La medicina no tiene alternativa
Homeopat¨ªa, ayurveda, osteopat¨ªa o acupuntura. ?Terapias alternativas? En rigor, no. Solo pueden aliviar o actuar como placebo
La l¨ªnea roja que separa las llamadas terapias alternativas de los tratamientos convencionales vuelve a ser centro de debate sobre qu¨¦ camino elegir cuando aparece un problema de salud. La afirmaci¨®n, en el programa La ma?ana de La 1, de TVE, el pasado febrero, de que el aroma de lim¨®n pod¨ªa prevenir el c¨¢ncer, en referencia a la aromaterapia, ha vuelto a despertar el inter¨¦s por marcar las diferencias entre qu¨¦ es y no es medicina a la hora de recomendar remedios y h¨¢bitos saludables en nuestra vida cotidiana.
Esta discusi¨®n no es nueva. Cuando, en 2013, el Ministerio de Sanidad anunci¨® su intenci¨®n de regularizar algunos productos homeop¨¢ticos que hoy permanecen en el limbo legal, el mundo m¨¦dico y cient¨ªfico reaccion¨® de forma muy en¨¦rgica dando lugar a encendidas batallas (como la de Twitter con el hashtag #nosinevidencia), que exig¨ªan a la Administraci¨®n dar marcha atr¨¢s en su deseo de autorizar que diferentes preparados sin eficacia demostrada salieran al mercado bajo la etiqueta de medicamento.
La pregunta es que si determinadas terapias son aconsejadas por m¨¦dicos, incluso las venden en farmacias, ?hasta qu¨¦ punto resulta sencillo para un paciente que ha decidido ponerse en manos ajenas identificar que es una pseudomedicina? ¡°No siempre es f¨¢cil¡±, aclara el bioqu¨ªmico Jos¨¦ Miguel Mulet, autor del libro Medicina sin enga?os, sobre los peligros de las terapias alternativas, ¡°porque muchos pseudom¨¦dicos utilizan el marketing emocional y se presentan como pacientes que han sufrido una enfermedad y se han sometido al tratamiento oficial, pero dicen que se han curado con una alimentaci¨®n¡±.
M¨¢steres, cursos y modas que no ayudan
La apariencia de que los remedios alternativos funcionan se debe en buena parte al efecto placebo, por el cual los s¨ªntomas pueden mejorar con una sustancia inocua. ¡°Todas las enfermedades tienen un importante componente psicol¨®gico y solo por el hecho de saber que se est¨¢ tratando ya se puede sentir una mejor¨ªa. Pero, tambi¨¦n puede implicar un agravante y empeorar. Muchas enfermedades y molestias siguen procesos c¨ªclicos en su progreso y en su remisi¨®n, y cuando alguien va un curandero puede pensar que ha mejorado cuando en realidad est¨¢ en la ¨²ltima fase del ciclo¡±, razona Mulet.
Otros factores como la proliferaci¨®n de m¨¢steres y cursos de pseudomedicinas en universidades, las modas o determinadas informaciones en los medios de comunicaci¨®n, no ayudan demasiado a discernir entre los tipos de tratamiento. ¡°Renunciar a la medicina convencional controlada en ensayos cl¨ªnicos para recurrir a manos no expertas, se debe a que una generaci¨®n instalada en el bienestar, que ha superado la elevada mortalidad infantil que le precedi¨® y determinadas enfermedades infecciosas e intoxicaciones alimentarias, olvida que el progreso sanitario ha costado siglos de experimentaci¨®n en medicina, higiene, salud p¨²blica y tecnolog¨ªa alimentaria¡±.
Sanidad intent¨® regularizar, contra el sector m¨¦dico, algunos preparados homeop¨¢ticos que siguen en el limbo legal
El m¨¦dico y divulgador cient¨ªfico brit¨¢nico Ben Goldacre, un referente cr¨ªtico en el campo de la pseudomedicina, en su libro Mala ciencia, explica que cuando empiezan a preocuparnos los excesos y surge la idea de abstenerse para conseguir una vida sana, el estado de seguridad sanitaria se convierte en el caldo de cultivo para estas terapias que son percibidas como nuevas formas de purificaci¨®n. ¡°Nuestras circunstancias nos llevan a hacer cosas que podemos lamentar y, como respuesta, a menudo inventamos nuevos rituales. En el mundo occidental desarrollado buscamos formas de redenci¨®n y purificaci¨®n que nos liberen de los abusos en que incurrimos. Sabemos que obramos mal si consumimos droga, alcohol o mala comida. Luego ansiamos una protecci¨®n ritualista contra las consecuencias, que celebre nuestro retorno a unas normas de conducta m¨¢s saludables¡±. Seg¨²n Goldacre, lo perjudicial es hacer creer que esos ¡°rituales¡± se basan en la ciencia. ¡°Casi todas las religiones y culturas tienen alg¨²n tipo de rito de purificaci¨®n o abstinencia como el ayuno o el ba?o envueltos en jerigonzas terminol¨®gicas¡±. El m¨¦dico define el patr¨®n que se repite en toda pseudociencia: ¡°No acepta cr¨ªticas y se retira hacia posturas incontestables¡±.
