La tradici¨®n curativa americana del m¨¦dico de Trump que est¨¢ atrapada en un limbo legal en Espa?a
Se origin¨® en EE UU con la meningitis epid¨¦mica, se convirti¨® en un mito durante la gripe espa?ola y vuelve a sonar en pleno azote del coronavirus. ?De d¨®nde viene y ad¨®nde va la osteopat¨ªa?
Hacia 1864, la epidemia a temer era la meningitis. La enfermedad progresaba r¨¢pidamente con consecuencias fatales, especialmente entre los ni?os. Poco se sab¨ªa de ella, pero los m¨¦dicos de la ¨¦poca la asociaban con terribles brotes anteriores. Uno de ellos, a finales del siglo XVI, mat¨® al menos a 12.000 personas en Madrid, seg¨²n un informe publicado en una revista m¨¦dica de la ¨¦poca. En aquel 1864, Andrew Tailor Still perdi¨® tres de sus nueve hijos por la enfermedad. Un mes despu¨¦s, otra...
Hacia 1864, la epidemia a temer era la meningitis. La enfermedad progresaba r¨¢pidamente con consecuencias fatales, especialmente entre los ni?os. Poco se sab¨ªa de ella, pero los m¨¦dicos de la ¨¦poca la asociaban con terribles brotes anteriores. Uno de ellos, a finales del siglo XVI, mat¨® al menos a 12.000 personas en Madrid, seg¨²n un informe publicado en una revista m¨¦dica de la ¨¦poca. En aquel 1864, Andrew Tailor Still perdi¨® tres de sus nueve hijos por la enfermedad. Un mes despu¨¦s, otra hija falleci¨® de neumon¨ªa. Con ellos muri¨® su fe en la medicina convencional.
Still, hijo de un m¨¦dico y predicador metodista, se hab¨ªa iniciado en la sanaci¨®n sin mucha m¨¢s formaci¨®n que la que su padre pudo darle y la que sacaba de libros sobre sangr¨ªas, purgas y otras t¨¦cnicas de la ¨¦poca. Super¨® la p¨¦rdida con un proyecto: si la medicina no hab¨ªa podido salvar a sus hijos era necesario cambiarla. Su especialidad, la anatom¨ªa, le marc¨® el rumbo; sus manos se hicieron protagonistas, la herramienta clave demandaban sus pacientes. Al final fueron m¨¢s de los que pod¨ªa atender y, en 1892, fund¨® el Colegio Americano de Osteopat¨ªa.
Hoy, miles de profesionales m¨¦dicos han seguido su estela y perfeccionado su legado, que se basa en la movilizaci¨®n de articulaciones y grupos musculares para conseguir el alivio de dolor y la mejora de la calidad de vida del paciente. Hay decenas de t¨¦cnicas manuales, muchas empleadas tambi¨¦n por masajistas, quiropr¨¢cticos y fisioterapeutas, para un tratamiento que, seg¨²n dicen, puede ser preventivo, curativo, paliativo o coadyuvante. 120.000 m¨¦dicos de Estados Unidos ¡ªalrededor del 10% de todos los del pa¨ªs¡ª comparten hoy la tradici¨®n t¨ªpicamente americana que Still inaugur¨®, y la cifra sigue creciendo porque hay m¨¢s de 30.000 estudiantes. Suelen ser m¨¦dicos de familia que ejercen, sobre todo, en ¨¢reas rurales. Pero tambi¨¦n toman decisiones en la Casa Blanca.
Un mito nacido de una pandemia
El contagio de Donald Trump de covid-19 ha hecho saltar a la fama a Sean Conley. El nombre del m¨¦dico de cabecera del presidente desde 2018 pas¨® desapercibido hasta que se ha encargado de someter a su ilustre paciente a un tratamiento experimental con un c¨®ctel de anticuerpos y de informar ¡ªen unas confusas y, por momentos inquietantes, ruedas de prensa¡ª sobre la evoluci¨®n de Trump. En plena pandemia, su imagen llama la atenci¨®n mundial hacia la osteopat¨ªa, aunque no tanto como lo hizo la mal llamada gripe espa?ola, a principios del siglo pasado.
