Todos los caminos llevan a la Amazonia: el arte ind¨ªgena llega a Arco
Convertido en nuevo fen¨®meno, el arte amaz¨®nico llega a Arco. La feria madrile?a invita a 15 galer¨ªas y 23 artistas a reflexionar sobre la regi¨®n, lugar clave para regular la temperatura del planeta y una br¨²jula para orientarse ante un futuro incierto
Puede que la invitaci¨®n de Arco a la regi¨®n sea la prueba definitiva: el arte creado en la Amazonia es la ¨²ltima sensaci¨®n. La eclosi¨®n del inter¨¦s del sector cultural por la mayor selva tropical del mundo ¡ªclave para regular la temperatura del planeta¡ª es evidente en ferias, museos y bienales de medio mundo en estos tiempos de emergencia clim¨¢tica. El peruano Rember Yahuarcani, de 39 a?os, del clan de la Garza Blanca del pue...
Puede que la invitaci¨®n de Arco a la regi¨®n sea la prueba definitiva: el arte creado en la Amazonia es la ¨²ltima sensaci¨®n. La eclosi¨®n del inter¨¦s del sector cultural por la mayor selva tropical del mundo ¡ªclave para regular la temperatura del planeta¡ª es evidente en ferias, museos y bienales de medio mundo en estos tiempos de emergencia clim¨¢tica. El peruano Rember Yahuarcani, de 39 a?os, del clan de la Garza Blanca del pueblo uitoto, es uno de los protagonistas de ese bum; tambi¨¦n sus padres, Santiago Yahuarcani y Nereyda L¨®pez. La etiqueta amaz¨®nico le incomoda porque considera que las ¨¦lites locales se la apropiaron; prefiere ¡°artista ind¨ªgena o contempor¨¢neo, a secas¡±. Cuando hace dos d¨¦cadas se mud¨® de su aldea a Lima so?aba con exponer de igual a igual con los pintores capitalinos. Ahora tiene una carrera internacional, su obra estuvo en la reciente Bienal de Venecia, llega a la feria madrile?a y ya prepara una exposici¨®n en solitario en Londres.
Rember Yahuarcani creci¨® a orillas del r¨ªo Amazonas, en Pebas, en la ruta fluvial entre las ciudades de Iquitos y Manaos, en una comunidad para la que es vital que pervivan la palabra y los mitos de los ancestros. Conocedor de los vericuetos de un sector tan competitivo, destaca que el arte contempor¨¢neo brinda a los suyos una oportunidad siempre negada: ¡°El arte, al menos en Per¨², nos ha dado algo que Occidente no nos hab¨ªa dado nunca. La antropolog¨ªa nos trata como objetos de estudio. La historia, como sociedades inm¨®viles en el tiempo. La etnograf¨ªa, como una especie m¨¢s en el espacio natural de la Amazonia. Entonces, llega el arte, que nos otorga una voz en primera persona; la libertad de llegar con nuestras historias, rasgos, vestimenta, objetos cham¨¢nicos¡ Nos dignifica. Y nos da la posibilidad de negociar¡±, explica desde Lima, durante una videollamada, este artista invitado a la feria madrile?a. Arco dedica a la Amazonia la secci¨®n comisariada Wametis¨¦: ideas para un amazofuturismo. Ahora los ind¨ªgenas tambi¨¦n se asoman a las grandes citas del arte como autores, no solo como inspiraci¨®n o tema retratado.
Un cambio bien visible en Espa?a. La feria madrile?a acoge 15 galer¨ªas y 23 artistas para reflexionar sobre la Amazonia como br¨²jula para vislumbrar el futuro, mientras el Museo L¨¢zaro Galdiano acaba de inaugurar 80 piezas de 30 artistas, ind¨ªgenas y urbanos, pertenecientes a la colecci¨®n Hochschild Correa. Pionera, atesora producciones amaz¨®nicas desde 2012. Por su parte, el Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona (CCCB) tiene en cartel Amazonias. El futuro ancestral, una de las muestras de la temporada, que ofrece un relato visual con aportaciones de cient¨ªficos, arque¨®logos, artistas, antrop¨®logos y fotoperiodistas. La capital catalana tambi¨¦n acoge Amaz?nia, el ¨²ltimo gran proyecto del fot¨®grafo brasile?o Sebasti?o Salgado.
