Ni bicicletas de ¡®spinning¡¯ ni pulseras inteligentes, solo hay una forma de contar cu¨¢ntas calor¨ªas quemas
Para que la cifra sea exacta hay que tener a mano deuterio y ox¨ªgeno-18... ?Cu¨¢ndo vale la pena seguir contando si no se puede hacer con total precisi¨®n?
Terminas tu clase de spinning y la pantalla de la bicicleta dice que has quemado 635 kilocalor¨ªas. Buen trabajo, te dices. Miras la hora y tu pulsera inteligente de ¨²ltima generaci¨®n sostiene que han sido 689¡ª?y c¨®mo podr¨ªa fallar semejante artefacto?¡ª. La cosa mejora por momentos. Sales al vest¨ªbulo con la autoestima rutilante y te fijas en la publicidad del gimnasio, que asegura que podr¨ªas haber quemado 700. Lo siguiente que notas es c¨®mo comienza a torc¨¦rsete la nariz. ?Alguien da m¨¢s? ?C¨®mo es posible tanta discrepancia? Parecen peque?as diferencias, pero sumadas a la actividad de ...
Terminas tu clase de spinning y la pantalla de la bicicleta dice que has quemado 635 kilocalor¨ªas. Buen trabajo, te dices. Miras la hora y tu pulsera inteligente de ¨²ltima generaci¨®n sostiene que han sido 689¡ª?y c¨®mo podr¨ªa fallar semejante artefacto?¡ª. La cosa mejora por momentos. Sales al vest¨ªbulo con la autoestima rutilante y te fijas en la publicidad del gimnasio, que asegura que podr¨ªas haber quemado 700. Lo siguiente que notas es c¨®mo comienza a torc¨¦rsete la nariz. ?Alguien da m¨¢s? ?C¨®mo es posible tanta discrepancia? Parecen peque?as diferencias, pero sumadas a la actividad de cada d¨ªa, todos los d¨ªas de la semana, del mes, del a?o, son suficientes para desbaratar por completo tu ambicioso intento, casi obsesi¨®n, de registrar cu¨¢ntas calor¨ªas quemas haciendo ejercicio. Y si, puestos a ser malpensados, dejas que la sombra de la sospecha se extienda al c¨¢lculo de las calor¨ªas que ingieres en las comidas, no queda m¨¢s remedio que admitir que contar calor¨ªas, m¨¢s que in¨²til, es imposible. As¨ª de claro.
No es que pienses mal, es que es as¨ª. Al menos si lo que pretendes es hacer un c¨¢lculo preciso, de esos que valen para poner un cohete en la Luna o aprobar un examen de la EvAU. Lo mismo da. Porque para contar las calor¨ªas con el m¨¦todo de referencia a nivel mundial, aquel con el que se comparan todos los dem¨¢s para evaluar su grado de precisi¨®n, necesitar¨ªas beber agua con deuterio y un is¨®topo de ox¨ªgeno, el ox¨ªgeno-18, durante una o dos semanas. Esos d¨ªas analizar¨ªas la orina y as¨ª podr¨ªas averiguar, maravillas de la ciencia, cu¨¢nto CO? ha generado tu cuerpo exactamente. No vale la pena perderse en los detalles, basta saber que el gas producido da una medida exacta de la energ¨ªa que ha quemado el organismo. Desde el punto de vista cient¨ªfico, es un m¨¦todo bastante elegante (olvida por un momento lo de analizar el agua al final de su viaje por tu cuerpo?, pero no tanto como tu pulsera inteligente de ¨²ltima generaci¨®n. ?Cu¨¢l es el problema con ella?
Rub¨¦n Menargues, t¨¦cnico superior en diet¨¦tica especialista en an¨¢lisis de composici¨®n corporal y nutrici¨®n deportiva en el Centro Avantia en Muchamiel (Alicante), conoce bien la respuesta a esta pregunta: ¡°Los pod¨®metros, los sistemas de c¨¢lculo de la cinta de correr o de la bicicleta est¨¢tica y las pulseras o relojes inteligentes plantean la misma limitaci¨®n: por muchos par¨¢metros corporales o biol¨®gicos que tomen (altura, peso, edad, sexo, ritmo cardiaco¡), al final sus resultados se basan en los datos estad¨ªsticos que el fabricante ha recolectado entre cientos o miles de sujetos. Son datos aproximados, no implican que una persona de tu mismo peso, altura y ritmo cardiaco queme las mismas calor¨ªas que t¨². Basta con ponerte diferentes pulseras simult¨¢neamente para comprobarlo, obtendr¨¢s resultados bastante distintos¡±. Y se pregunta: ¡°?Significa que una pulsera es mejor que la otra?¡± Pues resulta que no. ¡°No necesariamente, solo indica que la base de datos que toma como referencia es diferente en cada marca¡±, explica.
Algo similar sucede con las tablas de estimaci¨®n de gasto cal¨®rico respecto a una actividad concreta durante un tiempo determinado. Asumen, entre otras cosas, que todo el mundo entrena a la misma intensidad, cosa que nunca sucede. ¡°Miras en la Escuela M¨¦dica de Harvard y ves que, levantando peso, una persona de 56,6 kilos quema 90 kilocalor¨ªas cada 30 minutos. Pero, ?es igual el gasto cal¨®rico del que levanta 120 kilos en sentadilla del que solo puede con 50? Obviamente, no. Y as¨ª podemos cuestionar cada dato de la tabla¡±. Y cada ejercicio f¨ªsico: al correr, influir¨¢ que haya cuestas o que el viento te venga de cara, si nadas en aguas abiertas, la fuerza de las corrientes... Y tambi¨¦n influye c¨®mo seas por dentro.