Con aquella pandemia naci¨® un mito: los oste¨®patas trataron a m¨¢s de 100.000 pacientes infectados a lo largo de los Estados Unidos, de los que apenas fallecieron 257. Un aut¨¦ntico milagro estad¨ªstico¡ del que es sano, y procedente, dudar. Los datos proceden de un estudio publicado en una revista del sector que los propios profesionales han puesto en cuarentena debido a su escasa fiabilidad y a la inexistencia de contexto epidemiol¨®gico de esa enfermedad. No es la ¨²nica duda que suscita esta tradici¨®n curativa t¨ªpicamente americana. ¡°El problema es que la osteopat¨ªa contiene partes que cuentan con una buena evidencia cient¨ªfica y, a la vez, otras que no hay por d¨®nde cogerlas¡±, explicaba a BUENAVIDA Rub¨¦n Tovar, fisioterapeuta y profesor del M¨¢ster de Fisioterapia Neuromusculoesquel¨¦tica de la Universidad Internacional de La Rioja. Y a?ad¨ªa que Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs del mundo en el que est¨¢ recogida dentro de la fisioterapia.
La convivencia es de todo menos arm¨®nica. Se dir¨ªa que los fisioterapeutas viven en una confrontaci¨®n constante con los oste¨®patas, aunque no es del todo cierto: la mayor¨ªa de los oste¨®patas tambi¨¦n son fisioterapeutas. Muchos profesionales y los colegios oficiales de fisioterapia que les representan prefieren ni hablar del tema para no avivar rivalidades. ¡°Lo siento, pero no nos queremos meter en m¨¢s pol¨¦micas en ese campo¡±, dicen desde uno andaluz.
Mientras el conflicto permanece en estado latente, los oste¨®patas cuentan con una clientela leal, en parte porque les atienden de una forma cercana: tienden a preguntarles sobre muchos aspectos de su vida, acerc¨¢ndose m¨¢s a su estado global que a una dolencia concreta, recomendado incluso actividad f¨ªsica o h¨¢bitos de alimentaci¨®n saludables en lugar de medicinas. Eso puede ser un b¨¢lsamo en algunos casos, pero tambi¨¦n un arma de doble filo en general. ¡°Si alguien decide ir a un oste¨®pata tiene que asegurarse de que sea graduado en Fisioterapia o licenciado en Medicina o alguna rama de Ciencias de la Salud y que, luego, haya a?adido a sus estudios osteopat¨ªa¡±, se?ala un profesional acad¨¦mico del sector de la fisioterapia, que subraya que la principal diferencia entre fisioterapia y osteopat¨ªa, al menos en Espa?a, es la falta de una formaci¨®n reglada y una titulaci¨®n oficial. En el pa¨ªs de Trump, que un oste¨®pata sea el m¨¦dico del presidente no causa sorpresa, pero en Espa?a la osteopat¨ªa pasea por un alambre en forma de limbo legal que lleva a buena parte de la sociedad dudar sobre su eficacia.
S¨ª existen estudios universitarios en pa¨ªses como Australia, Reino Unido y Portugal; de hecho, muchos espa?oles acuden a formarse a nuestro pa¨ªs vecino. En los albores de la disciplina, que no se sabe bien de qu¨¦ influencias bebi¨® para coger forma, la comunidad religiosa rechaz¨® las ideas de Still por su inasumible similitud con la imposici¨®n de manos, y cuando las quiso presentar en la Universidad de Baker, que su padre hab¨ªa ayudado a establecer en los a?os cincuenta, volvi¨® a sufrir el rechazo. Hoy se imparte osteopat¨ªa en 38 universidades de Estados Unidos.
All¨ª la carrera exige unos primeros a?os comunes a la licenciatura de Medicina y luego otros m¨¢s en Osteopat¨ªa, de ah¨ª que Sean Conley sea considerado m¨¦dico oste¨®pata ¡ªno m¨¦dico y oste¨®pata¡ª y tenga el mismo reconocimiento que un m¨¦dico convencional. Y por eso puede recetar medicamentos como el Remdesivir a Trump, mientras que en Espa?a el ¨²nico oste¨®pata que est¨¢ autorizado para emitir recetas es el que se haya licenciado primero en Medicina. No son, ni mucho menos, mayor¨ªa.