Mientras, la pasada Bienal de Venecia, comisariada por el brasile?o Adriano Pedrosa, quiso dar voz a los tradicionalmente excluidos y otorg¨® un enorme protagonismo al arte ind¨ªgena. Al tiempo que cosech¨® cr¨ªticas, dio un impulso al proceso de descolonizaci¨®n de las colecciones que impregna el sector. El colectivo de artistas Huni Kuin pint¨® el mural colorista con una enorme serpiente que daba la bienvenida a la Bienal de Venecia. Galer¨ªas y museos son ya parte de la vida cotidiana. Pero ?c¨®mo recuerda la primera exposici¨®n? ¡°Me emocion¨¦. All¨ª estaban, en la tela, los secretos de nuestros esp¨ªritus. Y la gente me preguntaba: ¡®?Qu¨¦ significa?¡±, responde el fundador, Ib? Huni Kuin.
Sus leyendas llegan a p¨²blicos allende los mares, mientras el dinero que ganan con el arte les sirve para comprar lotes de tierra amaz¨®nica que despu¨¦s reforestan. La crisis clim¨¢tica y sus crecientes estragos sobresalen entre los factores que, seg¨²n comisarios, galeristas y artistas consultados, han llevado al sector cultural, siempre ¨¢vido de novedades, a posar su mirada en la selva amaz¨®nica. Desde el aire, es un manto verde infinito en el que se distinguen poco m¨¢s que r¨ªos que serpentean. Siete millones de kil¨®metros cuadrados que se extienden a nueve pa¨ªses son el hogar de 400 pueblos originarios y una de cada diez especies del mundo. Para unos, Amazonas; para otros Amazonia, con o sin tilde.
La colombiana Mar¨ªa Wills, comisaria de la secci¨®n comisariada de Arco junto al artista ind¨ªgena brasile?o Denilson Baniwa, atribuye el creciente inter¨¦s en la Amazonia a que ¡°las crisis en las formas de entender el mundo motivadas principalmente por el modelo capitalista heteropatriarcal¡± han llevado a la sociedad civil y pol¨ªtica ¡°a buscar crear puentes con esos pensamientos alternativos sabios y milenarios que parecen entender mejor c¨®mo cuidar el planeta y convivir de manera m¨¢s arm¨®nica¡±. Recalca la comisaria: ¡°Aunque podr¨ªa parecer una contradicci¨®n enunciarlo desde una feria comercial, es importante entenderla como un espacio necesario de intercambio tambi¨¦n simb¨®lico¡±.
Wills aspira a tender puentes, a contribuir a que ¡°Occidente dialogue con las perspectivas que existen en el Amazonas y se superen esas ideas sobre lo ex¨®tico y lo primitivo que se tienen en los centros de poder hegem¨®nicos¡±. La presencia de U?ra Sodoma, que el 7 de marzo har¨¢ una performance en el Museo Reina Sof¨ªa, se enmarca en ese af¨¢n de superar las categor¨ªas de lo humano y lo natural. Artista y activista, se define como ¡°persona no binaria, como una persona flor o un ¨¢rbol que camina¡±, explica la comisaria. Al seleccionar las galer¨ªas, Wills y Baniwa privilegiaron aquellas que estuvieran en los territorios, como una de Manaos.
Los cuadros, esculturas, m¨¢scaras, obras textiles y v¨ªdeos creados por estos artistas suponen una plataforma m¨¢s para reclamar sus derechos, los de las tierras que habitan, y exigir una revisi¨®n hist¨®rica. La mirada ind¨ªgena completa los relatos de los exploradores/explotadores con la perspectiva y el sufrimiento de sus v¨ªctimas. Por ejemplo, Santiago Yahuarcani retrata la fiebre del caucho con una perspectiva que es la ant¨ªtesis del teatro Amazonas, inaugurado en 1896 por los barones que impulsaron ese episodio extractivista para cultivar el esp¨ªritu a la manera parisiense en una Manaos rodeada de selva.
Christian Benday¨¢n, peruano y cocomisario de la muestra Amazon¨ªa contempor¨¢nea. Colecci¨®n Hochschild Correa-Per¨², destaca que ¡°el arte amaz¨®nico se fundamenta en una perspectiva ecocosmol¨®gica, donde la relaci¨®n con la naturaleza se basa en el respeto, el merecimiento y un di¨¢logo horizontal¡±. Sostiene que la creciente valoraci¨®n de las piezas de la regi¨®n obedece a que, ¡°desde su est¨¦tica particular, emergen nuevos temas y lenguajes expresivos que ampl¨ªan y enriquecen la escena art¨ªstica, fortaleciendo su reconocimiento y legitimando las voces y la autorrepresentaci¨®n de sus creadores¡±.