El perfil de los pacientes que recurren a la pseudomedicina, indica el bioqu¨ªmico Mulet, no tiene que ver con el nivel de ingresos o cultura, sino con la capacidad de sugesti¨®n que puede despertar en personas psicol¨®gicamente vulnerables que buscan referentes motivados por factores diversos: por contraposici¨®n a la industria m¨¦dica y farmac¨¦utica; por la necesidad de encontrar el trato humano y afecto que no reciben en la consulta m¨¦dica; el consejo boca a boca; la tendencia marcada por famosos que dicen que les ha funcionado; o por desesperaci¨®n. ¡°Para los pseudom¨¦dicos es importante la personalidad, el comportamiento o lo que el paciente dice que siente. Pero es contradictorio que ninguno ofrezca f¨®rmulas magistrales individuales, sino que administran tratamientos por igual, no personalizados¡±, apunta Mulet.
La homeopat¨ªa como paradigma
Incluida en reglamentos sanitarios europeos, la homeopat¨ªa constituye el ¡°contramodelo¡± para los cr¨ªticos de los tratamientos alternativos, ya que ejemplifica la medicina basada en la evidencia emp¨ªrica que ¡°reivindica una tradici¨®n hist¨®rica reescrita seg¨²n las necesidades del mercado¡±, tal y como describe Goldacre, para quien los preparados homeop¨¢ticos no son m¨¢s que ¡°unas pastillitas de az¨²car vac¨ªas¡± sin experimentos controlados que aprueben la validez del tratamiento.
La homeopat¨ªa vino al mundo de la mano del m¨¦dico alem¨¢n Samuel Hahnemann en 1796, en forma de compendio de remedios y diluciones (reducci¨®n de la concentraci¨®n de una sustancia qu¨ªmica) cuyo principio es ¡°lo semejante cura lo semejante¡±, al asegurar que el factor que produce la enfermedad tambi¨¦n puede curarla y cuanto m¨¢s diluido est¨¦ mayor ser¨¢ su efecto. El invento fue bienvenido cuando los tratamientos convencionales viv¨ªan una de sus ¨¦pocas m¨¢s agresivas aplicando sangr¨ªas, ba?os fr¨ªos o vapores de mercurio para determinadas enfermedades. Para Hahnemann, que se centraba en los s¨ªntomas, el cuerpo humano era como una caja negra en la que entraban medicinas y de la que sal¨ªan efectos. ¡°Entonces la medicina se fundamentaba en la comprensi¨®n de la anatom¨ªa y en el funcionamiento del cuerpo. Pero hoy se han vuelto las tornas: los m¨¦dicos observan los resultados de los ensayos para estudiar la eficacia, y los home¨®patas ignoran los datos emp¨ªricos negativos de su eficacia confiando solo en teor¨ªas ex¨®ticas¡±, indica Goldacre.
Seg¨²n los datos que Boiron, el gigante franc¨¦s de la fabricaci¨®n de estos preparados que dice exportar a m¨¢s de 80 pa¨ªses, expuso en las conferencias del pasado febrero en los Colegios de Farmac¨¦uticos de Valencia y Sevilla, uno de cada tres espa?oles ha recurrido alguna vez a la homeopat¨ªa y m¨¢s de 10.000 m¨¦dicos la ofrecen en sus consultas.
El perfil del consumidor no tiene que ver con el nivel de ingresos o cultural, sino con la sugesti¨®n que despierta
En Francia y Suiza la homeopat¨ªa est¨¢ integrada en sus sistemas p¨²blicos de salud, y en B¨¦lgica las aseguradoras la financian en parte. Mich¨¨le Boiron, miembro del consejo de administraci¨®n, present¨® a la homeopat¨ªa como ¡°un m¨¦todo terap¨¦utico para enfermedades agudas como la gripe o resfriados y problemas de sue?o o estr¨¦s leves o pasajeros¡±, y subray¨® que el objetivo de su terapia es ¡°encontrar soluciones eficaces con menos efectos secundarios relevantes¡±. Seg¨²n el gigante franc¨¦s, el inter¨¦s creciente por los productos homeop¨¢ticos (fue el tercer ¡°qu¨¦ es¡± m¨¢s buscado en Google en 2014, asegur¨®) pone en evidencia la necesidad de proyectos de divulgaci¨®n entre farmac¨¦uticos y de formaci¨®n desde los plantes de estudio. Sin embargo, la c¨¢tedra que hab¨ªa patrocinado en 2010 en la Universidad de Zaragoza, que provoc¨® el rechazo del ¨¢mbito acad¨¦mico, fue suprimida en octubre pasado.
La homeopat¨ªa tiene como producto estrella el Oscillococcinum, inventado por Joseph Roy durante la I Guerra Mundial contra la gripe. Hasta ahora ninguna prueba cient¨ªfica ha demostrado que la homeopat¨ªa, cuyos productos se comercializan en Espa?a desde 1994, tenga m¨¢s efectos que el placebo, argumentan sus cr¨ªticos, quienes la consideran como un ¡°no tratamiento¡± sin peligrosidad y con apariencia de eficacia. Adem¨¢s, observa Mulet, ¡°una compa?¨ªa farmac¨¦utica debe invertir millones de euros en investigaci¨®n, ensayos cl¨ªnicos y un largo proceso de autorizaci¨®n. La homeopat¨ªa nada. No surge de la observaci¨®n y la experimentaci¨®n como la medicina, sino de las ocurrencias de un se?or¡±.