No olvides que los m¨²sculos queman m¨¢s que los michelines
Aparte del sexo, la estatura y el peso hay que tener en cuenta la composici¨®n corporal, y ah¨ª la cosa se complica mucho m¨¢s. No es lo mismo un tipo fibroso que uno con redondeces, aunque su peso, altura y edad sean iguales. La masa muscular consume m¨¢s calor¨ªas que la grasa por naturaleza, lo que significa que una persona musculosa gasta m¨¢s energ¨ªa en el estado de reposo en el que tantas horas pasamos a lo largo del d¨ªa. Por eso los dietistas-nutricionistas, antes de plantear una dieta, te suben a una b¨¢scula de bioimpedancia, que determina la proporci¨®n de masa magra y masa grasa de tu cuerpo.
Por qu¨¦ trabajar los m¨²sculos es un "seguro de vida"
¡°Aun as¨ª, siguen siendo estimaciones basadas en estad¨ªsticas previas. Despu¨¦s, aplicamos un diferencial dependiendo de la actividad f¨ªsica diaria o deporte practicado para preparar la programaci¨®n diet¨¦tica. En las sucesivas revisiones con el paciente iremos ajustando para disminuir las peque?as diferencias entre lo estimado respecto al consumo real. Y nunca ser¨¢ el dato exacto¡±, admite Menargues.
Incluso el m¨¦todo del agua doblemente marcada, que es como se conoce a la ingeniosa referencia internacional, tiene sus limitaciones fuera de los rigurosos estudios e investigaciones que recurren a ¨¦l (lo que no significa que no tenga una utilidad pr¨¢ctica: en los noventa hizo que se elevara la ingesta cal¨®rica diaria recomendada un 10%, tras desvelar que los adultos la infraestimaban entre un 10% y un 35% cuando informaban de ella a los investigadores, y se recort¨® del 10% al 15% para los ni?os y neonatos). ¡°Imaginemos que intentamos aplicarlo un corredor de larga distancia. Lo ¨²nico que podr¨ªamos hacer es aproximarnos al gasto cal¨®rico de ese mismo atleta en otra carrera anterior. Una peque?a variaci¨®n en su composici¨®n corporal, un grado m¨¢s de temperatura ambiente, o que haga m¨¢s o menos viento el d¨ªa de la competici¨®n respecto al d¨ªa de la prueba, modificar¨ªa ese consumo¡±.
Tu manzana no tiene las mismas calor¨ªas que la m¨ªa
As¨ª que es casi inviable saber con una precisi¨®n del 100% cu¨¢nta energ¨ªa gastas en cada actividad diaria, pero es que tampoco puedes saber cu¨¢ntas calor¨ªas ingieres exactamente con cada alimento. Puedes guiarte por la informaci¨®n nutricional de la etiqueta o por las bases de datos com¨²nmente aceptadas, como la Base de Datos Espa?ola de Composici¨®n de Alimentos, pero tampoco esperes datos tan exactos como el de la velocidad de la luz en el vac¨ªo (299.792.458 metros por segundo, ni uno m¨¢s ni uno menos). ¡°Hay muchas tablas, con diferencias entre ellas. Los fabricantes o envasadores suelen coger los datos que m¨¢s se ajustan a sus intereses. Es m¨¢s, aunque apliques el mismo sistema a, por ejemplo, dos pechugas de pollo, esos dos pollos no tienen por qu¨¦ ser exactamente iguales ni tener la misma cantidad de agua intramuscular ni haberse alimentado igual. Su composici¨®n corporal puede ser diferente y sus calor¨ªas, por tanto, tambi¨¦n¡±.
Para a?adir m¨¢s complejidad al asunto, la capacidad energ¨¦tica de algunos alimentos var¨ªa seg¨²n la forma de cocinarlos. Por ejemplo, David Baer, del Departamento de Agricultura de EE UU, ya advirti¨® hace a?os que no todas las calor¨ªas de los frutos secos se convierten energ¨ªa porque no est¨¢n biodisponibles de la misma forma. Y que esta biodisponibilidad puede ser hasta de un 32% menor que lo que se piensa normalmente. ¡°Los frutos secos tienen una pared vegetal que limita su digesti¨®n y posterior absorci¨®n. Por simplificar: no absorbemos todas las calor¨ªas que ingerimos de los frutos secos, esta pared se ve mermada con su cocinado o triturado. De ah¨ª que, aunque la diferencia cal¨®rica entre unos frutos secos naturales y unos tostados o en forma de manteca no sea significativa, s¨ª lo es la cantidad que absorbemos en cada una de sus formas¡±.
Entonces, ?merece la pena interesarse por las calor¨ªas? ¡°S¨ª, pero sin obsesionarse por un conteo milim¨¦trico. Ni el c¨¢lculo de nuestro consumo es exacto, ni tampoco la energ¨ªa que nos aporta cada alimento, lo que no significa que haya que despreciar el balance energ¨¦tico, como las nuevas corrientes de ¡®realfooders¡¯ quieren imponer. Comer real est¨¢ bien, comer real puede ser bueno para la salud, pero si nuestro objetivo es el rendimiento deportivo, o ganar o perder peso, las calor¨ªas existen, nos guste o no¡±.
Parece importante tener en cuenta las tendencias de los datos m¨¢s que estas cifras de forma aislada. Es decir, que la bicicleta y el reloj s¨ª pueden decirte cu¨¢ndo est¨¢s quemando m¨¢s calor¨ªas y cu¨¢ndo menos, una informaci¨®n que sigue siendo importante. En todo caso, conviene recordar que atender solo a las calor¨ªas, dejando de lado los nutrientes de los alimentos, puede ser un negocio fatal: podr¨ªas dejar de comer todo el d¨ªa para zamparte una buena cantidad de comida chatarra para cenar, y dejarte todos los nutrientes necesarios por el camino...