Nace un museo municipal vivo sobre las Artes del Libro

Madrid cuenta desde este viernes con un nuevo patrimonio: una factor¨ªa literaria, la nueva sede de la Imprenta Artesanal Municipal, convertida en museo vivo, donde los libros que all¨ª se imprimen cuentan al visitante su historia y la de su hechura. El alcalde Alberto Ruiz Gallard¨®n inaugur¨® al mediod¨ªa el recinto y remarc¨® que Madrid, ¡°una de las capitales culturales de Europa, precisaba de un centro como ¨¦ste¡±. Prensa manual, maquinaria mec¨¢nica, linotipias, minervas¡­m¨¢s encuadernaci¨®n, ilustraci¨®n, dise?o y tipograf¨ªa trazan el curso seguido por la principal herramienta cultural hasta ahora conocida, el libro, cuyos hitos narra con relato gr¨¢fico y prosa amena este museo de nuevo cu?o ubicado en el coraz¨®n de Madrid.

Se encuentra en la calle de la Concepci¨®n Jer¨®nima. Apenas a unos metros del edificio tuvo su casa el inmortal Diego Vel¨¢zquez.

La fachada de la gran f¨¢brica de libros muestra un r¨®tulo donde se lee en grandes caracteres Imprenta Municipal. Hoy trabajan en su recinto casi 50 personas, doce de ellas de manera eventual, bajo la direcci¨®n de Jos¨¦ Bonifacio Bermejo. Es uno de los principales expertos en Artes Gr¨¢ficas de todo el pa¨ªs. Su cometido consiste en dirigir la impresi¨®n artesanal de la producci¨®n literaria municipal, que aflora en colecciones de poes¨ªa, publicaciones suntuarias, regalos institucionales y numerosos otros cometidos de impresi¨®n todos ellos realizados artesanalmente. Pero, adem¨¢s, explica Jos¨¦ Bonifacio Bermejo, ¡°se trata de preservar un saber secular y dar a conocer su ense?anza, difundir la cultura del libro¡±.

Generosos espacios

Los generosos espacios del interior de esta singular factor¨ªa huelen a cuerda, papel y tinta, aquel l¨ªquido oscuro hecho de aceite de linaza cocido y de holl¨ªn de chimenea, el mismo con el que el germano Gutenberg y el italiano Aldo Manuzzio impregnaron los tipos cuya mixtura alumbr¨® la impresi¨®n de sus excelsos incunables. Ingenios de madera y metal, claros y negros; papel mullido; linos de parafina para coser los lomos de piel de las encuadernaciones¡­ y oficio, mucho oficio de artesanos de las Artes Gr¨¢ficas, dan sentido y ritmo a este recinto donde se acumulan saberes de seis siglos.

La Imprenta Municipal trabaj¨® ininterrumpidamente desde 1853, a partir de 1933 en este mismo lugar, hasta que la impresi¨®n electr¨®nica zanj¨® sus cometidos.

Pero la Imprenta Artesanal tom¨® el relevo y desde hace dos a?os comenz¨® su proceso de inserci¨®n en los 3.653 luminosos metros cuadrados distribuidos en tres anchurosas plantas del interior de un cas¨®n con patio central de luces. El edificio fue proyectado y construido por Francisco Javier Ferrero Llusi¨¢ y Luis Bellido, dos arquitectos municipales que mimaron el dise?o de la estructura de la imprenta con hormig¨®n acuartelado para que pudiera soportar la sobrecarga de las pesadas imprentas instaladas en sus plantas. As¨ª lo explica el arquitecto Juan Jos¨¦ Echeverr¨ªa, Coordinador de Infraestructuras Culturales del Ayuntamiento de Madrid. ¡°Si las construcciones de entonces mostraban una resistencia de 100 a 200 unidades de carga, Ferrero y Bellido emplearon aqu¨ª materiales para decuplicar su potencia¡±. El responsable municipal subraya asimismo la b¨²squeda constante de luz para alumbrar las tareas de cajistas, linotipistas e impresores por parte de los arquitectos, en b¨®vedas, ventanales y miradores, hoy afortunadamente recobrados tras haber permanecido inexplicablemente cegados durante d¨¦cadas.