Algunas recomendaciones
Un estudio de la Universidad de Glasgow desmontaba en 2010 el argumento de que no es peligrosa: ¡°Impide que el enfermo busque un tratamiento efectivo, resta subvenciones a terapias v¨¢lidas, mina la confianza en los servicios de salud p¨²blicos e influye de forma negativa en terapias complementarias eficaces¡±. Ese mismo a?o, un informe de la Comisi¨®n de Ciencia y Tecnolog¨ªa de la C¨¢mara de los Comunes agudiz¨® la controversia con un dictamen negativo sobre la homeopat¨ªa y el Reino Unido acab¨® por retirarla del Servicio Nacional de Salud.
Las terapias alternativas, seg¨²n Mulet, no producen efectos secundarios y tampoco primarios. Sin embargo, recomienda en su libro algunas normas para escapar de manos no expertas: ¡°Cuando algo no funciona, lo mejor es ir al m¨¦dico y evitar consejos de amigos, familiares o de foros de Internet; huir ante una terapia que parece demasiado buena o una tonter¨ªa, porque ning¨²n tratamiento m¨¦dico es efectivo al cien por cien; las terapias exclusivas no existen; desconfiar de profesionales que hablen de sus experiencias personales con enfermedades, de conspiraciones de la industria farmac¨¦utica o que presuman de tratar a pacientes importantes¡±. Por ¨²ltimo, el bioqu¨ªmico lanza una m¨¢xima: ¡°Lo caro no es mejor¡±.
Plantas, agujas y masajes
Estas terapias no son medicina. Pero pueden funcionar como efecto placebo (suficiente para sentir una mejor¨ªa) y, algunas, aliviar dolores y procurar bienestar. Sin embargo, su uso inadecuado, tal y como indica la OMS , tambi¨¦n pueden originar efectos secundarios. Aqu¨ª contamos qu¨¦ es cada una.
FITOTERAPIA. Se considera pseudomedicina al recomendar el uso de plantas cuando existen tratamientos convencionales o aconsejar hierbas contraindicadas. Aunque en la antig¨¹edad ya se conoc¨ªan remedios a base de plantas, algunas no son efectivas. Los problemas pueden venir al desconocer la cantidad del principio activo, no producir el efecto esperado o tener los mismos efectos secundarios que un f¨¢rmaco. La OMS reconoce la eficacia de la 'Artemisia annua' contra un tipo de malaria.
MEDICINA TRADICIONAL CHINA (MTC). Defiende que por nuestro cuerpo corren canales de energ¨ªa vital llamados meridianos. As¨ª, la enfermedad se da por un desequilibrio entre esas corrientes, y se recupera con preparados, infusiones o aplicando agujas. La fisiolog¨ªa y anatom¨ªa se valoran en funci¨®n de la doctrina tao¨ªsta de los equilibrios y el yin y el yang.
ACUPUNTURA. La filosof¨ªa de esta terapia tradicional china es similar a la MTC. Para recuperar el equilibrio se usan agujas, cuya aplicaci¨®n se reivindica como analg¨¦sico. La OMS reconoci¨® en 2003 su efectividad en algunos dolores. El n¨²mero de puntos, que puede variar, est¨¢n en los 365. La mejor¨ªa se nota porque si se sufre un dolor cr¨®nico localizado en una parte del cuerpo y se clava una aguja en otra zona, el cerebro se despista y olvida el sitio que dol¨ªa antes.
AYURVEDA. Procedente de India, se traduce como "la ciencia de la vida". La enfermedad se debe tambi¨¦n al desequilibrio de la energ¨ªa vital, llamada 'pr¨¢na'. Es una mezcla de biolog¨ªa, f¨ªsica cu¨¢ntica y filosof¨ªa. La base es similar a la MTC, con la diferencia de que el desequilibrio de las energ¨ªas trata de solucionarse con infusiones de hierbas, preparados o ayunos.
QUIROPR?TICA. Aunque se anuncia como t¨¦cnica milenaria, la cre¨® Daniel David Palmer en 1895. Seg¨²n su filosof¨ªa, el flujo de la energ¨ªa transita en la columna vertebral, y al manipularla se restablece el equilibrio para curar las enfermedades. Su riesgo reside en movimientos violentos como giros de cuello o espalda.
OSTEOPAT?A. Inventada por Andrew T. Still, en 1874, significa "padecimiento del hueso". Sus defensores dicen que puede curar cualquier problema a base de masajes centrados en los tejidos blandos para liberar la energ¨ªa atrapada en los m¨²sculos. La osteopat¨ªa en su forma m¨¢s habitual es similar a la fisioterapia y puede tener los mismos efectos beneficiosos que un masaje.
Siga leyendo para una vida buena¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.