Hena Lee, de la galer¨ªa Millan de S?o Paulo, que representa a artistas ind¨ªgenas contempor¨¢neos desde 2020, recuerda que su primer fichaje de ese colectivo, Jaider Esbell, del pueblo macuxi y fallecido en 2021, fue descubierto durante una visita a una colecci¨®n particular. No lleg¨® solo a la galer¨ªa. ?l les present¨® la obra de Daiara Tukano y a Gustavo Caboco ¡ªambos estar¨¢n en Arco¡ª y, a partir de ah¨ª, establecieron nuevas redes con la vista puesta en ¡°promover debates actuales y seguir renovando el circuito art¨ªstico¡±. Lee no teme que el arte amaz¨®nico sea una moda pasajera porque, defiende, sus autores ¡°traen cambios estructurales a la escena art¨ªstica¡±. ¡°Representan un cambio de paradigma, que se expande para incluir expresiones y definiciones descuidadas durante mucho tiempo¡±, asegura.
Como buen conocedor de Brasil, Claudi Carreras, comisario de la exposici¨®n del CCCB, enfatiza que la regi¨®n solo se puede entender en su pluralidad. Celebra este momento de efervescencia y que, en plena crisis geopol¨ªtica, ¡°las personas amaz¨®nicas tengan un papel central¡±. Destaca que, adem¨¢s de su arraigo en el territorio o su rica cosmolog¨ªa, el arte ind¨ªgena muestra que ¡°el tiempo no es lineal, sino circular. Cualquier cosa que hagamos ahora tendr¨¢ sus consecuencias¡±. Los ind¨ªgenas conocen ¨ªntimamente los fr¨¢giles equilibrios que gobiernan la naturaleza. Gracias a unos saberes construidos desde tiempos inmemoriales y transmitidos entre generaciones han logrado preservar su h¨¢bitat como nadie, como queda claro en la Amazonia. ¡°La cuesti¨®n clave es si el arte contempor¨¢neo ind¨ªgena se convertir¨¢ en un nuevo extractivismo. Es decir, c¨®mo incorporamos al circuito las pr¨¢cticas de artistas que no han estudiado arte¡±.
La relaci¨®n con el mercado es compleja porque muchos de los artistas son ajenos, al menos al principio, a los c¨®digos de la industria. Rember Yahuarcani, que gestiona hace a?os la carrera de su padre, lo expresa sin rodeos: ¡°Cuando hablamos de remunerar a los abuelos y a las abuelas, siempre es un tema inc¨®modo. Como si el ind¨ªgena no tuviera que cobrar¡±. Tambi¨¦n considera esencial que las colaboraciones sean horizontales y transparentes para que los artistas ind¨ªgenas entiendan c¨®mo se usar¨¢ el conocimiento que aportan.
El brasile?o Ib? Huni Kuin, que fund¨® el colectivo Mahku en su aldea ind¨ªgena de Acre, en la frontera con Per¨², cuenta que aterriz¨® en el coraz¨®n de la industria tras colgar hacia 2012 un v¨ªdeo en internet. Como quien lanza una botella al oc¨¦ano. Mostraba el proceso de traducir a un lienzo los c¨¢nticos ancestrales y las alucinaciones fruto del t¨¦ sagrado nixi poe (ayahuasca) que por generaciones solo se hab¨ªan transmitido oralmente. Le lleg¨® una llamada del extranjero con tantas preguntas como excitaci¨®n: ¡°Ese trabajo que estoy viendo, ?es suyo? ?D¨®nde vive? ?Puedo ir a visitarle?¡±, relata Huni Kuin, divertido, a trav¨¦s de la pantalla del m¨®vil. Luce el cocar (un adorno de plumas) porque, explica, es su identidad y unas gafas graduadas que le han cambiado la vida. El caso es que la visita lleg¨® a la aldea y, en nada, la Fundaci¨®n Cartier exhib¨ªa las pinturas de Mahku en Par¨ªs. Mientras, el MoMA de Nueva York acaba de comprar por primera vez una gran obra de un artista ind¨ªgena amaz¨®nico, el cuadro Cosmovisi¨®n, del mencionado Santiago Yahuarcani. A?os atr¨¢s, las vend¨ªa a los turistas.