La trilog¨ªa que Azcona no acab¨®
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez estrena el filme 'Los muertos no se tocan, nene', adaptaci¨®n de una novela del guionista que el franquismo bloque¨®
Una trilog¨ªa de dos piezas es, por definici¨®n, incompleta. As¨ª que Rafael Azcona, tras llevar al cine las adaptaciones de sus novelas El pisito (1959) y El cochecito (1960) de la mano del director Marco Ferreri, imaginaba un futuro en la gran pantalla tambi¨¦n para la tercera entrega de esa serie, Los muertos no se tocan, nene.Sin embargo, una comedia ambientada en un velatorio y que se re¨ªa de la Iglesia y de los militares no debi¨® de sacar muchas sonrisas entre los censores franquistas. Unos 50 a?os despu¨¦s y a casi cuatro de la muerte de Azcona, su amigo Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, con la colaboraci¨®n de David Trueba y Bernardo S¨¢nchez, ha convertido aquella esperanza en un filme que se estrena hoy en Madrid.
Al estilo de las giras teatrales de los c¨®micos antiguos y a diferencia de las pel¨ªculas de hoy en d¨ªa, que suelen debutar a la vez en todo el pa¨ªs, Los muertos no se tocan, nene est¨¢ viajando por Espa?a de sala en sala. Cada estreno (ya se vio por ejemplo en Logro?o y en Sevilla) va acompa?ado de la presencia del director y de alg¨²n miembro del reparto (que cuenta con ?lex Angulo, Carlos Iglesias y Silvia Mars¨®, entre otros). Lo mismo ocurrir¨¢ en la capital. "Ganas la conexi¨®n con el p¨²blico", asegura Garc¨ªa S¨¢nchez. De un tiro, el filme no solo se acerca a la gente, sino que mata otro p¨¢jaro m¨¢s, al menos seg¨²n su director: "La obra se aleja de lo comercial. Hoy el diablo es el que hace el marketing, que conforma la pel¨ªcula a sus exigencias".
Garc¨ªa S¨¢nchez, en cambio, quiso conformarla al estilo de los sesenta: en blanco y negro, con largos planos-secuencia y con los di¨¢logos doblados a posteriori. Para el director, la falta de color es un recurso narrativo: "Ayuda a los j¨®venes a sentirse como arque¨®logos y a los mayores a trasladarse a esa ¨¦poca". Tanto que, tras la proyecci¨®n en Gij¨®n, una se?ora le pregunt¨® a Garc¨ªa S¨¢nchez: "?De qu¨¦ a?o es este filme?".
La novela hom¨®nima es de 1956, aunque est¨¢ ambientada tres a?os m¨¢s tarde, en el Logro?o de 1959. All¨ª fallece, con 99 a?os, el abuelo de Fabianito, un adolescente poeta de lo er¨®tico con el que probablemente Azcona pint¨® su autorretrato. De hecho, Los muertos no se tocan, nene se considera como una de las obras m¨¢s autobiogr¨¢ficas del guionista. Fabianito es una piedra en medio de la corriente de personajes que entran y salen del piso en el que se vela al anciano y se desarrolla la comedia.
Este baile de int¨¦rpretes es uno de los legados del cine de Azcona. Aunque Garc¨ªa S¨¢nchez cree que la herencia fundamental del guionista es otra: "Era un literato que escrib¨ªa para el cine". Y mucho, ya que el director sostiene que hay todav¨ªa 25 o 30 textos de Azcona que se podr¨ªan llevar a las pantallas.
Uno, seg¨²n Garc¨ªa S¨¢nchez, es "un guion prodigioso": La paella describe el homenaje en forma de arroz que una pareja quiere llevarle al Papa para recibir su bendici¨®n. Por ello, los novios se montan en su Seat 600 rumbo al Vaticano. Pero el viaje acaba pudriendo el arroz tanto como su relaci¨®n. A la censura franquista dif¨ªcilmente le hubiera hecho gracia.
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