Hacerte oste¨®pata en un fin de semana es posible (y perjudicial)
A diferencia de la medicina convencional, cuyas ra¨ªces se hunden en las antiguas culturas y tiene una gran base cient¨ªfica que ha ido creciendo y corrigiendo tratamientos a lo largo de los siglos, la historia de la osteopat¨ªa no llega a los 200 a?os ¡ªHip¨®crates, el del juramento, vivi¨® hace casi dos milenios y medio¡ª. Se puede encontrar cierta evidencia cient¨ªfica para algunos tratamientos, pero la mayor¨ªa carecen de ella. El propio Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social la considera una ¡°terapia a¨²n en evaluaci¨®n¡± ¡ªa la altura del yoga, la medicina naturista, el quiromasaje, la risoterapia, la acupuntura y el reiki¡ª y en un documento publicado en diciembre de 2011, tambi¨¦n el Gobierno refleja que, en la osteopat¨ªa, la investigaci¨®n cient¨ªfica est¨¢ ¡°menos desarrollada¡±. Concretamente, apunta que muchas de las realizadas en el campo de las terapias manuales tienen en general ¡°defectos metodol¨®gicos importantes¡±. ¡°Hay que resaltar que en nuestro pa¨ªs la falta de formaci¨®n contrastada de muchos de sus practicantes, m¨¦dicos o no, cada vez m¨¢s numerosos y sin necesidad de una titulaci¨®n oficial, hacen que deba ser considerada una pr¨¢ctica peligrosa¡±, indican desde el Consejo General de Colegios Oficiales de M¨¦dicos.
A pesar de los esfuerzos de quienes la defienden, la osteopat¨ªa, que lleg¨® a Espa?a a principios de los ochenta, sigue sin estar regulada en el pa¨ªs. El ¨²nico texto legal en el que se cita es la Orden CIN 2135/2008 por la que se establecen los criterios formativos en Fisioterapia. En ella se define como un ¡°m¨¦todo de intervenci¨®n¡±. El Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de Espa?a la considera ¡°una competencia propia del fisioterapeuta¡±, es decir una rama dentro de dicha disciplina aunque no se se?ale as¨ª en la Orden mencionada. ¡°Ello hace que profesionales de muy variada formaci¨®n ¡ªalgunas veces adecuada y otras, lamentablemente m¨ªnima¡ª puedan ejercer en Espa?a sin el m¨¢s m¨ªnimo control¡±, subraya Llu¨ªs Horta, gerente del Registro de Oste¨®patas de Espa?a (ROE). ¡°Sobra decir que esto puede representar un peligro potencial y que resultar¨ªa prioritaria la existencia de un marco regulador para la seguridad de los usuarios de estos servicios¡±, insiste.
Desde el ROE argumentan que existe evidencia cient¨ªfica sobre la eficacia y la seguridad del tratamiento osteop¨¢tico en numerosas situaciones cl¨ªnicas, sobre todo en el campo m¨²sculoesquel¨¦tico. Seg¨²n dicha entidad, el tratamiento osteop¨¢tico es efectivo para el dolor de columna y la cefalea, adem¨¢s de ayudar en factores psicol¨®gicos como la ansiedad y el miedo. Pero ellos mismos definen los estudios en los que se basan como ¡°de moderada calidad¡±, algo que achacan a las dificultades de obtener evidencias en la terapia manual. Su gerente tambi¨¦n destaca que ¡°en algunos campos de esta disciplina la evidencia es escasa o incluso inexistente y la plausibilidad de algunas intervenciones necesita ser revisada¡±.
Por si fueran pocos motivos para mantener una prudente cautela, en Espa?a existen centros que imparten cursos cortos, incluso de apenas un fin de semana, que permiten a sus participantes autodeterminarse oste¨®patas. Es algo muy perseguido por los colegios profesionales de fisioterapia e incluso puede generar importantes problemas legales cuando carecen de seguro de responsabilidad civil. ¡°Cualquiera puede llamarse ¡®oste¨®pata¡¯ tras una m¨ªnima formaci¨®n¡±, reconocen desde el ROE. No puede decirse lo mismo de un m¨¦dico...