En la planta baja del edificio tienen asiento las imprentas manual y mec¨¢nica, el departamento de t¨¦cnicas de ilustraci¨®n, m¨¢s dependencias de encuadernaci¨®n, una sala de actividades y un taller de impresi¨®n tipogr¨¢fica. Entre otros tesoros alberga el ajuar de la fundici¨®n tipogr¨¢fica Bauer, de Barcelona. Fue la ¨²ltima compa?¨ªa que fabric¨® matrices tipogr¨¢ficas hasta 2007. Juan Jos¨¦ Echeverr¨ªa y el director de la Imprenta Municipal los adquirieron all¨ª ¡°por un precio muy razonable¡±, -subrayan. Los trajeron a Madrid y hoy engrosan la espl¨¦ndida colecci¨®n de componentes de artes gr¨¢ficas que el museo muestra, con un ajuar de hasta 3.000 elementos singulares relacionados con el quehacer artesano.

Destaca asimismo la colecci¨®n de matrices Futura. Son tipos fundidos con un molde dise?ado por el movimiento grafico-arquitect¨®nico germano de la Bauhaus, letra que ha dado expresi¨®n a buena parte de los principales textos del siglo XX, ¡°entre otros, el cartel que llev¨® a la Luna la nave espacial que por primera vez pis¨® el sat¨¦lite en 1969¡±, seg¨²n explica Jos¨¦ Bonifacio Bermejo.

La prensa de Don Quijote

La mirada del visitante comienza su exploraci¨®n sobre los elementales tipos de metal donde con un punz¨®n se inscrib¨ªa el car¨¢cter deseado, la letra. Prosigue en los moldes en cuyo interior se vert¨ªa el plomo para obtener los troqueles met¨¢licos hasta la impregnaci¨®n y entintado de cuya conjunci¨®n resultaba el texto. Una prensa manual reconstruida y semejante a la empleada por Juan de la Cuesta para imprimir en 1605 el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha sigue aqu¨ª en funcionamiento. A¨²n precisa para prensar sin dificultades dos golpes de brazo necesarios para imprimir con certeza sobre el papel, a salvo de emborronamientos mediante un pergamino con agujeros rectangulares, frasqueta, que recuadra el fragmento de papel que recibir¨¢ la estampaci¨®n.

En otra estancia se exhiben las m¨¢quinas que entrado el siglo XIX, combinaron el movimiento circular y el lineal para imprimir, en uno de los principales saltos tecnol¨®gicos hasta la reciente informatizaci¨®n.

Hasta 13 presas tipogr¨¢ficas de distinta naturaleza; una excelente colecci¨®n de hierros de dorar; un t¨®rculo gemelo del empleado para grabar por Goya en 1789; una prensa de imprimir de marca Krause, de 1860; una m¨¢quina tipogr¨¢fica Planeta, de 1913 y hasta 134 encuadernaciones art¨ªsticas, am¨¦n de planchas, estampas calcogr¨¢ficas y litograf¨ªas de imprimir, completan el contenido de este museo, que incorpora adem¨¢s una colecci¨®n con originales de Antol¨ªn Palomino y Vicente Cogollar de papeles de guardas, esos forros acuosos que abren y cierran los vol¨²menes. Si las nuevas tecnolog¨ªas de impresi¨®n electr¨®nica fallaran alg¨²n d¨ªa, Madrid ser¨ªa, con certeza, quiz¨¢s el ¨²ltimo refugio donde las artes tradicionales de imprimir podr¨ªan ser recobradas y los libros, hechos como se hicieron durante siglos.