamita, tuercas y mentiras
Gaizka Fernández y Ana Escauriaza
Tecnos, 2024
256 páginas. 25,50 euros
El huevo de la serpiente
Eduardo Sánchez Gatell
Betagarri Liburuak, 2024
200 páginas. 25 euros
Operación Caperucita
Xuan Cándano
Akal, 2024
368 páginas. 20 euros
Habrá fuego
Rory Carroll
Traducción de Beatriz Ruiz Jara
Ariel, 2024
512 páginas. 22,90 euros
Salir de la noche
Mario Calabresi
Traducción de Carlos Gumpert
Libros del Asteroide, 2023
192 páginas. 19,95 euros
Eso que llamabas paraíso
Ricardo Casas y Francisco Uzcanga
Libros del KO, 2023
154 páginas. 18,90 euros
Ensayo histórico sobre la violencia política
Francesco Benigno
Traducción de Juan Carlos Postigo Ríos
Cátedra, 2023
368 páginas. 25,50 euros
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